No quería que estudiara por si en la universidad conocía a otro con estudios, ya que él los dejó por trabajar porque eso le daba dinero, en lo único que pensaba: dinero y estatus social. En mis tiempos de estudiante él mismo provocaba el drama, a ver si así tiraba la toalla. Era un enfermo de la imagen, de ahí su empeño en construirse él la imagen de don perfecto.
No quería que viajara, por si en un viaje conocía a alguien. Ni siquiera quería viajar conmigo. Quería aburrirme y convertirme en una ama de casa aburrida y con hijos antes de mis 25 años, trampas y tejemanejes para ser yo la mujer en casa con pata quebrada y así no tener escapatoria.
Acomplejado, le acomplejaba su procedencia de barrio obrero, pues como casi todos los españoles, maldito gilipollas, él quería pertenecer a la alta sociedad, los ricos eran mejores personas, daba igual como hubiesen hecho su fortuna. El dinero era mejor y lo único.
Celoso compulsivo, eso sí, en cuanto una moza de buen ver pasaba por delante la miraba descaradamente y me lo hacía saber, ¡le encantaba putearme con la idea de ponerme celosa!. La imagen de golfas de discoteca era algo que le enloquecía, porque las golfas de disco entonces, triunfaban, y todo lo que apestara a triunfo le volvía loco. Si ibas acompañado de una golfa de disco te mirarían con admiración, era lo que él pensaba. Solamente me "guardaba" bien cuando algún amigo suyo le decía "te voy a quitar a la novia", entonces no veais cómo se ponía, ahí me demostraba que no quería ni soltarme, no sea que le dejara por otros.
Vivía constantemente con la idea de que yo le podía dejar por otros, como le hablara de algún compañero de trabajo se volvía paranoide. Así que si me tocaba la moral mentaba a Fulano del trabajo, entonces se iba al trabajo a ver de quién se trataba. Uy como hubiera uno guapo, le mataba.
Le gusté a uno en concreto que me lo hizo saber, y se lo conté, esa vez mi intención no era putearle y hablo en serio, dejé mi mala leche a un lado para decirle que me estaba planteando cambiar el turno porque me resultaba incómodo trabajar con ese chico que se me declaró. Se le llevaban los demonios, ahí me di cuenta del peligro de los celos, pero él me los provocaba a mi.
Dinero, estatus, imagen, celos, un farsante, un mentiroso. En mi vida había tenido yo una mente más negativa hacia la gente, sacaba lo peor de mi, yo no era así. Tengo mala leche pero el nivel de aquella época no era ni mi naturaleza; es acordarme de cómo era yo estando con él y me pongo mala, yo no era así de paranoica, ni de vengativa ni incluso albergar la cantidad de odio que pude albergar estando con ese tío. No quiero ni acordarme ni de experiencias del pasado estando con él porque se me viene a la cabeza una etapa de destrucción, odio a raudales, negatividad, deseos horribles, oscuridad y maldad. Sacó mi maldad, una maldad que ni yo conocía, ¡horrible!, no quería ser así porque esa no era yo, ni con mi furia interna actual (mi naturaleza de mala leche andante pero nada peligrosa) de la que se caga en todo lo que se menea. Horroroso y desagradable. Yo no era así no era yo; yo me río por todo, canto y bailo y soy alegre por naturaleza. Mató mi alegría.
Qué duro es decir que la peor época de mi vida la pasé al lado de alguien que entonces era mi novio, primer novio formal. Y a cualquiera le iba a decir yo la maldad que tenía ese desgraciado, "¡con lo buen chico que es!", nadie iba a creerme, ni siquiera nadie de mi familia, tenía su falso personaje bien definido y ensayado, pero a mi no me la daba. Y una capacidad increíble para poner a la gente en mi contra y salir el airoso y llevarse a aquellos que eran mis "contrarios" a su terreno. Qué manipulador. ¿A quién le iba a decir yo nada sobre él si no me iban a creer?.
