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El 'matrimonio sin hombre' que inspiró a Isabel Coixet: la historia real detrás de 'Elisa y Marcela'

Memoria histórica LGTBI

Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga se casaron el 8 de junio de 1901, adelantándose más de un siglo a la legalización del matrimonio homosexual en España en 2005
El próximo viernes 7 de junio llega a Netflix la película de Isabel Coixet que narra su historia, coescrita por Narciso de Gabriel, autor de Elisa y Marcela: amigas y amantes

Francesc Miró
05/06/2019 - 21:24h
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Marcela y Elisa -haciéndose pasar por Mario-, en la foto de bodas.

En 1901, siendo Alfonso XIII menor de edad, María Cristina, la reina regente, convocaba unas elecciones que volvían a proclamar a Sagasta como Presidente, cargo de ocupaba por séptima ocasión. La Segunda República aún tardaría treinta años en llegar y España era un lugar profundamente católico y conservador. Por eso no deja de sorprender que fuese la Iglesia quien oficiase el primer matrimonio homosexual del que se tiene constancia documental en nuestro país.

Ocurrió el 8 de junio de 1901, en una celebración a cargo del párroco Víctor Cortiella, en la Iglesia San Jorge de A Coruña. Allí se casaron Marcela Gracia Ibeas y Elisa Sánchez Loriga, dos maestras que se habían conocido cuando estudiaban magisterio en una institución religiosa. Elisa, eso sí, se hacía pasar por un hombre llamado Mario Sánchez, bautizado por el mismo párroco poco antes de contraer matrimonio.

Sin embargo, pronto se descubrió el engaño y fueron perseguidas por las instituciones, que alentaron un escarnio público. Su situación obligó a la pareja a exiliarse a Portugal primero, y Argentina después.

Narciso de Gabriel, catedrático de la Universidade da Coruña, descubrió la historia en los noventa. La plasmó en el libro Elisa y Marcela: amigas y amantes, publicado en castellano por Ediciones Morata y en galego por Edicións Xerais. Reconstruyendo "hasta donde fuese posible" un hecho histórico que ahora llega a nuestras pantallas en forma de largometraje de la mano de Isabel Coixet para Netflix.


Asunto ruidoso: "un matrimonio sin hombre"
"Realmente fueron ellas las que vinieron a mi encuentro", cuenta el escritor y ensayista Narciso de Gabriel a eldiario.es sobre cómo conoció la historia de estas dos mujeres. "Me encontré con esta historia cuando estaba investigando los expedientes disciplinarios instruidos al magisterio gallego durante la segunda mitad del siglo XIX y comienzos del XX".

Entre carpetas de expedientes a maestros y maestras de la época descubrió uno en el que iba adjunta una noticia de La Voz de Galicia del 22 de junio de 1901 que rezaba: 'Asunto ruidoso: un matrimonio sin hombre'. "Se trataba de una historia verdaderamente singular, que me fascinó desde el primer momento, y que me prometí reconstruir hasta donde fuese posible", cuenta el catedrático. "No resultó fácil porque las fuentes son escasas y carecemos de testimonios directos de las dos protagonistas, y los pocos que tenemos están situados en un contexto que los distorsiona".

Según el autor, que se ha encargado de coescribir junto con Coixet la película que ahora llega a Netflix, "Elisa y Marcela solamente se dejan ver en la medida en que los poderes judiciales, eclesiásticos, académicos o mediáticos se ocupan de ellas. De modo que el relato de sus vidas [...] presenta múltiples lagunas".

Aunque lo que se sabe, no deja de ser fascinante: ambas se conocen en la llamada Escuela Normal de Maestras de A Coruña, en un ambiente opresivo y católico que hace que su amistad no pase desapercibida en su entorno. El padre de Marcela, de hecho, la envía a terminar sus estudios para ser profesora de primaria en Madrid, con el objetivo de alejarla de la influencia de su amiga. A su vuelta es destinada a Calo, una pequeña aldea del municipio de Vimianzo, y más tarde a Dumbría. Elisa, mientras, ejerce de maestra interina en Couso, a escasos sesenta kilómetros de su amada. Nunca pierden el contacto.

