Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

http://sevilla.abc.es/sevilla/feria-abril/sevi-pequena-solo-llevaban-ratito-mejores-fueron-partir-15-anos-201604141044_noticia.html?ns_campaign=Redes Sociales&ns_mchannel=abc_sev&ns_fee=0&ns_linkname=CM

«De pequeña sólo me llevaban un ratito. Las mejores fueron a partir de los 15 años»

Cuando era niña estrenaba cada año un traje de flamenca hecho por su abuela. Ahora los diseña y hace ella

  • 0
  • Compartido 0 veces
lourdes-montes-pequena--620x349.jpg

Lourdes Montes en la Feria cuando era una cría, junto a sus tías - ABC
M.D. ALVARADOSevilla - 14/04/2016 a las 10:44:13h. - Act. a las 14:04:20h.Guardado en: Feria de Abril
La abogada y diseñadora Lourdes Montes es de las que disfruta de la Feria intensamente. No siempre ha sido así. Recuerda que de pequeña sus padres la llevaban al real apenas un ratito, la hacían una foto con los tíos y los abuelos -su abuelo solía a montar a caballo y recuerda alguna foto con él- y vuelta para casa.

Cuando ya tenía siete u ocho años, iba a la caseta del Círculo de Labradores y allí con sus amigos y amigas, normalmente hijos de los amigos de sus padres, disfrutaba de la música, de las actuaciones de los payasos, participaba en el concurso de sevillanas... pero cuando llegaba las ocho de la tarde era la hora de vuelta y recuerda que esperaba en la cola del taxi con su tata para volver a casa. Además, cuenta que durante unos años su familia se trasladó a vivir a Madrid y hubo ferias a las que ni siquiera pudieron venir.

Fue a partir de los 15 años cuando Lourdes recuerda haber empezado a disfrutar de la Feria a lo grande. «Iba todos los días, por la mañana, por la tarde y por la noche. Por la mañana íbamos vestidas de flamenca y a eso de las nueve de la noche nos volvíamos a casa pero para prepararnos y volver de nuevo a la Feria, ya vestidas de noche. Hoy lo pienso y no podría, sería incapaz de hacer eso, creo que si vuelvo de la Feria me quedo en casa, no tendría fuerzas para volver. De aquella época, recuerdo que tenía un traje de lino blanco con una sola tiranta que me encantaba, me parecía que estaba estupenda», comenta con la sonrisa en la voz y recordando una de sus mejores ferias. Entonces también montaba en la grupa del caballo de algún amigo.


La vida le llevó luego a disfrutar del real con su marido, el torero Francisco Rivera «Paquirri». El año pasado, debido al embarazo de su hija Carmen, limitó bastante sus visitas al real y por eso esta Feria tiene ganas de disfrutarla a tope. No llevará a la niña a la Feria porque con tan sólo siete meses es muy pequeña para que aguante el jaleo de las casetas, pero ella ha empezado muy pronto a disfrutarla. El domingo fue madrina honor de la XXXI Exhibición de Enganches de la Real Maestranza, que le ha hecho revivir la primera vez que participó en ella en un coche de caballos junto a una amiga.

En el real vive intensamente cada momento de la fiesta y se acompasa a ella. Eso supone que depende de cómo se presente, así se va moviendo de una caseta de amigos a otra o se queda en una durante horas en una. Si está a gusto, señala, es capaz de quedarse hasta por la mañana en la Feria.

Para Lourdes Montes, la Feria va a asociada también a los trajes de flamenca. Podía disfrutar de estrenar uno cada año porque su abuela se los hacía y recuerda que se pasaba meses pensando en cómo sería el que llevaría para la próxima Feria. Se resiste a dar sus trajes y los conserva todos. «Para mí son pequeñas obras de arte», explica. Hoy, ya como diseñadora de moda, confiesa ser «muy tradicional» en los trajes de flamenca. «Innovo lo justo», dice, porque le gusta conservar la esencia. Y si tiene que elegir alguna diseñadora de trajes de flamenca, se decanta por los modelos deRocío Peralta.

