Vacaciones de Semana Santa 2022

El Mundo Orbyt.
23/04/2022

LOS DISGUSTOS QUE NUNCA LES ABANDONAN EN SEMANA SANTA​

LA OBSESIÓN POR LA VIDA PRIVADANO DEJA DE DARLE DISGUSTOS A LA FRACTURADA FAMILIA REAL​

LA MUY ESPERADA REAPARICIÓN DE LEONOR​

DOÑA SOFÍA, ‘GUARDIANA’ DE LAS TRADICIONES​


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EL PALACIO de El Pardo para pasar el invierno; traslado al Real Sitio de Aranjuez con la llegada de la primavera; el frescor de La Granja para combatir los rigores veraniegos; y al Escorial con la otoñal caída de las hojas. Pasando, eso sí, Navidad y Semana Santa en el Alcázar madrileño. Éste era uno de los itinerarios que seguía la Corte en tiempos de los primeros Borbones. Al pueblo le transmitía sensación de estabilidad conocer en todo momento dónde se encontraban sus reyes.
Mucho han cambiado las cosas. Hoy en España no existe Corte y el núcleo duro de la Familia Real tiene residencia fija, en el recinto de La Zarzuela. Y, aún más. Los monarcas que han regido los destinos de las Españas casi hasta anteayer se echarían las manos a la cabeza si supieran que el actual titular de la Corona y su consorte se esfuerzan por tener algo que ellos ni sabrían qué significa: vida privada.
Don Felipe y Doña Letizia, en pleno proceso de renovación de la institución monárquica, llevan años empeñados en una especie de profesionalización de sus roles que pasa por que desde Palacio sólo se informe de sus actividades institucionales, de aquello que forma parte de la agenda pública. Y, en paralelo, guardan con máximo celo su privacidad, reivindicando por la vía de los hechos una esfera de intimidad muy superior a la que pretenden los miembros de otras monarquías.
Pero este anhelo se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para Zarzuela desde la proclamación de Felipe VI en 2014; en permanente germen de decisiones y actitudes mal comprendidas por la opinión pública. Y, lo que es casi peor, se trata de un objetivo imposible que se vuelve como un bumerán.
El ejemplo más elocuente se ha vivido esta Semana Santa. La opacidad informativa sobre cómo y dónde iban a pasar los Reyes sus días de descanso ha provocado muchas más conjeturas de las que convienen a una institución que no debiera estar a todas horas en el epicentro de la rumorología. Como tampoco parece bueno que muchos de los movimientos de nuestra Familia Real se acaben conociendo en formato de exclusivas a mayor gloria de paparazzi y revistas del corazón. Todo ello coloca a la monarquía en una posición incómoda más próxima a la esfera de las celebridades del cuché que a la que se espera de quienes están obligados y necesitados de ganarse los corazones ciudadanos con proximidad, mayor naturalidad y espontaneidad.
Así, la revista ¡Hola! desvela en su último número que Don Felipe y Doña Letizia, junto a sus dos hijas, disfrutaron el pasado Viernes Santo de la fiesta sorpresa con motivo del 70º cumpleaños de Paloma Rocasolano, la madre de la consorte. Una edad tan redonda bien lo merecía. Y nada de malo, antes al contrario, hubiera tenido que se hubiera difundido desde la misma Zarzuela la asistencia de Sus Majestades a un acto así para dar normalidad a esa esfera íntima –que no estrictamente privada– del Jefe del Estado y de su familia. Y para cortar en seco las especulaciones del paradero vacacional. A una Doña Letizia tan obsesionada con ensanchar los espacios de su privacidad no debe de hacerle mucha gracia que al final se haga negocio con ella de este modo.
CUMPLEAÑOS SORPRESA
La Biblia del corazón explica que el cumpleaños de Rocasolano lo había organizado su actual pareja y que se celebró en casa de Telma Ortiz, hermana de la consorte, hasta la que llegaron en furgoneta desde Zarzuela los Reyes y sus dos hijas, junto a un amigo de Leonor al que habría conocido en el Atlantic College de Gales donde estudia el Bachillerato. La Princesa de Asturias había llegado a Madrid la víspera.
Un día después de la fiesta, la Familia Real protagonizó la visita al Centro de Recepción, Acogida y Derivación (CREADE) de refugiados ucranianos en la localidad madrileña de Pozuelo de Alarcón. Se sumaban así al apoyo de todos los españoles al pueblo de Ucrania. Desde Zarzuela se pretendía también corregir lo que había sucedido en Navidades cuando no hubo una sola imagen de Leonor en España. Y se esperaba amortiguar el impacto que iba a causar acabar con la tradición de acudir a la Misa del Domingo de Resurrección.