Años después, ambas deciden casarse y para ello trazan un plan: Elisa -que hasta entonces había ido a menudo a Dumbría-, volvería convertida en Mario Sánchez, haciéndose pasar por un supuesto primo de sí misma. Así que, convencido de que estaba casando a un hombre y una mujer, el párroco Víctor Cortiella oficiaría su matrimonio. Y ahí empezarían sus problemas.

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Portada de La Voz de Galicia donde publicaron la foto del matrimonio destapando su historia



Perseguidas pero juntas
"Si Marcela y Mario, una vez casados, hubiesen tomado otra dirección, podrían haber vivido el resto de sus días como mujer y marido", explica Narciso de Gabriel. De hecho, según el escritor existen muchos precedentes en este sentido.

"Pero cometieron el error de volver a Dumbría, donde habían vivido hasta unos días antes como dos mujeres, y se descubrió el engaño. La prensa transformó este matrimonio entre dos mujeres en un 'matrimonio sin hombre' e hizo una cobertura espectacular del caso, y fue efectivamente esa publicidad el desencadenante de la intervención judicial y académica".

Así que, en el caso de estas dos mujeres, los medios de comunicación jugaron un papel fundamental en el escarnio y la persecución de sus vidas. "Hubo un importante debate a este respecto", explica de Gabriel, "¿Debía informar la prensa de este tipo de sucesos? La respuesta dependía de si se daba más importancia a los criterios comerciales o a los morales. Y fueron pocos los que no sucumbieron a la tentación crematística".

Aquel 'matrimonio sin hombre', como se le conoció desde que así lo apodase La Voz de Galicia, "suscitó la condena de algunos, la compasión de otros y la admiración de Emilia Pardo Bazán, que atribuía una inteligencia nada común a Elisa Sánchez Loriga, capaz de urdir y ejecutar un proyecto quimérico", cuenta el autor de Elisa y Marcela: amigas y amantes. "La gente estaba fascinada por la transgresión sexual que el caso entrañaba, pero también, por la transgresión de género protagonizada por Elisa".

Una transgresión que pagaron con la prisión y el exilio. "La orden de búsqueda y captura dictada por el juez coruñés Pedro Calvo y Camina, padre por cierto del político José Calvo Sotelo, determinó su huida a Oporto, donde vivieron como marido y mujer", cuenta el escritor. Sin embargo, a los dos meses fueron detenidas por la policía portuguesa, a petición de la española, e ingresadas en prisión. Allí pasaron varias semanas hasta ser absueltas, momento en el que decidieron marcharse a Buenos Aires.

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Natalia de Molina es Elisa y Greta Fernández es Marcela



Cien años antes de la legalización
Hoy conocemos la historia de Elisa y Marcela gracias a la investigación de Narciso de Gabriel y de otros estudios de historia con perspectiva LGTBI. Pero también, gracias a que aún quedan personas que nos cuentan lo que sucedió.

En 1902, Marcela dio a luz una niña que, según especula la película de Coixet, formaría parte de un plan para normalizar la relación de Marcela y Mario ante su entorno. Una prueba incuestionable del género del segundo. Aunque finalmente ambas decidiesen darlo en adopción.

En el epílogo de la nueva versión del libro, Elisa y Marcela: amigas y amantes, se explica además que el nombre del bebé fue María Enriqueta. Se sabe que "llegó a Buenos Aires en 1902, que se casó y tuvo diez hijos y que acabó por abandonar el domicilio conyugal por motivos inciertos", cuenta el catedrático. Una información que consiguió gracias a Norma Graciela Moure, bisnieta de Marcela y nieta de María Enriqueta.

"Considero que es necesario seguir trabajando a favor del respeto y, sobre todo, del reconocimiento y del autorreconocimiento de nuestras sexualidades", opina Narciso de Gabriel. "La historia de Elisa y Marcelanos muestra el sufrimiento que tuvieron que padecer dos mujeres para poder dar vida a su amor. Un sufrimiento que siguen padeciendo las personas homosexuales en muchos lugares, incluso en sociedades que no condenan legalmente este tipo de relaciones".