Para esta Feria se ha hecho un traje de hilo blanco largo y con bolillos malva, largo. «Hasta ahora nunca se ha puesto un traje de flamenca corto, aunque -advierte- no lo descarto».

Este artista de la pluma va a rivalizar con la Paca a la hora de juntar frases de la peor manera posible. ¿Cuantas veces ha escrito "recuerda"?, porfavol que infumable texto.
 
1sfx29.jpg

 
07abril
Juegos de toda la vida


De verdad, cómo han cambiado los juegos de los niños, ¡es bestial! Y sinceramente creo que a peor.

No sé si algún psicólogo, profesor o médico me podría contradecir, pero yo personalmente creo que las maquinitas estas de marcianitos son un horror. Todas estas consolas de videojuegos han hechos a los niños de hoy en día “medio tontos”, los aísla en una habitación y les quita la necesidad de utilizar la imaginación.

En varias ocasiones que hemos estado en el campo con amigos, los hijos de estos no se separan de nosotros, de sus padres y solo saben decir: “Estamos aburridos”.

Esto es una tragedia. Cuando me soltaban en el campo con amigos, siempre nos caía la bronca porque a la hora de irnos, además de estar no sucios sino lo siguiente, tardaban una hora en encontrarnos. Y ahora dicen que están aburridos, eso sí, ha aparecido el gran invento de las tablets… ¡Otro gran horror!

Aparte de los juegos que ya existían, el más antiguo que yo conocí fue el de la rueda.

La rueda consistía en hacer girar un rueda con un palo y correr detrás de ella. Lo más divertido era que pasara por encima de un charco y tú detrás. Así nos pasábamos las horas.



Por supuesto jugábamos al escondite. Este era mi preferido, qué nervios y qué guay era cuando llegabas y decías: “¡Por mí, por todos mis compañeros y por mí primero!”. Eras el más guay del grupo.

También me encantaba polis y ladrones, era de mis favoritos. Dos equipos: uno eran los polis y tenían que pillar a los otros que, cuando los pillaban, se ponían de la mano haciendo una cadena para que uno de los ladrones le diera en la mano al de la punta y así salvaba a todos y… ¡a correr todo el mundo!

Un poco más bestia era ¡Al cielo voy! Explicar este juego no es fácil, pero qué guay era cuando no acertaban el “¿puño, media manga, manga entera?” Y otra vez a saltar encima de los otros… Vamosssss.



El que no haya jugado al fútbol con una lata no sabe lo que es jugar y punto.



También estaba la lima, ¡qué chulo! Y lo más emocionante era jugar en el cole y mangar un cuchillo del comedor… Hasta que te cogían y te castigaban, claro. Eso de ir completando cuadrados clavando la lima, el destornillador o el cuchillo en el suelo era como ser un ninja.



¡Y el trompo! He de confesar que jamás conseguí hacer bailar un trompo, muy torpe, pero era chulísimo cuando hacían combate y uno le rompía el trompo al otro, pobre, qué cara se le quedaba.





Lo mío eran las canicas y las chapas.

En las canicas me gustaba el hoyo. Se hacía un hoyo en la tierra y a ver quién metía la canica dentro desde fuera de un círculo que se pintaba alrededor. Y donde era muy bueno era en Tres dedos, Cuarta y Tres Cuartas. Esto consistía que tú le dabas con tu canica a otra, le tenías que dar tres veces y tenía que haber esa distancia entre las canicas. Cuando conseguías esto, te quedabas con la canica del otro. Qué chulada cuando aparecieron los bolones. Y chulada cuando aparecieron los de acero, eran la repera.



Las chapas me encantaban. Había dos formas de juego: uno al fútbol…



…y el que a mí me gustaba más, que eran las carreras.



Fuente imagen

Me acuerdo cuando las chapas traían fotos de ciclistas y era como correr la vuelta a España. Tenías tu chapa favorita, al igual que tu canica favorita, y a esas las cuidabas más.



