La ley ha fracasado. Habrá que buscar soluciones eficaces.Hace años hubo regularizaciones y se dió papeles a miles de inmigrantes que llevaban años viviendo en España. Eso les dió derecho a tener subvenciones, ayudas, acceso a los cursos del INEM, planes de integración, etc. Pero en el mercado de trabajo tienen que competir por su valía en igualdad de condiciones que otros parados y ahí es donde fallan, porque no tienen la preparación suficiente para integrarse en un mercado de trabajo donde cada vez se exige más conocimientos.
A cambio, ellos ofrecen otras potencialidades como por ejemplo, trabajar jornadas larguísimas, trabajar 7 días a la semana, hacer trabajos físicamente duros, trabajar en sitios peligrosos o contaminados sin protección, etc. Esas condiciones que los españoles no aceptaríamos. A falta de conocimientos, ofrecen su fuerza y si es preciso su salud, por eso trabajan en sitios que ni nos imaginamos, en trabajos semiclandestinos, en economía sumergida. La venta callejera no es otra cosa que una economía sumergida que se ejerce a la vista de los demás y en la que son explotados por sus propios compatriotas que les adelantan la mercancía y con los que adquieren una deuda desde antes de vender el primer bolso.
El culpable no es el inmigrante, es el empresario sin escrúpulos que contrata a estas personas en condiciones inhumanas, si hubiese mas inspecciones y leyes mas duras no lo harían.
*Hablas de ayudas, que hacemos, les dejamos morir de hambre y enfermedad?