Panhispanismo y recuperación de la memoria histórica imperial

LOS INTELECTUALES Y ESPAÑA

Gustavo Bueno Sánchez:"Europa es el problema de España, la Hispanidad su solución"


EMILIA LANDALUCE 16 FEB 2019

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A los 17 años comenzó a pasar a máquina los escritos de su padre, Gustavo Bueno Martínez. Tras su muerte se convirtió en el referente de la Escuela de Oviedo que custodia el legado del filósofo español que hoy cuenta con multitud de seguidores en todo el mundo. Además fundó Iberlibro y es el constructor principal del Proyecto de Filosofía en Español.

P: Escribió En defensa de España con Santiago Abascal.

Firmé ese libro con Abascal. Fue publicado por la Fundación DENAES y Ediciones Encuentro. Es una síntesis de obras de Bueno, preparada entre varios. Es de 2008, muy anterior a la existencia de VOX.

P: ¿Es VOX un partido inconstitucional por querer abolir las autonomías?

VOX es un partido constitucional, legal, aunque también pasan por constitucionales y legales partidos que buscan romper España. La Constitución del 78 se hizo con muchas trampas; como la indefinición de nación y nacionalidad. Lo que luego ha ido sucediendo estaba en germen en la Carta Magna. VOX dice que no pretende salirse de la Constitución, en todo caso reconducir desde ella muchos excesos. Y la Constitución permite limitar tanto desmadre autonómico que hace peligrar la Nación española.

P: Muchos artículos, en los medios, se refieren a Gustavo Bueno como una de las almas de VOX.

Eso es algo atribuido, no carente de maldad. El éxito de VOX en Andalucía fue una sorpresa, que había que explicar. El reto que tiene VOX es afrontar su crecimiento, saber formar nuevos cuadros, evitar oportunistas. Es un caso inverso a lo sucedido con Podemos, reunión puntual de muchos grupitos y confluencias divergentes que ahora se fragmentan. Abascal tendrá que tener mucho cuidado con personas y grupos que ahora se acercan a VOX. Un partido que no fundó Abascal, sino quienes buscaron y aceptaron dineros mahometanos, viejos dinosaurios de la política como Vidal-Quadras promoviendo un partido defensor de España, pero tan viciado y corrupto como los anteriores. Cuando Abascal se dio cuenta decidió recomenzar de cero. Tiene mucho mérito lo que ha logrado Abascal con su núcleo duro.

P: Dicen que es un partido de ultraderecha.

Hoy algo es ultraderecha si una camada de periodistas dicen que es ultraderecha. Ultraderecha será en todo caso la derecha originaria, el carlismo, fuente del catalanismo y el PNV. Ultraderecha es rótulo que se empieza a utilizar a mediados del siglo XIX, cuando la izquierda liberal ya comienza a ser vista como derecha liberal.

P: ¿Por qué VOX ha irrumpido con tanta fuerza?

Existe un hartazgo ante tanta impostura, estupidez y corrupción, un rechazo a tanta imposición ideológica; VOX defiende la unidad de España, la necesidad de adelgazar las autonomías, de ordenar una inmigración desmandada...

P: ¿Se parece VOX al Frente Nacional o a Alternativa por Alemania?

No, Francia y Alemania son realidades distintas de España, que es católica, supo crear un Imperio generador y no es racista. Aquí se ha fomentado sistemáticamente la Leyenda Negra y la Memoria Histórica. Mucho dinero y negocio a costa de dividir y enfrentar.

P: ¿Eso es un negocio? Cualquier persona tiene derecho a sacar a su tío abuelo de la cuneta en la que...

Sin duda, pero en sus quicios. Ha sido sencillo redirigir a miles de licenciados en paro, fomentar nuevas ONGs subvencionadas, engrasar instituciones ya existentes con nuevas causas, cientos de personas excavando, preparando materiales «didácticos», haciendo versitos, buscando víctimas de las que vivir. Se han potenciado supuestos problemas que no se resolverán mientras alimenten a quienes viven de la subvención.

