MEDICINA Y SALUD, Y TECNOLOGÌA

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La ciencia y la tecnología están listas para monitorizar nuestra fertilidad. No es lo que hace el Apple Watch

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24 Octubre 2022
Javier Jiménez @dronte

Apple lo ha vuelto a hacer. Sepultada entre la cantidad de novedades que traía el último evento, los de Cupertino han introducido mejoras en el sensor de temperatura del Apple Watch Series 8 con vistas a, mejorando la precisión del anterior, ofrecer información sobre el ciclo menstrual y de ovulación. Eso es una buena noticia y, sobre todo, una mala.

¿Temperatura? ¿Fertilidad? La temperatura basal está muy relacionada con el ciclo menstrual. Tanto que tradicionalmente ha sido uno de los sistemas más populares para a) predecir periodos de fertilidad, b) predecir periodos de baja fertilidad (y usarlos como método anticonceptivo) e, incluso, c) como forma de detectar un embarazo. Lo cierto es que no se trata del método más fiable del mundo porque, aunque esa relación es robusta, hay muchas variaciones fisiológicas que pueden alterar los patrones de aumento y disminución de la temperatura basal.


De hecho, en la mayoría de los casos, para ganar precisión, se combina con una monitorización de las secreciones cervicales durante el ciclo y con el registro de las hormonas en la orina. Sin embargo, con la aparición de sistemas de monitorización térmica permanente y a tiempo real, muchos investigadores, desarrolladores y emprendedores se han planteado si podremos mejorar la fiabilidad del sistema con toda esa información.

No obstante, eso no es lo que ha hecho Apple. Como dicen en The Verge, Apple ha sido muy cuidadosa con las palabras. La línea que separa esto de un producto que requiriera la aprobación de la FDA norteamericana (e, imagino, la EMA europea) es muy fina y, por supuesto, Apple ha decidido quedarse a aquel lado de la raya.

¿Cómo funcional el método de Apple? La función que ha planteado Apple tiene un funcionamiento muy sencillo: Toma la duración y características generales de los periodos anteriores y, esencialmente, le resta 13 días desde el inicio estimado del próximo ciclo del usuario para encontrar su ventana fértil. Ventana que dura, para la app, seis días. Sobre esa base, los usuarios pueden añadir manualmente otras informaciones (como los resultados de los tests de ovulación). Eso permite ajustar las predicciones y enviar notificaciones cuando el ciclo se 'desvía' de lo normal, pero tampoco hace milagros.


Y eso es una buena y una mala noticia. Mala porque, como dice Rebecca Simmons, especialista en fertilidad de la Universidad de Utah, “incluso si Apple dice que esto no debe usarse como método anticonceptivo [...] la gente lo utilizará como método anticonceptivo”. Y no, no está preparado para eso. La funcionalidad de Apple, si somos sinceros, se queda un poco a medias: ni siquiera recoge la última ciencia sobre el asunto. No es que sea algo incomprensible: pelearse con las estrictas normativas de los productos sanitarios es algo que, en fin, no pueden hacer bien ni las grandes (y, aparentemnte, todopoderoas) tecnológicas de nuestra época.

Pero, dando el paso para democratizar estos enfoques 'térmicos', hemos perdido la oportunidad de tener mejores dispositivos de monitorización y control del ciclo menstrual. Algo que, en los últimos años, cada vez despierta más interés. Y era el momento para hacerlo: cuando un actor como Apple entra en serio en un sector, lo pone patas arriba. Es más, muchas veces es preferible que ese empujón lo lidere alguien como Apple (con su posicionamiento sobre privacidad) que otros actores; mucho más problemáticos en este aspecto. Lamentablemente, aquí el empujón es no solo moderado; sino en algunos contextos contraproducentes.

¿Cómo podemos sacar todo el partido de lo que ya tenemos?. Esto es una cuestión que se repite en la aproximación de Apple en salud. De forma general, sus tanteos tienen mucho más potencial del que están dispuestos a concretar. Y, a medida que nos vamos acercando al punto de no retorno (ese punto en el que la medicina personalizada es una realidad inapelable), esa indecisión para entrar en el mundo de la salud se vuelve algo extrano: tranquilizador por un lado, pero desalentador por el otro.

