Se subastan Las cartas más íntimas de Albert Einstein al ingeniero Michele Angelo Besso, al descubie

P

pilou12

Guest
    • BENJAMÍN G. ROSADO
  • 10 JUL. 2017 01:35
14994523501030.jpg

Albert Einstein y Besso. DR


En algunas de las misivas, que se subastarán próximamente, el genio escribe sobre cosas íntimas como cada uno de sus fracasos como marido

Las cartas fueron descubiertas en una maleta de la casa familiar de Besso en Ginebra a principios de los años 70

El apellido predisponía al romance, aunque entre Besso y Einstein sólo hubo amistad. Tan fructífera en lo personal como productiva en lo que a hallazgos científicos se refiere. Michele Angelo Besso fue un ingeniero italo-suizo, judío para más señas. Coincidieron como estudiantes en el Instituto Politécnico Federal de Zúrich y más tarde en Berna, donde Einstein se desempeñaba como humilde empleado de una oficina de patentes. Besso colaboró en varios de sus posteriores descubrimientos, medió en la tormentosa relación de Einstein con su primera esposa, Mileva Mari, y mantuvo siempre contacto epistolar con su colega.

"Las cartas revelan el extraordinario pensamiento científico de Einstein, con profundísimas reflexiones sobre la relatividad general, la teoría del campo unificado, la flecha del tiempo y muchos otros conceptos", cuenta a LOC Thomas Venning, especialista de la casa Christie's que el próximo 12 de julio subasta en Londres parte de la correspondencia que intercambiaron los científicos. "Su visión del mundo y, sobre todo, su interpretación de las relaciones personales nos permite entender también la evolución de su carácter: de un oscuro empleado de patentes al científico más brillante de nuestra era".

14994519842601.jpg



Las cartas fueron descubiertas en una maleta de la casa familiar de Besso en Ginebra a principios de los años 70. Poco después, Pierre Speziali las tradujo en una cuidada edición francesa que, por supuesto, no llegó a España. "Entonces la correspondencia fue celebrada como una de las más certeras aproximaciones a la intimidad de Einstein", asevera Venning. "Pero hasta ahora los manuscritos originales no habían salido a la luz". En ellos Einstein se permite la osadía de explicar los principios fundamentales de la física moderna y, sin embargo, no logra desentrañar el misterio de las relaciones humanas. ¿Fue acaso un hombre infeliz?

"Einstein reconoce abiertamente cada uno de sus fracasos como marido. Incluso llegó a escribir que una de las cosas que más admiraba de Besso era precisamente su capacidad para vivir en armonía con su esposa". En las cartas, el "inventor" de la relatividad general enumera algunos de los placeres mundanos a su alcance. "Disfrutaba especialmente de las conversaciones con sus amigos, de las largas caminatas por las montañas suizas y, sobre todo, del trabajo. En varias ocasiones describe la enorme satisfacción que le produce encerrarse en su despacho como un ermitaño para divagar en soledad sobre asuntos científicos".

Pocos meses antes de morir, Einstein escribió varias cartas íntimas a su colegaen las que le confesaba su decepción por el devenir de su relación conyugal. Parece ser que la física ("sólo accesible a las mentes más privilegiadas", llegaría a decir) era incompatible con el ardiente deseo por lo físico. Einstein lamenta además la falta de comunicación con sus hijos. "A pesar de los errores que cometió en su primer matrimonio, se sintió profundamente unido a su segunda esposa. No hay razón para pensar que el contenido de las cartas de la subasta pudiera incomodar hoy a alguno de sus descendientes".

