Mensaje Navideño del Rey Felipe VI.

Siempre pueden agenciarse uno de estos para entrar en los dominios de Don Chus :D



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Juaaaaa...
Dando ideas??? No me extrañaría.
A ver, navaja de ockam, si oímos cascos piensa en caballos no en cebras...si escondes....pues no es por nada
 
Éste como tiene un cerebro tan primario y poco desarrollado se cree que nos va a ganar con "guiños sobre guiños y más guiños"...Los libros eran "camino de Santiago Inolvidable" y "Tesoros de los palacios reales de España. Una historia compartida". Que por cierto y de paso, los palacios reales son de España y los españoles lo pagan y ellos los disfrutan, así, con dos coxones....Detrás del bobón está la figurilla de los premios princesa de gerona...

Os dejo un artículo muy chulo...Entrad en él y podéis pinchar en cada elemento para un mayor detalle...


http://www.huffingtonpost.es/2017/1...saje-de-navidad-del-rey-felipe-vi_a_23316553/

POLÍTICA
FOTO INTERACTIVA: Lo que se ha visto en el mensaje de Navidad del rey Felipe VI
Se ha dirigido a la nación desde el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela.
25/12/2017 13:03 CET | Actualizado 25/12/2017 13:08 CET
131

  • en la situación de Cataluña, pero también hizo repaso de otros problemas que afectan a la sociedad española, como el paro, la violencia de género o el cambio climático.


    En su cuarto discurso desde la coronación, el rey pronunció su alocución desde el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela. Lo hizo vestido con un traje gris, una camisa blanca con raya fina y una corbata en tonos azules.


    Pasa por encima de la foto para descubrir todos los detalles que había alrededor de Felipe VI en el momento de su discurso. Si nos lees desde el móvil, puedes voltear el teléfono para ver la imagen más grande.

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Éste como tiene un cerebro tan primario y poco desarrollado se cree que nos va a ganar con "guiños sobre guiños y más guiños"...Los libros eran "camino de Santiago Inolvidable" y "Tesoros de los palacios reales de España. Una historia compartida". Que por cierto y de paso, los palacios reales son de España y los españoles lo pagan y ellos los disfrutan, así, con dos coxones....Detrás del bobón está la figurilla de los premios princesa de gerona...

Os dejo un artículo muy chulo...Entrad en él y podéis pinchar en cada elemento para un mayor detalle...


http://www.huffingtonpost.es/2017/1...saje-de-navidad-del-rey-felipe-vi_a_23316553/

POLÍTICA
FOTO INTERACTIVA: Lo que se ha visto en el mensaje de Navidad del rey Felipe VI
Se ha dirigido a la nación desde el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela.
25/12/2017 13:03 CET | Actualizado 25/12/2017 13:08 CET
131

  • en la situación de Cataluña, pero también hizo repaso de otros problemas que afectan a la sociedad española, como el paro, la violencia de género o el cambio climático.


    En su cuarto discurso desde la coronación, el rey pronunció su alocución desde el Salón de Audiencias del Palacio de la Zarzuela. Lo hizo vestido con un traje gris, una camisa blanca con raya fina y una corbata en tonos azules.


    Pasa por encima de la foto para descubrir todos los detalles que había alrededor de Felipe VI en el momento de su discurso. Si nos lees desde el móvil, puedes voltear el teléfono para ver la imagen más grande.

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Solo falto la bolita roja y blanca sobre el Segundón, para explicar quién es y lo que hace....jajajaja
 
El discurso fue parecido al de su salida el día que el Gobierno de España declaró el 155 pero con un tono más moderado y no tan vehemente como el del día de la declaración del 155 que recordaba el tono de los Reyes Borbones del SXVIII cuando actuaban forma despótica. Leyó aquello que el gobierno le escribió y lo relató como un papagayo. La sala en la que realizó dicha alocución no estaba muy decorada de figuras navideñas para no ofender seriamente a aquellos que no tienen dichas creencias después de que la Monarquía Española es católica y apostólica. Su situación y la de la institución que representa está en una encrucijada y creo que su discurso estaba muy intervenido políticamente. En el Nuevo Año va a tener serios quebraderos de cabeza porque en aquellas CCAA de ámbito histórico es bastante repudiado. Su situación me recuerda mucho a la de Isabel II que su reinado condujo al desarrollo de la I República en España. Ya tenemos dos Cantones: el Vasco, donde se les reconoce mayor cupo para apoyar unos Presupuestos Generales del Estado en detrimento del empobrecimiento de otras CCAA y el Cantón Catalán que va a provocar la declaración de una nueva secesión generando otro pulso al Estado de Derecho. Si estudio Historia de sus antepasados, la puerta la tiene abierta y un futuro incierto.
 
