Concha Piquer y Concha Márquez Piquer

Aquí las declaraciones se la protagonista de este hilo sobre la espantá
de Marzo de 2003 - 13:44 CET POR HOLA.COM
El mismo día en el que Curro Romero y Carmen Tello festejaban con sus amigos la celebración de su enlace, que tuvo lugar el pasado 16 de febrero, Concha Márquez Piquer, ex mujer del Faraón de Camas, acudía al programa de televisión ‘Salsa rosa’, emitido en Tele 5, dónde expresó sus deseos de felicidad para el matrimonio.

Como se sabe, Curro y Carmen no pudieron casarse por la Iglesia, como hubiera sido el deseo de ella, debido a que Curro y Concha no han obtenido la nulidad matrimonial eclesiástica. En este sentido, Concha aclaró que ella no se ha opuesto a esta nulidad sino que el Tribunal de la Rota no ha considerado que sea procedente, resolución que ha sido recurrida por el Faraón de Camas.

"Siempre quise que Curro fuera feliz porque es el padre de mis hijas Concha y Coral y ahora mismo igual", comentó Concha quien también tuvo palabras de elogio para Carmen: "Es una mujer que ha sido una gran madre, una gran esposa, nunca se ha tenido que decir nada de ella". Concha y Curro se divorciaron en 1982 y poco después ella contrajo matrimonio con el actor Ramiro Oliveros, con el que tuvo a su tercera hija, Iris.

Durante la entrevista, la artista añadió que ella no hubiera reaccionado del mismo modo que Carmen cuando él anunció a través de un comunicado que se "aplazaba indefinidamente la boda". "Una cosa es lo que yo piense y otra es lo que haga ella. Pero si esto sucediera, no creo que me volviera a ver o si me viera pasaría mucho tiempo antes y se las haría pasar canutas". Antes de despedirse, Concha insistió en su felicidad junto a su esposo: "Tengo a uno de los hombres más hermosos que hay en España con un corazón que no le cabe en el pecho. Llevamos juntos 20 años y sólo nos hemos separado tres días".
 