P: La situación en Cataluña...

Ha mejorado desde que los secesionistas reconocen expresamente su voluntad de independencia. Descubrí el independentismo en Barcelona, en 1977, en una reunión de la Liga de los Derechos de los Pueblos, tras la Carta de Argel, que reconocía el derecho a la autodeterminación para sociedades aún colonizadas. Lo que era ridículo aplicarlo a España. El secesionismo catalán, jaleado por sectores de la Iglesia Católica, recibió durante la guerra fría buen impulso desde EEUU, buscando conjurar el peligro de una España comunista, peligro inexistente, pero exagerado por quienes vivían entonces del anticomunismo. La dejadez y complicidad han llevado al absurdo. El español está prácticamente prohibido, el Estado ha desaparecido de Cataluña. Pero, a pesar de todo, la situación es mucho mejor que cuando el Rey anterior recibía a los secesionistas, en su panfilismo campechano, con un «Hablando se entiende la gente...».

P: Los nacionalistas son los que no reciben al rey

Mejor, la situación está ya bien definida. El extremismo ha hecho dudar a élites económicas que desde siempre vivían de arrancar beneficios al resto de España. Ya no ven claro por qué puede interesarles el independentismo. Le interesa, por supuesto, a los cientos de periodistas que viven de TV3, a los miles de subvencionados que dan cuerpo a toda esta construcción. Pero las empresas se marchan. Detrás de la independencia existen intereses antiespañoles, de fuera de Europa, pero también de nuestros competidores europeos, aunque algunos no se lo quieran creer.

P: Suena un poco consp..

Que traigan aquí a un francés como candidato, de la mano de Ciudadanos, es algo ridículo y sintomático. ¿Por qué? Pues porque un partido como Ciudadanos, aunque se diga nacional español, es en realidad un partido europeísta. En su afrancesamiento a Cs no le preocupa la fragmentación de España, si sus partes se mantienen en el seno europeo...

P: Pero Cs apoyó la manifestación en Colón del pasado domingo a la que asistió VOX. Y para mañana habían convocado otra en Barcelona.

Pura conveniencia política, entre el pánico y la confusión. Ellos están por la Europa de las regiones, la Europa de los pueblos, esa Europa cuyo control ansiaba Hitler en su momento, y que siempre añora Francia. El papanatismo europeo es grandísimo. Se sigue repitiendo aquella estupidez que dijo Ortega, «España es el problema, Europa es la solución...». No, Europa es el problema de España, la Hispanidad su solución.

P: Van a reeditar España frente a Europa de Bueno.

Europa no existe como algo absoluto, eso es un mito. Hay muchas Europas, eso lo va describiendo Bueno muy bien. La Europa sublime de la época de Carlos V, la época imperial española, rota por el protestantismo y la emergencia de proyectos imperiales depredadores, ingleses, holandeses. Luego la Europa que se disputan Prusia, Alemania y Francia, con sus dos guerras mundiales, en las que España se mantuvo más o menos al margen. La supuesta germanofilia del régimen de Franco contrasta con la realidad de la neutralidad benévola. Moradiellos demostró las ayudas de Inglaterra al régimen de Franco durante la Guerra Civil... Pero la colaboracionista Francia tenía que sobreactuar para limpiar sus pecados.

P: España siempre ha sido Europa...

Por supuesto, como Suiza, pero hicieron creer que no lo seríamos hasta entrar en la UE: «vamos a ser europeos». Un mito. Y nos bajamos los pantalones ante esa Europa, aceptamos deshacer las empresas públicas, acabar con el carbón, limitar la leche... ni Talgo pudo hacer el Ave a Sevilla. El entreguismo fue total, pues Alemania y Francia impusieron sus condiciones. Pero España no es una realidad marginal, como suponían, tiene nervio y resiste... .

P: Pero si somos europeos y vivimos bien, qué tiene de malo que desaparezca España..., dirán algunos.