El discurso del rey


Felipe VI parece haberse dado cuenta de su error. En su discurso de felicitación de la Navidad del 24 de diciembre ha corregido el tono e incluso el contenido de su discurso anterior. No puede reconocerlo, pero es obvio

Javier Pérez Royo
58 comentarios

25/12/2017 - 19:28h
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El rey, durante su discurso. EFE

Un discurso como el que dirigió el Rey Felipe VI a la sociedad española por televisión el pasado 3 de octubre no tiene cabida en una Monarquía Parlamentaria, en el único tipo de Monarquía compatible con un Estado Democrático de Derecho. El Rey se arrogó un protagonismo político que no le corresponde, anteponiendo el principio monárquico del 1.3 CE al principio de legitimación democrática del art. 1.2 CE.

Lo hizo, además, con una torpeza extrema, identificándose con el discurso del Presidente del Gobierno, con un “discurso de parte”, que, entre la “angustia” que atravesaba por igual a las dos mitades en que estaba dividida la sociedad catalana, tomaba partido por una de ellas contra la otra. La agresividad contra la mitad nacionalista y el apoyo incondicional a la otra mitad con una retórica españolista, no podía conducir más que a hacer más profunda dicha división.

En dicho discurso estuvo el origen de la activación del art. 155 CE de la forma en que se acabó haciendo, que no es la prevista en la Constitución. La Constitución contempla una reacción “de naturaleza política” frente a un “ejercicio desviado del poder por una Comunidad Autónoma”. Se trata de una respuesta política por parte del Estado para imponer a la Comunidad Autónoma el cumplimiento de la Constitución o de la Ley que esta última está desconociendo. El 155 CE es un instrumento de “protección excepcional o extraordinaria” del Estado frente a una emergencia de naturaleza política.

En la forma en que se ha activado, la reacción de naturaleza política ha desembocado en una reacción de “naturaleza penal”, que no estaba prevista de ninguna de las maneras en la Constitución. Políticamente el 155 CE va a tener una duración breve: los cincuenta y cinco días del proceso electoral y los días que sean necesarios para la investidura del President de la Generalitat. Penalmente va a tener una duración indefinida. Ya son 28 los dirigentes políticos nacionalistas investigados por el Tribunal Supremo, 18 de los cuales son parlamentarios electos.

Lo que estaba previsto en la Constitución para “corregir políticamente un comportamiento políticamente desviado”, se ha convertido en una persecución penal de toda la política desplegada por el nacionalismo catalán en los últimos años. Para esto es para la que está siendo utilizada la activación del art. 155 CE.

Políticamente en el Parlament y en el Govern va a estar la misma mayoría parlamentaria y el mismo Govern que antes de la activación del 155 CE. La diferencia va a estar en que los máximos dirigentes de dicha mayoría van a estar procesados penalmente. Y en que, como consecuencia de ello, la línea que divide políticamente por mitad a la sociedad catalana se ha hecho más ancha y más profunda.

El art. 155 CE ha dejado de ser un instrumento de “rectificación política de una conducta políticamente desviada” para convertirse en un instrumento de “persecución penal del adversario político”, algo muy común en las sociedades predemocráticas, pero que no ha ocurrido nunca en un Estado Social y Democrático de Derecho.

Una democracia no puede operar si se utiliza el sistema de Administración de Justicia lato sensu, Ministerio Fiscal, Tribunales y Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en su función de policía judicial, contra el adversario político. No hay nada de qué hablar políticamente. Esa es la posición del Presidente del Gobierno avalada el 3 de octubre por el Rey. Para eso disponemos de los Fiscales, Jueces, policías nacionales y guardias civiles.

En esto es en lo que ha acabado desembocando la activación del art. 155 CE. Y esto es lo que desató el Rey Felipe VI con su imprudente e inmoderado discurso del 3 de octubre. “A por ellos” no puede ser nunca el discurso de un Jefe del Estado. Y menos si carece de legitimidad democrática.

Felipe VI parece haberse dado cuenta de su error. En su discurso de felicitación de la Navidad del 24 de diciembre ha corregido el tono e incluso el contenido de su discurso anterior. No puede reconocerlo, pero es obvio que así ha sido. Implícitamente ha reconocido que no puede ser portavoz de una parte de la sociedad catalana contra la otra.

El problema es que llega tarde. El mensaje dirigido a todos los parlamentarios elegidos el 21-D de que tienen que trabajar juntos con el objetivo de servir al conjunto de la sociedad catalana, difícilmente puede abrirse camino, cuando los dirigentes de una parte de ellos están en la cárcel o amenazados con penas de cárcel. ¿A qué acuerdo se puede llegar bajo una amenaza de esta naturaleza?

http://www.eldiario.es/zonacritica/discurso-rey_6_722387764.html
 
TECETIPO
Discurso del rey: poco volumen, menos realidad
GERARDO TECÉ
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Felipe VI

LUIS GRAÑENA
25 DE DICIEMBRE DE 2017
CTXT está produciendo el documental 'La izquierda en la era Trump'. Haz tu donación y conviértete en coproductor. Tendrás acceso gratuito a El Saloncito durante un mes. Puedes ver el tráiler en este enlace y donar aquí.