 

El negocio de la salud mueve cada vez más millones y una industria ha visto su filón: las telecos


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29 Octubre 2022
Laura Sacristán @Lau_Sacris


El interés por la telemedicina entre empresas de otros sectores (incluyendo el de la tecnología) es algo que llevamos viendo bastante tiempo. Compañías como Amazon, Google, Apple o IBM ya han hecho incursiones en este negocio, y los operadores, que andan inmersos en la búsqueda de nuevas vías de ingresos, tampoco son ajenos a ello.

Telefónica fue la primera en irrumpir en este segmento con el lanzamiento de Movistar Salud en 2020, el Grupo MásMóvil siguió su ejemplo con DoctorGO dentro de Yoigo al año siguiente y, en los últimos días, hemos asistido al nacimiento de Vodafone Salud y de Orange Salud. Tenemos, por tanto, a los cuatro grandes operadores de España ofreciendo servicios de telemedicina. ¿A qué se debe ese interés? ¿Qué ganan con ello? ¿Son muy diferentes sus propuestas? Vamos a verlo.


Un negocio que ha explotado en apenas dos años​

Movistar Salud


Septiembre de 2020. Telefónica anuncia un acuerdo con Teladoc Health (compañía especializada en telemedicina) para lanzar Movistar Salud, una oferta de servicios de telemedicina que conocimos unas semanas después. La propuesta inicial son dos planes para clientes y no clientes del operador: uno personal por 6,95 euros al mes y otro familiar por 10,95 euros mensuales.


Marzo de 2021. El Grupo MásMóvil, bajo su marca Yoigo, lanza DoctorGO gracias a un acuerdo con Quirónsalud. En este caso, el precio es de 6 euros al mes e incluye cobertura para dos adultos y todos los menores del domicilio. Inicialmente, sólo estaba disponible para clientes del operador, pero apenas unos meses después, Yoigo abrió su contratación a no clientes por 2 euros más.
Doctorgo


Diciembre de 2021. Yoigo va un paso más allá y, de la mano de DKV Salud, estrena un Seguro Pack Familiar con cobertura médica para familias de hasta ocho miembros. Su precio es de 19,90 euros al mes para clientes de Yoigo y de 24,90 euros al mes para no clientes. Aquí ya no hablamos de un servicio de telemedicina como DoctorGO y Movistar Salud, sino de un seguro de salud con consultas presenciales ilimitadas y asistencia odontológica.

Vodafone Salud


Octubre de 2022. Con apenas tres días de diferencia, Vodafone y Orange lanzan oficialmente sus propuestas de telemedicina tras sendos acuerdos con Caser y con Mapfre, respectivamente. Vodafone Salud se comercializa en tres paquetes diferenciados desde 6,95 euros por persona para clientes del operador y desde 9,50 euros al mes para no clientes.

Con apenas unos días de diferencia, Vodafone y Orange han lanzado oficialmente sus propuestas de telemedicina tras sendos acuerdos con Caser y Mapfre, respectivamente

Uno de esos paquetes, denominado Caser Salud Adapta + Sonrisa Esencial, también incluye asistencia sanitaria completa presencial y digital sin copagos, así como especialistas, pruebas diagnósticas y tratamientos terapéuticos incluidos. Vamos, que también hablamos de un seguro médico como el de Yoigo y DKV, pero en este caso por 49,90 euros al mes y con más coberturas.
Orange Salud 03


Por su parte, Orange Salud está disponible en modalidad individual (para un adulto) por 4,90 euros al mes o en formato familiar (para dos adultos con menores) por 9,95 euros al mes. Eso sí, por el momento, sólo está disponible para clientes de Orange, ya sean del segmento residencial o autónomos y pequeñas empresas.

La salud está en auge y mueve mucho dinero​

Doctor


En apenas dos años, como hemos visto, tenemos a los cuatro operadores principales del país ofreciendo servicios de telemedicina, y la mayoría de ellos tanto para los que son clientes suyos como para los que no (la única excepción es Orange, que por ahora lo limita a sus usuarios). Vodafone y Yoigo, además, se han lanzado también a comercializar seguros médicos.

Todas las propuestas han llegado tras la pandemia, y eso no es una casualidad. La situación provocada por el COVID ha demostrado, una vez más, aquello de que "la salud es lo más importante" y ha empujado a muchas familias a contratar seguros médicos privados que complementen la Seguridad Social aliviando su saturación y reduciendo los tiempos de espera.