La vida y sus giros de guión: le pillé con una golfa de discoteca, me llevaría poniendo loa cuernos con ella meses, no quiero ya ni pensarlo. Le jodí sus planes de decirle a su familia que era yo la que le había dejado, porque así quedaba yo como la mala, la infiel y él como el pobrecito al que dejan. Por eso buscaba el drama y me ignoraba, para ver si yo me cansaba de sus tonterías y era yo la que le dejaba. Que te lo has creído tú, qué poco me conoces y qué poco te conocen los demás, pero ahora te van a conocer de verdad, por mi chichi moreno que te hundo, desgraciado.
En cuanto le trinqué le mandé a tomar por culo, estaba tan ensimismado en su nueva relación que ni sospechaba que yo llamé a sus padres para darle la noticia de que estaba con otra, y lo tuvo que admitir delante de ellos, que le había dejado por pillarle con una zorra de mucho cuidado con la que sepa Dios llevaba viéndose en secreto a mis espaldas. Se lo conté a todo el mundo, ya no podía fingir más que era perfecto: le habían pillado con otra y de qué manera, se descubrió como era y la infidelidad es lo de menos: se descubrió cómo era él realmente, me bastaba con eso. Y con testigos, ojo, que la pillada fue semipública y hasta escandalosa, se montó una brutal, comidilla pública, pero por mi chichi flamenco que yo se la liaba a ese hijo de put* aunque de mi y de mis cuernos estuvieran hablando meses en mi entorno.
La que se lió en su casa fue épica, su familia perpleja, en mi entorno todos perplejos, no era posible "es tan buen chico". Pues ahi le tenéis, que no era tan bueno y si yo decía algo sabía que no me creería nadie. Nunca me importó ser la habladuría de los demás: "ahí le tenéis al buen chico"; llevaba un tiempo espiándole y esperando la jugada. Jajajaja qué poco me conocía pero qué bien le conocía yo a él.
Siguió con esa golfa un tiempo más, hasta que con ésta se terminó buscando su propia ruina personal o algo así me dijeron, por mi parte como si se casaban y comían perdices, ya no me importaba, lo que más le importaba, su p**a imagen social, ya estaba en entredicho y había quedado como un gilipollas públicamente, ya todo el mundo sabía sus planes maquiavélicos, lo que tenía en mente y lo que pretendía conmigo; se dieron cuenta sus propios padres, que es lo peor, darte cuenta que tu hijo es un cabrón y un completo bicho.
Le llamé de todo en su cara, y aguantó cerca de una hora de chaparrón sin pestañear, porque quería, al menos por última vez, decirle a ese bastardo lo que pensaba de él y el desperdicio de haber malgastado años de mi vida a su lado, y tal cual se lo dije. No me rebatió nada, ni me reprochó, aguantó sin decir una palabra. Creo que ahí ya se sio cuenta de que iba en serio la cosa y que de tonta no tenía un pelo y que la había jodido pero bien, para él, claro, que yo me estaba liberando de una buena, para el empezaba lo malo ahora. Fue la última vez que le vi.
Mientras tanto en el tiempo, me contactaba para a ver si yo todavía podría verle alguna vez. Todavía tenia esa esperanza, encima tonto sin remedio. Jamás retomé el contacto con semejante hijo de put* y me dije a mi misma que si hacía algo así no me lo perdonaría en la vida.
Volví a sonreír, me enamoré (o creí estar enamorada) de un chico nuevo que apareció en mi vida como si me acabara de caer un rayo encima. Y vinieron algunos pretendientes más, algún chico nuevo, ya ni me acordaba de aquel desgraciado. Y salía más, fiestas, risas, viajes, amores. Lo que perdí lo recuperé. Aquel sólo fue un recuerdo triste, yo era tremenda antes de conocerle, ¿cómo pude caer así?; mi vida en ese tiempo es como ese hueco del que no te quieres ni acordar, cojo mi vida entera y como si fuera una línea en el tiempo desde que trazo el punto A hasta el punto X hay un bache en medio que se pierde en algún lugar y eso era esa relación: un lapsus que si se perdiera en mi memoria ni me importaría.
