A todas las royals a las que se nombra presidentas de honor de tal o cual fundación o institucion, el objetivo que se busca con la asistencia de las tales a reuniones anuales es dar visibilidad pública de la existencia de esas organizaciones, a fin de conseguir mas donaciones para sus fines. Por ello, las royals -ya que tienen que ir, va incluido en el sueldo- están obligadas a vestirse y lucirse lo mas adecuadas y elegantes posibles, amén de mostrarse amables y sonrientes. Cuanto mas guapas vayan, en mas revistas y periódicos aparecera su imagen y el nombre de la fundación que representan.
Ahí tenemos a la Emérita, recorriendose los barracones de los Bancos de Alimentos. Impecable vestida, saludando sonriente a diestro y siniestro, aceptando con gracia algún regalo que le hacen e incluso aceptando compartir una comida con sus anfitriones. A lo mejor preferiría estar en su casa, en baatita y pantuflas haciendo crochet, pero es .... una profesional del asunto y se comporta como tal. Y claro, cada vez que hace una excursión de estas, su imagen y visita aparece hasta en la hoja parroquial.
Lo mismo pasa con Camilla y sus visitas a las protectoras de animales, o la Wessex preparando packs de comidas solidarios o corriendo en carreras recaudatorias de donativos, y así muchas otras. Pero la Leti no, va vestida como se decía vestían las incluseras, tiesa como un palo, hierática como figura de cartón piedra de falla fúnebre, ninguna amabilidad en sus gestos y menos empatía todavía. Y claro, el objetivo de visibilidad y publicidad no se consigue, no repercute en apenas ningún medio.
Ay si pudieran cambiarla por otra...
Ahí tenemos a la Emérita, recorriendose los barracones de los Bancos de Alimentos. Impecable vestida, saludando sonriente a diestro y siniestro, aceptando con gracia algún regalo que le hacen e incluso aceptando compartir una comida con sus anfitriones. A lo mejor preferiría estar en su casa, en baatita y pantuflas haciendo crochet, pero es .... una profesional del asunto y se comporta como tal. Y claro, cada vez que hace una excursión de estas, su imagen y visita aparece hasta en la hoja parroquial.
Lo mismo pasa con Camilla y sus visitas a las protectoras de animales, o la Wessex preparando packs de comidas solidarios o corriendo en carreras recaudatorias de donativos, y así muchas otras. Pero la Leti no, va vestida como se decía vestían las incluseras, tiesa como un palo, hierática como figura de cartón piedra de falla fúnebre, ninguna amabilidad en sus gestos y menos empatía todavía. Y claro, el objetivo de visibilidad y publicidad no se consigue, no repercute en apenas ningún medio.
Ay si pudieran cambiarla por otra...