Tinder: historias disparatadas, consejos, quedar con alguien por primera vez

[Sr Misterio]

Para ligar en tinder y en persona lo primero que entra es el físico, eso está claro.

 

[Matchalatte]

Estuve hablando un par de semanas con un chico de 37 y llegamos a quedar dos veces (la segunda acabé en su casa ??‍). El tío era una pasada, conectamos un montón y blablabla.
La gran bandera roja fue la segunda vez que nos vimos... me advirtió que estaba pasando una época de ansiedad y tomando pastillas antidepresivas por el tema del covid y todo lo que le ha conllevado económicamente (para haceros un resumen). Me preguntó antes de vernos si estaba segura si quería quedar porque le apuraba no estar al 100% como la vez anterior. De todos modos yo acepté y fuimos a cenar, a dar un paseo y como os he dicho acabamos en su casa viendo una peli... lo demás ya os lo podéis imaginar.
A partir de aquí huele a chamusquina. Le propuse pasados unos días de volver a vernos y prácticamente me canceló el plan un par de horas antes porque no estaba bien y no quería “utilizarme” para despejarse de sus pensamientos, que eso a la larga le haría daño y a mí también. Decía que se debatía entre seguir conociéndonos o no, que hablar de todos sus problemas conmigo le hacía ver que estaba más cerca del si que del no porque esos temas no los hablaba con gente desconocida. Fueron pasando los días y me sentía su terapeuta, todo eran audios de lo triste que estaba, de lo negro que lo veía todo, de que no tenía ganas de nada, etc.
Yo como no he vivido nunca de cerca una depresión no entendía estas actitudes... y me dejaba muy descolocada pensar que una semana antes habiamos estado tan bien y ahora todo eran rechazos y penurias...
Hace dos noches le escribí porque estuvimos 2 días sin hablar, cosa que me parecía raro porque siempre era él quien me abría todos los días. Me dijo “ojalá estuvieras aquí para ver una peli juntos y dormir abrazados”. AHORA SI, NO? Llevas rechazándome 1 semana entera por tus supuestas ansiedades y depresiones y ahora quieres dormir abrazados. Cabrón. Y me lo dices a las 11 de la noche cuando sabes que es inviable.
Pues ayer al mediodía le dije de quedar para pasar la noche juntos. A vosotras os ha contestado? Porque a mí no.

Yo lo siento, pero me he sentido como una IDIOTA por perder el tiempo intentando hablar temas tan delicados con alguien que me parece que está mucho mejor de lo que dice. QUE RABIA.

Haberle preguntado: "Qué antidepresivo tomas?"

 

[Ariel1983]

"que errores he cometido para acabar en una app de ligar"...

Primer error, pensar que sólo los "raros" están en tinder... Entonces todo el mundo es raro...? ? ?

 

[Aquesialber]

Que bien hablas siempre prima? muchas gracias por tus palabras y por los consejos de las primas. Estoy un poco triste pero no he llorado ni una lagrimita y eso es gracias a vosotras.
Mi gran problema es que soy súper insegura y mi autoestima brilla por su ausencia. Estuve en una relación muy larga, un poco tóxica y solo hice vida con él, y ahora me veo muy sola y si no tengo cita tinder pues casi que no salgo de casa. Y eso es lo que me lleva a darme el disgusto y ser tan dependiente. Del primer ghosting que me hicieron salí tan mal que hasta pasé por una clínica estética... Y si a todo eso sumamos que no puedo avanzar en mi vida por el covid y los confinamientos sinsentido apaga y vámonos.
Tengo que aprender a valorarme más, a no depender ni engancharme taaaan pronto, a ser más independiente... Escribirlo por aquí me libera un poquito y me ayuda a cumplirlo, pero cuesta taaanto. Gracias a todas las primas y mucho ánimo, no tenemos que dejar que nuestra autoestima dependa de estos gilipollas ?