El mejor termómetro para medir la situación de estabilidad del país durante los últimos años ha sido, sin duda, el volumen de la tele durante los discursos del rey de turno en Nochebuena. Con Juan Carlos al frente, el volumen del televisor con toda la familia reunida en casa de mi abuela era altísimo porque a nadie le importaba absolutamente nada lo que fuese a decir. En la España de los dos partidos turnándose y los nacionalistas sirviendo de muleta, nadie interrumpía sus conversaciones durante la aparición real pero, por deferencia hacia el Jefe del Estado, se le dejaba ser una más de las voces que retumbaran en el salón. Parece que este hombre ya ha dicho lo del orgullo y la satisfacción y lo de la lacra de ETA, porque hay anuncios, que alguien baje la tele y me pase una gamba. Al día siguiente, PP y PSOE nos explicaban que el monarca les había dado la razón a ambos, discutían por a cuál de los dos se la había dado más y a otra cosa. En la España de Felipe eso ha cambiado. El volumen de sus discursos es más bajo en la tele de casa de mi abuela porque cuando habla se guarda cierto silencio. A ver qué dice de Cataluña. Si el papel del rey anterior, criado en palacios bajo la tutela de Franco, consistió durante cuarenta años en transmitir la imagen de demócrata de toda la vida, de tipo sencillo y campechano en sintonía con el pueblo llano, el papel del rey Felipe VI cuyo volumen no retumba vuelve a ser exactamente el mismo: el de transmitir lo contrario de lo que en realidad hay.

España es un país moderno del que tenemos que sentirnos orgullosos, ha sido el trasfondo de un mensaje repetido en bucle durante los once minutos que ha durado su alocución. La misma semana en la que el independentismo ganaba las elecciones en Cataluña con sus líderes cesados en la cárcel o huidos, la misma semana en la que una persona era condenada por los pitidos al himno de España durante un partido de fútbol y otra era multada por gritar “mucha policía, poca diversión” durante un concierto, el rey Felipe VI se empeñaba en repetirnos, con su joven y preparada presencia y su argumentario en sintonía con La Moncloa, que España está en plena forma democrática y en la Champions de la normalidad. Quien era príncipe llegó al cargo de rey precipitado por los cambios que llamaban a la puerta y no han llegado. Ahora reina en un país en el que la estabilidad se construye en torno al partido más corrupto de Europa y en el que el auge de la represión se llama normalidad democrática. El rey que el pasado octubre dejó de ser mediador para meterse a político español de derechas, no tuvo ayer ni una palabra sobre cómo arreglar la que hay liada en Cataluña y Estremera. Ni un toque de atención hacia un Estado cada día más represivo ni hacia una sociedad que cada día asume mejor la vuelta a años pasados en asuntos de derechos civiles. España es un país moderno del que tenemos que sentirnos orgullosos, circulen. Fin de la cita, como diría un Rajoy que podría firmar –si es que no lo ha hecho– los últimos discursos de Felipe VI.


Cualquier año, uno de esos niños que participan en el concurso “Para qué sirve un rey”, va a responder que sirve para decirnos que lo negro es blanco y, en lugar de ganar el premio, va a salir esposado. De forma democrática y moderna, por supuesto.

http://ctxt.es/es/20171220/Firmas/16889/Gerardo-Tece-discurso-rey-navidad-Felipe-VI-Cataluna.htm
 
PINIÓN

El Rey Felipe Frente A La Norirlandización de Cataluña
Se espera que el Rey diga algo, y el tono de este mensaje ha sido mejor que el del 3 de octubre (sigo pensando que Rajoy debería haber dado ese) pero Su Majestad aún podría ir más lejos en sus esfuerzos unificadores, y tal vez hablando menos de la política.

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El Rey Felipe Frente A La Norirlandización de Cataluña.
MATTHEW BENNETT
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26.12.2017 - 04:00

Se le critica al Rey su frialdad en el mensaje navideño; dicen que faltaba emoción real en los enunciados festivos. Siempre iba a ser difícil, tras la crisis catalana y su discurso del 3 de octubre, con Puigdemont aún animando desde Bruselas, y encima ahora su Presidente del Gobierno le ha fallado con la repentina convocatoria de unas elecciones autonómicas—esta vez con plenas y amplias garantías democráticas—en las que la visión centrista y unida de España no ha vencido al bloque separatista, como a muchos les habría gustado.
El Rey Juan Carlos y el Rey Felipe no han sido como la Reina Isabel de Inglaterra, cuyas opiniones políticas permanecen ocultas tras 65 años en el trono

El Rey Juan Carlos y el Rey Felipe no han sido como la Reina Isabel de Inglaterra, cuyas opiniones políticas permanecen ocultas tras 65 años en el trono (su primer primer ministro fue Churchill, y aún faltaban cinco años para el primer mensaje navideño televisado). La tradición de los mensajes navideños o de fin de año en España parece haber arrancado con Franco, incluso antes del fin de la Guerra Civil, pero hoy no toca abrir ese melón. Basta con constatar que aquí, en la época moderna, de la Transición, los monarcas españoles tienen un papel constitucional más abiertamente delimitado, y se meten más en el fregado político de la nación.