La Europa de papel no existe al margen de las naciones. Esa Europa de las regiones controlada por Francia o por Alemania no es factible. Menos aún tras el abandono del Reino Unido. Por cierto, ¿seguirá siendo el inglés la lengua dominante en la UE? Esta Europa está condenada a convertirse, en 100 años, en un califato, por determinismo demográfico religioso.

P: Entonces...

La independencia de Cataluña no se va a dar, el secesionismo no tiene tanta fuerza. La tendencia va por otros derroteros, nadie quiere el ejemplo catalán en otros países de Europa. Este asunto todavía coleará y habrá que sanear a esos españoles enfermos, pero el verdadero problema de España es demográfico. Como otros países occidentales, España está en extinción, y aunque buena parte de los imbéciles políticos se tranquilicen diciendo que esto se resuelve con inmigración, no es tan sencillo. Muchos de los 205 millones de nigerianos estarían encantados de afincarse en España, aunque en su país no pasen hambre. La edad media en Nigeria es de 18 años y el 50% son musulmanes. Si el problema de España se resolviera por inmigración, ¿por qué no fomentar entonces que vengan diez millones de nigerianos? Porque estaríamos haciendo Nigeria 2. Y no es cuestión de racismo, sino de incompatibilidad entre quienes expanden su teocracia medieval, y quienes somos personas y no partículas de una umma.

P: Vivimos en sociedades seculares.

La ingenuidad francesa les hizo creer que con libertad, igualdad y fraternidad, triunfaría la racionalidad civil laica. Pero los hombres coranizados también tienen su racionalidad, bien potente, se conforman con poco en su vida sencilla y sometida, cómoda psicológicamente, cinco rezos al día y un buen objetivo, salvar a los infieles politeístas.

P: ¿Y la Hispanidad?

La hispanidad es, pues nada bueno debemos esperar de Europa, nuestra realidad y porvenir. España, que durante tres siglos organizó un Imperio, es hoy tan heredera de ese Imperio como el resto de las repúblicas americanas, y no como madre, sino como una hermana más.

P: Pues casi somos la tercera potencia de Europa.

De Europa que vengan turistas... Hispanoamérica es nuestro aliado natural, como hijos de un mismo Imperio. La extinción demográfica de España se puede intentar paliar atrayendo hispanohablantes americanos, pues en España será muy difícil, casi imposible, remontar la repulsa a la maternidad, muy ideológicamente implantada.

P: ¿Y eso no es racismo?

Racismo, ninguno. La tradición española, hispánica de siempre, ha sido siempre integradora. Somos católicos, tolerantes y armoniosos. ¿Cuándo se dieron cuenta los sucesores de los Reyes Católicos de que esa voluntad de integración bondadosa no funcionaba? Cuando cien años después hubo que expulsar a los moriscos. Un español puede ser ateo católico, un ateo musulmán es rara especie.

P: ¿Es porque el Islam es una religión política?


Una teocracia que anula la libertad de la persona, algo que no alcanzan a entender tantos ideólogos. Esos que han jaleado el verde en la bandera de Andalucía, asumiendo como padre de la patria a un Blas Infante mahometano converso. Menos mal que todo ese islamismo andaluz es superficial, no tiene gran predicamento, y se puede revertir, como se ha visto con el fracaso de Podemos en Andalucía.

P: ¿Cómo ve la ruptura de Podemos?

Podemos es aluvión de ideólogos varios, progres revenidos, gente frustrada, angustiados de la vida, visionarios metapolíticos de todo tipo. Podemos los juntó, prometió la bondad universal, renta básica, animalismo, de todo, a un público que vive estupendamente en un Estado de bienestar y seguridad social. Caldo de ideologías basura, subproductos del capitalismo realmente existente. Como los verdes en Alemania, los chalecos amarillos, subproductos asimilables por el sistema.

P: ¿Cómo combina la hispanidad con el auge del indigenismo? En una universidad católica de EEUU han quitado los frescos de Colón.