Me siento muy identificada contigo. Tuve una relación de casi 10 años que se terminó de golpe, y que me dejó hundida. Ahí me di cuenta de que mi vida giraba en torno a él y que me encontraba muy sola. A raíz de eso, entré en una espiral de citas tinder y rolletes de fiesta que me dejaban emocionalmente vacía, pero me aferraba a ellos. Más tóxico imposible. Una de mis amigas habló seriamente conmigo y me dijo lo que no quería oír: que era emocionalmente dependiente de cualquier tío que me hiciera caso y buscaba el amor a toda costa. Vi que tenía razón y fui a terapia una temporada con un psicólogo. Me vino de maravilla. Me dije que solo volvería a quedar con un tío si lo conocía de manera natural y si veía que me podía ofrecer lo que verdaderamente quería, sin aceptar banderas rojas y sabiendo que si desaparece, mi vida sigue igual de feliz sin el. Y con el tiempo apareció mi novio. Apareció la persona que quería cuando no buscaba, y creo que esa es la clave. Al buscar, se suele aceptar cosas que de otra manera no aceptaríamos.
Mucho ánimo y seguramente algún día conozcas a un tío que merezca la pena. Y si no, la vida soltera también es maravillosa

 

[Mecedora]

Muy interesante, estoy de acuerdo con muchas cosas, pero yo pienso que el problema no es solo el sistema de recompensa de la app y el hecho de que provoque una especie de ludopatia, el problema es el hijoputismo de la gente escudándose en que es Tinder, que te permite bloquear, desaparecer, tener un par de citas y después del s*x* hacerse los tontos, etc. eso no lo hace Tinder...lo hace la gente sin escrúpulos...

 

[Sr Misterio]

Te recomiendo una lectura Amor Líquido del sociologo polaco Zygmunt Bauman que habla con gran lucidez de este tipo de relaciones y que se puede comprar en Amazon.



Es propio de la sociedad de la información y el consumo en que nos encontramos que las personas den más valor a la experiencia presente, a la libertad sin ningún tipo de ataduras, al consumo puntual y poco responsable y a la satisfacción inmediata de las necesidades corporales e intelectuales. Todo aquello que no cumple con el requisito de la inmediatez, del “usar y tirar”, es desechado.

El amor líquido, pues, hace referencia a la fragilidad de los vínculos sentimentales, alude a la necesidad de no establecer raíces emocionales profundas con las personas con que nos cruzamos en la vida, a fin de permanecer desvinculados emocionalmente y así poder encajar en un entorno en constante mutación. Sin embargo, el amor líquido no solo refiere a nuestras relaciones con los demás, sino también a nuestra relación con nosotros mismos, pues Bauman considera que vivimos en una cultura que destaca por la “liquidez del amor propio” de los individuos.

Hoy en día, las relaciones amorosas se basan más en la atracción física que en una conexión profunda a un nivel más personal. Son relaciones marcadas por el individualismo de ambos miembros, en que el contacto es efímero, y esto es sabido de antemano, cosa que aumenta su condición de relación esporádica y superficial. Un amor que nace para ser consumido y consumado, pero nunca para ser sublimado.

La idea de amor líquido de Bauman pone en el punto de mira el individualismo de nuestras sociedades, la constante búsqueda de la satisfacción inmediata de nuestros deseos, las experiencias de usar y tirar y la mercantilización de las relaciones personales. De ahí aparece la noción de amor líquido, en el sí de una sociedad que no quiere mostrar emociones fuertes y duraderas, sino que prefiere ir saltando de flor en flor al acecho de placeres fugaces y anodinos.

Tal vez la aparición de las redes sociales y las nuevas tecnologías haya tenido un papel a la hora de consolidar esta tendencia que sufren muchas personas. Vivimos en un mundo en constante cambio, donde lo virtual y lo real se confunden con pasmosa facilidad. A veces esto puede desesperar a las personas más sensibles, porque el alto ritmo de vida dificulta enormemente que podamos conectar con otras personas a nivel emocional.

Si mantenemos relaciones con fecha de caducidad es porque la sociedad nos empuja a ello, a tener cada vez vínculos más débiles y flexibles, a echar pocas raíces allá donde vayamos. Así nos educan, así somos. A los niños les enseñamos que pueden disponer de juguetes y aparatos tecnológicos si aprueban el siguiente examen, y los vamos introduciendo en una cultura mercantil donde uno solo debe sentirse motivado por las recompensas que vaya obteniendo a cambio de su trabajo, anulando así las motivaciones intrínsecas y los gustos genuinos de cada persona.