La frase más reveladora de todos los lotes de cartas que se someterán al veredicto del martillo (con un valor estimado que oscila entre los 700 y los 170.000 euros por unidad) es la que Einstein le dedica a la familia Besso a modo de condolencia tras el fallecimiento de su colega: "Para las personas como nosotros, que creemos en la física, la separación entre pasado, presente y futuro sólo tiene la importancia de una ilusión reconociblemente tenaz". En ella condesa el dolor por la pérdida, el vértigo ante la perspectiva de su propia muerte (que se produciría cuatro semanas más tarde) y la lucidez con que observaba el mundo.

http://www.elmundo.es/loc/2017/07/10/595fd34ee2704ebc3f8b4690.html
 
Me gustaría hacer una reflexión . Ahora todo el mundo usa el email , el whatssap . el facebook , los foros ,para comunicarse . Me pregunto :
Dentro de 100 años , como sabrán los investigadores , como se relacionaban los cientificos , escritores u otros con sus parejas , si solo lo hacen por email . El email es algo efimero . ¿ alguien lo ha pensado ?
Creo que tendriamos que volver a escribir a mano una carta y sentir la emoción de recibirla y ver la caligrafía de nuestra amada o amado .
Nos estamos perdiendo este arte de la espistola .
 
A finales de los años 80, Lieserl, la hija del célebre genio, donó 1.400 cartas escritas por Einstein a la Universidad Hebrea, con la orden de no hacer público su contenido hasta dos décadas después de su muerte. Acá una de ellas

50464_foto_51300.png


A Lieserl Einstein.

Cuando propuse la teoría de la relatividad, muy pocos me entendieron, y lo que te revelaré ahora para que lo transmitas a la humanidad también chocará con la incomprensión y los perjuicios del mundo.

Te pido aun así, que la custodies todo el tiempo que sea necesario, años, décadas, hasta que la sociedad haya avanzado lo suficiente para acoger lo que te explico a continuación.

Hay una fuerza extremadamente poderosa para la que hasta ahora la ciencia no ha encontrado una explicación formal. Es una fuerza que incluye y gobierna a todas las otras, y que incluso está detrás de cualquier fenómeno que opera en el universo y aún no haya sido identificado por nosotros. Esta fuerza universal es el AMOR.

Cuando los científicos buscaban una teoría unificada del universo olvidaron la más invisible y poderosa de las fuerzas.

El Amor es Luz, dado que ilumina a quien lo da y lo recibe. El Amor es gravedad, porque hace que unas personas se sientan atraídas por otras. El Amor es potencia, porque multiplica lo mejor que tenemos, y permite que la humanidad no se extinga en su ciego egoísmo. El amor revela y desvela. Por amor se vive y se muere. El Amor es Dios, y Dios es Amor.

Esta fuerza lo explica todo y da sentido en mayúsculas a la vida. Ésta es la variable que hemos obviado durante demasiado tiempo, tal vez porque el amor nos da miedo, ya que es la única energía del universo que el ser humano no ha aprendido a manejar a su antojo.

Para dar visibilidad al amor, he hecho una simple sustitución en mi ecuación más célebre. Si en lugar de E= mc2 aceptamos que la energía para sanar el mundo puede obtenerse a través del amor multiplicado por la velocidad de la luz al cuadrado, llegaremos a la conclusión de que el amor es la fuerza más poderosa que existe, porque no tiene límites.

Tras el fracaso de la humanidad en el uso y control de las otras fuerzas del universo, que se han vuelto contra nosotros, es urgente que nos alimentemos de otra clase de energía. Si queremos que nuestra especie sobreviva, si nos proponemos encontrar un sentido a la vida, si queremos salvar el mundo y cada ser sintiente que en él habita, el amor es la única y la última respuesta.

Quizás aún no estemos preparados para fabricar una bomba de amor, un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada.

Cuando aprendamos a dar y recibir esta energía universal, querida Lieserl, comprobaremos que el amor todo lo vence, todo lo trasciende y todo lo puede, porque el amor es la quinta esencia de la vida.

Lamento profundamente no haberte sabido expresar lo que alberga mi corazón, que ha latido silenciosamente por ti toda mi vida. Tal vez sea demasiado tarde para pedir perdón, pero como el tiempo es relativo, necesito decirte que te quiero y que gracias a ti he llegado a la última respuesta!.