El indigenismo va contra los Estados, agitado desde la Iglesia católica y por muchas sectas protestantes que buscan fragmentar para controlar, lo que también interesa a grandes empresas e intereses económicos. La cosa viene muy de atrás. Cuando se descubre el nuevo mundo, la Iglesia pretende usar el latín para controlar a los nuevos cristianos, a lo que ya se niega Fernando el Católico, que buscaba nuevos españoles. Intereses divergentes del trono y del altar desde el inicio del Imperio Español. Fueron criollos quienes movieron los procesos de las independencias, donde los indígenas quedaron relegados. Tras la Revolución de Octubre los protestantes fomentan el indigenismo, temerosos del comunismo. Mucho más tarde, cuando Francia y Alemania advierten, tras el éxito de las cumbres iberoamericanas y los encuentros del tercer sector, en los noventa, los fuertes lazos que renacían entre las naciones hispanoamericanas, reimpulsan el indigenismo, con sectores de la Iglesia siempre dispuestos.

P. ¿Pasó algo parecido en España con el nacionalismo?

Las autonomías actuales fueron diseñadas 15 años antes de la Constitución, en operación bien orquestada por el Congreso por la Libertad de la Cultura, con dineros de la CIA, y la complicidad de clérigos, carlistas y eurocomunistas al servicio de la socialdemocracia.

https://www.elmundo.es/opinion/2019/02/16/5c654ba7fdddffcd628b4624.html
 
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Hernán Cortés y el 'complicado' V centenario
Hace unos días, el ministro de Cultura, José Guirao, señaló muy prudentemente que, entre las efemérides que se conmemorarán oficialmente en 2019 dentro del Plan de Acción Cultural en el Exterior, no se contempla el quinto centenario de la llegada de Hernán Cortés a México. "Es que allí ese tema es complicado", adujo.

No bien hubo desembarcado en Mesoamérica, Cortés entendió la realidad política de la región: los aztecas habían tiranizado a otros pueblos exigiéndoles altas tributaciones y sometiéndolos a sangrientos sacrificios. Mediante alianzas con civilizaciones como los totonacas y los tlaxcaltecas, victimizadas por la satrapía azteca, Cortés derrocó a éstos y se esmeró, como ha detallado Christian Duverger, en la construcción de una nueva sociedad, vertebrada por una administración moderna y sustentada en la agricultura. El objeto primero de ese nuevo orden social consistió, como el propio Cortés proclamase al rendir cuentas de la Conquista al emperador Carlos V, en la "conservación y perpetuación de los naturales".

Nacido en un tiempo en que el honor valía algo y los hombres soñaban con emular las hazañas que leían en los libros de caballerías, Hernán Cortés merece asimismo el reconocimiento de haber alcanzado la más fabulosa victoria militar de la Historia. Tras capear milagrosamente un ataque azteca según abandonaba Tenochtitlán, en la conocida como Noche Triste, Cortés se batió en retirada perseguido por un ejército de entre 100.000 y 200.000 mexicas. Aquel destacamento de 539 españoles y sus 800 aliados tlaxcaltecas, blandiendo espadas y picas, con apenas 20 caballos y siete arcabuces, derrotó a los ciento y pico mil guerreros mexicas. Obró Cortés la victoria en Otumba merced al valor sobrehumano suyo y de sus hombres.
Y todo lo relatado es «tema complicado», por volver a las palabras del ministro de Cultura, meramente porque algunos, desde Diego Rivera al escritor Carlos Fuentes, se han obcecado en demonizar a Cortés pintándolo como protervo azote de los pueblos mesoamericanos. Al recoger en 1992 un premio en la UIMP, Fuentes -que se llamaba como el emperador a quien sirvió Cortés y que escribió sus obras en español, y no en ninguna de las 60 lenguas amerindias de México- nos reprochó que la Conquista sumió a las poblaciones nativas en una "desesperación cultural" que acabó por diezmarlas.

