Yo recuerdo dos:
La primera, tendría unos 16 años, estaba con unos amigos en un parque, en mi pueblo. Era de noche y no había nadie más que nuestro grupito (mixto de chicos y chicas). Una amiga y yo nos separamos y nos metimos entre unos coches para fumarnos un cigarrillo de la risa, y cuando estábamos en ello nos llamó desde un coche en doble fila un chico, se supone que para preguntarnos una dirección. Nos acercamos al coche y la tenía fuera. Creo que fue porque ya nos habíamos fumado alguno más, pero nos empezamos a reir a carcajada limpia hasta que el tío se fue.
La segunda fue en un autobús. Yo llevaba falda y medias, lo recuerdo porque me costó bastante volver a ponerme una falda. Como subía en la primera parada y bajaba en la última me senté en un asiento de ventanilla (solía hacerlo para no tener que moverme para que suba y baje gente. Ya os digo que nunca más). Se sentó un hombre a mi lado, me extrañó porque el bus no estaba especialmente lleno, pero no dije nada. Llevaba una cartera que se puso en las piernas, en una posición extraña, ahora sé que para tapar su brazo.
De repente tenía su mano en mi muslo, parecía que por accidente en un traqueteo del autobús. Me giré y él miraba al frente, sin expresión alguna. Y no solo no quitó la mano, sino que terminó subiéndola hasta que terminó en mi c**o. Ahí ya se me pasó el shock, me levanté y me bajé en la siguiente parada. Creo que nunca me he sentido tan sucia.
La primera, tendría unos 16 años, estaba con unos amigos en un parque, en mi pueblo. Era de noche y no había nadie más que nuestro grupito (mixto de chicos y chicas). Una amiga y yo nos separamos y nos metimos entre unos coches para fumarnos un cigarrillo de la risa, y cuando estábamos en ello nos llamó desde un coche en doble fila un chico, se supone que para preguntarnos una dirección. Nos acercamos al coche y la tenía fuera. Creo que fue porque ya nos habíamos fumado alguno más, pero nos empezamos a reir a carcajada limpia hasta que el tío se fue.
La segunda fue en un autobús. Yo llevaba falda y medias, lo recuerdo porque me costó bastante volver a ponerme una falda. Como subía en la primera parada y bajaba en la última me senté en un asiento de ventanilla (solía hacerlo para no tener que moverme para que suba y baje gente. Ya os digo que nunca más). Se sentó un hombre a mi lado, me extrañó porque el bus no estaba especialmente lleno, pero no dije nada. Llevaba una cartera que se puso en las piernas, en una posición extraña, ahora sé que para tapar su brazo.
De repente tenía su mano en mi muslo, parecía que por accidente en un traqueteo del autobús. Me giré y él miraba al frente, sin expresión alguna. Y no solo no quitó la mano, sino que terminó subiéndola hasta que terminó en mi c**o. Ahí ya se me pasó el shock, me levanté y me bajé en la siguiente parada. Creo que nunca me he sentido tan sucia.