Una Reina para Latinoamérica

A mandar a Letizia a Latinoamérica en solitario, en actos representando la corona española.

No se corta mandando a callar un presidente ni llamando la atención a una dama a la que le transparente la tira del sujetador. Quiero verlo :ROFLMAO:
Tu lo que quieres es divertimento, lo entiendo, pero no lo veo posible por cuanto ahora está claro que le atan más corto.
De España, obviamente.
Internacionalmente el único para representar a España es el rey y si por lo que fuese el cambiar esa representación, desde luego que no hablo de los embajadores nombrados ya al efecto, supondría la emisión de un Real Decreto con su correspondiente contenido.
Lo veo muy salido de madre y no está el horno para bollos.
Lo que sí es seguro es que la reina consorte no tiene nada asignado en ese sentido.
 
¿ Quien ha abierto este hilo es Latinoamericana ?, pregunto porque me descojono, no creo que una española esta ida lupino como para abrir un hilo en busca de una reina para Latinoamerica, si es española no deberia inmiscuirse de como son los estados Letinomaricanos, ya que estos estados tienen todo el derecho de votar lo que ellos quieren.
Si es Latinoamericana la verdad es que esta tirando ( inconscientemente ) a la basura a sus correspondientes heroes nacionales que llevaron a cada uno de los paises Latinoamericanos a la Libertad, me refiero a Simon Bolivar, Antonio Jose de Sucre, Jose de San Martin y otros de los que no tengo ni idea.
Estas personas llevaron a la Independencia a los paises latinoamericanos de España, y ahora ¿ alguien sale con una reina para esos paises ? reina que no van a poder votar nunca, ni elegir ni destituirla y sus hijos heredarian el puesto !!! Puñetas !! que son libres para votar, ¿ a que se debe este retroceso ?.
 
Tu lo que quieres es divertimento, lo entiendo, pero no lo veo posible por cuanto ahora está claro que le atan más corto.

¿ Quien ha abierto este hilo es Latinoamericana ?, pregunto porque me descojono, no creo que una española esta ida lupino como para abrir un hilo en busca de una reina para Latinoamerica, si es española no deberia inmiscuirse de como son los estados Letinomaricanos, ya que estos estados tienen todo el derecho de votar lo que ellos quieren.
Si es Latinoamericana la verdad es que esta tirando ( inconscientemente ) a la basura a sus correspondientes heroes nacionales que llevaron a cada uno de los paises Latinoamericanos a la Libertad, me refiero a Simon Bolivar, Antonio Jose de Sucre, Jose de San Martin y otros de los que no tengo ni idea.
Estas personas llevaron a la Independencia a los paises latinoamericanos de España, y ahora ¿ alguien sale con una reina para esos paises ? reina que no van a poder votar nunca, ni elegir ni destituirla y sus hijos heredarian el puesto !!! Puñetas !! que son libres para votar, ¿ a que se debe este retroceso ?.

¿Habéis leído el artículo? Realmente sugiere mandarla en solitario a América Latina representando la corona española, no habla de mandarla como reina de país alguno. De la misma manera que acudía Felipe cuando era el heredero, esto no es atarla en corto.
 
¿Has leído el artículo? Realmente sugiere mandarla en solitario a América Latina de la misma manera que acudía Felipe cuando era el heredero, esto no es atarla en corto.


Bueno entonces ¿ para que existen los embajadores ? ¿ Que haria kk en estas visitas a America Latina, aparte de ser un muble de lujo en un pais ajeno, del que no tiene ni arte ni parte ?. Al preparao lo mandaban para tenerlo ocupado y de paso hacerse la fotito junto con jefes de estado, hacer no podia hacer nada, porque por mucha visita , no dejaba de ser un invitado de adorno, en cuanto a kk, el adorno podria convertirse en pesadilla para los anfitriones y hasta podria crear un conflicto diplomatico.
 
Bueno entonces ¿ para que existen los embajadores ? ¿ Que haria kk en estas visitas a America Latina, aparte de ser un muble de lujo en un pais ajeno, del que no tiene ni arte ni parte ?. Al preparao lo mandaban para tenerlo ocupado y de paso hacerse la fotito junto con jefes de estado, hacer no podia hacer nada, porque por mucha visita , no dejaba de ser un invitado de adorno, en cuanto a kk, el adorno podria convertirse en pesadilla para los anfitriones y hasta podria crear un conflicto diplomatico.

