Que sus nombres no se borren de la historia

Pues yo sí aunque tenga 37 años. No soy historiadora ni politóloga pero me parece muy importante conocer nuestro pasado para explicar nuestro presente.

Creo que es fundamental que todos podamos recordar a aquellos que murieron víctimas de la sinrazón y el odio para que nunca más vuelva a suceder en nuestro país y ojalá que en muchos otros.

Estamos en las mismas.

Ojala honrar y hacer justicia a todas las victima, que la historia de España va mas allá de un bando de la GC y el franquismo.
 
No, y lo sabes, que solo haces que subir victimas y recordatorios e historias de gente asesinada por el bando nacional. Y lo sabes. NO me molesta, pero esque luego te llenas la boca de esque hay que hacer justicia a esta gente....por supuesto. Pero a TODOSSSSSSSSS!!!! Estoy esperando el dia en que subas solo 1 noticia contraria para ver si es verdad eso de que dices que justicia a todos, pero venga a sacar solo de una parte, eh?

Parece que solo hubo caidos en la GC y luego en la dictadura.... y creo que ya hablamos paginas atrás del porqué del estallido de la guerra y los miles de ciudadanos asesinados por el bando republicano años antes de que se iniciase la guerra.
Quieres una noticia contraria? Página 6 de este hilo, fecha 6 noviembre de 2021.
 
¿Y de estas víctimas nadie se acuerda? ¿O son víctimas de segunda porque fueron asesinadas por “los buenos”?


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MEMORIA HISTÓRICA Y LO QUE SE PRETENDIÓ Y PRETENDE
Antonio García Fuentes
Como quiera que “las cosas” se van enrareciendo cada vez más y “la terrible olla española”; ya va empezando a echar “más humo del que sería conveniente”… y algunos políticos, por tal de llegar al poder, serían capaces de “incendiar lo que sea”; puesto que saben que con las cenizas que queden, se harían ricos unos cuantos miles de ellos… Nosotros los españoles de a pie, tenemos que ir viendo las cosas como son y no como nos las quieren enseñar; aquí todo el mundo miente y sólo busca su botín particular; el resto les importamos dos coj*nes, o quizá mucho menos. Por ello hoy recuerdo lo que escribiera “antes de la depresión”, puesto que aún entonces, el despreciable Zapatero, “encendió la mecha con su maldita memoria histórica, que era suya no la que necesitaba España”.
1) (Año 2007) El nefasto Zapatero, lo que pretende ante todo y sobre todo; es rentabilizar esos terribles hechos, para sacar votos y mantenerse en el poder otros cuatro años, punto. (Cosa que consiguió y aguantó hasta finales del 2011)
2) Hay que recordar que en los 40 años de Franco, todos los del PSOE, estuvieron de "vacaciones" o viviendo en el extranjero, más o menos de lo que se llevaron en la huida, salvo excepciones; Franco no tuvo aquí ninguna oposición; salvo la de los comunistas y la "tolerada" de Enrique Tierno Galván, que creó "otro socialismo"... y poco más ¿A qué entonces tanta "fuerza" hoy que no arriesgan nada en este partido nacido tras la muerte de Franco? El PSOE de Felipe González… “nace con él”.
3) LA MEMORIA HISTÓRICA: La enterramos colectivamente (los españoles) y en un movimiento de milagro o maravilla, por el acierto, cuando votando en 1977 mandamos a la mierda a izquierdas y a derechas. Cosa maravillosa puesto que el pueblo votamos en masa y recuerden los votos que sacaron, las “más o menos extremas y no extremas derechas e izquierdas”… nada, puesto que pudo gobernar el centro por mayoría absoluta; ello encierra la asunción de todo y el querer simplemente… “nuevos aires para España” y dejar los muertos en paz.
4) Posteriormente hubo un período de reivindicaciones y se reconocieron y cubrieron con pagas e indemnizaciones, a todo aquel que pudo demostrar (incluso falseando todo lo que fue menester y gracias a la picaresca española y a los “agujeros dejados abiertos por descuido o adrede”) que “había perdido” algo; o dejado de cobrar algo y que de existir la República lo hubiera cobrado. No cobramos nada los que ya mayores de edad y habiendo quedado huérfanos por fusilamiento, a la edad de diez meses y viuda con veinte años… “como ya habíamos podido rehacer nuestra vida” (con nuestro esfuerzo ya que Franco no nos dio nada)… los nuevos vencedores, no se les ocurrió entregarnos nada, a cambio de los casi o más de veinte años de hambres, fatigas y todo lo que se quiera imaginar… “nosotros no existimos ni vamos a existir para estos escandalosos justicieros de parte”… quede ello muy claro.
Y si antes he dicho lo de “agujeros sueltos por olvido o intencionadamente”; veamos un anuncio de cualquier periódico de aquellas fechas y que proliferaban “como hongos”; puesto que muchos vieron la forma de cobrar una paga a costa de ello.
“ANUNCIO: Yo (nombre y apellidos) notario del Ilustre Colegio de… HAGO CONSTAR… se tramita acta de notoriedad a instancias de (nombre y apellidos etc.) al objeto de acreditar los siguientes hechos. Que en el mes de mayo, o junio de 1938, el señor requirente fue herido cuando prestaba sus servicios (unidad, frente y lugar) del Ejército Republicano durante la pasada contienda civil española, sufriendo fractura del brazo derecho, con disminución funcional y que le imposibilita etc. Y por el presente edicto, se requiere a todas aquellas personas que puedan aportar pruebas –a favor o en contra- para que en el plazo de diez días, a contar desde la fecha de la publicación de éste, comparezcan ante en esta notaría para presentarlas”.
Es claro que nadie respondería de nada, y el hecho declarado era aceptado.
Guardo todos los datos de lo que resumo. Pues bien, sólo se requería este hecho para asegurarse una paga, puesto que aquellos gobiernos complacientes, aceptaron ni se sabe cuantos miles de estos “damnificados, o no”; puesto que y sabiendo la picaresca española… ¿Cuántos colaron así para cobrar limpiamente del erario público y sobre la base de otro tipo de accidente que nada tuvo que ver con la guerra? Sé de casos de quienes con “uniforme militar” y que huyeron a zona contraria, llegadas estas bicocas; se apresuraron para apuntarse y recibieron paga vitalicia… por unos meses de vestir un uniforme… nosotros (pues como yo habría cientos de miles) no pudimos cobrar nada, nuestros muertos estaban, el fusilado en una fosa común (y allí debe descansar en paz) y el otro, recientemente “ennichado” tras una durísima vida de trabajos y sin ayuda estatal de ni un céntimo de peseta. Pero aún así, yo no reclamo nada; ni siquiera los restos del fusilado… que por otra parte… ¿Cómo separarlos y reconocerlos y para qué me servirían a mí y al resto de españoles?... por ello, por todo ello, esa maldita ley, debe ser borrada de la faz de las vergüenzas del hombre… de todos los hombres… que la verdadera memoria sirva para cerrar heridas y no para abrirlas, como estos nefastos gobernantes están haciendo, a los setenta años de aquellos horrores .
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
 