En muchos sectores se recibió muy mal que hayan puesto fin a una de las pocas tradiciones religiosas que todavía mantenía nuestra dinastía. Pero en ese afán por aumentar la esfera de la privacidad, parece haberse considerado que la asistencia a oficios religiosos en fechas tan significadas debe mantenerse en la más estricta intimidad. Una vez más, los Borbones se vuelven a distinguir así de casi todas las dinastías del Viejo Continente.
No aclaraba, en realidad, la exclusiva del ¡Hola! muchas de las dudas que volvía a dejar la Semana Santa. El último acto oficial de Doña Letizia se había producido el jueves 7 de abril, cuando participó en el acto del anuncio del ganador del Premio Fundación Princesa de Girona 2022 en la categoría de Social. El Rey aún tuvo una audiencia al día siguiente en el Palacio de La Zarzuela, donde recibió a Rafael Perluisi Urrutia, gobernador del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.
A partir de ahí, quedaban despejadas las agendas hasta la mencionada visita al centro de acogida para refugiados ocho días después.
Volvió a producirse otro inexplicable error de comunicación por parte de la Casa del Rey. Porque se dejó que durante días todos los medios , en especial los de Baleares, lamentaran la ausencia de los Reyes de Mallorca, máxime tras la campaña de la izquierda antisistema para que Marivent deje de servir como su residencia vacacional. Y, sin embargo, el BOE del martes 12 de abril desvelaba que Don Felipe se encontraba en la isla. Fue allí donde firmó el Real Decreto por el que se nombraba a Alfonso Fernández Mañueco presidente de Castilla y León. Claro que casi nadie reparó en este extremo y desde Palacio nada se hizo por dar a conocer el paradero del Rey. Y de paso por contrarrestar las críticas que se estaban vertiendo por la soledad de la Reina Sofía cuando no era exactamente así. Si la política de opacidad pretendía o no evitar las especulaciones sobre si Don Felipe y Doña Letizia habían pasado parte de la Semana Santa cada uno por su lado, al final volvió a conseguirse justo lo contrario.
La estrategia de Zarzuela resultaba ininteligible, máxime cuando el propio Rey acudió durante su estancia en Mallorca, que se habría prolongado al menos dos días, al Club Náutico de El Arenal que acogía la Copa de España de clase 420. Allí se fotografió junto a miembros del equipo del RCM de Santander, que jornadas después difundirían las instantáneas en redes.
Para entonces ya se había difundido la polémica fotografía de Don Juan Carlos con sus dos hijas y varios de sus nietos en Abu Dabi. La imagen golpeaba a la Corona. Primero, porque venía a subrayar la desestructuración de la Familia Real como consecuencia de los escándalos que han zarandeado en los últimos años a la institución. Y, segundo, porque al hacerse pública justo en vísperas de la reaparición de Leonor en Madrid, ésta quedó algo opacada. Y es que la instantánea del Emérito suscitó una gran polvareda, entre otras cosas por la falta de piernas de Pablo Urdangarin por los retoques con Photoshop.
Frente a lo publicado en varios medios, fuentes muy próximas a Don Juan Carlos aseguran a LOC que él no habría estado detrás de la difusión de la foto. En todo caso, se trataba de la primera imagen del Emérito con sus familiares desde que fijó su residencia en Emiratos Árabes hace ya casi dos años. Ni él ni las Infantas desconocían el impacto que iba a tener ni las odiosas comparaciones que suscitaría con las fotos que en esas mismas fechas, en tiempos más felices, protagonizaban todos los miembros de la Familia Real en Palma.
La reunión del grupo remarcaba el aparente desamparo de Doña Sofía y lo muy alejados que están Don Felipe y Doña Letizia de los familiares del Rey. También suponía la reaparición de Doña Cristina en plenos trámites de divorcio de Iñaki Urdangarin. Como ha podido saber LOC, el ex duque disfrutaba mientras de la Semana Santa en Biarritz (Francia), junto a su madre, Claire Liebaert. El Domingo de Resurrección, y ya de vuelta en España, fueron la Infanta Elena y su hija Victoria Federica las que se dejaron ver en Sevilla, donde asistieron a una corrida de toros en la Maestranza. Daban una lección sobre la importancia de normalizar su vida social.
Todo sería más fácil para la Corona si, como decían los clásicos, sus miembros asumieran que la monarquía debe exhibirse, aunque preservando también su misterio.