Antes al contrario, las etnias mexicanas se conservaron, puras o mestizadas, tal como Hernán Cortés prometió a Carlos V. Los estudios producidos en tiempo de la independencia indican que al menos el 50% de la población mexicana era indígena, y el 20%, mestiza, datos que refutan a quienes, como Fuentes, acusan a Cortés y a los españoles de aniquilar a los pueblos indígenas. Según la Encuesta Interracial de 2015, el 23% de los mexicanos se considera indígena o descendiente de indígenas. Compárese con países del continente como Canadá, donde menos del 6% de la población actual desciende de nativos, y Estados Unidos, donde la cifra no alcanza el 2%. En reconocimiento a la ascendencia indígena de su pueblo, el gran intelectual mexicano José Vasconcelosproclamó el carácter eminentemente mestizo de éste, y Manuel Gamio pidió el reconocimiento de las comunidades indígenas.

Sopesemos, igualmente, que la Conquista no debiera reputarse de tema más "complicado" que otras invasiones de la Historia. Por ejemplo: la de los antiguos romanos, que mermaron la cultura de los pueblos celtíberos y que, como han demostrado desde Antonio García Bellido a José María Blázquez, extrajeron de Hispania más oro y plata que de ningún otro territorio; la de los visigodos que se repartieron España merced al Codex Euricianus; la de los árabes que invadieron la Península Ibérica y que, como argumenta Darío Fernández Morera en The Myth of the Andalusian Paradise, establecieron un brutal régimen de terror; o la de los franceses que en 1808 nos embaucaron para ocupar España, destruir edificios históricos sinnúmero y expoliar nuestro patrimonio artístico.

Y jamás hemos entendido esas influencias exteriores como "temas complicados". Nuestro original sustrato celta e íbero se cruzó con sucesivos pueblos invasores o inmigrantes, fundamentalmente con romanos, visigodos y judíos. En la densa riqueza étnica de nuestra sangre radica la grandeza de nuestro genio. Siempre que hablo con amigos irlandeses les recuerdo que los españoles somos celtas como Viriato. Cuando impartía clases en Suecia, explicaba a mis alumnos que los españoles somos suecos por visigodos, como Ataulfoo el gran Leovigildo. A los italianos les inculco que Roma es la madre patria de España y que los españoles somos medio romanos. Y a mis amigos judíos de varias nacionalidades les repito que ser español es ser en buena parte judío, como lo eran desde Fernando de Rojas a Mateo Alemán, por citar sólo dos nombres.

"De la Conquista nacimos todos nosotros", lamentó Fuentes. Y de esas otras conquistas nacimos los españoles, que somos en mayor o menor proporción íberos, celtas, romanos, visigodos y judíos, florido mestizaje del que nos enorgullecemos. Hoy por hoy, el verdadero "tema complicado" no es otro que articular efectiva y cabalmente la defensa de nuestra Historia, en España y en el exterior. En el caso que nos ocupa: resaltar el amor de Hernán Cortés por México, sus méritos y su diplomacia como militar y gobernante, amén del hecho de que a españoles y mexicanos nos hermanan lazos de sangre. Es decir, como resaltó en 2015 el entonces presidente de México Enrique Peña Nieto al recibir a nuestros Reyes, Don Felipe y Doña Letizia, apelar a "la historia que nos hermana". Por ello, Cortés merece la conmemoración de sus egregios méritos, en México y en España.

En 2017, Felipe VI, con motivo de un viaje de Estado al Reino Unido, pronunció un discurso ante el Parlamento británico en un inglés de hermosas cadencias y engalanado de la prestancia del más refinado gentleman. Y allí, antes de mentar el tema complicado de Gibraltar, se presentó a las élites inglesas como descendiente de la reina Victoria. Aprendamos de nuestro Rey que la Historia es forjadora de nexos de consanguineidad que robustecen las razones de la diplomacia.