Esto promueve la sensación de que no solo los objetos sino también las personas son consumibles, y por tanto se objetiviza a las potenciales parejas sexuales. Esa persona que nos atrae no es más que un trozo de carne que debe ser degustado, y no es necesario que nos preocupemos por sus anhelos, preocupaciones, necesidades, gustos… ¿cómo vamos a conectar emocionalmente con alguien si solo estamos interesados en tener algo carnal?

Otro de los grandes pilares en el que sostiene el amor líquido es la cosificaciónm de las personas. Es decir, la tendencia a percibir y valorar a las personas como objetos, cosas. Medios, a fin de cuentas, para conseguir un fin: el placer físico, la aceptación social de otros, etc.

El amor líquido se vehicularía através de la cosificación porque esta da la oportuniudad de crear relaciones ampliamente deshechables. Por lo tanto, la flexibilidad a la hora de relacionarnos con otras personas iría a la par con la falta de empatía hacia estas.

 

[Caleidoscopia]

Te recomiendo una lectura Amor Líquido del sociologo polaco Zygmunt Bauman que habla con gran lucidez de este tipo de relaciones y que se puede comprar en Amazon.



Es propio de la sociedad de la información y el consumo en que nos encontramos que las personas den más valor a la experiencia presente, a la libertad sin ningún tipo de ataduras, al consumo puntual y poco responsable y a la satisfacción inmediata de las necesidades corporales e intelectuales. Todo aquello que no cumple con el requisito de la inmediatez, del “usar y tirar”, es desechado.

El amor líquido, pues, hace referencia a la fragilidad de los vínculos sentimentales, alude a la necesidad de no establecer raíces emocionales profundas con las personas con que nos cruzamos en la vida, a fin de permanecer desvinculados emocionalmente y así poder encajar en un entorno en constante mutación. Sin embargo, el amor líquido no solo refiere a nuestras relaciones con los demás, sino también a nuestra relación con nosotros mismos, pues Bauman considera que vivimos en una cultura que destaca por la “liquidez del amor propio” de los individuos.

Hoy en día, las relaciones amorosas se basan más en la atracción física que en una conexión profunda a un nivel más personal. Son relaciones marcadas por el individualismo de ambos miembros, en que el contacto es efímero, y esto es sabido de antemano, cosa que aumenta su condición de relación esporádica y superficial. Un amor que nace para ser consumido y consumado, pero nunca para ser sublimado.

La idea de amor líquido de Bauman pone en el punto de mira el individualismo de nuestras sociedades, la constante búsqueda de la satisfacción inmediata de nuestros deseos, las experiencias de usar y tirar y la mercantilización de las relaciones personales. De ahí aparece la noción de amor líquido, en el sí de una sociedad que no quiere mostrar emociones fuertes y duraderas, sino que prefiere ir saltando de flor en flor al acecho de placeres fugaces y anodinos.

Tal vez la aparición de las redes sociales y las nuevas tecnologías haya tenido un papel a la hora de consolidar esta tendencia que sufren muchas personas. Vivimos en un mundo en constante cambio, donde lo virtual y lo real se confunden con pasmosa facilidad. A veces esto puede desesperar a las personas más sensibles, porque el alto ritmo de vida dificulta enormemente que podamos conectar con otras personas a nivel emocional.

Si mantenemos relaciones con fecha de caducidad es porque la sociedad nos empuja a ello, a tener cada vez vínculos más débiles y flexibles, a echar pocas raíces allá donde vayamos. Así nos educan, así somos. A los niños les enseñamos que pueden disponer de juguetes y aparatos tecnológicos si aprueban el siguiente examen, y los vamos introduciendo en una cultura mercantil donde uno solo debe sentirse motivado por las recompensas que vaya obteniendo a cambio de su trabajo, anulando así las motivaciones intrínsecas y los gustos genuinos de cada persona.

Esto promueve la sensación de que no solo los objetos sino también las personas son consumibles, y por tanto se objetiviza a las potenciales parejas sexuales. Esa persona que nos atrae no es más que un trozo de carne que debe ser degustado, y no es necesario que nos preocupemos por sus anhelos, preocupaciones, necesidades, gustos… ¿cómo vamos a conectar emocionalmente con alguien si solo estamos interesados en tener algo carnal?