Al fin y al cabo, como el filme de Isabel Coixet se encarga de remarcar en su último tramo, el matrimonio homosexual no se legalizó en España hasta el 2005. Y a día de hoy solamente es legal en 25 países del mundo. En 72, de hecho, la homosexualidad está penalizada, en 14 de ellos se castiga con penas de cárcel y cadena perpetua, y en 13 directamente con la pena de muerte.

El reconocimiento a través de la ficción o del ensayo del caso de Elisa y Marcela es también la legitimación del recuerdo de sus vidas. Fueron una de las primeras parejas homosexuales que se atrevieron a plantar cara a su situación legal en nuestro país. Su relación es, por todo ello, un pedazo de la historia de la lucha por los derechos sociales y políticos de la comunidad LGTBI. Y eso, por sí solo, merece ser recordado.

https://www.eldiario.es/cultura/cine/matrimonio-Isabel-Coixet-Elisa-Marcela_0_906059940.html
 
El capítulo bueno, el feo y el malo de la temporada 5 de 'Black Mirror'
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El capítulo bueno, el feo y el malo de la temporada 5 de 'Black Mirror'

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  • Francesc Miró , Mónica Zas Marcos , José Antonio Luna

    Black Mirror apareció por primera vez en 2011 sin hacer mucho ruido. Su fenómeno se fue trasladando boca a boca cuando todavía ni siquiera había estallado el fenómeno Netflix. Casi todas las definiciones solían coincidir en lo mismo: tenía historias independientes, era innovadora y hacía que el espectador se replanteara hacia dónde llevaban las nuevas tecnologías.

    Tiene mérito que Charlie Brooker haya sabido captar el inconformismo y la preocupación de una generación antes de la llegada de Her (2013) y de la fascinación por la distopía fatalista provocada por los algoritmos. Pero actualmente no nos preocupa lo mismo que hace 8 años. De hecho, lo que nos inquieta a nivel digital se modifica casi de forma tan vertiginosa como lo hacen los ordenadores o los smartphones. Los riders de Glovo, el tratamiento de los datos tras el escándalo de Camdbrigde Analytica, o la guerra entre EEUU y China por el 5G son solo algunos de los conflictos que no estaban presentes cuando Black Mirror empezó a dar sus primeros pasos. Pero ¿ha logrado adaptarse a los nuevos tiempos?


    No es casualidad que muchos lleguen a la temporada 5 con más escepticismo que expectación, a la espera de encontrar esa chispa que despierte otra vez el interés. Y el resultado es, cuanto menos, irregular. Tanto, que cada episodio podría ser como uno de los protagonistas del famoso western de Sergio Leone, El bueno, el feo y el malo. Con algoritmo y pistola en mano, pasamos a valorar qué nos ha parecido cada uno de ellos. A partir de aquí comienzan los spoilers.



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    En 2016, Charlie Brooker dejó descolocados a propios y extraños con un episodio de la tercera temporada de su serie. Uno que reinterpretaba el discurso agorero, pesimista y por momentos tecnófobo de Black Mirror para ofrecer una pequeña luz de esperanza. Hablamos, cómo no, de San Junipero: la historia de amor trágico pero naif entre dos mujeres interpretadas por Mackenzie Davis y Gugu Mbatha-Raw.

    Más tarde, Brooker intentó repetir la jugada con Hang the Dj en la cuarta temporada, pero el resultado pasó de cálido a tibio. San Junipero había funcionado especialmente bien por dos factores: ofrecía lo contrario a lo que se esperaba de Black Mirror -la tecnología, en un uso adecuado, puede llevar al ser humano a lugares insospechadamente bellos-, y basaba su desarrollo construyéndose más sobre la emoción que sobre el discurso.

    Striking Vipers no es el nuevo San Junipero, pero sí funciona como interesante relectura del mismo tres años después. Si en esta temporada la metáfora del miedo a la tecnología está muy clara en los demás episodios -las redes sociales enganchan, no mires el móvil mientras conduces, las grandes corporaciones musicales son malas-, aquí Brooker plantea un interesante juego de grises que genera tanta confusión como sienten sus protagonistas.