Fuente imagen

Otro juguete que a mí siempre me ha gustado es el yo-yo. De hecho, tengo uno y juego con él muchas veces, me entretiene muchísimo. Eso sí, solo he llegado a hacer el columpio, el perrito y dar dos vueltas al yo-yo me salen bordados.



Y el sumun de los juegos era coger dos palos y hacer que fueran espadas, entonces podías ser un pirata, un mosquetero o lo que quisieras. Eso sí era jugar, ¡la imaginación al poder! Te montabas tu historia, repartías los personajes y cada uno lo interpretaba a la perfección.

En nuestra casa en Ronda estábamos siempre los mismos niños y cuando venía mi primo José Ignacio Ordoñez sumábamos 4, entonces nos íbamos donde estaba la leña, cogíamos cada uno un palo que tuviera forma de trabuco y jugábamos a Curro Jiménez, qué grande. Yo era el estudiante, a mi hermano como era más pequeño le decíamos que él era el amigo de Curro… Siempre se terminaba enfadando, jajaja.

palos-de-le%C3%B1erabuena-FILEminimizer.jpg


Los niños de hoy en día, como no sea con una máquina de estas modernas, no saben jugar. Ya no se les ve inventando juegos, entreteniéndose con cualquier cosa. Como no tengan las botas que anuncia Messi, ni juegan al fútbol, en cambio nosotros jugábamos con los zapatos y una lata si no había balón.

Todo ha cambiado, algunas cosas a mejor pero en este caso creo que a peor. Una pena, los niños tienen que ensuciarse, inventar juegos, correr, esconderse, imaginar historias y no darle a un botón durante horas sentados delante de una pantalla.

Así que animo a los padres a que enseñen a sus hijos a jugar, que les quitéis las consolas y les deis palos, pelotas y enseñarles lo que es el escondite o el pilla-pilla.

Hay que salir de casa y volver a jugar en las aceras o los parques, que jueguen con más niños y se ensucien y se hagan raspones en las rodillas como todos nos hemos hecho.
¿De dónde se saca este que los niños que juegan a los videojuegos se aislan en una habitación? Muchos son participativos, además les ayudan a aprender a tomar decisiones. Como todo, con moderación no es malo en mi opinión. Y además los niños siguen jugando al pilla pilla y a todo lo demás. menos a lo de la lata, el Agro no tiene edad para eso, se lo ha sacado de la manga el guionista ese que le crea su personalidad ficticia de Arturo Fernández.
 
Me quedo con esta foto. Chicas hurañas, que parece que han ido a punta de pistola, o chantajeadas por las fotos nocturnas con los indígenas musculosos en la playa de Vistaherosa....Y la Porcelanita que acaba de hacerse popó encima y huele
Así lo pasa la hight class de Sevilla, siempre comportándose como si tuvieran un palo metido en el...¡qué divertido!
 
¿Y eso? ¿El fin de semana no es tan selecto y de tronío?
Para su clase social no. Ir los fines de semana a la feria es propio de:
_ la gente de pueblos, ya que en estos no hay días festivos para la feria, y consecuentemente los escolares tiene colegio, entonces debes de aguardar a que llegue el fin de semana para poder ir.
_ aquellas personas que trabajamos y no tenemos vacaciones, o bien porque es un periodo muy solicitado en cualquier lugar de trabajo de Sevilla para tener la suerte de que te las den o bien porque prefieres no coger días, pudiendo ir el fin de semana.

Este último punto viene a demostrar que los sevillanos en feria o cualquier festivo que se precie trabajamos. Como cualquier español tienes tus correspondientes días de vacaciones y tú te lo administras como bien puedas.
Pd: yo sólo he podido ir este año un día, y el resto me ha tocado guardias en mi v trabajo (hoy trabajo de noche por ejemplo)
 
11abril
Cómo ver el arte del toreo
Aprovechando que el río Guadalquivir pasa por Sevilla y estamos en la Feria de Abril me vais a permitir, queridos lectores, que os cuente cómo me enseñaron a ver una corrida de toros.