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Los Reyes y sus hijas acudieron en la tarde del Sábado Santo al centro de acogida de refugiados ucranianos de Pozuelo de Alarcón, dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. La Familia Real recorrió las instalaciones, gestionadas por la ONG Accem, y compartió su cariño e impresiones con las familias y los niños que habían llegado tras huir de su país por la invasión rusa. Los asistentes destacarían después la extraordinaria cercanía y afecto que les había trasladado en especial Doña Letizia.
Este acto suponía la reaparición pública de Leonor casi cinco meses después de su asistencia a los actos con motivo de los Premios Princesa de Asturias. No pasó desapercibido su atuendo, ya que la heredera llevaba una blusa bordada que recordaba a las tradicionales camisas ucranianas, aunque la suya fuera de Sfera, como homenaje al pueblo que tanto está sufriendo como consecuencia de la atroz invasión del régimen de Putin.
La Princesa protagonizó días después su segundo acto en solitario, en un instituto de Leganés, donde participó en unas jornadas sobre juventud y ciberseguridad.
La Reina Sofía –el único miembro de la Familia Real que se sabía que iba a pasar la Semana Santa en la capital balear, como acostumbra a hacer cada año– había llegado al Palacio de Marivent el viernes 8 de abril, junto a su hermana, la princesa Irene de Grecia.
Las dos acudieron el lunes siguiente al concierto solidario a beneficio de Proyecto Hombre celebrado en la catedral. Como correspondía, la madre de Don Felipe fue recibida por varias autoridades, entre ellas la delegada del Gobierno Aina Calvo.
Más sorprendente fue volver a ver a Doña Sofía y a su hermana la tarde de Viernes Santo disfrutando de la procesión que recorría el centro de la ciudad. Ese gesto de normalidad fue muy bien recibido por las muchas personas que se congregaban en las inmediaciones de la Plaza de Cort y la Plaza Joan Carles I. En cambio, provocó una gran decepción que la Reina emérita no asistiera a la misa del Domingo de Resurrección. Pero, toda vez que la Familia Real había decidido no acudir, a Doña Sofía no le quedaba más remedio que ausentarse también. Y, al parecer, adelantó por ello su regreso a Madrid.
Son cosas de Letizia. El supuesto derecho a privacidad no es sino un pacto entre ellos para hacer cada uno su vida y que no les molesten.
De hecho, comentan que han pasado parte de la Semana Santa separados. Como en tantas otras fechas.
Y a la Reina Sofía le han prohibido ir a la misa del Domingo de Resurrección para que no haya agravios comparativos.
Felipe ha demostrado que le gusta ir a Mallorca y no le importa hacerse fotos con la gente.
A quien habría que poner seguimiento de paparazzi en vacaciones es a Lz. A saber dónde y con quién va......Al fin y al cabo lo estamos pagando todos los españoles.
 
Son cosas de Letizia. El supuesto derecho a privacidad no es sino un pacto entre ellos para hacer cada uno su vida y que no les molesten.
De hecho, comentan que han pasado parte de la Semana Santa separados. Como en tantas otras fechas.
Y a la Reina Sofía le han prohibido ir a la misa del Domingo de Resurrección para que no haya agravios comparativos.
Felipe ha demostrado que le gusta ir a Mallorca y no le importa hacerse fotos con la gente.
A quien habría que poner seguimiento de paparazzi en vacaciones es a Lz. A saber dónde y con quién va......Al fin y al cabo lo estamos pagando todos los españoles.
Si tanto deseo de privacidad tienen, y ni siquiera les apetece buscar lugares de vacaciones que muestren cierta continuidad en la tradicion y vida familiar ante el publico, dando proyeccion internacional al sitio (si no es Mallorca cualquier otro podria ser. Espana es preciosa) En fin, que si hasta eso es un gran trabajo y quieren vivir como una familia normalita y sin pedigri royal, pues que dejen la corona, total, se iban a ir con un monton de pasta. Ellos felices de ser ciudadanos con vidas anonimas, y nosotros mas aun. Ademas, la representacion que hacen es de pena, y aun molesta mas lo mal que parece sentarles tener que hacerla, y aguantarnos. Pueso eso, sin nada de feeling entre ellos y los ciudadanos, y sin ser ningun asset para el pais, sino lo contrario...Chao! Adios! Bye! y todos (ellos y nosotros) contentos.
 
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