Tu padre,

Albert Einstein

https://esnoticia.co/noticia-8765-el-amor-carta-de-albert-einstein-a-su-hija
 
Albert Einstein
En el siglo XVII, la sencillez y elegancia con que Isaac Newton había logrado explicar las leyes que rigen el movimiento de los cuerpos y el de los astros, unificando la física terrestre y la celeste, deslumbró hasta tal punto a sus contemporáneos que llegó a considerarse completada la mecánica. A finales del siglo XIX, sin embargo, era ya insoslayable la relevancia de algunos fenómenos que la física clásica no podía explicar. Correspondió a Albert Einstein superar tales carencias con la creación de un nuevo paradigma: la teoría de la relatividad, punto de partida de la física moderna.

einstein_1947.jpg

Albert Einstein en 1947

En tanto que modelo explicativo completamente alejado del sentido común, la relatividad se cuenta entre aquellos avances que, en los albores del siglo XX, conducirían al divorcio entre la gente corriente y una ciencia cada vez más especializada e ininteligible. No obstante, ya en vida del físico o póstumamente, incluso los más sorprendentes e incomprensibles aspectos de la relatividad acabarían siendo confirmados. No debe extrañar, pues, que Albert Einstein sea uno de los personajes más célebres y admirados de la historia de la ciencia: saber que son ciertas tantas ideas apenas concebibles (por ejemplo, que la masa de un cuerpo aumenta con la velocidad) no deja más opción que rendirse a su genialidad.

Un mal estudiante

Albert Einstein nació en la ciudad bávara de Ulm el 14 de marzo de 1879. Fue el hijo primogénito de Hermann Einstein y de Pauline Koch, judíos ambos, cuyas familias procedían de Suabia. Al siguiente año se trasladaron a Munich, en donde el padre se estableció, junto con su hermano Jakob, como comerciante en las novedades electrotécnicas de la época.

El pequeño Albert fue un niño quieto y ensimismado, y tuvo un desarrollo intelectual lento. El propio Einstein atribuyó a esa lentitud el hecho de haber sido la única persona que elaborase una teoría como la de la relatividad: «un adulto normal no se inquieta por los problemas que plantean el espacio y el tiempo, pues considera que todo lo que hay que saber al respecto lo conoce ya desde su primera infancia. Yo, por el contrario, he tenido un desarrollo tan lento que no he empezado a plantearme preguntas sobre el espacio y el tiempo hasta que he sido mayor».

En 1894, las dificultades económicas hicieron que la familia (aumentada desde 1881 con el nacimiento de una hija, Maya) se trasladara a Milán; Einstein permaneció en Munich para terminar sus estudios secundarios, reuniéndose con sus padres al año siguiente. En el otoño de 1896 inició sus estudios superiores en la Eidgenossische Technische Hochschule de Zúrich, en donde fue alumno del matemático Hermann Minkowski, quien posteriormente generalizó el formalismo cuatridimensional introducido por las teorías de su antiguo alumno.

einstein_elsa.jpg

Einstein con Elsa, su segunda esposa

El 23 de junio de 1902, Albert Einstein empezó a prestar sus servicios en la Oficina Confederal de la Propiedad Intelectual de Berna, donde trabajó hasta 1909. En 1903 contrajo matrimonio con Mileva Maric, antigua compañera de estudios en Zúrich, con quien tuvo dos hijos: Hans Albert y Eduard, nacidos respectivamente en 1904 y en 1910. En 1919 se divorciaron, y Einstein se casó de nuevo con su prima Elsa.

La relatividad

Durante 1905, publicó cinco trabajos en los Annalen der Physik: el primero de ellos le valió el grado de doctor por la Universidad de Zúrich, y los cuatro restantes acabarían por imponer un cambio radical en la imagen que la ciencia ofrece del universo. De estos cuatro, el primero proporcionaba una explicación teórica en términos estadísticos del movimiento browniano (así llamado en honor a su descubridor, Robert Brown), y el segundo daba una interpretación del efecto fotoeléctrico basada en la hipótesis de que la luz está integrada por cuantos individuales, más tarde denominados fotones. Los dos trabajos restantes sentaban las bases de la teoría restringida de la relatividad, estableciendo la equivalencia entre la energía E de una cierta cantidad de materia y su masa m en términos de la famosa ecuación E = mc², donde c es la velocidad de la luz, que se supone constante.

