SERIES FAVORITAS
- AutorSOYHELENA
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Me encanta la actriz, le voy a echar un ojo.no está mal
Me ha recordado la película "Crash"
cuenta nueva
Por: Natalia Marcos | 22 de junio de 2015
True Detective llegó el año pasado a nuestras vidas como un terremoto. Al poco de estrenarse, y gracias también al despliegue de toda la artillería promocional de la cadena HBO (que ya solo con sus siglas despierta expectación allá donde va), el mundo seriéfilo se rendía a sus pies. True Detective tenía algo que atrapaba. La ambientación, la fotografía, la banda sonora, los personajes, la filosofía, las referencias literarias, el estilo narrativo, el análisis y sobreanálisis que generó, las actuaciones... Por tener, tenía hasta una de las tomas más comentadas del año, el plano secuencia de seis minutos con el que termina el cuarto capítulo. Ahora hace frente a su reto más complicado: la segunda temporada.
True Detective hace borrón y cuenta nueva para sus nuevos ocho capítulos. Nuevos personajes, nuevos actores, nueva historia, nueva ambientación, nueva localización. Para encarar a la segunda entrega, lo primero que hay que hacer es olvidarse de las comparaciones y del recuerdo de aquella historia que tenía lugar en la Luisiana profunda. Tras ver los primeros tres capítulos gracias a Canal + (la cadena que en España emite de forma simultánea a EE UU la serie), comprobamos que esta True Detective no es la que recordamos. Hay detectives, sí. Y una historia oscura también. Incluso volvemos a estar ante un relato donde los personajes son más importantes que la trama en sí. Pero no es la True Detective que recordamos.
La historia nos lleva a la ficticia ciudad californiana de Vinci, una localidad industrial decadente que ahora acoge a gánsters y policías corruptos. Colin Farrell es Ray Velcoro, un agente que en el pasado entabló relación con el gánster Frank Semyon (Vince Vaughn) —también con un complicado pasado en su infancia—, vinculación que les ata todavía en el presente. Velcoro se mantiene a duras penas en pie sumido en el alcohol y afrontando las consecuencias de un acontecimiento del pasado que marcó su matrimonio —y el resto de su vida— y lidiando con un hijo para el que es lo contrario a un buen ejemplo.
Por otro lado, Ani Bezzerides (Rachel McAdams) es una detective entregada a su trabajo que lleva a rastras una infancia y una familia de las que intenta huir sin lograrlo. Paul Woodrugh (Taylor Kitsch) es el tercer detective de esta historia, policía de carretera al que un escándalo aireado por la prensa le ha costado el descrédito en su carrera y que lleva sobre sus hombros un oscuro pasado como militar. Tras un primer capítulo de presentación de los cuatro personajes centrales, el camino de los tres policías se entrecruza gracias a un asesinato que hará que tengan que trabajar juntos y que también implica de alguna forma a Semyon.
Parece que esta vez nos tendremos que olvidar del sobreanálisis de la primera entrega, de esa obsesión por buscar el sentido a cada pista. Dejamos de lado la adicción que creó y cambiamos los ocres de los campos de Luisiana por la oscuridad de los tugurios de una ciudad industrial. True Detective sigue siendo una gran producción muy cuidada (todos esos cambios son, sin duda, buscados por Nic Pizzolatto, el guionista y máximo responsable de la serie). Menos original e impactante pero también de gran calidad. Sigue confiando en el ritmo pausado para adentrarse en el alma de unos personajes atormentados que están por encima de la historia. En True Detective todo es dramático, profundo, los protagonistas están martirizados por su pasado y no parecen capaces de levantar cabeza. Bastante tienen con soportar la carga que llevan sobre ellos.
También vuelve a apostar por el poder de la música para crear la ambientación apropiada. La cantante Lera Lynn pone banda sonora a varios momentos de la serie. Pero cada episodio arranca con unos títulos de crédito igual de hipnóticos que los de la primera entrega y en los que la canción Far From Any Road, de The Handsome Family, deja su lugar a la voz de Leonard Cohen y el tema Nevermind.
True Detective tiene una difícil tarea por delante: conseguir librarse del lastre que es el gran éxito que cosechó su primera tanda de capítulos. Es el problema de las segundas temporadas de las series que fueron un bombazo en su arranque. Lo bueno en este caso es que si la segunda decepciona, siempre quedará el recuerdo de la primera y la esperanza de una posible tercera que remonte.