La verdad sobre 'Las 13 Rosas' (comunistas) que no te contará la Memoria Histórica​

Publicado el Lunes, 05 Agosto 2019 01:20 Escrito por Mediterráneo Digital
13rosas


Hace unos cuantos años, repentinamente, se inició el culto izquierdista a las que se denominaron 'Las 13 rosas'. Hubo hasta película de por medio. La historia contada por la progresía viene a señalar que el Régimen de Franco ejecutó, sin más, a 13 mujeres por el simple hecho de defender la democracia y la libertad contra el fascismo. De hecho en 1.988 se coloca una placa con este o texto muy similar en el lugar donde fueron ejecutadas. La historia no es tan simple.

La JSU (Juventud Socialista Unificada) era el sector duro del PCE y finalizada la Guerra Civil intentaba mantener una lucha clandestina armada contra el nuevo Estado Nacional. Ni que decir tiene que el objetivo final de la JSU se encontraba muy lejos de la democracia y la libertad y lo que pretendía era la instauración en España de un Estado comunista satélite de la Rusia de Stalin.

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La noche del 29 de Julio de 1.939, apenas recién terminada la guerra, miembros armados de la JSU, disfrazados con uniformes militares, detienen en la Carretera de Extremadura, el vehículo en el que se desplazaban un Teniente Coronel de la Guardia Civil, Isaac Gabaldón Irurzun, su hija de 17 años y el conductor. Los terroristas de la JSU se suben al coche y tras viajar un rato en el mismo roban y matan a los dos hombres y a la chica. Los asesinos fueron detenidos pronto y se detiene a varios integrantes de la JSU.