J. A. Garrido Ardila es filólogo e historiador. Su biografía de Hernán Cortés se contiene en su libro Sus nombres son leyenda. Españoles que cambiaron la Historia (Espasa, 2018). https://www.elmundo.es/opinion/2019/02/20/5c6c13f5fc6c8379698b4776.html
 
La Micronesia Española. Cien años de agonía de una provincia invisible

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JOSÉ MARÍA LANCHO
Poco conocida aunque en absoluto inedita es la tesis de Emilio Pastor de quien el CSIC, en 1950, publicaba una controvertida conclusión jurídica sobre la subsistencia de territorios de soberanía españoles en el Pacífico. Tras la derrota de España frente a Estados Unidos en 1898, acelerada por los cerebros de la restauración, con el fin de evitar el hundimiento del régimen, el gobierno de España celebró inmediatamente después un tratado con el Imperio Alemán por el que cedía en su artículo 1 la soberanía y propiedad de las islas Carolinas, Palaos y Marianas (excepto Guam) a cambio de una indemnización pecuniaria de 25.000.000 de pesetas. El régimen temia la apropiación directa por parte de nuestros aliados británicos, japoneses y alemanes de los jirones del imperio en Oceanía y encajar de paso un golpe definitivo. El juicio crítico del jurista Pastor examinó varios aspectos de ese tratado mal y apresuradamente trazado. Descubrió varias cosas. Una de ellas es que España no habia cedido todas sus posesiones en Oceanía. Las cuentas no salían entre lo cedido y lo que aún podía ceder el viejo imperio, que era más. Entre las longitudes geográficas 139º – 12´ y 170º – 12´y próximo al Ecuador, España retendría entre cuatro y nueve agrupaciones de islas descubiertas por los españoles y que según el arbitraje por parte del papa León XIII entre España y Alemania el 22 de octubre de 1885, habían detentado siempre soberanía española.


Pastor identificó el Grupo de Uluth o Makenzie, Os Guedes (grupo de islas de Mapia hoy parte de Indonesia y donde el idioma original ha sido asimilado por la emigración indonesia), Coroa, Pescadores (que parece identificada como la actual Kapingaramangi, parte de los Estados Federados de Micronesia), Carteret e Indiana, Monteverde y Nuguor, D´Urville y Philly, y los atolones de O Acea. El jurista sostenía que estas islas constituían una provincia española jurídicamente subsistente y su argumento fue tan sugerente que el 12 de enero de 1949 el propio consejo de Ministros español examinó este asunto y, al día siguiente, se emitió una nota por el Gabinete de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores que terminaba expresándose en estos términos: “Estos derechos subsisten plenamente y como, en el momento actual, todos esos territorios se hallan en régimen de fideicomiso, es oportuno recordar la posesión española, sin perjuicio de volver sobre el asunto, según lo demande la conveniencia nacional, cuando internacionalmente se decida sobre esa cuestión”. ¿Este fue el punto final diplomático por parte de España a esta cuestión?

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Isla Mapia
El análisis de Emilio Pastor llamaba la atención sobre otros aspectos del tratado hispano-alemán, pues este reservaba a España ciertos derechos para facilitar la presencia española en las Marianas, Carolinas y Palaos y que habría posibilitado la presencia, por ejemplo, en la isla de Yap de un enclave español, punto crucial, por entonces, de todas las comunicaciones telegráficas en todo el Norte del Pacífico. El trabajo de Pastor sugiere, además, la subsistencia de derechos sobre los archipiélagos de las Marshall y las Gilbert y no se olvidaba de recordar los derechos de la República de Filipinas sobre la isla de Guam.