Pero antes, vayamos paso a paso y disfrutemos de esta novela negra en formato serie de televisión.
Por: Natalia Marcos | 22 de junio de 2015
True Detective llegó el año pasado a nuestras vidas como un terremoto. Al poco de estrenarse, y gracias también al despliegue de toda la artillería promocional de la cadena HBO (que ya solo con sus siglas despierta expectación allá donde va), el mundo seriéfilo se rendía a sus pies. True Detective tenía algo que atrapaba. La ambientación, la fotografía, la banda sonora, los personajes, la filosofía, las referencias literarias, el estilo narrativo, el análisis y sobreanálisis que generó, las actuaciones... Por tener, tenía hasta una de las tomas más comentadas del año, el plano secuencia de seis minutos con el que termina el cuarto capítulo. Ahora hace frente a su reto más complicado: la segunda temporada.
True Detective hace borrón y cuenta nueva para sus nuevos ocho capítulos. Nuevos personajes, nuevos actores, nueva historia, nueva ambientación, nueva localización. Para encarar a la segunda entrega, lo primero que hay que hacer es olvidarse de las comparaciones y del recuerdo de aquella historia que tenía lugar en la Luisiana profunda. Tras ver los primeros tres capítulos gracias a Canal + (la cadena que en España emite de forma simultánea a EE UU la serie), comprobamos que esta True Detective no es la que recordamos. Hay detectives, sí. Y una historia oscura también. Incluso volvemos a estar ante un relato donde los personajes son más importantes que la trama en sí. Pero no es la True Detective que recordamos.
La historia nos lleva a la ficticia ciudad californiana de Vinci, una localidad industrial decadente que ahora acoge a gánsters y policías corruptos. Colin Farrell es Ray Velcoro, un agente que en el pasado entabló relación con el gánster Frank Semyon (Vince Vaughn) —también con un complicado pasado en su infancia—, vinculación que les ata todavía en el presente. Velcoro se mantiene a duras penas en pie sumido en el alcohol y afrontando las consecuencias de un acontecimiento del pasado que marcó su matrimonio —y el resto de su vida— y lidiando con un hijo para el que es lo contrario a un buen ejemplo.
Por otro lado, Ani Bezzerides (Rachel McAdams) es una detective entregada a su trabajo que lleva a rastras una infancia y una familia de las que intenta huir sin lograrlo. Paul Woodrugh (Taylor Kitsch) es el tercer detective de esta historia, policía de carretera al que un escándalo aireado por la prensa le ha costado el descrédito en su carrera y que lleva sobre sus hombros un oscuro pasado como militar. Tras un primer capítulo de presentación de los cuatro personajes centrales, el camino de los tres policías se entrecruza gracias a un asesinato que hará que tengan que trabajar juntos y que también implica de alguna forma a Semyon.
Parece que esta vez nos tendremos que olvidar del sobreanálisis de la primera entrega, de esa obsesión por buscar el sentido a cada pista. Dejamos de lado la adicción que creó y cambiamos los ocres de los campos de Luisiana por la oscuridad de los tugurios de una ciudad industrial. True Detective sigue siendo una gran producción muy cuidada (todos esos cambios son, sin duda, buscados por Nic Pizzolatto, el guionista y máximo responsable de la serie). Menos original e impactante pero también de gran calidad. Sigue confiando en el ritmo pausado para adentrarse en el alma de unos personajes atormentados que están por encima de la historia. En True Detective todo es dramático, profundo, los protagonistas están martirizados por su pasado y no parecen capaces de levantar cabeza. Bastante tienen con soportar la carga que llevan sobre ellos.
También vuelve a apostar por el poder de la música para crear la ambientación apropiada. La cantante Lera Lynn pone banda sonora a varios momentos de la serie. Pero cada episodio arranca con unos títulos de crédito igual de hipnóticos que los de la primera entrega y en los que la canción Far From Any Road, de The Handsome Family, deja su lugar a la voz de Leonard Cohen y el tema Nevermind.