No, si yo pienso igual que tu :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:, el tal Eduardo Álvarez que ha escrito el artículo argumenta lo contrario.
 
No, si yo pienso igual que tu :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:, el tal Eduardo Álvarez que ha escrito el artículo argumenta lo contrario.
Codizia, he encontrado el nombre y el puesto de trabajo del autor, diario El Mundo, si pones ese nombre y al lado "periodista" te sale de inmediato y una vez en esa primera página llamada "Fuera de línea" 8 de Abril, sale un artículo suyo en favor de Leticia que es increible, ni a los monárquicos puede gustarles por cuanto para dar relieve a Leticia menosprecia a Sofia y de que manera.
No sé traerlo, a ver si tu puedes, te aseguro que será una bomba.
 
Codizia, he encontrado el nombre y el puesto de trabajo del autor, diario El Mundo, si pones ese nombre y al lado "periodista" te sale de inmediato y una vez en esa primera página llamada "Fuera de línea" 8 de Abril, sale un artículo suyo en favor de Leticia que es increible, ni a los monárquicos puede gustarles por cuanto para dar relieve a Leticia menosprecia a Sofia y de que manera.
No sé traerlo, a ver si tu puedes, te aseguro que será una bomba.

¿Te refieres a éste? Digno de mofa, espero que el periolisto salga bien pagado de ésta.


http://www.elmundo.es/blogs/elmundo...08/letizia-la-reina-que-no-nos-merecemos.html


Letizia, la reina que no nos merecemos

Va a ser verdad que España no tiene remedio. Y Puigdemont lo ha visto mucho antes que la mayoría.

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Causa tanta perplejidad como vergüenza la campaña tan barriobajera que se ha desatado contra la Reina por un incidente tan bobo como el de la no foto tras la Misa de Palma. Doña Letizia podrá gustar más o menos;caer más simpática o antipática; merecer más o menos elogios desde que forma parte de la Familia Real. Pero las diatribas furibundas que está recibiendo por una nadería tan insustancial dice muy poco de los españoles como sociedad moderna y democrática. Entre la clase política, quien mejor ha reaccionado ante tamaña zapatiesta ha sido, cómo son las cosas, alguien tan poco sospechoso de ser monárquico como Pablo Iglesias. Enfrente, los muy defensores del sistema dirigentes del Partido Popular, que en su mayoría han optado por la callada, como si el silencio ante la dimensión que ha adquirido este esperpento -mediático- no contribuyera a agigantar el daño a la imagen de la primera institución del Estado.


No puede ser que los mismos ciudadanos que, según las encuestas, valoran tan positivamente el reinado de Felipe VI y su papel y el de su familia, de pronto por un rifi rafe de pitiminí entre la Reina y la Emérita se declaren a favor de enviar a Doña Letizia a Guantánamo, bajo cadena perpetua revisable.


Pero, claro, en esta época de la posverdad, de lo viral, de las fake news y del juicio perdido irremediablemente, resulta que pesa mucho más que la soberana se equivocara -o no- con un mal gesto hacia su suegra en un momento inoportuno, que el hecho, por ejemplo, de haber sido una de las artífices del Mensaje a la Nación que Felipe VI pronunció en octubre ante la deriva del desafío independentista en Cataluña, y que tantos elogios ha reportado al Monarca.


Sobre el hecho de marras, que no debiera merecer tanta atención ni tanta especulación malsana, se podrían abrir sin embargo nuevas vías de interpretación. Y, desde luego, una de ellas sería la de situar la carga de la responsabilidad en quien la tuvo, al menos en el origen, que no fue otra que la hoy tan querida Doña Sofía. La Emérita, una vez más, volvió a actuar como una abuelaza; pero desde luego lo que no hizo el pasado domingo en Palma fue comportarse como una reina. Porque la secuencia de los hechos demuestra a las claras que su capricho de hacerse la fotito con sus nietas era inoportuno y rompía el protocolo, que obligaba a los miembros de la Familia Real a salir del templo con mayor ritmo, orden y concierto, para ya en el exterior poder ser todos retratrados como Dios manda por los fotógrafos que allí había. Que a Letizia le pudieron los nervios, su carácter hipercontrolador y vaya usted a saber su irritación por lo que fuera..., de acuerdo, se acepta. Y no estuvo bien. Fue una nadería, pero lo simbólico tiene importancia en la Corona y convendría que no se repitiera. Pero la metepatas fue Doña Sofía. Y eso no lo afea nadie. Si lo que queremos es una familia burguesa cualquiera, en la que la abuela actúe como una octogenaria más, y no una Familia Real, en cuyas apariciones públicas debe regir algo de pompa y de majestad, mejor declaremos la República y que nos representen en la Presidencia el matrimonio Aznar o Belén Esteban y su "Migue".