El esfuerzo de Einstein lo situó inmediatamente entre los más eminentes de los físicos europeos, pero el reconocimiento público del verdadero alcance de sus teorías tardó en llegar; el Premio Nobel de Física, que recibió en 1921, le fue concedido exclusivamente «por sus trabajos sobre el movimiento browniano y su interpretación del efecto fotoeléctrico». En 1909 inició su carrera de docente universitario en Zúrich, pasando luego a Praga y regresando de nuevo a Zúrich en 1912 para ser profesor del Politécnico, en donde había realizado sus estudios.

einstein_violin.jpg

Einstein tocando el violín, una de sus aficiones favoritas (c. 1930)

En 1914 pasó a Berlín como miembro de la Academia de Ciencias prusiana. El estallido de la Primera Guerra Mundial le forzó a separarse de su familia (por entonces de vacaciones en Suiza), que ya no volvió a reunirse con él. Contra el sentir generalizado de la comunidad académica berlinesa, Einstein se manifestó por entonces abiertamente antibelicista, influido en sus actitudes por las doctrinas pacifistas de Romain Rolland.

En el plano científico, su actividad se centró, entre 1914 y 1916, en el perfeccionamiento de la teoría general de la relatividad, basada en el postulado de que la gravedad no es una fuerza sino un campo creado por la presencia de una masa en el continuum espacio-tiempo. La confirmación de sus previsiones llegó en 1919, al fotografiarse el eclipse solar del 29 de mayo; The Times lo presentó como el nuevo Newton y su fama internacional creció, forzándole a multiplicar sus conferencias de divulgación por todo el mundo y popularizando su imagen de viajero de la tercera clase de ferrocarril, con un estuche de violín bajo el brazo.

Hacia una teoría unificadora

Durante la siguiente década, Einstein concentró sus esfuerzos en hallar una relación matemática entre el electromagnetismo y la atracción gravitatoria, empeñado en avanzar hacia el que, para él, debía ser el objetivo último de la física: descubrir las leyes comunes que, supuestamente, habían de regir el comportamiento de todos los objetos del universo, desde las partículas subatómicas hasta los cuerpos estelares, y agruparlas en una única teoría "de campo unificado". Tal investigación, que ocupó el resto de su vida, resultó infructuosa y acabó por acarrearle el extrañamiento respecto del resto de la comunidad científica. A partir de 1933, con el acceso de Hitler al poder, su soledad se vio agravada por la necesidad de renunciar a la ciudadanía alemana y trasladarse a Estados Unidos; Einstein pasó los últimos veinticinco años de su vida en el Instituto de Estudios Superiores de Princeton (Nueva Jersey), ciudad en la que murió el 18 de abril de 1955.

Einstein dijo una vez que la política poseía un valor pasajero, mientras que una ecuación valía para toda la eternidad. En los últimos años de su vida, la amargura por no hallar la fórmula que revelase el secreto de la unidad del mundo hubo de acentuarse por la necesidad que sintió de intervenir dramáticamente en la esfera de lo político. En 1939, a instancias de los físicos Leo Szilard y Eugene Paul Wigner, y convencido de la posibilidad de que los alemanes estuvieran en condiciones de fabricar una bomba atómica, se dirigió al presidente Roosevelt instándole a emprender un programa de investigación sobre la energía atómica.
Después de que las explosiones de Hiroshima y Nagasaki pusieran fin a la Segunda Guerra Mundial, Einstein se unió a los científicos que buscaban la manera de impedir el uso futuro de la bomba y propuso la formación de un gobierno mundial a partir del embrión constituido por las Naciones Unidas. Pero sus propuestas en pro de que la humanidad evitara las amenazas de destrucción individual y colectiva, formuladas en nombre de una singular amalgama de ciencia, religión y socialismo, recibieron de los políticos un rechazo comparable a las críticas respetuosas que suscitaron entre los científicos sus sucesivas versiones de la idea de un campo unificado.

