Hola, prim@s.
Voy a contaros mis novedades.
Como ya he comentado en un post anterior, el día 1 recibí mi última sesión de quimioterapia, la número once. Estoy notando ya una mejoría en el sentido de que me voy sintiendo cada vez menos cansada, aunque persiste el hormigueo de dedos, sobre todo los de la mano. Esta semana he acudido dos veces al hospital: el lunes para hacerme una resonancia y ayer, una mamografía y una ecografía. La radióloga me dijo que, de los dos marcajes o semillas que me pusieron, uno se veía muchísimo más pequeño y el otro había desaparecido (al menos en visión ecográfica). Me dijo que todo iba muy bien y que, además, iba a estar en las mejores manos, por el cirujano que me va a operar. Salí muy contenta de las pruebas. La semana que viene me tocan ya las de anestesia y demás.
Por cierto, he llegado a estar hasta relajada en el tubo de la resonancia... Son tantas ya que voy desarrollando mis truquillos.
Pues nada, ya os he puesto al corriente. ¿Cómo estáis las demás?
Que alegria, Carolino, que gusto leerte en tu nueva etapa.
Pero hay una cosa que me llama la atención y que te explico. Me refiero a estar relajada en el tubo de resonancia, que no es moco de pavo, lo conozco.
Lo experimenté una primera vez por cuestiones de columna, la sensación fue horrible, tanta claustrofobia no creí pudiera soportarla, pero sí que la aguanté aunque al salir de aquel encierro me prometí no volver jamás a menos que me sedaran.
Tuve que repetir la experiencia un tiempo después pero, enterada por otras personas, pedí una resonancia abierta y en ella fue la nueva experiencia que poco que ver con la anterior, todo mucho más normal y sin ansiedades. Supongo que tu, en medio de estos quehaceres ya sabrás de que va, pero como no lo tengo seguro porque mencionas el sistema cerrado, te lo digo por si tienes que volver a tan angustiosa prueba la pidas abierta, infinitamente más llevable que la cerrada.
Cuando salgas de todo ésto creo que nada se te pondrá por delante y, dado tu carácter, seguirás en esa línea noble y potente que te caracteriza.
Cuanto me alegro mi querida Carolino.