    Dos amigos de la universidad se reencuentran años más tarde gracias a un juego de lucha uno contra uno. Pero resulta que el juego funciona mediante un dispositivo de realidad virtual que les permite sentir todas y cada una de las sensaciones del juego como si fuesen reales. Y eso complica las partidas de forma inesperada.

    El primer episodio de la quinta temporada de Black Mirror es una exploración de la relación del hombre contemporáneo con la cultura del por**. Del afecto en pareja y el compromiso en una era en la que no se sabe muy bien hasta dónde llega este. También es el capítulo más pausado y el que mejor explora el drama narrado. Si acaso, como pasaba con San Junipero, se le ven las costuras de una escritura masculina y heterosexual que, cuando habla de diversidad afectiva, cae en el cliché y la brocha gorda.

    Pero ante todo, es un eficaz relato de sabor amargo: quién nos iba a decir que veríamos en esta serie un relato sobre homosexualidad reprimida, masculinidad tóxica y cobardía como signo generacional. Y, además, narrado desde la emoción, algo que está visto que brillaba por su ausencia en Black Mirror.





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    En 2006, todas las niñas (y posiblemente muchos niños) del mundo querían ser Hannah Montana excepto Hannah Montana. Si los seguidores de la serie hubiesen conformado un país, habría sido el quinto más poblado del planeta por delante de Brasil. En cuanto Disney estuvo al tanto, encerró a incubar a su gallina de los huevos de oro convirtiéndola en muñeca, en línea de ropa, en perfume, en estuche, en cantimplora y en sacapuntas hasta dejarla exhausta.

    De aquella explotación surgió la Miley Cyrus que conocemos hoy. La que lame martillos, fuma porros en directo, clama que “el aborto es asistencia sanitaria” y que su cuerpo es solo suyo para desnudarlo, taparlo o subirlo a una bola de demolición si así lo quiere. Una vez roto el contrato con el mayor exprimidor de las estrellas adolescentes, Miley mató a Hannah y por fin fue libre.

    El cuento de Hannah Montana es una pesadilla que no ha cesado quince años después, sino que ha ido a peor. Y Charlie Brooker ha convertido ese terror futurista en un nuevo capítulo de la quinta temporada de Black Mirror: Rachel, Jack and Ashley Too. No es el más brillante ni el más aterrador por la simple razón de que ya ocurre. Se acabaron las realidades distópicas en un mundo donde una Inteligencia Artificial compone canciones pegadizas para Eurovisión y en el que planean resucitar a Whitney Houston para llevarla de gira en forma de holograma.

    Lo mismo ocurre con Ashley O, estrella del pop con una estética diseñada para vender. Es guapa, canta bien y baila mejor. Pero ni siquiera eso es suficiente para sobrevivir en la época del streaming. Antes de caer en la bancarrota, la representante de Ashley, una especie de madrastra de Cenicienta disfrazada de su tía, anuncia un asistente virtual inspirado en la imagen y personalidad de su sobrina. Una barbie Alexa que escucha los dramas de instituto de sus acólitos y les consuela con coreografías y canciones de radiofórmula.

    Como cabe esperar, el adorable robot se vende como churros y sirve de consuelo a sus fans ante el repentino envenenamiento de Ashley O, que la deja en coma irreversible. Aunque Rachel, Jack and Ashley Too es un episodio entretenido que copia la estrategia de Toy Story y Pequeños Guerreros, se echa en falta el toque oscuro que tenía el final de Nosedive. La dictadura de las major musicales esconde prácticas nada éticas que, retorciéndolas un poco como Brooker sabe hacer, pueden conformar un perfecto delirio aterrador.

    Sobran muchos personajes secundarios y subtramas -como la de la madre de las dos niñas- que presionan fallidamente la tecla sentimentalista. La que nunca sobra es Miley Cyrus, que se compromete hasta el final con ese mini álter ego que le ha regalado Black Mirror para lanzar su propio alegato. Tanto en el papel de estrella frívola, como en el de juguete roto o en el de deslenguado pequeño robot, Cyrus demuestra que es capaz de volver a hacer gala de esa personalidad camaleónica. Al fin y al cabo, como a Ashley O, es la que le salvó la vida.