Y lo mejor es que volví a sonreír, ¡si yo siempre me estoy descojonando por favor!, pero esta vez me reía de verdad, sin negatividad, alegría, paz. Dios mío, hacía años que no sabía lo que era la paz mental.
En aquellos años no tenía ni un duro, ni casa propia, hasta llegué a quedarme en el paro, pero joder Dios mío yo era FELIZ.
Años más tarde, pensando en todo esto me dije "¿habré sido yo una de ellas?". No podía ser, no podía atreverme siquiera a compararme con esas pobres mujeres a las que han maltratado de verdad, las han pegado y las han matado, han sufrido de verdad. Me negaba, "no digas tonterías Beltane, que a las pobres las han llegado a asesinar"; yo di con un gilipollas hijo de put* y me pilló que era joven y pava. Estaba exagerando, pobrecitas, que a algunas las matan.
Hasta que un día, el menos pensado, alguien que sabe mucho y me quiere mucho me dijo: "sí, lo has sido, te va a costar asumirlo, pero has sido psicológicamente maltratada".
Yo tenía esa idea del maltratador, del bruto que es incluso cateto que pega a su mujer o incluso la mata, esa era la imagen que tenía yo. Ignoraba que existen otras formas de maltrato, muy sibilinas, terroríficas, no hacen falta palizas ni amenazas de muerte, pero te matan de otra forma, con todos mis respetos y mi cariño hacia aquellas mujeres que han sufrido el horror de los "verdaderos" malos tratos, entre comillas lo pongo para resaltar esos brutales que te ponen al borde la muerte física y psicológica y te joden la vida o directamente te matan.
Yo era joven y alelada, y él con más recorrido que yo, "por eso te destrozaba psicológicamente, por ser joven y alelada, de ti abusaba y no te estabas dando ni cuenta. De eso se valía, y a ti lo que te hacía, pues sí, eso era lo que te hacía". Eso me dijeron.
Es horrible, despertar un día y tener que darme cuenta que la persona a la que pensaba que quería, psicológicamente me maltrataba.
Yo no tengo ahora gran cosa, sólo se que gracias a Dios soy feliz.
No quería que viajara, por si en un viaje conocía a alguien. Ni siquiera quería viajar conmigo. Quería aburrirme y convertirme en una ama de casa aburrida y con hijos antes de mis 25 años, trampas y tejemanejes para ser yo la mujer en casa con pata quebrada y así no tener escapatoria.
Acomplejado, le acomplejaba su procedencia de barrio obrero, pues como casi todos los españoles, maldito gilipollas, él quería pertenecer a la alta sociedad, los ricos eran mejores personas, daba igual como hubiesen hecho su fortuna. El dinero era mejor y lo único.
Celoso compulsivo, eso sí, en cuanto una moza de buen ver pasaba por delante la miraba descaradamente y me lo hacía saber, ¡le encantaba putearme con la idea de ponerme celosa!. La imagen de golfas de discoteca era algo que le enloquecía, porque las golfas de disco entonces, triunfaban, y todo lo que apestara a triunfo le volvía loco. Si ibas acompañado de una golfa de disco te mirarían con admiración, era lo que él pensaba. Solamente me "guardaba" bien cuando algún amigo suyo le decía "te voy a quitar a la novia", entonces no veais cómo se ponía, ahí me demostraba que no quería ni soltarme, no sea que le dejara por otros.
Vivía constantemente con la idea de que yo le podía dejar por otros, como le hablara de algún compañero de trabajo se volvía paranoide. Así que si me tocaba la moral mentaba a Fulano del trabajo, entonces se iba al trabajo a ver de quién se trataba. Uy como hubiera uno guapo, le mataba.
Le gusté a uno en concreto que me lo hizo saber, y se lo conté, esa vez mi intención no era putearle y hablo en serio, dejé mi mala leche a un lado para decirle que me estaba planteando cambiar el turno porque me resultaba incómodo trabajar con ese chico que se me declaró. Se le llevaban los demonios, ahí me di cuenta del peligro de los celos, pero él me los provocaba a mi.