True Detective tiene una difícil tarea por delante: conseguir librarse del lastre que es el gran éxito que cosechó su primera tanda de capítulos. Es el problema de las segundas temporadas de las series que fueron un bombazo en su arranque. Lo bueno en este caso es que si la segunda decepciona, siempre quedará el recuerdo de la primera y la esperanza de una posible tercera que remonte.
Pero antes, vayamos paso a paso y disfrutemos de esta novela negra en formato serie de televisión.
A
Afrodita
Guest
¡Que desfasada estoy en esto de las series!
Otra que creo que no está por aquí, si no me disculpais, me pareció maravillosa, Felicity Huffman está increíble, se llevará premio seguro, o al menos debería, el crimen de una pareja en su casa como pretexto para tratar el racismo en EEUU, análisis de la sociedad americana, los prejuicios raciales,emotiva, intensa, muy recomendable.
yo soy mucho de series,me encantan,pero soy mas de dramaticas que de humor,me encanto en su tiempo "Urgencias",ahora soy fans de Anatomia de Grey,y las policiacas,y las de misterio.Aunque "Dos hombres y medio"las temporadas con Charli Shin,muy buenas.
24JUN201507:55 h
True Detective 2
comentarios2
El primer episodio de la nueva temporada de 'True Detective', la segunda, me ha gustado pero no me ha fascinado. Nada que ver con aquel comienzo de la primera que, antes de saber si lo amaba o lo odiaba, me dejó sin palabras. Esta vez no ha habido en mi sofá un "¿pero esta locura qué demonios es?", sino un conocimiento total de lo que tenía delante. 'True Detective' es ahora muy 'True Detective' y tal vez eso la aleje... de 'True Detective'.
Recordemos que para esta nueva temporada cambia el reparto y el argumento. En teoría sólo se mantienen el espíritu y el estilo de la serie. El tema es que se mantengan tanto que al final haya pestazo a secuela, incluso a autoplagio, incluso a parodia. Algo que ya sobrevolaba los primeros trailers que vimos de la nueva entrega. A menos que las cosas evolucionen mucho (y giren más), lo que se emite ahora es claramente una secuela. Secuela conceptual, pero secuela. Y, a menos que el tema central de la nueva 'True Detective' sea el destino, o el karma, o algo por el estilo, los guionistas se están pasando de la raya. El número de "casualidades convenientes" del primer episodio es peligroso. Son demasiadas y demasiado convencionales.
Lo que a muchos espantó de esta serie en su momento, el rollo filosófico, la descarada pretensión de ser una serie trascendente, es lo que sirve para justificarla. 'True Detective' fue grande precisamente por eso: por aspirar a ser algo más allá de lo que el espectador suele ver en la pantalla, incluso en una pantalla tan libre como la de HBO. Es cierto que los análisis de la serie se fueron de madre, muchísimo, pero es que la tentación de sacarle punta metafísica a TODO era enorme. Ella lo permitía, invitaba a hacerlo.
La 'True Detective' de ahora mantiene muchos de los rasgos estilísticos de aquella que nos obsesionó en enero del 2014. Sin embargo, no sorprende. Me envainaré estas frases si en próximos episodios (algunos privilegiados han podido ver ya unos cuantos más) se compacta tanto y tan bien como su predecesora. Si no lo hace, si no vuela sola, se quedará en una buena serie de género negro con un reparto trash (sale hasta Kelly Reilly, madre mía) muy bien manejado y un respeto hacia su primera temporada que quizá sea excesivo. Yo sigo pensando que la mejor segunda temporda de 'True Detective' era 'The Jinx', que sí que tiene todos los números para ser una de las series del año. La nueva temporada de 'True Detective' por ahora no lo es. Es sólo 'True Detective 2'.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/asesinoenserie/2015/06/24/true-detective-2.html
No estoy de acuerdo.Solo es el principio,hay que esperar...
True Detective 2
comentarios2
El primer episodio de la nueva temporada de 'True Detective', la segunda, me ha gustado pero no me ha fascinado. Nada que ver con aquel comienzo de la primera que, antes de saber si lo amaba o lo odiaba, me dejó sin palabras. Esta vez no ha habido en mi sofá un "¿pero esta locura qué demonios es?", sino un conocimiento total de lo que tenía delante. 'True Detective' es ahora muy 'True Detective' y tal vez eso la aleje... de 'True Detective'.