De esta forma, el 3 de Agosto se celebra el CONSEJO DE GUERRA contra 57 miembros de la JSU, entre ellas 14 chicas. La vista concluyó con 56 penas de muerte, sólo una chica no fue condenada, contra los integrantes de la organización terrorista de extrema izquierda muy similar a los que sería la ETA o el GRAPO. La ejecución se produjo el día 5 de Agosto.

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El Estado Nacional explicaba así su actuación: "Todo esfuerzo contra este país puesto en pie a través de horribles sacrificios; todo esfuerzo, queremos decir, encaminado a perpetuar los hábitos de la criminalidad política, será perfectamente baldío, porque apenas se haya producido será inexorablemente aplastado. Terrible ha sido el fallo; terribles son siempre, en nombre de los más altos principios, los fallos de Dios y los de una Patria que de verdad quiere existir, digna de su nombre y de su historia. Nadie albergue duda sobre estas materias. Cada vez que se produzca un hecho semejante al de la carretera de Extremadura, la decisión de la justicia, según el sentimiento y la razón del nuevo Estado, será tan implacable como en esta ocasión. Porque hay un propósito resuelto, que es éste: nadie, y por ningún motivo, podrá volvernos a la tragedia y al espanto que exigieron una guerra libertadora de tres años".

'Las 13 rosas' formaban parte de una organización terrorista de extrema izquierda activa en el periodo inmediato a la finalización de una Guerra Civil en la que brutalidad de la izquierda fue de tal calibre que hoy no somos conscientes de las heridas que produjo en la vida de decenas de millares familias españolas. En una organización terrorista tanto mata el que dispara como los que están detrás facilitando el disparo. Con el tiempo estos últimos pueden pasar a ser los ejecutores. La muerte de 'Las 13 rosas' desactivó en grandísima medida la JSU y salvó, por lo tanto, con certeza la vida de españoles inocentes como la hija de 17 años del Teniente Coronel Isaac Gabaldón. La verdad incómoda que la Memoria Histórica no te contará.