Albert Einstein sigue siendo una figura mítica de nuestro tiempo; más, incluso, de lo que llegó a serlo en vida, si se tiene en cuenta que aquella fotografía suya en que exhibe un insólito gesto de burla (sacando la lengua en una cómica e irreverente expresión) se ha visto elevada a la dignidad de icono doméstico después de ser convertida en un póster tan habitual como los de los ídolos de la canción y los astros de Hollywood. Sin embargo, no son su genio científico ni su talla humana los que mejor lo explican como mito, sino, quizás, el cúmulo de paradojas que encierra su propia biografía, acentuadas con la perspectiva histórica. Al Einstein campeón del pacifismo se le recuerda aún como al «padre de la bomba»; y todavía es corriente que se atribuya la demostración del principio de que «todo es relativo» precisamente a él, que luchó encarnizadamente contra la posibilidad de que conocer la realidad significara jugar con ella a la gallina ciega.
https://www.biografiasyvidas.com/monografia/einstein/
 
La historia de una injusticia: Mileva Maric (la primera esposa de Einstein y madre de Lisa).
Comienza sus estudios a la edad de diez años (1886) en un colegio para niñas. Posteriormente, estudia en el instituto de educación de Sremska Mitrovica. Este centro disponía de un magnifico laboratorio de Física y Química.
Mileva nace el 19 de diciembre de 1875 en la ciudad de Titel situada en la provincia de Vojvodina, que por aquel entonces formaba parte del Imperio Austrohúngaro y que actualmente forma parte de Serbia. Su familia era acomodada y es la mayor de tres hermanos.


Mileva se gradúa en el año 1890, obteniendo la máxima calificación en Física y Química. Es aceptada como estudiante privada en el Colegio Real de Zagreb, con una dispensa especial, pues el centro sólo admitía hombres. Es en la universidad de Zagreb donde entabla amistad con otro genio de la física y matemáticas, como era Nikola Testa, que tuvo un gran reconocimiento académico.

En el verano de 1896, Mileva comienza sus estudios de medicina en la universidad suiza de Zúrich, pero solo sigue estos estudios seis meses y a finales de 1896 comienza sus estudios de física y matemáticas en el Instituto Politécnico de Zúrich. Este centro otorgaba una titulación que permitía dedicarse a la docencia de la física y las matemáticas.

El Instituto Politécnico de Zúrich era uno de los pocos centros europeos de enseñanza superior que admitía mujeres. Mileva era la quinta mujer en ser admitida en dicho centro en toda su historia y la única que había en su clase, que sólo tenía once alumnos, entre los que se encontraba Albert Einstein.

Mileva tenía un carácter poco sociable y presentaba una cojera muy ostensible, debido a una artritis congénita, que le hacía tener una autoestima muy baja a pesar de su brillante inteligencia y su gran formación académica.

Mileva y Albert Einstein iniciaron una relación sentimental muy fuerte. Mileva era cuatro años mayor que Albert. La madre de Einstein, que era alemana, nunca vio con buenos ojos el matrimonio de su hijo con Mileva. La definía de la siguiente forma ”ella es un libro, igual que tú… Pero deberías tener una mujer. Cuando tengas treinta años. Ella será una vieja bruja”.

En el año 1900, Einstein escribe a Mileva lo siguiente “estoy solo con todo el mundo, salvo contigo. Qué feliz soy por haberte encontrado a ti, a alguien igual a mí en todos los aspectos, tan fuerte y autónomo como yo”.

Queda embarazada en 1901 sin estar casados, lo que provoca una situación social muy difícil de soportar en aquellos momentos históricos. Esta situación le lleva a abandonar sus estudios a pesar de que sólo le faltaba superar el examen final.

2014062719081938622.jpg

Albert Einstein y Mileva Maric de jóvenes

Mileva se refugia en casa de su hermana en Novi Sad en la actual Serbia, dando a luz en 1902 a una niña Liesert, que cuando cumple un año es dada en adopción. Einstein nunca llevó bien el ser padre de Liesert y nunca informó a su familia de que era padre.