Se ha abierto la caja de Pandora y ahora todo son arremetidas contra Letizia por su mal carácter, por sus modales plebeyos... Se la podrá acusar de muchas cosas. Y, de hecho, no faltan voces estos días que se mesan las barbas acusándola de estar a punto de derribar la Monarquía. Pero la realidad es que, mientras se tumbe o no, Doña Letizia si algo ha hecho ha sido apuntalarla. Que aquí sufrimos todos una desmemoria que da gusto.

Cuando Felipe VI subió al Trono en junio de 2014, la Corona como institución estaba más que de capa caída. Llevaba años suspendiendo en todas las encuestas -la mayoría, no publicadas- y los republicanos se frotaban las manos. ¿Es que es preciso volver a recordar qué había pasado en la institución en los últimos tiempos? Tendrá culpa Doña Letizia de que su cuñada, la Infanta Cristina se hubiera sentado en el banquillo; de que su cuñado político, Iñaki Urdangarin, esté condenado por corrupción a varios años de cárcel y a punto de ingresar en prisión; de que su cuñada, la Infanta Elena, se hubiera divorciado tras protagonizar un final de relación muy tormentosa en el que demostró muy poca humanidad hacia alguien que había sufrido un ictus paralizante; de que su sobrino Froilán no deje de comportarse como un chulángano cualquiera y protagonice un escándalo tras otro, incluidos disparos al pie; de que su suegro, Rey nada menos, apareciera cada día en los papeles por asuntos tan feos como el de tener a su novieta Corinna viviendo en unas instalaciones a escasos metros de su mujer oficial...

No es fácil reinar en un país como España, donde al menos uno de cada ocho ciudadanos no quiere ser español;y donde, tras 40 años de democracia, seguimos a vueltas con eternos debates identitarios y sin una bandera que se pueda exhibir a gusto de todos. Pero mucho más complicado es aún reinar cuando los propios miembros de la dinastía reinante han tenido comportamientos tan inadecuados que han puesto a la institución en la picota.

De nada de lo dicho tienen culpa alguna Don Felipe ni su mujer, Doña Letizia. Ah, pero, claro, ella es culpable de haberle arruinado una foto a su suegra y de no tener el carácter risueño de Máxima de Holanda. Qué cosas.
¿A alguien puede extrañarle que con todo lo que ha llovido en Zarzuela en la última década y con todo lo que esté pasando en España últimamente, Letizia, por el bien de la institución y por el futuro de sus hijas, se haya refugiado en una coraza hiperprofesional de su rol, e intente refrenar al máximo sus emociones?

Tiempo habrá para caer mejor, para relajarse un poco..., si es que España sigue existiendo... Ya decíamos que somos desmemoriados. Tampoco Doña Sofía era tan querida como ahora se dice cuando era mucho más joven. En la Transición, la mitad al menos de los españoles identificaba la Corona con el franquismo, y no sentía mucho aprecio que digamos por "la griega". Pues no tuvo que esperar tiempo Doña Sofía para que se empezara a valorar su labor y su servicio a España. Y, en el camino, siempre las críticas malintencionadas y los bulos engordados... Que si no se ha esforzado por aprender el castellano después de tantos años, que si no pasaba en nuestro país más que días sueltos, porque se iba a Londres medio año a casa de su hermano Constantino...

No, no ha sido siempre tan querida la hoy Emérita como ahora se pretende... Nunca en la Historia lo han tenido fácil las esposas de nuestros reyes para meterse a los españoles en el bolsillo.

Y, en todo caso, por más que se merezca Doña Sofía el respeto bien ganado que tiene hoy en día, ni su perfil ni su modelo servirían para estos tiempos. Para empezar, los españoles no aceptarían tener hoy como Reina a una mujer joven como Letizia que soportara vivir en un matrimonio de ficción y para la galería, haciendo ella y el Rey vidas separadas.