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Entrega a Alemania de las Carolinas
Lo cierto es que inmediatamente después de la Primera Guerra Mundial, en el contexto de la recién nacida Sociedad de Naciones, los territorios coloniales alemanes en el Pacífico se repartieron entre el Imperio japonés y el Británico. Al respecto sólo presentaron enmiendas los norteamericanos que vieron con disgusto el uso que se hacía, por los vencedores, de la Sociedad de Naciones. Lord Mildner y el vizconde Ishii se entendieron rápida y perfectamente al respecto. El genocidio de la juventud de Europa durante la Primera Guerra Mundial era un precio que había que pagar para ver la luz del botín al final del túnel. Contemplar retrospectivamente la oscuridad de los intereses que se dieron lugar en aquél conflicto y que prepararon las bases de lo que luego seguiría, es una cuenta principal que tiene pendiente la historiografía con los imperios decimonónicos, algo que no ha variado a pesar del nuevo interés que este conflicto ha suscitado. Turquía, desde luego, era el plato fuerte y la ingeniería social de aquellos genios victoriosos después de 20 millones de muertos diseñaron siglo y medio de convulsiones donde la humanidad ha tenido la oportunidad de demostrar hasta dónde se puede bajar en la escala elástica de nuestra condición. Lo que más diferenciaba el imperialismo occidental de finales del siglo XIX y primer tercio del XX de los nacionalismos extremistas de la Europa de los años 30 era el disimulo.

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Isla Kapingaramangi
Tras la Gran Guerra, a pesar del enorme prestigio (y merecido) del rey Alfonso XIII, logrado por sus esfuerzos pacifistas y su apoyo a prisioneros e iniciativas humanitarias de todo tipo durante el conflicto, el país no tomó iniciativas en relación a la cuestión de Oceanía demasiado pendiente de la aventura Marroquí

Parte del sentido de la Sociedad de Naciones fue malversado, y esto debe decirse, pues una importante función de la misma fue desarrollar un concepto que se denominó “mandatos” en principio creados para legalizar internacionalmente el acceso de los vencedores a la administración y explotación de los pedazos de los imperios caídos tras la guerra (concepto “esencialmente anglosajón” en expresión del lúcido liberal William Rappard, suizo naturalizado norteamericano) .

Los que nos interesan (colonias alemanas en el Pacífico) son los denominados mandatos C que eran cinco y, de estos, cuatro “aceptaban” el mandato de Su Majestad Británica: Nauru (atribuido como tal al Imperio Británico), Samoa alemana (se sometía al Dominio de Nueva Zelanda), Nueva Guinea alemana (bajo el gobierno de la Commonwealth de Australia) y las islas situadas en el océano pacífico al Sur del Ecuador en nombre de la Unión Sudafricana). El quinto mandato C que incluía las islas situadas en el Pacífico al Norte del ecuador lo asumió Japón.

El régimen acordado para esos territorios era uniforme y se establecía en 7 articulos: El mandatario (en realidad un poder colonial) tenía plenos poderes de cara a la administración y legislación del país. Tenía deberes de bienetar material y moral sobre los habitantes (el llamado deber de colonizar). Excluía la trata de esclavos y el trabajo obligatorio (salvo en trabajos públicos de carácter esencial y con obligación de ofrecer remuneración por esos trabajos), prohibición de consumo de bebidas alcohólicas, control del tráfico de armamentos, prohibición de formación militar a los indígenas, libertad de conciencia de los nativos y exclusión de establecer bases navales en el territorio.

Esa situación se mantuvo hasta la Segunda Guerra Mundial que supuso algunos cambios entre otros y dada la terrible experiencia de la marina británica en esas aguas a manos de Japón, por lo visto un alumno aventajado en la colonización de China y el Pacífico, se estableció por la Organización de Naciones Unidas un fideicomiso sobre buena parte de esos territorios que por otro lado habían sido recuperados por los Estados Unidos al imperio japonés durante la Segunda Guerra Mundial.




Sin embargo el asunto sólo se despertó por acción de ese jurista, Emilio Pastor, para pronto volver al sueño y al olvidó y no hubo continuidad ni política ni diplomática a la nota del Gabinete de Información Diplomática del Ministerio de Asuntos Exteriores de enero de 1949. Cuando finalmente llegó la democracia a nuestro país desgraciadamente faltó quizá la lucidez, la transparencia y el debate público sobre cuál había de ser el comportamiento del Reino de España respecto a aquellos últimos territorios que después de casi seis siglos aún podían vincularnos soberanamente con el Pacífico.