En esta maravillosa ciudad se encuentra una de las dos plazas de toros más bonitas del mundo, la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. La otra, sin duda, es la Real Maestranza de Caballería de Ronda, además de la más antigua. Queda claro que los maestrantes sabían hacer las plazas de toros más bonitas.





Esta fue la última vez que toreé en Sevillla. Le brindé el toro a mi mujer. Sitio especial, mujer especial.



Como información, la Maestranza a día de hoy es una orden sin ánimo de lucro que apoya al arte con dos magníficos museos dentro de las dos plazas y con numerosas becas de estudios, incluso la de Ronda tiene una escuela de jinetes de un altísimo nivel.

Volviendo a los toros…

Estos días se realiza el ciclo de corridas de toros, junto con Madrid, y es el más importante del mundo.

Torear en Sevilla es torear en la catedral del toreo, es donde se valora cada detalle, donde te examinan hasta cómo llevas amarrados los machos, donde todo tiene que estar en perfecto estado de revista, donde te miden con una vara de medir muy exigente pero justa, donde el ole se alarga con ecos flamencos, donde el albero parece oro, se torea a la sombra de la Giralda, donde no se sabe si está saliendo el Gran Poder de madrugada o se torea, por el silencio tan radical que se guarda. Aquí se ve y se escucha todo y todo queda.

Esta plaza da categoría, es categoría.

Sabiendo ya donde vamos, que es a la catedral del toreo, imagino que podéis intuir que la liturgia es muy importante, las formas y las maneras.

Lo primero que me enseñaron es que a los toreros que se van a jugar la vida hay que demostrarles respeto. Sí, queridos, respeto, porque la verdad de esta maravillosa profesión está escrita con sangre, en esta plaza se ha pagado muchas veces con el máximo tributo; la vida.

Así que para los toros las señoras se visten con sus mejores y más elegantes modelos, es un espectáculo digno de ver.



El ciclo de corridas se divide en pre-feria y farolillos. Es decir, a las corridas que hay antes de que se ilumine el real recinto ferial y empiece la vida en las casetas se les llama pre-feria y una vez estalla la alegría son farolillos. En farolillos se puede ir perfectamente a los toros con traje de flamenca, de hecho es precioso, ¡me encanta! Es el momento de lucir ese mantón de Manila maravilloso, una mujer de flamenca en el tendido es un espectáculo único.

Así que por supuesto los señores deben llevar siempre corbata. Algo que a mí me gusta mucho es ver a un caballero con su traje de chaqueta y su sombrero de ala ancha.Recuerdo a D. Álvaro Domecq, qué gran señor, qué elegancia. He de decir que yo de quien aprendí a vestirme de corto fue de él, tuve la suerte de conocerlo mucho, las dos familias han compartido amistad desde siempre, al igual que con D. Fermín Bohórquez, otro caballero. Pues ese detalle me encanta, algún día lo voy a hacer, iré con mi sombrero de ala ancha.



D. Álvaro Domecq, El Gallo y Juan Belmonte. Foto para el recuerdo

Además del respeto que debemos demostrar no olvidemos que vamos de fiesta grande. Vamos (o debemos) ir a disfrutar de un espectáculo increíble, puro arte. No es un arte que puedas contemplar cada vez que quieras, pero sí sentirlo. Cuando ves torear un toro como mandan los cánones, con esa despaciosidad, con esa entrega sin importar al torero que tiene cuerpo, entregado a sus sueños y a sus sentimientos, esa faena, cuando se te mete dentro, ya siempre podrás recordar cómo te hizo sentir. Un sentimiento que te recorre el cuerpo y hace que se te pongan los vellos de punta. Esta se la grandeza del toreo.





Volviendo al tema del que hablamos hoy.