Dinero, estatus, imagen, celos, un farsante, un mentiroso. En mi vida había tenido yo una mente más negativa hacia la gente, sacaba lo peor de mi, yo no era así. Tengo mala leche pero el nivel de aquella época no era ni mi naturaleza; es acordarme de cómo era yo estando con él y me pongo mala, yo no era así de paranoica, ni de vengativa ni incluso albergar la cantidad de odio que pude albergar estando con ese tío. No quiero ni acordarme ni de experiencias del pasado estando con él porque se me viene a la cabeza una etapa de destrucción, odio a raudales, negatividad, deseos horribles, oscuridad y maldad. Sacó mi maldad, una maldad que ni yo conocía, ¡horrible!, no quería ser así porque esa no era yo, ni con mi furia interna actual (mi naturaleza de mala leche andante pero nada peligrosa) de la que se caga en todo lo que se menea. Horroroso y desagradable. Yo no era así no era yo; yo me río por todo, canto y bailo y soy alegre por naturaleza. Mató mi alegría.
Qué duro es decir que la peor época de mi vida la pasé al lado de alguien que entonces era mi novio, primer novio formal. Y a cualquiera le iba a decir yo la maldad que tenía ese desgraciado, "¡con lo buen chico que es!", nadie iba a creerme, ni siquiera nadie de mi familia, tenía su falso personaje bien definido y ensayado, pero a mi no me la daba. Y una capacidad increíble para poner a la gente en mi contra y salir el airoso y llevarse a aquellos que eran mis "contrarios" a su terreno. Qué manipulador. ¿A quién le iba a decir yo nada sobre él si no me iban a creer?.
La vida y sus giros de guión: le pillé con una golfa de discoteca, me llevaría poniendo loa cuernos con ella meses, no quiero ya ni pensarlo. Le jodí sus planes de decirle a su familia que era yo la que le había dejado, porque así quedaba yo como la mala, la infiel y él como el pobrecito al que dejan. Por eso buscaba el drama y me ignoraba, para ver si yo me cansaba de sus tonterías y era yo la que le dejaba. Que te lo has creído tú, qué poco me conoces y qué poco te conocen los demás, pero ahora te van a conocer de verdad, por mi chichi moreno que te hundo, desgraciado.
En cuanto le trinqué le mandé a tomar por culo, estaba tan ensimismado en su nueva relación que ni sospechaba que yo llamé a sus padres para darle la noticia de que estaba con otra, y lo tuvo que admitir delante de ellos, que le había dejado por pillarle con una zorra de mucho cuidado con la que sepa Dios llevaba viéndose en secreto a mis espaldas. Se lo conté a todo el mundo, ya no podía fingir más que era perfecto: le habían pillado con otra y de qué manera, se descubrió como era y la infidelidad es lo de menos: se descubrió cómo era él realmente, me bastaba con eso. Y con testigos, ojo, que la pillada fue semipública y hasta escandalosa, se montó una brutal, comidilla pública, pero por mi chichi flamenco que yo se la liaba a ese hijo de put* aunque de mi y de mis cuernos estuvieran hablando meses en mi entorno.
La que se lió en su casa fue épica, su familia perpleja, en mi entorno todos perplejos, no era posible "es tan buen chico". Pues ahi le tenéis, que no era tan bueno y si yo decía algo sabía que no me creería nadie. Nunca me importó ser la habladuría de los demás: "ahí le tenéis al buen chico"; llevaba un tiempo espiándole y esperando la jugada. Jajajaja qué poco me conocía pero qué bien le conocía yo a él.
Siguió con esa golfa un tiempo más, hasta que con ésta se terminó buscando su propia ruina personal o algo así me dijeron, por mi parte como si se casaban y comían perdices, ya no me importaba, lo que más le importaba, su p**a imagen social, ya estaba en entredicho y había quedado como un gilipollas públicamente, ya todo el mundo sabía sus planes maquiavélicos, lo que tenía en mente y lo que pretendía conmigo; se dieron cuenta sus propios padres, que es lo peor, darte cuenta que tu hijo es un cabrón y un completo bicho.
