Visita de Estado del Presidente de Argentina y su esposa del 21 al 25 de febrero, 2017

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Otra vista de la Corona rota...;)

La mirada, Cleo, la mirada, es de terror.
 
Macri y Awada no tienen por qué mostrarse como gente que no son. No está mal que sonrían de más, hagan chistes, conversen, demuestren acercamiento físico. Eso es una cuestión cultural muy argentina y no veo que tenga algo de malo en las situaciones compartidas. Awada y Macri no se han mostrado de ese modo en la visita a los belgas ni con los Obama; evidentemente en esta ocasión se ha generado una corriente de empatía entre los cuatro y se mostraron espontáneos.

La verdad es que no sigo mucho estos temas, pero ya puestos, y por enredar un poco.
Me pueden corregir mis compatriotas si observan otra cosa, pero en España lo institucional no se produce ni de forma sonriente ni con acercamiento físico, ya sea en la monarquía (jefatura del Estado) o en el gobierno. Lo habitual es que se mantengan distancias y se mantengan los intercambios circunspectos y algo distantes.

En el caso de la jefatura del Estado y de la consorte de quien la encarna, la mutante pa' entendernos, ha estado especialmente distendida y con subidón en lo que yo identifico cierta bipolaridad (y ahora le tocaba "arriba"), el confort de hablar español, porque cuando se enfrenta a otra lengua se pone rígida, seguramente la simpatía personal de los visitantes, o de la mujer visitante en particular, la han hecho salirse de los goznes, de los límites más o menos implícitos de lo que se considera en general buena educación española, y se ha excedido de confianzuda, de invasiva de la burbuja ajena, agarrando a la otra pobre como si la vida le fuera en ello.

De haberle tocado "abajo", por las razones que fueren, habría mostrado su otro lado, maleducado también, en la otra dirección, siendo fría, cortante, descortés; no mira a quien le da la mano, por ejemplo, se va antes de tiempo, mastica chicle mientras saluda.

Al final, me parece que la cordialidad o su ausencia en las visitas de Estado las marca el estado anímico de la mutante, porque contrariamente a su suegro, que sí imprimía estilo propio a las relaciones sociales de Estado (para bien o para mal, no es el caso ahora), el marido de la mutante no parece incidir en absoluto en como se desarrollan los encuentros. Parece estar ahí porque ahí lo han puesto.


Si el acercamiento es distendido y respetuoso no me parece mal.

Seguramente no está nada mal, pero teniendo en cuenta de que a los españoles nos caracteriza un ánimo más lacónico, los excesos de la mutante, que no de la visitante, quien educadamente le siguió el tono que la otra impuso, sí parecen chocantes: a las contribuciones en este hilo me remito y no sólo a mi opinión personal.

Saludos :)
Pero cómo se evalúa el encuentro entre estas dos parejas de culturas totalmente diferentes?. Una de la realeza, la otra de un país no monárquico que no ve de mal modo el acercamiento físico. La gente no habituada a los acercamientos lo verá fuera de tono, desubicado. A mi que soy argentina me parece algo distendido y relajado pero no fuera de tono, ni vulgar, tampoco irrespetuoso. Los Macri no tienen por qué mostrarse como muñequitos de cera si cumplen con el rol que se espera de ellos. Se espera que cumplan un rol, y lo hacen. El "cómo" no me parece grave, que nadie se ha puesto a comer con la boca abierta, a bostezar, a hablar a los gritos o a hacer papelones. Hubo acercamientos, risas y gestos que suele haber en reuniones de clima distendido. El comportamiento de Letizia es otro cantar porque l@s español@s si esperan de ella cierta formalidad que en este caso no estuvo tan presente.
Nada grave desde mi perspectiva.
 
Pues creo no equivocarme, se trata de.....Adolfo Donati, su padre tenía en Buenos Aires concesionarias de Mercedes Benz y el saltó a la fama por un romance con Nacha Guevara, conocida actriz y cantante, sobre todo por la diferencia de edad.
Es amigo de Macri ya que el fue quien le presentó a una de sus esposas Isabel Menditegui,

Hace unos años al mediodía me cruzo a Macri en la puerta del sol el venía detrás se acerca y me saluda, hablamos un rato y siguieron su camino esa tarde verían a Juan Carlos en la Zarzuela.

Lo dicho si no me equivoco el "BESUQUEIRO" es argentino (la madre que nos parió).Ver el archivo adjunto 481127 Ver el archivo adjunto 481129 Ver el archivo adjunto 481134 Ver el archivo adjunto 481136
Muchas gracias.
En principio le tomé por español. Pero nunca con seguridad, debido solo al detalle del pañuelo.
 
Pero cómo se evalúa el encuentro entre estas dos parejas de culturas totalmente diferentes?. Una de la realeza, la otra de un país no monárquico que no ve de mal modo el acercamiento físico. La gente no habituada a los acercamientos lo verá fuera de tono, desubicado. A mi que soy argentina me parece algo distendido y relajado pero no fuera de tono, ni vulgar, tampoco irrespetuoso. Los Macri no tienen por qué mostrarse como muñequitos de cera si cumplen con el rol que se espera de ellos. Se espera que cumplan un rol, y lo hacen. El "cómo" no me parece grave, que nadie se ha puesto a comer con la boca abierta, a bostezar, a hablar a los gritos o a hacer papelones. Hubo acercamientos, risas y gestos que suele haber en reuniones de clima distendido. El comportamiento de Letizia es otro cantar porque l@s español@s si esperan de ella cierta formalidad que en este caso no estuvo tan presente.
Nada grave desde mi perspectiva.
Concordo con un detalle...eso de acercamiento, risas y gestos DOY FE, de haber observado en un solo acto (feria), el cambio de una Reina de 44 tacos, que parecia tener 8 años. Contando a la amiguita que habia acabado de conocer, lo que ocurria al redor. En la intimidad es maravilloso, pero en un acto no.
 

El status de Sofía de Grecia no ha cambiado, sigue siendo reina ("emérita" a falta de mejor acepción por lo inesperado de la abdicación) de España, lugar en el que se da la paradoja de que tenemos, al igual que en la baraja, cuatro reyes. Por lo que puede utilizar del joyero lo que le apetezca cuando la ocasión lo requiera. La titularidad y las funciones de cada uno ya es harina de otro costal.
 
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