VOX

Las 13 rosas, nombre con el que se conoce a 13 jóvenes fusiladas el 5 de agosto de 1939 tras ser condenadas por un tribunal, son una clara muestra de la “corrección política” impuesta desde la izquierda. La misma placa que colocó el Ayuntamiento de Madrid en 1988 en el lugar en el que fueron fusiladas ya deja clara la fábula montada desde la izquierda radical que ha calado en la sociedad. En dicha placa se puede leer que “dieron su vida por la libertad y la democracia”, una mentira que demostraremos en esta entrada de blog. Pertenecían, en su mayor parte, a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) la rama juvenil del comunismo en España que aspiraba a implantar en nuestro país un régimen tan libre y demócrata como lo era el de Stalin en la URSS, país desde el que se financiaban y al que había escapado, tras la Guerra Civil, su máximo dirigente: Santiago Carrillo.

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Las JSU, a las que pertenecían la mayoría de las 13 rosas, habían tenido una destacada participación en la represión republicana en Madrid durante la Guerra Civil. No en vano, esta organización política controlaba y dirigía directamente cinco checas donde se torturó y asesinó a cientos de personas. Está perfectamente documentado en los papeles del PCE que bajo control de su organización juvenil se encontraban las checas de Mendizabal 24, la de la calle Rimundo Lulio, la de Santa Isabel 46, la del Convento de las Pastoras de Chamartín y la de la calle Granda 4. Además, participaron en la acción represiva de varias otras cárceles de partidos políticos y tuvieron un papel destacado en las sacas cometidas para asesinar a miles de presos sin mediar juicio alguno. Quienes las presentan como garantes de la democracia suelen olvidar, entre otros, este detalle: a ellas se les juzgó, pero ellas participaron en una organización que asesinó sin juicio a miles de personas y que, en el momento de ser detenidas, se había convertido en un grupo terrorista dirigido por José Pena, Severino Rodríguez y Federico Bascuñana.

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Las 13 rosas fueron condenadas a muerte, pero no estaba prevista su ejecución hasta que el 29 de julio de 1939 un comando de las JSU asesinó al comandante Isaac Gabaldón, a su hija Pilar de 16 años –hubiera cumplido 17 unos días después- y al chofer que conducía el vehículo, Luis Díaz Madrigal. La acción terrorista decidió a la autoridad judicial a la ejecución de las sentencias de muerte que se encontraban paralizadas. Entre las casi 70 sentencias se encontraban las de las 13 rosas.

Varias de ellas eran destacadas dirigentes y activistas del grupo terrorista en el que se habían convertido las JSU:

Ana López Gallego era la responsable de la rama femenina de las JSU. Recibía órdenes directamente de Manuel González Gutiérrez y había tenido una destacada participación en la organización del atentado frustrado que pretendían realizar durante el Desfile de la Victoria y que tenía como objetivo el asesinato de “la mayor cantidad de público asistente”, como declaró ante el juzgado la propia terrorista. Su cometido era el trasporte del explosivo, para ello se valía de jóvenes militantes de entre 15 y 17 años que por su edad, no levantaban sospechas.

Joaquina López Laffite fue la secretaria general del Comité Provincial de las JSU. Su casa se usaba para celebrar las reuniones de dicho comité y en ella se planificaron varios de los atentados que prepararon desde la organización juvenil comunista. Había organizado una red, en la que participaban varias de las 13 rosas, que preparaba a jóvenes comunistas para que intimaran con falangistas a los que sacaban información para señalar las víctimas de sus atentados.

Carmen Barrero Aguado era miembro del Comité Nacional de la organización y una de las personas de mayor responsabilidad en la toma de decisiones junto a Pena, Rodríguez y Bascuñana.

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Pilar Bueno Ibañez era la mano derecha de López Laffite en el Comité Provincial y el enlace de ésta con Barrero.

Dionisia Manzanero Salas era la responsable de mantener el contacto entre las diversas ramas del grupo terrorista y rendir cuentas ante Bascuñana, dirigente encargado de los comandos terroristas que perpetraban los atentados.

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Ante estos datos sorprende que políticos, partidos y personalidades de diversos ámbitos sigan brindando homenajes a quienes se convirtieron en terroristas tras resultar derrotados en una guerra.

No solamente los actuales dirigentes de las Juventudes Comunistas, desde Podemos a representantes de Ciudadanos no tienen ningún empacho en mostrar su admiración por estas 13 mujeres condenadas a muerte, pero que callan sin ningún rubor ante los miles de asesinatos cometidos por ellas y sus asociados durante la Guerra Civil.