A ello hay que añadir la gran cantidad de dinero que mueve el negocio de la salud. Sólo por hacernos una idea, el sistema público español gastó en sanidad más de 93.000 millones de euros en 2020, lo que supone un 8% del PIB de nuestro país y equivale a 1.907 euros por habitante, según datos del Ministerio de Sanidad. Con una población cada vez más envejecida, esas cifras no hacen sino ir en aumento.

No nos vamos a engañar, la salud es uno de los pilares del Estado de Bienestar y, como tal, constituye una gran oportunidad de sacar tajada a nivel privado, especialmente, desde la entrada en escena de la telemedicina. ¿La mejor prueba de ello? Que los operadores se han rodeado de compañías especializadas en el campo de los seguros médicos privados como DKV, Caser o Mapfre.

La salud constituye una gran oportunidad de sacar tajada a nivel privado, especialmente, desde la entrada en escena de la telemedicina

A todo ello hay que añadir los mismos argumentos que los operadores esgrimen a la hora de comercializar energía: "ofrecer más valor a nuestros clientes", o lo que es lo mismo, acumular servicios satelitales en torno a una misma factura y una misma compañía (la telco) para aumentar la fidelidad de los clientes y los ingresos por cada uno de ellos.

¿Estamos, por tanto, ante la nueva gallina de los huevos de oro de los operadores? A juzgar por lo sucedido en estos dos últimos años, parece que sí. No sólo se trata de diversificar productos que complementen el negocio principal de telecomunicaciones, sino de hacerlo con servicios cada vez más demandados. Y la medicina lo es, vaya si lo es.


 

Corazón siglo XXI y polipíldoras: un quiebre en el tratamiento y prevención de las enfermedades cardiovasculares y ACV

¿Es posible que una pastilla que incluya un antihipertensivo, un diurético y un reductor del colesterol pueda prevenir los males más extendidos y mortales de este siglo? Como lo son las enfermedades cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares. La ciencia reunió evidencia al respecto. Infobae conoció los detalles del nuevo tratamiento de boca de los expertos​


Por
Daniela Blanco
31 de Octubre de 2022

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El ensayo poblacional global HOPE-3 dejó evidencia trascendente para la ciencia de hoy: la administración preventiva y combinada de tres drogas genéricas entre estatinas, antihipertensivos y diuréticos sirven para prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en pacientes de riesgo intermedio en todo el mundo.

El gran desafío que tiene la medicina moderna para actuar de manera eficaz y, sobre todo poder anticiparse a las enfermedades, es latir más cerca de los hábitos y costumbres reales de las sociedades contemporáneas, caracterizadas por tener poblaciones cada vez más envejecidas e intervenidas por un conglomerado de enfermedades crónicas no transmisibles como la diabetes, cáncer de diversos tipos; enfermedades respiratorias, renales y cardiovasculares. También se puede sumar a la obesidad.

La cardiología actual parece haber tomado nota de este tiempo y de su imperiosa necesidad de trabajar en la prevención a través de métodos simples y accesibles que faciliten la adherencia a los tratamientos. Es decir, que los pacientes no abandonen los tratamientos.

Las afecciones cardiovasculares representan la mayor causa de morbimortalidad en las sociedades contemporáneas y afectan al 50% de los hombres y al 40% de las mujeres a lo largo de sus vidas. Cada año, las enfermedades cardiovasculares causan en todo el mundo 17,9 millones de muertes, a la vez que se producen unos 50 millones de ataques cardíacos y ACV. A nivel global, tanto en hombres como en mujeres, las enfermedades cardiovasculares son la primera causa de muerte, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En la Argentina se estima que mueren más 100.000 mil personas por año debido a enfermedades cardiovasculares, unas 280 personas por día, lo que representa la principal causa de muerte en el país y la primera causa de muerte prematura tanto en hombres (35%) como en mujeres (28%). A partir de estadísticas que surgieron de la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo realizada por el INDEC, el 39,5% de las personas mayores de 18 años tiene niveles de colesterol por arriba de lo aconsejable. A su vez, el 45% de los entrevistados que presentó indicadores elevados no recibió ningún tipo de tratamiento.

Paradójicamente, aquellas personas que no están —o creen no estar— entre los grupos de mayor riesgo, muchas veces se sienten a salvo. Pero es justamente entre ellos que se produce la mayor cantidad de eventos agudos.

Los tratamientos con polipildoras tendrán un impacto global significativo, según los expertos.