A los toros se debe llegar por lo menos 30 minutos antes del paseíllo para comprar las almohadillas y después poder disfrutar poco a poco de los colores que van llenando la plaza, de la luz y por supuesto del paseíllo. Eso es algo casi sacado del antiguo imperio romano cuando los gladiadores ofrecían sus vidas, aquí los toreros ofrecen su vida al arte, solo que asumen el precio que deben estar dispuestos a pagar y lo hacen conscientes y gustosamente porque esta es su vida, por lo que viven, con lo que sueñan y por lo que morirían.

El paseíllo es espectacular, ver a esos hombres como van en busca de su destino es algo glorioso.

Escuchar la música, ver el colorido de los vestidos de torear, los bordados, la cara de tensión y concentración de los toreros, con qué liturgia y respeto se desean suerte. Detalles que no os podéis perder.



Debéis estar muy pendientes de todos y cada uno de los miles de detalles que suceden en una corrida de toros, porque esto es lo que hace grande lo que ya de por sí es inmenso y si no prestáis atención a esto os vais a perder algo muy valioso de toda esta experiencia.

El ver las manías o costumbres de los toreros al empezar el paseíllo, ver cómo, desde el matador pasando por las cuadrillas, picadores, monosabios y hasta los areneros, demuestran respeto a este momento en el que el tiempo se para.



Detalles como ver qué hacen los toreros antes de que salga el toro, cómo se comunica con su cuadrilla sin necesidad de hablar, solo con una mirada o un leve gesto. Cómo coge la muleta, sus manías, qué gestos hace el torero cuando está entendiendo a su amigo el toro, cuando comienzan ese baile, cuando toro y torero conectan, el ver cómo está un torero colocado para poder salvar la vida a un compañero si el momento lo requiere, ver el compañerismo y por supuesto disfrutar del toreo.











Fotos de detalles de Francis Ponce

Dicen que hay que saber de toros para poder disfrutar de una corrida de toros.

Yo digo que no.

Dicen que hay que saber para diferenciar lo bueno de lo malo.

Yo digo que no.

Yo no entiendo de pintura y si voy a un museo se qué cuadro me gusta y cual no.

Y saber diferenciar lo bueno de lo malo es muy fácil. Lo bueno es lo que te haga emocionarte y que te arranque ese ole o ese sentimiento de admiración a lo que hace el torero, lo malo es lo que no te llegue. Mira qué fácil y que sencillo.

Es una pena ir a los toros con prejuicios o con una faena en la cabeza que quieras ver, si vas así te vas a perder muchísimas cosas. Este es el sitio para ir con la mente abierta y queriendo disfrutar hasta del que vende las garrapiñadas y las lanza hasta las manos del comprador a una distancia de 15 metros con una precisión olímpica. Hay que tener mucho arte.

Últimamente esto no parece que pase, la gente está como examinando al torero, esto sólo pasa aquí, está claro. Que yo sepa, nadie va a un concierto de música clásica o al teatro o a un museo a buscar los errores. ¿Y a los toros sí?

Pues peor para ellos, se van a perder muchísimas cosas.

A los toros hay que ir a empaparse de cada momento único, de cada detalle para poder recordarlo. Es una obra viva y como viva que está es irrepetible.

Las plazas de toros son maravillosas y bonitas ¡ole ahí la riqueza en el lenguaje! Oops las señoras -chupito-, los señores-chupito-, puro arte (again) chupito...

Esto lo escribe él, ningún becario puede ser tan border line. Y sí, miarma, te molesta que examinen al torero...Será que no hay críticos de cine, teatro o de música...Porque a ti no se te puede decir nada, siendo todo arte riquessa tronío y puressa
 
No sé si se ha hablado aquí de Carlos Telmo, el impresentable relaciones públicas de la Casa de Alba que durante la boda de Eugenia y Fran sólo sabía caer en un soponcio detrás de otro con ataques de histeria patéticos en lugar de hacer su trabajo. El típico advenedizo que hace de bufón a la clase alta y vive del cuento.
 
Back