Doña Sofía lleva varios años ejerciendo mucho más de madre y abuela que de reina. Y se le perdona que haya actuado ante el escándalo Nóos como lo ha hecho, porque su tiempo histórico ya es otro, y eso le ha permitido mantener un vínculo bien ostentoso con la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, que a Don Felipe y Doña Letizia no se les hubiera perdonado. Entonces, mejor no establezcamos comparaciones odiosas ni mezclemos churras con merinas.

Sea más o menos difícil su carácter, la Reina no ha cometido aún ningún tropiezo de verdad. Y está encarnando una institución tan difícil con mucha más dignidad y profesionalidad que muchos de los que nacieron ya con la sangre azul. Le falta mucha proyección, mucha agenda institucional y mucho peso internacional, cuestiones de las que no se le pueden culpar a ella, sino a los responsables de la institución, empezando por su marido, el Rey, y al Gobierno, que en última instancia marca la actividad de la Corona.

Pero, en el espacio que le dejan, Doña Letizia lo está haciendo bien. Y su papel en apoyo de Don Felipe es fundamental. No vale decir que qué bien lo está haciendo el Rey, y no reconocerle a ella parte sustancial del mérito. Empezando por una cuestión tan importante hoy en día como la oratoria. Qué poco se acuerdan algunos de cómo hablaba en público Don Felipe. ¿Qué diríamos hoy de un Rey que se expresara ante los medios y los auditorios con tanto balbuceo, con tan poca convicción, con tan poca presencia escénica?

Gracias a Doña Letizia, el Rey de España es en la actualidad, entre todos los monarcas europeos, no sólo uno de los más preparados, sino también uno de los que más aplomo y seguridad ofrece en sus intervenciones. Y sus discursos no son sólo contundentes en cuestión de imagen. Están cargados de enorme contenido. Ytambién ahí la Reina juega un papel clave, en la sombra, silencioso, entre bambalinas, como le corresponde.

Pero, en fin, echemos en la hoguera a Doña Letizia. Porque lo importante es que su rictus no se relaja. Los españoles sólo nos merecemos que nos hubiera tocado una Mette Marit.
 
¿Te refieres a éste? Digno de mofa, espero que el periolisto salga bien pagado de ésta.


http://www.elmundo.es/blogs/elmundo...08/letizia-la-reina-que-no-nos-merecemos.html


Letizia, la reina que no nos merecemos

Va a ser verdad que España no tiene remedio. Y Puigdemont lo ha visto mucho antes que la mayoría.

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Causa tanta perplejidad como vergüenza la campaña tan barriobajera que se ha desatado contra la Reina por un incidente tan bobo como el de la no foto tras la Misa de Palma. Doña Letizia podrá gustar más o menos;caer más simpática o antipática; merecer más o menos elogios desde que forma parte de la Familia Real. Pero las diatribas furibundas que está recibiendo por una nadería tan insustancial dice muy poco de los españoles como sociedad moderna y democrática. Entre la clase política, quien mejor ha reaccionado ante tamaña zapatiesta ha sido, cómo son las cosas, alguien tan poco sospechoso de ser monárquico como Pablo Iglesias. Enfrente, los muy defensores del sistema dirigentes del Partido Popular, que en su mayoría han optado por la callada, como si el silencio ante la dimensión que ha adquirido este esperpento -mediático- no contribuyera a agigantar el daño a la imagen de la primera institución del Estado.


No puede ser que los mismos ciudadanos que, según las encuestas, valoran tan positivamente el reinado de Felipe VI y su papel y el de su familia, de pronto por un rifi rafe de pitiminí entre la Reina y la Emérita se declaren a favor de enviar a Doña Letizia a Guantánamo, bajo cadena perpetua revisable.


Pero, claro, en esta época de la posverdad, de lo viral, de las fake news y del juicio perdido irremediablemente, resulta que pesa mucho más que la soberana se equivocara -o no- con un mal gesto hacia su suegra en un momento inoportuno, que el hecho, por ejemplo, de haber sido una de las artífices del Mensaje a la Nación que Felipe VI pronunció en octubre ante la deriva del desafío independentista en Cataluña, y que tantos elogios ha reportado al Monarca.