Recordemos que para esta nueva temporada cambia el reparto y el argumento. En teoría sólo se mantienen el espíritu y el estilo de la serie. El tema es que se mantengan tanto que al final haya pestazo a secuela, incluso a autoplagio, incluso a parodia. Algo que ya sobrevolaba los primeros trailers que vimos de la nueva entrega. A menos que las cosas evolucionen mucho (y giren más), lo que se emite ahora es claramente una secuela. Secuela conceptual, pero secuela. Y, a menos que el tema central de la nueva 'True Detective' sea el destino, o el karma, o algo por el estilo, los guionistas se están pasando de la raya. El número de "casualidades convenientes" del primer episodio es peligroso. Son demasiadas y demasiado convencionales.
Lo que a muchos espantó de esta serie en su momento, el rollo filosófico, la descarada pretensión de ser una serie trascendente, es lo que sirve para justificarla. 'True Detective' fue grande precisamente por eso: por aspirar a ser algo más allá de lo que el espectador suele ver en la pantalla, incluso en una pantalla tan libre como la de HBO. Es cierto que los análisis de la serie se fueron de madre, muchísimo, pero es que la tentación de sacarle punta metafísica a TODO era enorme. Ella lo permitía, invitaba a hacerlo.
La 'True Detective' de ahora mantiene muchos de los rasgos estilísticos de aquella que nos obsesionó en enero del 2014. Sin embargo, no sorprende. Me envainaré estas frases si en próximos episodios (algunos privilegiados han podido ver ya unos cuantos más) se compacta tanto y tan bien como su predecesora. Si no lo hace, si no vuela sola, se quedará en una buena serie de género negro con un reparto trash (sale hasta Kelly Reilly, madre mía) muy bien manejado y un respeto hacia su primera temporada que quizá sea excesivo. Yo sigo pensando que la mejor segunda temporda de 'True Detective' era 'The Jinx', que sí que tiene todos los números para ser una de las series del año. La nueva temporada de 'True Detective' por ahora no lo es. Es sólo 'True Detective 2'.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/asesinoenserie/2015/06/24/true-detective-2.html
No estoy de acuerdo.Solo es el principio,hay que esperar...
A
Afrodita
Guest
Serie que odio... perdón para quien le guste...
¡La Fletcher! ¡Asi cualquiera escribe un crimen! Si te lo montas tu misma... Una de dos, o esta mujer es gafe o es la asesina en serie, a mí me aparece delante y salgo corriendo... O quizás induce al asesinato con dotes hipnóticas, las mismas con las que hace que el supuesto culpable cante de plano en vez de negar todas las elucubruciones de la señora de plano sin más antes de pedir un abogado...
Los guiones son tan simplones, está tan claro quien es el asesino o asesina...
En su descargo, hay que decir que la mayoria de series policiacas - excepto mi Montalbano, jajaja - son así. Si el prota es poli es más normal que tenga que resolver crímenes, es su trabajo, pero el mismo mítico Columbo ya no tenia que pensar mucho a la hora de averiguar quien era el asesino: el pesado que se pegaba a él queriendo "ayudarle" en su investigación era el asesino, nunca fallaba. Y sus asesinos siempre insistian en ayudarle, ninguno quería alejarse de él y su gabardina ni pasar desapercibido para él, como es lógico hacer si te has cargado a alguien, no....
Otra que odio: esa del perro Rex... Ponen al chucho haciendo cosas ridículas, su dueño, que cambia de dueño-poli más que de collar, le quiere más que a cualquier ligue - es que, en general, no liga, prefiere la compañia del perro - y el perro es tan listo que una vez le dan hasta dotes de predictor adivinando segun la propia interesada que el chucho ha adivinado que espera un niño... También es gracioso en investigaciones donde sale el poli diciendo que Rex ha adivinado tal cosa porque es capaz de escuchar sonidos que no captan el oido humano y, gracias a eso, han dado con una pista buenísima... y yo me pregunto cómo se lo ha dicho el perro, si con dos o tres ladridos, y si el poli tiene el diccionario de traducción ladrido-lenguaje humano. El resto de polis, incluido el jefe, son tontos total, solo están ahí para que el perro se coma sus meriendas.
Enfin ¡que pocas series policiacas buenas hay, incluidas las aburridas CSI, que a ver que mérito hay en que una probeta te descubra al asesino a través del analisis de pelos y ADN...