El seis de enero de 1903 es cuando Einstein y Mileva se casan en la capital suiza, Berna. Tenía Einstein entonces veinticuatro años y ya había terminando sus estudios, consiguiendo inmediatamente su primer trabajo como técnico de la Oficina de Patentes de Berna.

En 1904, tienen un nuevo hijo Hans Albert y es cuando Mileva decide sacrificar todas sus posibilidades profesionales y de investigación para dedicarse al cuidado de su familia. Ya entonces Mileva tenía una gran preparación académica. Había desarrollado investigaciones sobre la teoría de los números, cálculo diferencial e integral, funciones elípticas, teoría del calor y electrodinámica.

Se piensa, que los conocimientos matemáticos que tenía Mileva, fueron indispensables para que Einstein pudiera desarrollar sus teorías. Los años más creativos de Einstein fueron aquellos en los que compartió sus investigaciones con ella, de ahí la injusticia que se comete con Mileva.

2014062719081949299.jpg

Albert Einstein y Mileva Maric

El año 1905 fue el de los grandes logros de Albert Einstein, publicando cuatro grandes artículos, y uno de ellos incluía la teoría de la relatividad, que revolucionaron el mundo científico y que le convertirían en un genio. Es revelador, que Mileva en una carta escrita a una amiga le decía “hace poco hemos terminado un trabajo muy importante que hará mundialmente famosos a mi marido”.

Para Evans Harris “la teoría de la relatividad comienza con la tesis que Mileva escribió y presentó a la supervisión del profesor Weber, cuando estudiaba en la Escuela Politécnica de Zúrich, cuya memoria se ha perdido. El efecto fotoeléctrico tiene su origen en los trabajos de Mileva cuando estudiaba en Heilderberg con el profesor Lenard, al cual posteriormente le fue concedido el Premio Nobel de Física. Precisamente, por su trabajo experimental sobre el efecto fotoeléctrico. La teoría del movimiento browniano es producto del pensamiento de Einstein y de su interés por la termodinámica. Mileva contribuyó al mismo con el trabajo matemático, describiendo el movimiento desordenado de las moléculas”.

En 1910 nace Eduard “Tate” en Zúrich, pero nace afectado de un retraso mental, que precisa de unos cuidados muy especiales. Mileva se dedica en cuerpo y alma al cuidado especial de su hijo. Esto significa un alejamiento entre Mileva y Einstein. En esos tiempos todavía ella le ayudaba a la preparación de las clases y conferencias que impartía. En 1911 toda la familia se traslada a vivir a Praga donde le habían ofrecido a Albert un puesto de profesor en dicha universidad. Regresando nuevamente a Zúrich en 1912.

2014062719081921553.jpg


En 1913, Albert Einstein inicia una relación extramatrimonial con su prima Elsa Löwenthal, que vivía en Berlín. Elsa también era separada y madre de dos hijas. Esta le organiza todo el hogar de Einstein para que su dedicación sea plena para la investigación y no deba preocuparse de nada más. Obedece todas las órdenes que le da Einstein, como el restringirle el número de visitantes que aspiraban a hablar con él, pues su fama era ya enorme.

Esto hace que Einstein acepte ser profesor de la universidad de dicha ciudad y se le posibilita que trabaje también como investigador en los laboratorios de Max Plank (laboratorios que posteriormente fueron famosos por su utilización por los nazis).

Mileva no quiere trasladarse a vivir a Berlín, pues es consciente del final de su matrimonio. En la correspondencia entre Einstein y Elsa se puede comprobar cómo Einstein le comunica el no poder forzar un divorcio sin culpables.

No obstante se traslada a vivir con Einstein a Berlín, pero será el periodo más duro de su vida. Einstein no soporta a Mileva y le impone unas durísimas reglas de convivencia, que son escritas:

Tendrás que encárgate de que:

2014062719081957770.jpg
Mi ropa este siempre ordenada.
Se me sirvan tres comidas diarias en mi cuarto.
Mi dormitorio y mi estudio estén siempre en orden y de que nadie toque mi escritorio.