Otro de los grandes pilares en el que sostiene el amor líquido es la cosificaciónm de las personas. Es decir, la tendencia a percibir y valorar a las personas como objetos, cosas. Medios, a fin de cuentas, para conseguir un fin: el placer físico, la aceptación social de otros, etc.

El amor líquido se vehicularía através de la cosificación porque esta da la oportuniudad de crear relaciones ampliamente deshechables. Por lo tanto, la flexibilidad a la hora de relacionarnos con otras personas iría a la par con la falta de empatía hacia estas.

Debería haber alguna reacción de "tristeza" para usarla con este texto.

 

[Mecedora]

Te recomiendo una lectura Amor Líquido del sociologo polaco Zygmunt Bauman que habla con gran lucidez de este tipo de relaciones y que se puede comprar en Amazon.



Es propio de la sociedad de la información y el consumo en que nos encontramos que las personas den más valor a la experiencia presente, a la libertad sin ningún tipo de ataduras, al consumo puntual y poco responsable y a la satisfacción inmediata de las necesidades corporales e intelectuales. Todo aquello que no cumple con el requisito de la inmediatez, del “usar y tirar”, es desechado.

El amor líquido, pues, hace referencia a la fragilidad de los vínculos sentimentales, alude a la necesidad de no establecer raíces emocionales profundas con las personas con que nos cruzamos en la vida, a fin de permanecer desvinculados emocionalmente y así poder encajar en un entorno en constante mutación. Sin embargo, el amor líquido no solo refiere a nuestras relaciones con los demás, sino también a nuestra relación con nosotros mismos, pues Bauman considera que vivimos en una cultura que destaca por la “liquidez del amor propio” de los individuos.

Hoy en día, las relaciones amorosas se basan más en la atracción física que en una conexión profunda a un nivel más personal. Son relaciones marcadas por el individualismo de ambos miembros, en que el contacto es efímero, y esto es sabido de antemano, cosa que aumenta su condición de relación esporádica y superficial. Un amor que nace para ser consumido y consumado, pero nunca para ser sublimado.

La idea de amor líquido de Bauman pone en el punto de mira el individualismo de nuestras sociedades, la constante búsqueda de la satisfacción inmediata de nuestros deseos, las experiencias de usar y tirar y la mercantilización de las relaciones personales. De ahí aparece la noción de amor líquido, en el sí de una sociedad que no quiere mostrar emociones fuertes y duraderas, sino que prefiere ir saltando de flor en flor al acecho de placeres fugaces y anodinos.

Tal vez la aparición de las redes sociales y las nuevas tecnologías haya tenido un papel a la hora de consolidar esta tendencia que sufren muchas personas. Vivimos en un mundo en constante cambio, donde lo virtual y lo real se confunden con pasmosa facilidad. A veces esto puede desesperar a las personas más sensibles, porque el alto ritmo de vida dificulta enormemente que podamos conectar con otras personas a nivel emocional.

Si mantenemos relaciones con fecha de caducidad es porque la sociedad nos empuja a ello, a tener cada vez vínculos más débiles y flexibles, a echar pocas raíces allá donde vayamos. Así nos educan, así somos. A los niños les enseñamos que pueden disponer de juguetes y aparatos tecnológicos si aprueban el siguiente examen, y los vamos introduciendo en una cultura mercantil donde uno solo debe sentirse motivado por las recompensas que vaya obteniendo a cambio de su trabajo, anulando así las motivaciones intrínsecas y los gustos genuinos de cada persona.

Esto promueve la sensación de que no solo los objetos sino también las personas son consumibles, y por tanto se objetiviza a las potenciales parejas sexuales. Esa persona que nos atrae no es más que un trozo de carne que debe ser degustado, y no es necesario que nos preocupemos por sus anhelos, preocupaciones, necesidades, gustos… ¿cómo vamos a conectar emocionalmente con alguien si solo estamos interesados en tener algo carnal?

