Hace poco murió un hermano de mi suegra. No se llevaban mal, él era un hombre muy suyo, según parece, pero no había mala relación, tampoco muy estrecha. Se murió de un cáncer de esos fulminantes que te diagnostican y duras tres semanas. Pues mi suegra se enteró de que estaba enfermo por una de las enfermeras del hospital donde estaba, que es hija de una amiga suya. Quiso ir a verlo y él no quiso recibirla, ni a ella ni a los otros hermanos. Es más, murió y dejó órdenes de que no avisaran a nadie. Sus hermanos se enteraron cuando ya estaba incinerado, que su mujer los llamó para decírselo y les pidió disculpas, pero dijo que fue su voluntad, que nadie lo viera enfermo y que no se avisara a nadie. No quería velatorio ni funeral ni nada. Así que vaya usted a saber los deseos que expresó esta señora cuando aún estaba viva, si hasta la propia Lina Morgan que tan simpática le parecía a todo el mundo quiso morir en secreto sin visitas.