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    Se supone que la serie es una crítica de hasta qué punto las nuevas tecnologías pueden pervertirnos como sociedad al fomentar aspectos como el individualismo, el narcicismo o el consumismo. Es en este campo cuando la producción de Charlie Brooker brilla con más fuerza: cuando su onda expansiva hace que el espectador se replantee su propia existencia. Pero algunos capítulos de Black Mirror tienen un problema de base, y Añicoses uno de ellos.

    El replanteamiento existencialista de nuestro mundo se pierde cuando, en lugar de señalarnos hábitos comunes y nocivos de la era digital, se centran en lunáticos con los que nadie se va a sentir representado. Lo interesante es ver cómo Instagram puede llevarnos a tal obsesión colectiva que se termine estableciendo un crédito social como el que ya existe en China, algo que comprobamos en el capítulo Nosedive de la tercera temporada. Pero en Playtesting o Shut Up and Dance, lo único que vimos fue a un grupo de maníacos y el calvario de un ped*filo, respectivamente.

    Añicos peca de lo mismo. Esta vez se narra cómo un conductor de VTC provoca una crisis internacional cuando secuestra a un empleado de una red social similar a Facebook. Solo pide una cosa para liberar al rehén: hablar con el máximo dirigente de esta empresa, una especie de Steve Jobs confinado en un retiro espiritual. No sabemos por qué, pero esa es su única motivación y su razón de existir durante los últimos meses.

    Todo se termina desarrollando de una forma con tintes de comedia negra con matices críticos, tanto a la recopilación de datos de las redes sociales como a los absurdos tiempos de espera telefónicos para llamar a una empresa y hablar con un humano. Sin embargo, las motivaciones tras los actos del protagonista no responden a nada más que a la locura.

    El mensaje de este episodio está claro: las redes sociales son adictivas como la peor de las drogas, y por eso nos puede más la curiosidad por ver quién ha dado 'me gusta' a una foto que prestar atención al volante. El capitulo ni profundiza lo suficiente ni nos hace replantearnos lo más mínimo nuestra relación con las redes tras la resolución de este conflicto con el gurú tecnológico. Puede que funcione como un anuncio de la DGT para concienciar sobre la seguridad vial, pero no tanto como capítulo de Black Mirror.

  • Reportaje original con varios vídeos:
http://vertele.eldiario.es/noticias/bueno-irregular-temporada-Black-Mirror_0_2128287173.html
 
Las mejores series de Netflix y HBO para pegarte un maratón este fin de semana
Desde Vozpópuli hemos hecho una selección para ver un buen puñado de capítulos del tirón de las ficciones más recomendadas en lo que va de año

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Las mejores series de Netflix y HBO para darte un maratón este fin de semana
SANDRA SÁNCHEZ
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PUBLICADOhace 4 horas

El catálogo de ficciones en streaming es cada vez más y más amplio. Lejos ha quedado aquella época en la que llegaba el verano y no había series y programas. Ahora, de hecho, conscientes de que es un momento donde se suele tener más tiempo libre, las plataformas aprovechan para lanzar algunos de sus títulos más esperados.

Las visitas a Chernobyl se disparan tras el éxito de HBO... mientras Rusia, indignada, crea su propia serie sobre el desastreLas visitas a Chernobyl se disparan tras el éxito de HBO... mientras Rusia, indignada, crea su propia serie sobre el desastre
Hoy por hoy, Netflix y HBO son las que dominan el mercado en este aspecto. Por ello, desde Vozpópuli hemos hecho una selección de las mejores series de Netflix y HBO para pegarte un maratón este fin de semana (o cualquier otro).

Black Mirror - quinta temporada
Es una de las series de referencia de Netflix y aunque hay quien dice que su apuesta empieza a quedarse caduca, cada nueva temporada que se estrena se torna imperdible. Además, esta vez solo cuenta con tres capítulos de entre 60 y 70 minutos.

El primero, Striking Vipers es de hecho el que más merece la pena de esta quinta temporada. ¿Su argumento? Danny y Karl son dos antiguos amigos de la universidad que se reencuentran en un juego de realidad virtual. Entonces, sus partidas nocturnas tendrán consecuencias inesperadas.