Otro de los grandes pilares en el que sostiene el amor líquido es la cosificaciónm de las personas. Es decir, la tendencia a percibir y valorar a las personas como objetos, cosas. Medios, a fin de cuentas, para conseguir un fin: el placer físico, la aceptación social de otros, etc.

El amor líquido se vehicularía através de la cosificación porque esta da la oportuniudad de crear relaciones ampliamente deshechables. Por lo tanto, la flexibilidad a la hora de relacionarnos con otras personas iría a la par con la falta de empatía hacia estas.

Yo tengo la sensación de que estos comportamientos tan superficiales los tienen mucho más los hombres que las mujeres. No es por echar tierra encima al s*x* masculino pero por lo que veo de mis amigas, y de este mismo hilo de Tinder...no son las chicas las que se suelen comportar de manera taaaan superficial e inmadura.

 

[Sr Misterio]

Yo tengo la sensación de que estos comportamientos tan superficiales los tienen mucho más los hombres que las mujeres. No es por echar tierra encima al s*x* masculino pero por lo que veo de mis amigas, y de este mismo hilo de Tinder...no son las chicas las que se suelen comportar de manera taaaan superficial e inmadura.

La propia aplicación es tan superficial que aceptas o rechazas a una persona por su simple apariencia en una foto, como si fuera un supermercado online.

 

[Ariel1983]

Muy interesante, estoy de acuerdo con muchas cosas, pero yo pienso que el problema no es solo el sistema de recompensa de la app y el hecho de que provoque una especie de ludopatia, el problema es el hijoputismo de la gente escudándose en que es Tinder, que te permite bloquear, desaparecer, tener un par de citas y después del s*x* hacerse los tontos, etc. eso no lo hace Tinder...lo hace la gente sin escrúpulos...

Entonces hoy día nadie tiene escrúpulos... Porque si no hubiese Tinder ni internet otro gallo les cantaría a los mamonazos y verías cómo se tienen que rasgar las vestiduras para conseguir a alguien, porque por aquí es super fácil y lo tienen todo con chascar los dedos, pero en persona nadie se comería un rosco y verías cómo vuelve el respeto y se darían de morros contra el suelo...

Así que tenían razón cuando decían que internet es el mismísimo diablo...

 

[Gucci_Girl]

Que intenso está este hilo

Tinder es sólo una manera de conocer gente. Ni más ni menos válida que otras maneras. Hay gente que incluso se siente mejor ligando por esta red social porque es tímida u otras razones.

Y decir (aunque siempre la teoría es más fácil que la practica)... no hay que darle a las cosas más importancia de la que tienen. Que un mamarracho de Tinder no nos baje la autoestima.

Lo que sí que me he dado cuenta es que al menos (tarde o temprano) las primas detectamos a los mamarrachos, y no nos conformamos con eso?tenemos filtros y eso es buena señal.

 

[Gucci_Girl]

Efectivamente, detrás de una pantalla todos somos muy valientes pero a la cara? Qué harían, lo mismo? Es que el ejemplo es tremendo, imaginad que estáis hablando con un tio y de repente coge y se pira sin mediar palabra. Qué harías? Cómo reaccionas? O esa persona te insulta. Qué pasaría? Os dejaríais hacer eso u os "defenderiais". Entonces? Por que dejamos que 4 idiotas nos hagan esto? Porque no están físicamente? No funciona así el tema. Luego los que nos rayamos somos la otra parte porque ellos se van tan tranquilos, pues no se lo pongamos fácil, que se hagan cargo de que así no funcionan las relaciones. Y sí, cada uno nos tenemos que hacer cargo de nuestras movidas y precisamente por eso, hay que trabajarse a uno mismo primero.

Y de esto hablaba hace poco con un amigo, la educación emocional y en general la educación, está en decadencia con el uso de las redes.

Pero eso (aunque pasa mucho más frecuentemente en Tinder) puede pasarte con alguien que hayas conocido 'presencialmente'.

Un muchacho que conocí a través de amigos estuvimos teniendo citas y de un día para otro no contesta mis mensajes... Pues me sentí mal y di por sentado que no le gustaba. Asumo que me parece una actitud cobarde pero una 'no respuesta' es una respuesta. Y a otra cosa mariposa.