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Esta forma de actuar no ha pasado desapercibida entre los usuarios de redes sociales, especialmente Twitter, que han afeado su conducta a quienes muestran esta “memoria histórica” selectiva vendida a la corrección política impuesta desde los sectores de la izquierda más radical española.

Puedes comentar el blog con el autor en @Juanerpf

Leer más:

– Así depuraban los comunistas españoles, los 46 fusilados de la 84 Brigada Mixta.

– Martirio y asesinato de las 27 Hermanas Adoratrices.

– La mina de Camuñas, un Katyn republicano en plena Mancha.

– Mártires concepcionistas, 14 víctimas del odio comunista a la religión católica.

– Violaciones en la Polonia ‘liberada’, la brutal estrategia militar comunista

– Las violaciones en masa cometidas por el Ejército Rojo
 
a todas las personas que llevaron a las checas que ellas gestionaban y por ultimo, a ese militar, su hija y el chofer justo cuando les iban a cambiar la pena de muerte por pena de carcel

¿Pero de eso no se encargaba la pasionaria y Carrillo?

¿No serán también culpables de la muerte de Manolete?

Mira, ya lo he dicho varias veces. La tía de mi marido se libró de chiripa porque ese día en que las cogieron ella no pudo ir donde ser reunían. He hablado con ella alguna vez de éste tema tan desgraciado para ella porque suponía recordar la pérdida de amigas cuando era joven.

Por lo que conozco para nada se encargaban de las checas. Eran idealistas y a esa edad se piensa que se puede cambiar el mundo, pero unos cerdos se las llevaron por delante.

Así que no, helene, lo siento, tengo información de primera mano. La tía hace años que falleció pero tengo su testimonio.
 
¿Pero de eso no se encargaba la pasionaria y Carrillo?

¿No serán también culpables de la muerte de Manolete?

Mira, ya lo he dicho varias veces. La tía de mi marido se libró de chiripa porque ese día en que las cogieron ella no pudo ir donde ser reunían. He hablado con ella alguna vez de éste tema tan desgraciado para ella porque suponía recordar la pérdida de amigas cuando era joven.

Por lo que conozco para nada se encargaban de las checas. Eran idealistas y a esa edad se piensa que se puede cambiar el mundo, pero unos cerdos se las llevaron por delante.

Así que no, helene, lo siento, tengo información de primera mano. La tía hace años que falleció pero tengo su testimonio.
carrillo y la pasionaria, pues también eran unos criminales, tu tia si era amigas suyas ¿Qué te iba a decir? por favor, es una fuente muy poco fiable, lo siento
 
Las 13 rosas, nombre con el que se conoce a 13 jóvenes fusiladas el 5 de agosto de 1939 tras ser condenadas por un tribunal, son una clara muestra de la “corrección política” impuesta desde la izquierda. La misma placa que colocó el Ayuntamiento de Madrid en 1988 en el lugar en el que fueron fusiladas ya deja clara la fábula montada desde la izquierda radical que ha calado en la sociedad. En dicha placa se puede leer que “dieron su vida por la libertad y la democracia”, una mentira que demostraremos en esta entrada de blog. Pertenecían, en su mayor parte, a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) la rama juvenil del comunismo en España que aspiraba a implantar en nuestro país un régimen tan libre y demócrata como lo era el de Stalin en la URSS, país desde el que se financiaban y al que había escapado, tras la Guerra Civil, su máximo dirigente: Santiago Carrillo.

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Las JSU, a las que pertenecían la mayoría de las 13 rosas, habían tenido una destacada participación en la represión republicana en Madrid durante la Guerra Civil. No en vano, esta organización política controlaba y dirigía directamente cinco checas donde se torturó y asesinó a cientos de personas. Está perfectamente documentado en los papeles del PCE que bajo control de su organización juvenil se encontraban las checas de Mendizabal 24, la de la calle Rimundo Lulio, la de Santa Isabel 46, la del Convento de las Pastoras de Chamartín y la de la calle Granda 4. Además, participaron en la acción represiva de varias otras cárceles de partidos políticos y tuvieron un papel destacado en las sacas cometidas para asesinar a miles de presos sin mediar juicio alguno. Quienes las presentan como garantes de la democracia suelen olvidar, entre otros, este detalle: a ellas se les juzgó, pero ellas participaron en una organización que asesinó sin juicio a miles de personas y que, en el momento de ser detenidas, se había convertido en un grupo terrorista dirigido por José Pena, Severino Rodríguez y Federico Bascuñana.