A Striking Vipers, que bien podría situarse en uno de los mejores capítulos de todo Black Mirror, se le suma Añicos y Rachel, Jack y Ashley Too, capítulo protagonizado por Miley Cyrus.

Así nos ven
Ficción en la que en tan solo cuatro capítulos de entre 70 y 80 minutos, su directora Ava DuVernay (nominada al Óscar por 'Selma' y 'Enmienda XIII') se encarga de llevar a la pequeña pantalla una de las polémicas racistas más mediáticas de las últimas décadas en Estados Unidos: Los cinco de Central Park.

Cinco jóvenes de raza negra son condenados a penas de hasta 13 años de cárcel por una brutal violación en Central Park. Durante su estancia en prisión, uno de ellos se encuentra con el verdadero culpable del crimen.

['Así nos ven', el último éxito de Netflix sobre la injusta condena por violación a 'Los cinco de Central Park']

Cómo vender drogas online
Ficción que parece no estar teniendo el reconocimiento que se merece. Al menos en cuanto a popularidad se refiere. Tiene seis episodios de alrededor de media hora. Es ágil, divertida y engancha. El combo perfecto para verla en un solo día de maratón.

La premisa que nos presenta la serie es simple: cuando su novia rompe con él tras pasar un año en el extranjero, Mortiz planea recuperarla consiguiendo un alijo de éxtasis.

Dead to me
Una de las sorpresas, en cuanto a series se refiere, de este año de Netflix. Por ponernos de sobre aviso: si empiezas esta serie no vas a poder dejar de verla. Llegó a la plataforma el 3 de mayo y se ha metido en el bolsillo a la crítica y al público a partes iguales.

Tiene diez capítulos de unos 30 minutos cada uno. Comedia negra en la que una viuda impulsiva busca a la persona que atropelló a su marido y se dio a la fuga. Entonces, se hace amiga de una excéntrica optimista que es quien parece ser.

Dark
Sí. Ya sabemos que Dark llegó a Netflix hace tiempo. Pero si aún no la has visto, esta es una oportunidad de oro. Y es que el 21 de junio se estrena la segunda temporada.

Esta, además, es la típica serie que siempre se cuela en el ránking de recomendaciones de Netflix. El entrante perfecto para ir haciendo boca para la tercera temporada de Stranger Things.

En Dark, tras la desaparición de un niño, cuatro familias desesperadas tratan de entender lo ocurrido a medida que van desvelando un retorcido misterio que abarca tres décadas.

Chernobyl
Aunque es raro, es posible que todavía no hayas oído hablar de la Chernobyl de HBO. Es, con permiso de Juego de tronos, la serie del año de la plataforma. O más bien, miniserie, porque con solo cinco capítulos ha conseguido meterse en la conversación de todo el mundo.

Dirigida por Johan Renck -cuyo nombre también se encuentra en otros títulos como Vikingos, Bates Model, The Walking Dead o la tan galardonada como aclamada Breaking Bad- ha convencido a la crítica y al público a partes iguales. A la vista está su 9,7 en IMDb, por poner algún ejemplo.

Y por cierto, si quieres saber más sobre la serie... :

El cuento de la criada
Fue la triunfadora de los Emmy en 2017 y es, sin duda, uno de los títulos de referencia de la HBO. Recientemente ha llegado la esperada tercera temporada a la plataforma, después del intenso final de la segunda.

En un futuro distópico donde se ha implantado una dictadura fundamentalista, una joven se ve forzada a vivir como una concubina para dar hijos a su señor.

Years and Years
Nueva ficción de la HBO que está empezando a quedarse con la etiqueta de 'obligatoria'. Una serie que no podrás dejar de ver hasta terminarla.

Esta serie dirigida por el británico Simon Cellan-Jones, que no presentaba proyecto desde 2015. Se trata de un reflejo de la realidad desde la perspectiva de una familia inglesa, los Lyon.

El avance de los populismos en Europa y en todo el planeta y las salidas de tono por parte de políticos que protagonizan los telediarios día a día y también aparecen en esta producción que comenzó a emitirse días antes en la BBC.