Perry Mason era el mejor abogado del mundo, porque no solo tenía talento para escoger clientes inocentes, sino que, no contento con demostrar tu inocencia, servía al verdadero asesino en bandeja al juez en el mismo estrado de testigos, dejando la reputación de su cliente impóluta, por si quedaba alguna sospecha...
Asi podemos seguir analizando series de este tipo sin fin...
¡La Fletcher! ¡Asi cualquiera escribe un crimen! Si te lo montas tu misma... Una de dos, o esta mujer es gafe o es la asesina en serie, a mí me aparece delante y salgo corriendo... O quizás induce al asesinato con dotes hipnóticas, las mismas con las que hace que el supuesto culpable cante de plano en vez de negar todas las elucubruciones de la señora de plano sin más antes de pedir un abogado...
Los guiones son tan simplones, está tan claro quien es el asesino o asesina...
En su descargo, hay que decir que la mayoria de series policiacas - excepto mi Montalbano, jajaja - son así. Si el prota es poli es más normal que tenga que resolver crímenes, es su trabajo, pero el mismo mítico Columbo ya no tenia que pensar mucho a la hora de averiguar quien era el asesino: el pesado que se pegaba a él queriendo "ayudarle" en su investigación era el asesino, nunca fallaba. Y sus asesinos siempre insistian en ayudarle, ninguno quería alejarse de él y su gabardina ni pasar desapercibido para él, como es lógico hacer si te has cargado a alguien, no....
Otra que odio: esa del perro Rex... Ponen al chucho haciendo cosas ridículas, su dueño, que cambia de dueño-poli más que de collar, le quiere más que a cualquier ligue - es que, en general, no liga, prefiere la compañia del perro - y el perro es tan listo que una vez le dan hasta dotes de predictor adivinando segun la propia interesada que el chucho ha adivinado que espera un niño... También es gracioso en investigaciones donde sale el poli diciendo que Rex ha adivinado tal cosa porque es capaz de escuchar sonidos que no captan el oido humano y, gracias a eso, han dado con una pista buenísima... y yo me pregunto cómo se lo ha dicho el perro, si con dos o tres ladridos, y si el poli tiene el diccionario de traducción ladrido-lenguaje humano. El resto de polis, incluido el jefe, son tontos total, solo están ahí para que el perro se coma sus meriendas.
Enfin ¡que pocas series policiacas buenas hay, incluidas las aburridas CSI, que a ver que mérito hay en que una probeta te descubra al asesino a través del analisis de pelos y ADN...
Perry Mason era el mejor abogado del mundo, porque no solo tenía talento para escoger clientes inocentes, sino que, no contento con demostrar tu inocencia, servía al verdadero asesino en bandeja al juez en el mismo estrado de testigos, dejando la reputación de su cliente impóluta, por si quedaba alguna sospecha...
Asi podemos seguir analizando series de este tipo sin fin...
A
Afrodita
Guest
Pues otras que odio son las de hospìtales y médicos... No me extraña el mote de matasanos si son como en estas series, más preocupados por acostarse los unos con los otros que por el gota a gota del paciente y haciendose confidencias mientras operan a corazón abierto...
A
Afrodita
Guest
Mi favorita es prison break.
De siempre me han gustado mucho las películas carcelarias (Me encantan) Entonces, el tener una "peli" sobre cárceles que no termine en 2 horas...
Todos tenemos nuestras rarezas claustrofóbicas, a mí, por ejemplo, me gustan las pelis de submarinos, ya sabeis,¡periscopio! ¡inmersión, inmersión!, ¡preparad torpedos! El glamour del Capitán Nemo...
¡Anda que no me hizo ilusión ver uno de verdad atracado en Cartagena, solo que los marineritos de guardia no solo no quisieron darme una vuelta (¡que les habría costado, un paseito submarino cerca, que tampoco les pedía que desertasen con con el para torpedear New York!), sino ni siquiera echarle un vistazo por dentro y mirar a los paseantes del puerto por el periscopio, para saber el alcance real de esas lentes, jajajaja... No hay derecho, que seguro que en ese submarino hay algún céntimo de mis impuestos, podrían sacarle alguna rentabilidad turística, digo yo...
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