Veinte días faltaban para la boda del maestro Curro Romero con su novia desde hace siete años, la sevillana Carmen Tello. Veinte días para unir civilmente una relación que todo el mundo conocía de sobra y que tantos ríos de tinta ha hecho correr desde el momento en el que se enamoraron. Entonces, Tello llevaba cuatro años separada de Miguel Solís, marqués de Valencina, y una de las más grandes fortunas de este país. Por su parte, Romero había terminado su larguísima relación con Ana Rosa Pidal, junto a quien pasó cerca de veinte años. Se conocían de antes, pero con el tiempo empezaron a salir, a intimar y a formalizar una relación que tenía fecha de boda para el 1 de marzo en la Hacienda de Loreto, una finca situada a tres kilómetros de la casa del torero, en Espartinas (Sevilla), y que se eligió ante la imposibilidad de celebrar el enlace en su residencia, dada la cantidad de invitados que se iban sumando a la lista. Este fin de semana, nada hacía presagiar el comunicado que Romero ha enviado por su parte y del que se ha enterado por la prensa su prometida. El viernes, la pareja almorzó en Casa Robles, junto a un grupo de amigos entre los que se encontraban Paco Valladares, el diseñador Tony Benítez (que ya tiene a punto los vestidos de novia para ese día), María Teresa Campos, Concha Cuetos, Felipe Maestro y Enrique Miguel Rodríguez. Fue una velada normal y relajada en la que los amigos sí se percataron de lo agobiados que estaban los novios ante su próxima boda. Si su primera intención fue la de hacer una ceremonia con no más de 80 invitados, a fecha de hoy la lista iba por 400. Había situaciones comprometedoras, como gente que enviaba regalos de boda sin estar entre los invitados, e incluso circulaban rumores de que se habían repartido tarjetas falsas, y eso que las auténticas debían de haberse empezado a mandar ayer. El sábado fue igual de normal. La pareja cenó con Ana Rosa Quintana y su novio en su piso de Sevilla, junto a otros amigos. Según cercanos a Tello, en esa velada hubo quien comentó con Romero sus apariciones en los medios del corazón y el miedo que existía entre algunos «curristas» de que se acabara el mito y el misterio de una figura fundamental en la historia del toreo. Tras la cena, los novios discutieron. No era la primera bronca y de ahí que la propia Tello pensara que tampoco sería la última. Y es que son dos personas de carácter fuerte y dos personas de mundos muy diferentes. Al torero siempre le han gustado las fiestas flamencas, el baile hasta el amanecer, las bulerías... Siempre ha sabido pasárselo bien sin que nadie supiera dónde ni cuándo. Sus cercanos dicen que Tello no compartía tanto esa afición y de ahí sus primeros encontronazos. Esa noche se enfadaron, se dijeron cosas y se fueron por separado. Carmen volvió a la casa del diestro en Espartinas, donde se encuentra desde que decidieron que ya estaba bien de vivir en casas separadas. Ella había abandonado su domicilio de San Fernando (su lugar de residencia desde que se separó) para hacer las maletas y convivir con el hombre que había declarado en público que «Carmen es la mujer de mi vida». Ni la llamada del domingo, anunciándole el comunicado que el maestro acababa de enviar (todo el mundo que le conoce da por seguro que lo ha hecho en colaboración con otra persona, puesto que ni cuando se retiró de los ruedos utilizó ese sistema), ni la extrañeza de esas palabras hizo que Tello se temiera lo que ha ocurrido. Ayer por la mañana, y ante las llamadas de sus íntimos, ella aseguraba que eran cosas de los nervios y les avisaba de que no anularan sus reservas porque todo seguía adelante. Fue horas más tarde, y a través de unas palabras de la hija de su novio, Concha Romero Márquez, cuando comprendió que la decisión que su prometido había tomado iba en serio. Parece ser que Concha Romero dijo que su padre había decidido desaparecer para tomarse un tiempo en el que reflexionar muchas cosas y ordenar sus pensamientos. Por la tarde, Carmen Tello estaba desolada. No cogía las llamadas, tan sólo contestaba a sus más cercanos, con quienes lloró por la absurda situación que estaba viviendo. Tello seguía en la casa del hombre que acababa de anular su boda sin más explicaciones y no podía salir de allí dada la cantidad de fotógrafos que esperaban a las puertas para obtener unas declaraciones. Además, había dejado su piso, estaba en plena mudanza preparando el apartamento que acababan de comprar en la calle Betis, su refugio para cuando bajaran a la ciudad. De la noche a la mañana se anulaba su boda «por razones indeterminadas» y, una vez más, ella se enteraba por la prensa. Ayer nadie sabía dónde se encontraba el maestro. Los que le conocen de años atrás saben que es un especialista en desaparecer y quitarse de en medio sin que nadie le localice. «Curro puede estar en cualquier parte, pero no lejos de Sevilla», comentaba un amigo suyo, que ponía en duda el rumor de que el torero hubiera salido de España. «Curro es capaz de pasarse una semana o los días que haga falta en la casa de un amigo de confianza sin necesidad de salir a la calle», añadía. Por su parte, la duquesa de Alba, que iba a firmar como testigo de ese enlace, almorzó ayer en Sevilla con un grupo de personas relacionadas con el mundo taurino y, dentro de su conocida discreción, simplemente comentó que esperaba que las cosas se arreglaran. Ahora, el chiste fácil sería hacerse la preguntita del anuncio ¿dónde está Curro?, pero las cosas no están para bromas y menos cuando los sentimientos están aún por definir.
Gracias prima por traerlo. Qué fuerrrrrrteeeeee... pobre mujer.
 