La Reina Isabel—que tampoco tiene fama de excesiva emoción en sus declaraciones públicas—su suele limitar a los valores personales, la familia, la historia, los grupos sociales o la esperanza, con alguna referencia cristiana y menciones a las víctimas terroristas, los damnificados en algún desastre o a los medallistas olímpicos.
Aquí se espera que los monarcas constitucionales digan algo al respecto de los temas calientes del año y que unifiquen—o intenten unificar—un poco a todos los españoles

Aquí se espera que los monarcas constitucionales digan algo al respecto de los temas calientes del año y que unifiquen—o intenten unificar—un poco a todos los españoles, que pongan un poco el parche anual, porque el problema de fondo es que si se rasca ese poco, la nación española y sus símbolos revisten cierta sensibilidad—política pero que llega a lo personal y a lo familiar (mírese Cataluña en estos momentos)—para millones de españoles, principalmente en las izquierdas y entre los nacionalismos regionales. Discrepan, no comparten o directamente odian dichos símbolos y dicha idea de unidad.

Lejos de solucionar el problema, las elecciones de esta semana pasada han dado comienzo a una nueva ronda de crispación navideña, constatándose la aparición de un nuevo insulto—"colonos"—entre los españoles en esa comunidad autónoma. A falta de una rotunda victoria de las fuerzas constitucionalistas, y recordando el año de estancamiento político a nivel nacional en 2015-2016, el peligro ahora sería no la balcanización de España sino la progresiva norirlandizaciónde Cataluña, con los dos bandos enfrentados sine die y sin ninguna solución política a la vista. Notable es también, comparado con la monarca británica, que el Rey debe emplearse en Navidad en recordar a los políticos que la convivencia nacional debe desarrollarse dentro de los límites que marca la ley.
Recuperar "la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo" significa que ahora mismo están ausentes

Recuperar "la serenidad, la estabilidad y el respeto mutuo" significa que ahora mismo están ausentes. "Pensar con responsabilidad en el bien común de todos" significa, como hemos visto en las últimas semanas en esta columna, que esto es una contienda ya entre dos comunidades con moralidades públicas muy distintas y fundamentalmente incompatibles: algo más tiene que cambiar para que todos los españoles puedan coexistir de nuevo. Las nuevas elecciones no han sido el bálsamo democrático que Rajoy esperaba.

Ese fin incompatible con España (la independencia de Cataluña) no sólo no ha desparecido sino que ahora ha recibido más legitimidad en las urnas del 21-D. Los actuales gobernantes no han sido capaces de solucionar el problema con lo cual el debate sobre el modelo territorial y sobre el modelo del Estado también es más legítimo que hace una semana. Miren las reacciones de Pablo Iglesias—"el Rey abraza el argumentario del PP"—o de Pablo Echenique—"Un Rey incapaz de reconocer el fracaso de su hoja de ruta en Catalunya".
Esta crisis catalana va para muy larga, más aún, y requerirá más energía y otras habilidades para solucionarlo


Dejar entre todos que Cataluña se convirtiera en una especie de Irlanda del Norte, y que España por ende se viera envuelta en más años de conflicto interno en vez de ponerse a solucionar, por ejemplo el problema del paro—que sigue en el 16,4% globalmente o en más del 50% para los jóvenes de entre 16 y 19 años—sería un desastre, para todos los españoles.

Se espera que el Rey diga algo, y el tono de este mensaje ha sido mejor que el del 3 de octubre (sigo pensando que Rajoy debería haber dado ese) pero Su Majestad aún podría ir más lejos en sus esfuerzos unificadores, y tal vez hablando menos de la política. Sus declaraciones dos noches después del 1-O no solventaron el problema independentista, como fue el caso con su padre con el golpe del 23-F. Después de las elecciones, esta crisis catalana va para muy larga, más aún, y requerirá más energía y otras habilidades para solucionarlo. En ese trabajo de fortalecer y renovar la nación y sus símbolos y valores—una tarea algo olvidada desde la Transición, pero muy necesaria—Don Felipe podría desempeñar, debe desempeñar, un papel fundamental, y podría hacerlo mejor que ningún otro español.
 
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