Le llamé de todo en su cara, y aguantó cerca de una hora de chaparrón sin pestañear, porque quería, al menos por última vez, decirle a ese bastardo lo que pensaba de él y el desperdicio de haber malgastado años de mi vida a su lado, y tal cual se lo dije. No me rebatió nada, ni me reprochó, aguantó sin decir una palabra. Creo que ahí ya se sio cuenta de que iba en serio la cosa y que de tonta no tenía un pelo y que la había jodido pero bien, para él, claro, que yo me estaba liberando de una buena, para el empezaba lo malo ahora. Fue la última vez que le vi.
Mientras tanto en el tiempo, me contactaba para a ver si yo todavía podría verle alguna vez. Todavía tenia esa esperanza, encima tonto sin remedio. Jamás retomé el contacto con semejante hijo de put* y me dije a mi misma que si hacía algo así no me lo perdonaría en la vida.
Volví a sonreír, me enamoré (o creí estar enamorada) de un chico nuevo que apareció en mi vida como si me acabara de caer un rayo encima. Y vinieron algunos pretendientes más, algún chico nuevo, ya ni me acordaba de aquel desgraciado. Y salía más, fiestas, risas, viajes, amores. Lo que perdí lo recuperé. Aquel sólo fue un recuerdo triste, yo era tremenda antes de conocerle, ¿cómo pude caer así?; mi vida en ese tiempo es como ese hueco del que no te quieres ni acordar, cojo mi vida entera y como si fuera una línea en el tiempo desde que trazo el punto A hasta el punto X hay un bache en medio que se pierde en algún lugar y eso era esa relación: un lapsus que si se perdiera en mi memoria ni me importaría.
Y lo mejor es que volví a sonreír, ¡si yo siempre me estoy descojonando por favor!, pero esta vez me reía de verdad, sin negatividad, alegría, paz. Dios mío, hacía años que no sabía lo que era la paz mental.
En aquellos años no tenía ni un duro, ni casa propia, hasta llegué a quedarme en el paro, pero joder Dios mío yo era FELIZ.
Años más tarde, pensando en todo esto me dije "¿habré sido yo una de ellas?". No podía ser, no podía atreverme siquiera a compararme con esas pobres mujeres a las que han maltratado de verdad, las han pegado y las han matado, han sufrido de verdad. Me negaba, "no digas tonterías Beltane, que a las pobres las han llegado a asesinar"; yo di con un gilipollas hijo de put* y me pilló que era joven y pava. Estaba exagerando, pobrecitas, que a algunas las matan.
Hasta que un día, el menos pensado, alguien que sabe mucho y me quiere mucho me dijo: "sí, lo has sido, te va a costar asumirlo, pero has sido psicológicamente maltratada".
Yo tenía esa idea del maltratador, del bruto que es incluso cateto que pega a su mujer o incluso la mata, esa era la imagen que tenía yo. Ignoraba que existen otras formas de maltrato, muy sibilinas, terroríficas, no hacen falta palizas ni amenazas de muerte, pero te matan de otra forma, con todos mis respetos y mi cariño hacia aquellas mujeres que han sufrido el horror de los "verdaderos" malos tratos, entre comillas lo pongo para resaltar esos brutales que te ponen al borde la muerte física y psicológica y te joden la vida o directamente te matan.
Yo era joven y alelada, y él con más recorrido que yo, "por eso te destrozaba psicológicamente, por ser joven y alelada, de ti abusaba y no te estabas dando ni cuenta. De eso se valía, y a ti lo que te hacía, pues sí, eso era lo que te hacía". Eso me dijeron.
Es horrible, despertar un día y tener que darme cuenta que la persona a la que pensaba que quería, psicológicamente me maltrataba.
Yo no tengo ahora gran cosa, sólo se que gracias a Dios soy feliz.