De insistentes son hasta casi maleducadas, la última vez que fui me enganchó una que me quería vender sí o sí la paleta con forma de iglú, le dije que no, que era muy incómoda de guardar y además, tengo sobrecarga de paletas de sombras, pues la tía al ataque con el p*** iglú y además añadiendo una caja de mascarillas y yo resistiendo el asedio, pensando so pesada, que quiero cotillear a mi aire, la tía no me soltaba ni me dejaba mirar más cosas a mi bola. Me llevé solo un estuche de baño y porque lo quería por si hacía algún amigo invisible. Si me hubiera dejado en paz, habría comprado más cosas, dandole la cestita para que se llevase su comisión y no dejándome con pocas ganas de volver, tanta insistencia rozaba la desesperación de vender, vender, pero a mí como clienta esa actitud me echa para atrás.
Yo estoy por contactar en atención al cliente de algunas cadenas de perfumerías porque el acoso no es ni normal. Me molestan y me sienta mal que me estén vigilando, no consiguen más que espantar a la gente, especialmente cuando busco un perfume, que necesito mi tiempo.
La última vez que me la liaron fue en una perfumería de las tradicionales, y la dueña fue ya de hostia con mano abierta, me quería clavar por su chichi un rimel caro entre otras cosas, y encima los precios no son los que tenía puestos. Le dije que quitara de la compra el rimel caro, que valía el doble de lo que ponía en el cartel (me lo había cobrado ya).
Al pagar, entre que no paraban de rajar y no me dejaban en paz, descubro al llegar a casa que habían metido el rimel caro en la bolsa, asi que al final me quedé con los dos, el barato que finalmente compré y el que ellas dejaron en la bolsa y nobme cobraron. No me di cuenta de esto hasta que llegué a casa y comprobé el ticket, tenía el artículo de más por el que no pagué.
Salí muy mal de la tienda, con agobio y malestar, si es que casi me faltó discutir. Llega a ser otra y le hubiera devuelto el rimel, pero por cómo me lo hicieron pasar tan mal dije "anda y que os den". Persecución en acoso y derribo por toda la tienda; de estar mirando algo y traerme una sugerencia de otra cosa que no quiero ni busco, pero que tuve que hacer un gesto con la cara de asco ya para que se diera cuenta y me dejara en paz. La tía se me pegó al hombro que me daba asfixia, y después de descubrir el elevado precio de una cosa y descartarlo elegantemente con el "pues vengo otro día", me suelta borde "pues cuando quieras venir no lo vas a encontrar"; con un tono de voz de listilla que ahí ya cogí y me quise ir.
Me gustaba esa perfumería hasta ese día, ya me lo pienso antes si es que vuelvo a entrar. A mi con esa actitud me han espantado.