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Lo de los animalitos es tierno, lo de los porros no, pa salir corriendo, ese no me gusta de novio para ti, fus fus.@HutHor
Actualizo: hoy quedé con él. Sip, al final se pudooo. Muy majo y cortés. No es ningún puberto. 23 para situarnos.
Pero siempre hay peros en esta vida.
En el momento en el que nos reunimos, y mi mirada se posa en él estudiándolo con más detenimiento, me pasa algo curioso: no me parecía igual que a aquel día de la venta. No sé si fue por la mascarilla bajada que su fisonomía se pudo valorar mejor en ese momento, o por sus gestos, o la luz del sol, o un compendio de todo...
Pensé, ¿es el mismo?¿Acaso es porque hoy dormí 8h? ¿O porque limpié mis gafas, y por eso lo veo HD?
Su vestimenta y su forma de hablar son por excelencia el ejemplo de lo que la mayoría clasificaría como cani (cani friki hehe). "Pero y qué más te daaa, deja esos pensamientos clasistas atrás", me reñí. Tal vez sí se veía algo diferente, sin embargo, ¿no fue su extroversión lo que me llamó la atención aquel día, el día de la venta? Pues co.ño, palante.
Pues palante que fui.
Lo primero que hago es entregarle lo prometido: la santa cutrez de cromos y una mini figura deforme parecida a las mierdas esas que meten en los huevo Kinder. Me daba hasta vergüenza darle eso. Pero a caballo regalado no se le mira el dentadooo, por lo que él me sonríe, me lo agradece y se lo guarda. (Seguramente por dentro preguntándose qué p*ta mierda sacada de la basura le acabo de dar). Sorry not sorry.
Él llevaba puesta una camiseta con el dibujo del protagonista del anime ese que tanto nos gusta a los dos, cosa que le aplaudo: waaa me súper híper chifla tu camisetaaa, súper súper loka me dejas!!!
Es broma. Tampoco así.
Lo conduzco a una cafetería cualquiera. A la hora de pagar, él se ofrece, y yo gustosa accedo y dejo que me consienta invitándome al café descafeinao' con hielo que pido en la barra. Ahorrando yo toda rata un triste euro y medio para mí.
Nos sentamos en la terraza y procedemos a recrearnos teorías sobre ese anime, que se convierte en el eje principal de básicamente todo nuestro encuentro. Bueno, pues que de inicio a fin de la "cita" se lía 10 porros el tío, vengaaaa fiesta de la marihuanaaa. Y uno más y otro. Sin pausas. Es que siempre he tenido el olfato mega sensible y eso me da arcadas. Ese olorcillo a hierba requemada aderezado con otros detalles más que voy entreviendo en su ser me reafirma que somos de diferentes rollos, MUY diferentes. Además ¿es normal ese temblor suyo de las manos? ¿Es por tanto fumar?
ME PREGUNTÉ SI SU CAFÉ LE SABRÍA A CAFÉ. Todo por alternar las dos cosas. No le pedí que no fumara porque no quería enfrentarme a la posibilidad de que todo gallito me saltase con que este es un país libre. No creo que lo hubiese hecho jajaja, pero por si las moscas... Huelga recalcar que el viento se llevaba el humo a otra dirección contraria a mí, porque de verdad, qué repulsión le tengo al tabaco y similares, por si no ha quedado claro ya.
Cuando ya no nos queda más tema de conversación sobre el anime porque lo hemos estirado más que un chicle, a continuación, él pasa a elaborarme el árbol genealógico de sus tres perros, que qué raza son, y sus cruces, y que si tal y que si cual -yo no soy muy amante de los perros, por eso me resultó cómica la situación en cierta manera-. También me relata la biografía de su gato difunto y cómo murió. Y después, que si su vecino tiene cobayas, una serpiente y una iguana... (?) Me cuenta que ese vecino suele dejar a la serpiente de casi 2 metros por la plaza de la comunidad para que le dé el sol, porque ellas también necesitan vitamina D.
LA SERPIENTE=yeah
¿Puede ser la gente más normal?
Un poco de por favor.
Total, a lo sumo estuvimos hablando por dos horas. El tiempo con él lo sentí meramente ameno. No me sentí incómoda, pero tampoco para repetir mañana corriendo. Yo con lo que me quedo es con la sensación de victoria de cumplir con el capricho de quedar con "el del Wallapop".Sí, así de aburrida es mi vida.
En fin, dada por concluida la quedada, seguimos juntos un tramo del camino de vuelta. Cuando el camino se bifurca, nos despedimos y no sin antes él ofrecerme su número de teléfono, y a mí en defecto me queda el resultado de tomar la decisión de agregarle por WhatsApp o no. "Ya hablaremos y acordamos para la siguiente", me dice. Me da un pseudo-abrazo y un pseudo-beso de despedida, lo cual lo honra de educado, y ale cada uno por donde ha venido.
Y aquí estoy..., con un acontecimiento acontecido que pasa a anécdota, y nada más. Porque por yo muy otaka, y él muy otako, mi intuición me dice que naah. Next.
Entraba a preguntarte, pero no ha hecho falta. 
Gracias por contarnos. Esperaré a la próxima. 