Desconozco si los ministros Fernández Ordóñez y Javier Solana quienes sucesivamente ocuparon la cartera de Exteriores en el vencimiento del fideicomiso norteamericano tuvieron alguna preocupación al respecto, el 3 de noviembre de 1986 y el 1 octubre de 1994 (para las Palaos) respectivamente. El tradicional secretismo de la política exterior española no ha sido precisamente una garantia de modernidad y calidad democrática. Ni de ningún otro tipo de calidad, dejando a salvo la magnífica labor de muchos de nuestros diplomáticos.

La herencia oceánica española era una inquietud para el Imperio Británico no tanto como plataforma para que un tercer poder Alemán o japonés que nos sustituyera en Oceanía, sino como posibilidad y pretexto de un posible despertar marítimo de una España decadente. Esa evidencia que ha definido parte de la política atlántica británica durante prácticamente dos siglos les resultaba inverosímil a nuestros políticos y diplomáticos. Ilustres historiadores como Rosario de la Torre destacan la incapacidad de la política y la diplomacia española para comprender el papel británico en los acontecimientos que a finales del siglo XIX habían complicado tanto a nuestro país en el Pacífico: la desestabilización de Filipinas; la expedición filibustera desde territorios coloniales británicos; el entendimiento de Aguinaldo con los norteamericanos a través de la diplomacia inglesa, la venta de armas y municiones con destino a lo insurgentes filipinos y la sede en Hong Kong de la Junta de los rebeldes… Mísero siglo XIX donde España instauró la guerra civil como estado político natural y donde muchos grupos de poder dieron tantas veces prueba de su ilegitimidad.




El derecho internacional sirve para muchas cosas incluso para huir del pasado y de las responsabilidades del presente, eso lo hemos comprobado en casos tan inmediatos como la forma en que literalmente se abandonaron las poblaciones del Sahara Occidental o de Guinea. Hay que reconocer que haber esperado algo muy distinto para esta Provincia Oceánica Española, como la denominaba Pastor, habría sido iluso. Me habría gustado un compromiso con la forma en que la población local entraba en el disfrute de su independencia o decidía participar de otro tipo de proyecto colectivo como la libre asociación con Estados Unidos como fue el caso de Palaos, Micronesia y Marshall, o de las Marianas del Norte que posee un estatus similar al de Puerto Rico, al igual que Guam. Las islas Salomón son hoy día independientes, las Carolinas están divididas entre los Estados Federados de Micronesia y las Palaos. Creo que subsiste una responsabilidad especial, desde la humildad y el mayor respeto por la voluntad de sus poblaciones, por parte de nuestro país hacia esos territorios. No estaría de más que tuvieran las mismas (escasas) ventajas a la hora de naturalizarse español como sucede con los nacidos en otros territorios de la antigua monarquía. Observar lo que está ocurriendo con las culturas locales y apoyarlas sería otro aspecto que nos implica, me preocupa la situación de culturas autóctonas (algunas antiguamente muy mestizadas con los hispánico), como el chamorro y que hoy por hoy están amenazadas. El Planeta no necesita ningún laboratorio más de aculturización, pero después de decenios de persecución y de dejar claro que sólo con el inglés se puede llegar a algo, el chamorro está herido. No estaría de más identificar y denunciar esos procesos y el eco político de la ideología wasp: blancos, anglosajones y protestantes como lo que es, otra fruta del arbol de la discriminación y exactamente idéntico a la del Ku Klux Klan pero sin hábitos y capirotes y que hoy sirve, no sólo para reservar los núcleos de poder empresariales, en manos de la misma casta, sino para diluir culturas a cambio de una ciudadanía de segunda -porque a sus ojos nunca llegarán a ser wasp-, una casta que visten en sus ideas las mismas casacas rojas que rechazaron Franklin, los Adams o Jefferson.
Ningún otro espacio, y no es pequeño, encuentro hoy día a las inteligentes tesis de Emilio Pastor, si es que nos planteáramos ser una pequeña parte de la vida de esas poblaciones de Oceanía.

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Isla Asunción en las Marianas

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