Totalmente de acuerdo. En la comunióm de mi hijo los niños desparecieron después de la comida y hasta que no nos fuimos estuvieron a su aire. Como dijo un amiguito, "a lo libre".Por la parte que me toca, como mala madre, puedo asegurar que los críos se tiran la comida por la cabeza y se van por ahí a correr y a gritar como si no hubiera un mañana
Y los adultos nos comemos las chuches como acompañamiento del gin-tonic, y hacemos "sobremesa" hasta la cena.
Podríamos celebrar cumpleaños, aniversarios y cualquier otra cosa, que a ellos les da igual.
Imagino que la hija de paloma estaría a su rollo con las amigas, sino vaya rollo todo el rato con los adultos.