Albert Einstein y Mileva con su hijo Hans Albert

Debes renunciara todo tipo de relaciones personales conmigo, con excepción de aquellas requeridas para el mantenimiento de las apariencias sociales. No debes pedir que:

Me siente contigo en casa.
Salga contigo o te lleve de viaje.

Debes comprometerte explícitamente a observar los siguientes puntos:

No debes esperar afecto de mi parte y no me reprocharas por ello.
Debes responder inmediatamente cuando te dirija la palabra.
Debes abandonar mi dormitorio mi estudio en el acto.
Prometerás no denigrarme cuando así te lo demande yo ante mis hijos, ya sea de palabra o de obra.

2014062719082230334.jpg

Foto de Albert Einstein y Mileva Maric

A los pocos meses de vivir en Berlín, y ante su situación en que se encontraba su matrimonio y ante el temor de que estallara la I Guerra Mundial, Mileva regresa a Zúrich con sus hijos. Vive en una pensión con gran escasez de medios hasta que comienza a dar clases de música y matemáticas. Esto hace que su situación económica mejore y consigue alquilar un piso y dar una vida más digna a sus hijos.

La separación matrimonial le provocó una fuerte debilidad anímica y las consecuencias del estallido de la I Guerra Mundial le hicieron que cayera en una profunda tristeza que acabó en una gran depresión. Mileva concede el divorcio a Einstein en 1919 y en el pacto de divorcio se acuerda que si Einstein gana el Nobel, gran parte de la cantidad que reciba por dicho premio, sería para ella.

Einstein consigue el Premio Nobel en el año 1921. Mileva compra con ese dinero un edifico de apartamentos en Zúrich, que le permitirá vivir con cierta holgura el resto de sus días.

Esto le da autonomía económica y le permite atender a su hijo Eduard, que tenía detectada una esquizofrenia, lo que le provocaba frecuentemente brotes violentos, que ponían en peligro la vida de Mileva. A pesar de estos episodios, Mileva siempre lo mantuvo en casa bajo sus cuidados, negándose sistemáticamente a ingresarlo en un psiquiátrico. La situación era tan dura, que tuvo que contratar a personal de seguridad para que la protegieran de los ataques de Eduard.

Su otro hijo, Hans Albert, estudió en la misma escuela que sus padres, La Politécnica de Zúrich. Se casó con una profesora alemana y cuando el nazismo ya hacía estragos, se trasladó a vivir a Estados Unidos en el año 1937, donde fue contratado como profesor de Ingeniería Hidráulica en la prestigiosa universidad de Berkeley en California.

2014062719082252510.jpg


Los continuos brotes psicóticos que sufre su hijo Eduard, provocan en Mileva una gran crisis nerviosa, llevándole a ser ingresada en el hospital con carácter urgente, sufriendo varias embolias que le provocan su muerte. Mileva muere sola en el hospital en el año 1948.

Ella siempre conservó el apellido Einstein, como así figura en su tumba en el cementerio de Zúrich. Cabe reclamar el mantenimiento del apellido de su marido como una reivindicación silenciosa de su trabajo en el éxito investigador del mismo.

El conocidísimo Bertrand Rusell definía a Albert Einstein como “alguien a quien los asuntos personales no le ocuparon gran cosa de su mente… Pero alguien debía hacerlo y ese era el papel que reservaba a sus mujeres, es decir la responsabilidad del hogar y el cuidado de sus hijos”.

2014062719082193628.jpg

Mileva con sus dos hijos, Hans Albert y Eduard

La misógina de Einstein resulta llamativa y por supuesto muy ignorada. Solo se le ensalza su saber científico, pero como persona dejaba mucho que desear, cosa que la historia nunca lo señaló.