Carmen Tello se queda desolada tras la «espantá» de Curro Romero

Veinte días faltaban para la boda del maestro Curro Romero con su novia desde hace siete años, la sevillana Carmen Tello. Veinte días para unir civilmente una relación que todo el mundo conocía de sobra y que tantos ríos de tinta ha hecho correr desde el momento en el que se enamoraron. Entonces, Tello llevaba cuatro años separada de Miguel Solís, marqués de Valencina, y una de las más grandes fortunas de este país. Por su parte, Romero había terminado su larguísima relación con Ana Rosa Pidal, junto a quien pasó cerca de veinte años. Se conocían de antes, pero con el tiempo empezaron a salir, a intimar y a formalizar una relación que tenía fecha de boda para el 1 de marzo en la Hacienda de Loreto, una finca situada a tres kilómetros de la casa del torero, en Espartinas (Sevilla), y que se eligió ante la imposibilidad de celebrar el enlace en su residencia, dada la cantidad de invitados que se iban sumando a la lista. Este fin de semana, nada hacía presagiar el comunicado que Romero ha enviado por su parte y del que se ha enterado por la prensa su prometida. El viernes, la pareja almorzó en Casa Robles, junto a un grupo de amigos entre los que se encontraban Paco Valladares, el diseñador Tony Benítez (que ya tiene a punto los vestidos de novia para ese día), María Teresa Campos, Concha Cuetos, Felipe Maestro y Enrique Miguel Rodríguez. Fue una velada normal y relajada en la que los amigos sí se percataron de lo agobiados que estaban los novios ante su próxima boda. Si su primera intención fue la de hacer una ceremonia con no más de 80 invitados, a fecha de hoy la lista iba por 400. Había situaciones comprometedoras, como gente que enviaba regalos de boda sin estar entre los invitados, e incluso circulaban rumores de que se habían repartido tarjetas falsas, y eso que las auténticas debían de haberse empezado a mandar ayer. El sábado fue igual de normal. La pareja cenó con Ana Rosa Quintana y su novio en su piso de Sevilla, junto a otros amigos. Según cercanos a Tello, en esa velada hubo quien comentó con Romero sus apariciones en los medios del corazón y el miedo que existía entre algunos «curristas» de que se acabara el mito y el misterio de una figura fundamental en la historia del toreo. Tras la cena, los novios discutieron. No era la primera bronca y de ahí que la propia Tello pensara que tampoco sería la última. Y es que son dos personas de carácter fuerte y dos personas de mundos muy diferentes. Al torero siempre le han gustado las fiestas flamencas, el baile hasta el amanecer, las bulerías... Siempre ha sabido pasárselo bien sin que nadie supiera dónde ni cuándo. Sus cercanos dicen que Tello no compartía tanto esa afición y de ahí sus primeros encontronazos. Esa noche se enfadaron, se dijeron cosas y se fueron por separado. Carmen volvió a la casa del diestro en Espartinas, donde se encuentra desde que decidieron que ya estaba bien de vivir en casas separadas. Ella había abandonado su domicilio de San Fernando (su lugar de residencia desde que se separó) para hacer las maletas y convivir con el hombre que había declarado en público que «Carmen es la mujer de mi vida». Ni la llamada del domingo, anunciándole el comunicado que el maestro acababa de enviar (todo el mundo que le conoce da por seguro que lo ha hecho en colaboración con otra persona, puesto que ni cuando se retiró de los ruedos utilizó ese sistema), ni la extrañeza de esas palabras hizo que Tello se temiera lo que ha ocurrido. Ayer por la mañana, y ante las llamadas de sus íntimos, ella aseguraba que eran cosas de los nervios y les avisaba de que no anularan sus reservas porque todo seguía adelante. Fue horas más tarde, y a través de unas palabras de la hija de su novio, Concha Romero Márquez, cuando comprendió que la decisión que su prometido había tomado iba en serio. Parece ser que Concha Romero dijo que su padre había decidido desaparecer para tomarse un tiempo en el que reflexionar muchas cosas y ordenar sus pensamientos. Por la tarde, Carmen Tello estaba desolada. No cogía las llamadas, tan sólo contestaba a sus más cercanos, con quienes lloró por la absurda situación que estaba viviendo. Tello seguía en la casa del hombre que acababa de anular su boda sin más explicaciones y no podía salir de allí dada la cantidad de fotógrafos que esperaban a las puertas para obtener unas declaraciones. Además, había dejado su piso, estaba en plena mudanza preparando el apartamento que acababan de comprar en la calle Betis, su refugio para cuando bajaran a la ciudad. De la noche a la mañana se anulaba su boda «por razones indeterminadas» y, una vez más, ella se enteraba por la prensa. Ayer nadie sabía dónde se encontraba el maestro. Los que le conocen de años atrás saben que es un especialista en desaparecer y quitarse de en medio sin que nadie le localice. «Curro puede estar en cualquier parte, pero no lejos de Sevilla», comentaba un amigo suyo, que ponía en duda el rumor de que el torero hubiera salido de España. «Curro es capaz de pasarse una semana o los días que haga falta en la casa de un amigo de confianza sin necesidad de salir a la calle», añadía. Por su parte, la duquesa de Alba, que iba a firmar como testigo de ese enlace, almorzó ayer en Sevilla con un grupo de personas relacionadas con el mundo taurino y, dentro de su conocida discreción, simplemente comentó que esperaba que las cosas se arreglaran. Ahora, el chiste fácil sería hacerse la preguntita del anuncio ¿dónde está Curro?, pero las cosas no están para bromas y menos cuando los sentimientos están aún por definir.
Gracias también a ti, prim@
 
Mi corazón va de sobresalto en sobresalto. ¿Y se llegó a saber qué había pasado?
Hombre, imagino que se cansó de los preparativos, dos de que llevarán regalos de no invitados y que hubiera invitaciones falsas... Él no es de esas cosas y estaría hasta los cataplineas de todo y como no es un hombre muy... Hizo lo que era típico en él, largarse. Imagino que por eso la vida fue en la intimidad y más adelante hicieron la fiesta, cuando ya se le pasó.
 

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