Sobre el hecho de marras, que no debiera merecer tanta atención ni tanta especulación malsana, se podrían abrir sin embargo nuevas vías de interpretación. Y, desde luego, una de ellas sería la de situar la carga de la responsabilidad en quien la tuvo, al menos en el origen, que no fue otra que la hoy tan querida Doña Sofía. La Emérita, una vez más, volvió a actuar como una abuelaza; pero desde luego lo que no hizo el pasado domingo en Palma fue comportarse como una reina. Porque la secuencia de los hechos demuestra a las claras que su capricho de hacerse la fotito con sus nietas era inoportuno y rompía el protocolo, que obligaba a los miembros de la Familia Real a salir del templo con mayor ritmo, orden y concierto, para ya en el exterior poder ser todos retratrados como Dios manda por los fotógrafos que allí había. Que a Letizia le pudieron los nervios, su carácter hipercontrolador y vaya usted a saber su irritación por lo que fuera..., de acuerdo, se acepta. Y no estuvo bien. Fue una nadería, pero lo simbólico tiene importancia en la Corona y convendría que no se repitiera. Pero la metepatas fue Doña Sofía. Y eso no lo afea nadie. Si lo que queremos es una familia burguesa cualquiera, en la que la abuela actúe como una octogenaria más, y no una Familia Real, en cuyas apariciones públicas debe regir algo de pompa y de majestad, mejor declaremos la República y que nos representen en la Presidencia el matrimonio Aznar o Belén Esteban y su "Migue".


Se ha abierto la caja de Pandora y ahora todo son arremetidas contra Letizia por su mal carácter, por sus modales plebeyos... Se la podrá acusar de muchas cosas. Y, de hecho, no faltan voces estos días que se mesan las barbas acusándola de estar a punto de derribar la Monarquía. Pero la realidad es que, mientras se tumbe o no, Doña Letizia si algo ha hecho ha sido apuntalarla. Que aquí sufrimos todos una desmemoria que da gusto.

Cuando Felipe VI subió al Trono en junio de 2014, la Corona como institución estaba más que de capa caída. Llevaba años suspendiendo en todas las encuestas -la mayoría, no publicadas- y los republicanos se frotaban las manos. ¿Es que es preciso volver a recordar qué había pasado en la institución en los últimos tiempos? Tendrá culpa Doña Letizia de que su cuñada, la Infanta Cristina se hubiera sentado en el banquillo; de que su cuñado político, Iñaki Urdangarin, esté condenado por corrupción a varios años de cárcel y a punto de ingresar en prisión; de que su cuñada, la Infanta Elena, se hubiera divorciado tras protagonizar un final de relación muy tormentosa en el que demostró muy poca humanidad hacia alguien que había sufrido un ictus paralizante; de que su sobrino Froilán no deje de comportarse como un chulángano cualquiera y protagonice un escándalo tras otro, incluidos disparos al pie; de que su suegro, Rey nada menos, apareciera cada día en los papeles por asuntos tan feos como el de tener a su novieta Corinna viviendo en unas instalaciones a escasos metros de su mujer oficial...

No es fácil reinar en un país como España, donde al menos uno de cada ocho ciudadanos no quiere ser español;y donde, tras 40 años de democracia, seguimos a vueltas con eternos debates identitarios y sin una bandera que se pueda exhibir a gusto de todos. Pero mucho más complicado es aún reinar cuando los propios miembros de la dinastía reinante han tenido comportamientos tan inadecuados que han puesto a la institución en la picota.

De nada de lo dicho tienen culpa alguna Don Felipe ni su mujer, Doña Letizia. Ah, pero, claro, ella es culpable de haberle arruinado una foto a su suegra y de no tener el carácter risueño de Máxima de Holanda. Qué cosas.
¿A alguien puede extrañarle que con todo lo que ha llovido en Zarzuela en la última década y con todo lo que esté pasando en España últimamente, Letizia, por el bien de la institución y por el futuro de sus hijas, se haya refugiado en una coraza hiperprofesional de su rol, e intente refrenar al máximo sus emociones?