Las mujeres eran para él, además de manos que trabajan en todas las cosas fútiles del mundo, un objeto. Estaba convencido de que “muy pocas mujeres son creativas. No enviaría a mi hija a estudiar física. Estoy contento de que mi segunda mujer no sepa nada de ciencia

Valoraba que la ciencia agría el carácter de la mujer. Por eso es fácil entender sus críticas a Marie Curie “nunca ha escuchado cantar a los pájaros”. Albert Einstein que tenía un aspecto bonachón a los ojos del mundo y que tenía la cabeza llena de fórmulas, sin embargo, también la tenía llenas de ideas machistas y retrógradas con respecto a las mujeres, cuya valoración siempre era negativa. Destaca una frase célebre “¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio”.

Sirva este artículo para poner en la historia el papel de Mileva Maric en el desarrollo de la Física y que se sepa el papel tan fundamental que tuvo en la teoría de la relatividad. Además un toque de atención a los historiadores y prensa de la época que ocultaron el papel de ella y ensalzaron el papel de Albert Einstein.
http://www.nuevatribuna.es/articulo...sticia-mileva-maric/20140627191653104741.html
 
El sentido de la vida humana según Einstein

|Santiago Renteria
einstein-medium.jpg






La violencia, el "instinto" más perverso del ser humano, la espada que ha conquistado voluntades y quebrantado naciones, dejó su marca en Hiroshima, Nagasaki, Holodomor y Auschwitz. Sin embargo. estos son sólo algunos nombres del genocidio y la ceguera humana. ¿Por qué el hombre sale de una guerra para entrar a otra?, ¿Por qué se autodestruye, es acaso esa su verdadera naturaleza? Tal vez porque hay dos cosas infinitas, respondería Einstein: el Universo y la estupidez humana. Aunque la primera jamás la llegó a confirmar.

Albert Einstein, conocido por ser uno de los grandes científicos del último siglo, vivió la mayor parte de su vida en Estados Unidos, a pesar de que fuese originario de Alemania. Durante el curso de la Segunda Guerra Mundial, él y otros hombres de ciencia fueron reclutados para crear un arma de destrucción masiva que "pondría fin" a ese terrible conflicto bélico: la bomba atómica. Nuevamente, otro pretexto para saciar la sed de poder del ser humano.




Desgraciadamente, este científico no pudo hacer nada para evitar la masacre nuclear. No obstante, tenía el venerable hábito de responder las cartas de sus admiradores, que lo atiborraban de preguntas acerca de temas científicos y filosóficos. Él las contestaba afectuosamente porque pensaba que al atender las inquietudes de su audiencia, lograba el sentido último de la vida humana, que para él consistía en crear satisfacción mutua y lograr el crecimiento colectivo. Cada sonrisa que dejaba en sus admiradores se convertía en un goce personal.

Años después de la Segunda Guerra Mundial, una de sus jóvenes admiradoras le escribió una carta en la que le hacía una breve pregunta, pero no por ello simple:

“¿Por qué estamos vivos?, ¿Cuál es el sentido de la vida si vivimos para sufrir los estragos de las guerras y la violencia del ser humano?”
El científico no tardó en responder. (La carta original con su traducción se muestran a continuación)


***

Querida Señorita Block:

La cuestión acerca del “Por qué”, es fácil de responder dentro de la esfera humana: para crear satisfacción para nosotros mismos y otras personas. Fuera de la vida humana, la pregunta no tiene sentido alguno. También cabe mencionar que la creencia en Dios no es de ninguna manera una salida a la pregunta. En ese caso, usted podría preguntar “Por qué Dios”.


Sinceramente,

Albert Einstein.

***





Sabe que Einstein mantuvo correspondencia con otros personajes como Sigmund Freud y el filósofo Rabindranath Tagore, con quienes debatía respecto a la guerra y la naturaleza humana, así que no es de sorprender que el científico alemán mantuviera una postura tan clara respecto a cuestiones como las que la joven Marion le expone en su carta. Por último, es interesante cómo es que una pequeña carta nos puede revelar gran parte de su personalidad y, al mismo tiempo, abrirnos los ojos, pues nos muestra que fue algo más que sólo un científico: un ser muy virtuoso y consciente. Un ser humano íntegro.

https://culturacolectiva.com/estilo-de-vida/en-sentido-de-la-vida-humana-segun-einstein/
 
Back