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Las 13 rosas fueron condenadas a muerte, pero no estaba prevista su ejecución hasta que el 29 de julio de 1939 un comando de las JSU asesinó al comandante Isaac Gabaldón, a su hija Pilar de 16 años –hubiera cumplido 17 unos días después- y al chofer que conducía el vehículo, Luis Díaz Madrigal. La acción terrorista decidió a la autoridad judicial a la ejecución de las sentencias de muerte que se encontraban paralizadas. Entre las casi 70 sentencias se encontraban las de las 13 rosas.

Varias de ellas eran destacadas dirigentes y activistas del grupo terrorista en el que se habían convertido las JSU:

Ana López Gallego era la responsable de la rama femenina de las JSU. Recibía órdenes directamente de Manuel González Gutiérrez y había tenido una destacada participación en la organización del atentado frustrado que pretendían realizar durante el Desfile de la Victoria y que tenía como objetivo el asesinato de “la mayor cantidad de público asistente”, como declaró ante el juzgado la propia terrorista. Su cometido era el trasporte del explosivo, para ello se valía de jóvenes militantes de entre 15 y 17 años que por su edad, no levantaban sospechas.

Joaquina López Laffite fue la secretaria general del Comité Provincial de las JSU. Su casa se usaba para celebrar las reuniones de dicho comité y en ella se planificaron varios de los atentados que prepararon desde la organización juvenil comunista. Había organizado una red, en la que participaban varias de las 13 rosas, que preparaba a jóvenes comunistas para que intimaran con falangistas a los que sacaban información para señalar las víctimas de sus atentados.

Carmen Barrero Aguado era miembro del Comité Nacional de la organización y una de las personas de mayor responsabilidad en la toma de decisiones junto a Pena, Rodríguez y Bascuñana.

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Pilar Bueno Ibañez era la mano derecha de López Laffite en el Comité Provincial y el enlace de ésta con Barrero.

Dionisia Manzanero Salas era la responsable de mantener el contacto entre las diversas ramas del grupo terrorista y rendir cuentas ante Bascuñana, dirigente encargado de los comandos terroristas que perpetraban los atentados.

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Ante estos datos sorprende que políticos, partidos y personalidades de diversos ámbitos sigan brindando homenajes a quienes se convirtieron en terroristas tras resultar derrotados en una guerra.

No solamente los actuales dirigentes de las Juventudes Comunistas, desde Podemos a representantes de Ciudadanos no tienen ningún empacho en mostrar su admiración por estas 13 mujeres condenadas a muerte, pero que callan sin ningún rubor ante los miles de asesinatos cometidos por ellas y sus asociados durante la Guerra Civil.

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Esta forma de actuar no ha pasado desapercibida entre los usuarios de redes sociales, especialmente Twitter, que han afeado su conducta a quienes muestran esta “memoria histórica” selectiva vendida a la corrección política impuesta desde los sectores de la izquierda más radical española.

Puedes comentar el blog con el autor en @Juanerpf

Leer más:

– Así depuraban los comunistas españoles, los 46 fusilados de la 84 Brigada Mixta.

– Martirio y asesinato de las 27 Hermanas Adoratrices.

– La mina de Camuñas, un Katyn republicano en plena Mancha.

– Mártires concepcionistas, 14 víctimas del odio comunista a la religión católica.

– Violaciones en la Polonia ‘liberada’, la brutal estrategia militar comunista

– Las violaciones en masa cometidas por el Ejército Rojo


Vale, las pruebas son un artículo de vete a saber donde que cuenta lo que le sale de la pepitilla. Genial. De vergüenza ajena básicamente.
 
la verdad duele, claro
Pero que verdad? Demuéstralo con pruebas y no sólo con palabras vacías.

Que de tener pruebas en los documentos oficiales hemos pasado a tener pruebas de un artículo perdido de vete a saber que medio “informativo” vamos, muy coherente todo.

Da igual las investigaciones exhaustivas de los más prestigiosos historiadores internacionales que han demostrado la NO participación en hechos terroristas de las 13 Rosas.

Que no exista una sola acusación durante la época Franquista sobre ellas de eso.

En la causa general abierta en el gobierno franquista no hubo ni una sola denuncia contra ellas por estos hechos que está gente les acusa NINGUNA.

Es más, sabes que Blanca era una votante de derechas cuyo delito estar con una persona del partido comunista?

Da, igual. Su prueba es un artículo amarillista de vete a saber donde. Estoy sintiendo auténtica y profunda vergüenza ajena.


Espero que les caiga un puro al “señor” Smith. No se pude despreciar a unas víctimas del Franquismo como el ha hecho y convertirlas en verdugos cuando SI EXISTEN PRUEBAS DE QUE ELLAS FUERON TORTURADAS en las dependencias Franquistas
 
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