Killing Eve
El pasado abril se estrenó la segunda temporada -de ocho capítulos, igual que la anterior- de otras de las series más aclamadas del catálogo de la HBO.

Ficción dramática británico-estadounidense producida por Sid Gentle Films para BBC America, basada en la saga literaria de Luke Jennings Codename Villanelle y adaptada para la televisión por Phoebe Waller-Bridge.

En Killing Eve una oficial del MI6, comienza a rastrear a la talentosa asesina psicópata Villanelle mientras que ambas mujeres se obsesionan entre sí.

Big Little Lies
Este fin de semana se estrena la segunda temporada de Big Little Lies. Será el domingo, por lo que el sábado es el día perfecto para vernos de un tirón la primera entrega de siete capítulos.

Es otra de las series mejor valoradas de los últimos años y una de las de referencia de HBO. Y lo mejor, de su segunda temporada, (casi) todo lo que dicen es bueno, llegando incluso a decir que es mejor que su predecesora.

En Big Little Lies, nos encontramos con la historias de tres madres de niños de primer grado cuyas vidas son aparentemente perfectas comienzan a desmoronarse hasta el punto de llegar al asesinato.

Reportaje original, completo y con videos:
https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/mejores-series-Netflix-HBO-recomendadas_0_1252375570.html
 
Yo estoy entre empezar The Society or One day at a time, ¿las habéis visto? ¿cual me recomendais ver primero? No tienen nada que ver una con otra y voy a ver las dos fijo pero no sé cual empezar.. jajaj
One day at a time. Me la vi enterita. Una pena que netflix decidiera no hacer mas temporadas, porque a mi me encanta, y a mucha gente tambien. Pero ten en cuenta que es una serie comica, tipo Friends o HIMYM (salvando las distancias), así que si buscas algo mas que reirte, no se si te gustara, pero esta muy bien
 
Habeis visto la nueva temporada de Black Mirror? A mi me ha gustado mucho. Striking Vipers y el de Ashley O, a mi parecer, fueron buenisimos. El otro tambien estuvo bien, pero si tuviera que elegir, me quedo con los otros dos
 
Habeis visto la nueva temporada de Black Mirror? A mi me ha gustado mucho. Striking Vipers y el de Ashley O, a mi parecer, fueron buenisimos. El otro tambien estuvo bien, pero si tuviera que elegir, me quedo con los otros dos
:wideyed::wideyed::wideyed::wideyed::wideyed::wideyed::wideyed::wideyed: Yo he visto sólo el primero y no me ha gustado nothing of nothing, es más prima, si no hubiese visto la serie hubiera apagado el capítulo a la mitad y mira que soy una fan fanática de Black Mirror. Veré los demás a ver qué pasa :unsure::unsure::unsure:.
 
:wideyed::wideyed::wideyed::wideyed::wideyed::wideyed::wideyed::wideyed: Yo he visto sólo el primero y no me ha gustado nothing of nothing, es más prima, si no hubiese visto la serie hubiera apagado el capítulo a la mitad y mira que soy una fan fanática de Black Mirror. Veré los demás a ver qué pasa :unsure::unsure::unsure:.
jajaja ay prima, es que a mi me suelen gustar mucho las cosas que me impactan, que no me espero. Y como eso si que no me lo esperaba pues...así todo el capitulo:eek::eek:
 
jajaja ay prima, es que a mi me suelen gustar mucho las cosas que me impactan, que no me espero. Y como eso si que no me lo esperaba pues...así todo el capitulo:eek::eek:
Oi, oi, oi, oi prima, entonces con el del cerdito :sneaky::sneaky::sneaky: alucifliparias porque yo me quedé en shock tal que asín :jawdrop::jawdrop::jawdrop: una eternidad despues de verlo.
 
A mi esta temporada de black mirror no me ha gustado tanto como las otras, y el de Miley Cyrus me parece el peor, el que tiene más pase es el primero.
Mi capítulo favorito es el primero de la tercera temporada, y como impactante el de black museum
 
Alguien me recomienda alguna serie de Netflix por mucho que busco no encuentro ninguna que me guste he visto walking dead ,Happy, vis a vis , juegos de tronos
 
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