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DESMONTANDO LEYENDAS
Las Trece Rosas
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Las Trece Rosas es el nombre con el que se conoce a 13 jóvenes fusiladas el 5 de agosto de 1939 por participar en atentados terroristas. Pertenecían, en su mayor parte, a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) la rama juvenil del comunismo en España que aspiraba a implantar en nuestro país un régimen como el de Stalin en la URSS, país desde el que se financiaban y al que había escapado, tras la Guerra Civil, su máximo dirigente: Santiago Carrillo.
Las JSU, a las que pertenecían la mayoría de las 13 rosas, habían tenido una destacada participación en la represión republicana en Madrid durante la Guerra Civil. No en vano, esta organización política controlaba y dirigía directamente cinco checas donde se torturó y asesinó a cientos de personas.
Está perfectamente documentado en los papeles del PCE que bajo control de su organización juvenil se encontraban las checas de Mendizabal 24, la de la calle Raimundo Lulio, la de Santa Isabel 46, la del Convento de las Pastoras de Chamartín y la de la calle Granda 4. Además, participaron en la acción represiva de varias otras cárceles de partidos políticos y tuvieron un papel destacado en las sacas cometidas para asesinar a miles de presos sin mediar juicio alguno. Quienes las presentan como garantes de la democracia suelen olvidar, entre otros, este detalle: a ellas se les juzgó, pero ellas participaron en una organización que asesinó sin juicio a miles de personas y que, en el momento de ser detenidas, se había convertido en un grupo terrorista dirigido por José Pena, Severino Rodríguez y Federico Bascuñana.
Las 13 rosas fueron condenadas a muerte, pero no estaba prevista su ejecución hasta que el 29 de julio de 1939 un comando de las JSU asesinó al comandante Isaac Gabaldón, a su hija Pilar de 16 años –hubiera cumplido 17 unos días después- y al chofer que conducía el vehículo, Luis Díaz Madrigal.
La acción terrorista decidió a la autoridad judicial a la ejecución de las sentencias de muerte que se encontraban paralizadas.Entre las casi 70 sentencias se encontraban las de las 13 rosas.
Varias de ellas eran destacadas dirigentes y activistas del grupo terrorista en el que se habían convertido las JSU:
Ana López Gallego era la responsable de la rama femenina de las JSU. Recibía órdenes directamente de Manuel González Gutiérrez y había tenido una destacada participación en la organización del atentado frustrado que pretendían realizar durante el Desfile de la Victoria y que tenía como objetivo el asesinato de “la mayor cantidad de público asistente”, como declaró ante el juzgado la propia terrorista. Su cometido era el trasporte del explosivo, para ello se valía de jóvenes militantes de entre 15 y 17 años que por su edad, no levantaban sospechas.
Joaquina López Laffite fue la secretaria general del Comité Provincial de las JSU. Su casa se usaba para celebrar las reuniones de dicho comité y en ella se planificaron varios de los atentados que prepararon desde la organización juvenil comunista. Había organizado una red, en la que participaban varias de las 13 rosas, que preparaba a jóvenes comunistas para que intimaran con falangistas a los que sacaban información para señalar las víctimas de sus atentados.
Carmen Barrero Aguado era miembro del Comité Nacional de la organización y una de las personas de mayor responsabilidad en la toma de decisiones junto a Pena, Rodríguez y Bascuñana.
Pilar Bueno Ibañez era la mano derecha de López Laffite en el Comité Provincial y el enlace de ésta con Barrero.
Dionisia Manzanero Salas era la responsable de mantener el contacto entre las diversas ramas del grupo terrorista y rendir cuentas ante Bascuñana, dirigente encargado de los comandos terroristas que perpetraban los atentados.
Ante estos datos sorprende que políticos, partidos y personalidades de diversos ámbitos sigan brindando homenajes a quienes se convirtieron en terroristas tras resultar derrotados en una guerra.
No solamente los actuales dirigentes de las Juventudes Comunistas, desde Podemos a representantes de Ciudadanos no tienen ningún empacho en mostrar su admiración por estas 13 mujeres condenadas a muerte, pero que callan sin ningún rubor ante los miles de asesinatos cometidos por ellas y sus asociados durante la Guerra Civil.
La capacidad de la izquierda para construir leyendas es realmente admirable. El caso de las llamadas “trece rosas” es un perfecto ejemplo. Empezando por la circunstancia de que a esas mujeres fusiladas en 1939 se las considere socialistas cuando, en realidad, eran comunistas. Pero para entender adecuadamente el capítulo, en el que nada es rosa, conviene ponerlo en su contexto.
Cuando acabó la guerra civil, el Partido Socialista Obrero Español estaba literalmente triturado, dividido en al menos cuatro facciones. Hay que recordar que el último acto de la contienda es una batalla intestina en el bando del Frente Popular: a un lado, el Consejo de Defensa de Madrid, liderado por el socialista Besteiro con el coronel Casado y el anarquista Cipriano Mera; al otro, el gobierno del también socialista Negrín, entregado al Partido Comunista y cuyos principales líderes ya habían huido del país.
Aquella batalla no fue cosa menor: hubo cerca de 2.000 muertos. Sobre esta ruptura se añadió inmediatamente otra en el exilio: los socialistas de Indalecio Prieto, por un lado, contra los de Negrín, que a estas alturas ya había sido expulsado del PSOE. Prieto y Negrín no peleaban por razones ideológicas, sino por controlar el tesoro expoliado y expatriado por los jerarcas republicanos para sufragar su exilio. El PSOE nunca se recuperará de estos desgarros, y por eso su trayectoria bajo el franquismo fue tan poco relevante. Pero aun antes había habido otra ruptura, esta de mayores consecuencias: la de las Juventudes Socialistas, que fueron el instrumento de Moscú para fagocitar al PSOE.
