La Reina se toma estas escapadas como el momento perfecto para volver a ser (en la medida de lo posible) anónima. Por eso no quiere que desde el palacio de la Zarzuela revelen sus intenciones. De hecho, según nos cuenta un pasajero, su reacción cuando montó en el avión de Iberia fue bastante curiosa. Los allí presentes dicen que Letiziaestaba muy pendiente de no ser reconocida. Al fin y al cabo, esa es su máxima. Por eso, cuando vio a un joven usar su móvil le preguntó si le había hecho una foto.
El chico, según explican, se quedó bastante asombrado con la pregunta, a la cual respondió con un rotundo no. Inmediatamente después hizo el amago de enseñarle su teléfono para demostrar que no tenía fotografías de ella. Estaba claro que no la había reconocido. La Reina pidió disculpas al chico y se puso cómoda en su asiento. Desde ahí estuvo pendiente de todo lo que la rodeaba durante el vuelo a la ciudad eterna, cuya duración es de algo más de dos horas.
Ese rollo de deseos de anonimato que vayan dejandolo ya por favor.
Esta señora tiene mas libertad que nadie.
Salvo esas seis o como mucho siete horas de "trabajo" a la semana, a la semana, el reto del tiempo, nadie sabe ni donde está ni lo que hace. Cualquier otro ciudadano anonimo está mas controlado, por sus jefes, vecinos, etc.