Tiempo habrá para caer mejor, para relajarse un poco..., si es que España sigue existiendo... Ya decíamos que somos desmemoriados. Tampoco Doña Sofía era tan querida como ahora se dice cuando era mucho más joven. En la Transición, la mitad al menos de los españoles identificaba la Corona con el franquismo, y no sentía mucho aprecio que digamos por "la griega". Pues no tuvo que esperar tiempo Doña Sofía para que se empezara a valorar su labor y su servicio a España. Y, en el camino, siempre las críticas malintencionadas y los bulos engordados... Que si no se ha esforzado por aprender el castellano después de tantos años, que si no pasaba en nuestro país más que días sueltos, porque se iba a Londres medio año a casa de su hermano Constantino...

No, no ha sido siempre tan querida la hoy Emérita como ahora se pretende... Nunca en la Historia lo han tenido fácil las esposas de nuestros reyes para meterse a los españoles en el bolsillo.

Y, en todo caso, por más que se merezca Doña Sofía el respeto bien ganado que tiene hoy en día, ni su perfil ni su modelo servirían para estos tiempos. Para empezar, los españoles no aceptarían tener hoy como Reina a una mujer joven como Letizia que soportara vivir en un matrimonio de ficción y para la galería, haciendo ella y el Rey vidas separadas.

Doña Sofía lleva varios años ejerciendo mucho más de madre y abuela que de reina. Y se le perdona que haya actuado ante el escándalo Nóos como lo ha hecho, porque su tiempo histórico ya es otro, y eso le ha permitido mantener un vínculo bien ostentoso con la Infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, que a Don Felipe y Doña Letizia no se les hubiera perdonado. Entonces, mejor no establezcamos comparaciones odiosas ni mezclemos churras con merinas.

Sea más o menos difícil su carácter, la Reina no ha cometido aún ningún tropiezo de verdad. Y está encarnando una institución tan difícil con mucha más dignidad y profesionalidad que muchos de los que nacieron ya con la sangre azul. Le falta mucha proyección, mucha agenda institucional y mucho peso internacional, cuestiones de las que no se le pueden culpar a ella, sino a los responsables de la institución, empezando por su marido, el Rey, y al Gobierno, que en última instancia marca la actividad de la Corona.

Pero, en el espacio que le dejan, Doña Letizia lo está haciendo bien. Y su papel en apoyo de Don Felipe es fundamental. No vale decir que qué bien lo está haciendo el Rey, y no reconocerle a ella parte sustancial del mérito. Empezando por una cuestión tan importante hoy en día como la oratoria. Qué poco se acuerdan algunos de cómo hablaba en público Don Felipe. ¿Qué diríamos hoy de un Rey que se expresara ante los medios y los auditorios con tanto balbuceo, con tan poca convicción, con tan poca presencia escénica?

Gracias a Doña Letizia, el Rey de España es en la actualidad, entre todos los monarcas europeos, no sólo uno de los más preparados, sino también uno de los que más aplomo y seguridad ofrece en sus intervenciones. Y sus discursos no son sólo contundentes en cuestión de imagen. Están cargados de enorme contenido. Ytambién ahí la Reina juega un papel clave, en la sombra, silencioso, entre bambalinas, como le corresponde.

Pero, en fin, echemos en la hoguera a Doña Letizia. Porque lo importante es que su rictus no se relaja. Los españoles sólo nos merecemos que nos hubiera tocado una Mette Marit.
Gracias Codizia, nunca mejor dicho INCREIBLE PERO CIERTO.
Y el final aludiendo a Mette Marit es como para el redactor jefe de la publicación llamarlo a capítulo.
 
Gracias Codizia, nunca mejor dicho INCREIBLE PERO CIERTO.
Y el final aludiendo a Mette Marit es como para el redactor jefe de la publicación llamarlo a capítulo.

He flipado pero si lo piensas, lo primero que debió hacer Leti despues del palmagate sería sería ir corriendo a buscar su corte de palmeros dispuestos a salir en su defensa. Pocos que debe haber dispuestos, no fastidiemos :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:

En fin.
 
He flipado pero si lo piensas, lo primero que debió hacer Leti despues del palmagate sería sería ir corriendo a buscar su corte de palmeros dispuestos a salir en su defensa. Pocos que debe haber dispuestos, no fastidiemos :ROFLMAO::ROFLMAO::ROFLMAO:

En fin.
No se me había ocurrido, pero de todos modos este caso, un caso sí, es como para caérsele la cara de vergüenza no solo al periodista sino al propio períodico que nunca debió permitir la publicación de semejante fiasco.
Quiero pensar que el responsable estaba de vacaciones, si no no se comprende.
 
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