Recordemos sumariamente los hechos: desde abril de 1936, con el protagonismo de Santiago Carrillo y por instrucción directa de Moscú, las organizaciones juveniles del partido socialista y del partido comunista se fusionan en las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Cuando estalla la guerra, los militantes de las JSU ingresan en masa en las llamadas Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas, la organización paramilitar del Partido Comunista, a la que tan pronto veremos en el frente como en la represión ejecutada en la retaguardia. Finalmente, en noviembre de 1936 y bajo la dirección personal de Santiago Carrillo, las JSU rompen con el PSOE y se pasan al Partido Comunista. Las JSU, por tanto, eran una organización dependiente del PCE, enteramente subordinado a su vez a la Komintern y al Partido Comunista de la Unión Soviética, cuyo líder, por si alguien lo ha olvidado, era Stalin. Todas estas cosas son bien sabidas y los propios protagonistas las han contado reiteradas veces. Es asombroso que aún sea preciso recordarlas.
Cuando acabó la guerra civil, en abril de 1939, los principales cuadros del Partido Comunista ya estaban en el extranjero. Primero en Francia, pero París proscribió a los comunistas después del pacto de Stalin con Hitler (agosto de 1939), así que casi todos acabaron en Moscú. Cerca de un millar de personas se instalaron en la capital soviética. Meses antes, en junio, Santiago Carrillo había publicado su célebre carta contra su propio padre, el socialista Wenceslao, de la facción de Besteiro, acusándole de traición.
Los socialistas –decía entre otras cosas Santiago Carrillo- habían dejado en la cárcel a millares de comunistas para que las tropas de Franco los encontraran allí al entrar en Madrid. Eso era verdad. La carta tenía por objeto exculpar al PCE –y sobre todo al propio Santiago- de responsabilidad en la derrota y romper cualquier lazo entre el PCE y el PSOE.
Consiguió su objetivo, aunque a Carrillo le costaría recuperar su posición en la cúpula de un PCE cuyo buró político se reunía en Moscú en un ambiente de tempestad. No era para menos: José Díaz, el ya muy quebrantado secretario general, acusaba de traición a las JSU, es decir, a Carrillo.
El episodio de las “trece rosas” tiene que inscribirse en este contexto. En el verano de 1939, lo que ha quedado del PCE en España es menos que nada: los que no han huido, han sido ejecutados por los socialistas en el golpe de Besteiro y Casado –véase el caso de Barceló- o están presos y esperando juicio o paredón.
El primer intento de reconstrucción del partido en torno a Matilde Landa es frustrado de inmediato por la policía (Matilde fue condenada a muerte, pero una intervención del filósofo García Morente, ya sacerdote, la salvó del paredón). Acto seguido toma su testigo Cazorla, viejo camarada de Carrillo en los días de Paracuellos, pero con la misma rapidez es delatado desde el interior. Son episodios que he documentado abundantemente en “El libro negro de carrillo” (Libros Libres, Madrid, 2010).
En Madrid permanecen, sin embargo, núcleos menores de las JSU, que sienten la necesidad de multiplicar las acciones para eludir esa acusación de traición que la cúpula del Partido formula contra ellos. Ahora bien, esos sectores que aún quedan en la capital son los más vinculados a la represión roja en retaguardia, dirigidos por líderes de tercer o cuarto nivel y prácticamente sin comunicación con la cúpula de la organización, que está en el extranjero. Son tales líderes los que, supuestamente, tramaron el asesinato de Isaac Gabaldón a finales de julio de 1939.
El comandante Isaac Gabaldón, guardia civil, estaba adscrito al Servicio de Información Militar de Gutiérrez Mellado y era encargado del Archivo de Logias, Masonería y Comunismo, es decir, un puesto clave de la represión de posguerra. Fue asesinado en la carretera de Talavera junto a su hija (Pilar, 16 años) y su chófer.
El asesinato fue imputado a los comunistas, o sea, a las JSU. Hubo una redada que desmanteló los últimos restos del partido comunista en Madrid y llevó al tribunal, primero, y al paredón después, a 56 personas, entre ellas las jóvenes que luego la propaganda comunista bautizará como las “trece rosas”.
El mismo día del asesinato, según refiere Piñar Pinedo citando una resolución judicial del 20 de octubre de 1939, apareció en la prisión de Porlier nada menos que Gutiérrez Mellado para excarcelar a uno de los detenidos, el militante comunista Sinesio “el Pionero”, que resultó ser un confidente del SIM. Sólo él se salvó. Y enseguida desapareció para siempre. Todo el episodio del asesinato de Gabaldón y la investigación posterior está lleno de misterios y contradicciones. No es, en todo caso, el objeto de este artículo.
Los 56 detenidos en aquella operación fueron acusados de terrorismo, tanto por el asesinato de Gabaldón como por otras tentativas. Objetivamente, terrorismo era. Después, la mitología de la izquierda española ha convertido a las víctimas, y en particular a las “trece rosas”, en leyenda. La placa que conmemora su muerte dice que “dieron su vida por la libertad y la democracia”. No: dieron su vida –o, más bien, se la quitaron- por la dictadura del proletariado y por la revolución bolchevique, que era en lo que realmente creían.
 
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