Los tratamientos con polipildoras tendrán un impacto global significativo, según los expertos.
Uno de los más recientes y accesibles hallazgos de la cardiología es el concepto de polipíldora, que ya arrojó evidencia científica y clínica a través del ensayo clínico HOPE-3. ¿Es posible que una pastilla que incluya un antihipertensivo, un diurético y un reductor del colesterol pueda prevenir los males más extendidos y mortales de este siglo? La respuesta es sí.

Esta combinación de drogas genéricas y accesibles demostró la disminución de las probabilidades de padecer un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular, la revascularización miocárdica y otros cuadros que pueden causar una muerte de origen cardiovascular en aquellos pacientes en prevención primaria de riesgo.

El recientemente celebrado 48° Congreso Argentino de Cardiología (SAC.22), considerado el foro cardiológico más importante de habla hispana y el cuarto a nivel mundial entre los cónclaves de la especialidad, fue el escenario donde los expertos pusieron blanco sobre negro de las novedades sobre este y otros tratamientos.

Salim Yusuf, rockstar de la cardiología en Buenos Aires​

El cardiólogo y epidemiólogo canadiense, nacido en India en 1952, Salim Yusuf, visitó Buenos Aires la semana última para participar del 48vo. Congreso SAC 2022, donde presentó su disertación sobre “Polipíldora para reducir a la mitad las muertes relacionadas con factores cardiovasculares”.

Yusuf, en 2014 fue uno de los nombres favoritos para ganar el premio Nobel de Medicina por ser justamente el promotor de la polipíldora a través de sus estudios clínicos poblacionales; y en 2020 se convirtió en el científico más citado del mundo en cardiología. Pero para generar este logro no estuvo solo, lo acompañaron cientos de médicos cardiólogos de distintas partes del mundo y también equipos argentinos.

El doctor Salim Yusuf, cardiólogo y epidemiólogo canadiense, nacido en India en 1952, entre sus muchos hitos científicos, lideró las tres fases del estudio HOPE que abrió la puerta a los tratamientos con polipíldoras


El doctor Salim Yusuf, cardiólogo y epidemiólogo canadiense, nacido en India en 1952, entre sus muchos hitos científicos, lideró las tres fases del estudio HOPE que abrió la puerta a los tratamientos con polipíldoras

El experto, quien se formó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Oxford, es líder y creador del estudio multicéntrico internacional Heart Outcomes Prevención Evaluación (HOPE, por sus siglas en inglés) en sus tres fases. Esta amplia investigación incluyó a numerosos expertos del mundo, entre ellos el médico cardiólogo argentino Rafael Díaz.

Infobae compartió junto a Yusuf y Díaz la presentación mundial de HOPE-3 en el Congreso de la American College of Cardiology, realizado en Chicago en 2016, el cónclave anual de la especialidad más importante del mundo que se realiza cada año en distintos países. Para rubricar su peso científico el paper de esa investigación fue publicado el 26 de mayo de 2016 en el The New England Journal of Medicine.

El experto indio-canadiense es una eminencia indiscutida y los laboratorios y centros académicos del mundo se disputan la financiación de sus ensayos clínicos. Pero él, elije sus partners donde pueda generar un mayor impacto en beneficio de los pacientes.

En diálogo con Infobae, Salim Yusuf aseveró, “la clave de la cardiología del futuro es la prevención y para esto las estrategias médicas deben ser simples y seguras”. Y consideró que “a la hora de hablar de cuál es la mejor manera de prevenir los eventos cardiovasculares es tiempo de poner sobre la mesa el debate sobre la ciencia y las costumbres culturales de la población”.

Respecto de avances como la polipíldora y los beneficios reportados por el estudio HOPE-3, Yusuf destacó: “Estos hallazgos son muy importantes con potencial para un impacto global significativo”, y evaluó por qué: “Si sólo el 10% de la población mundial en riesgo intermedio de ECV (Enfermedades Cerebrovasculares) se ve afectada, estamos hablando de 20 a 30 millones de personas que podrían ser corregidas por estas drogas”.

Por su gran dimensión, el HOPE- 3 demoró ocho años. Argentina fue parte con el cardiólogo Rafael Díaz como líder nacional del Trial HOPE-3, mediante el Instituto ECLA en Rosario
Por su gran dimensión, el HOPE- 3 demoró ocho años. Argentina fue parte con el cardiólogo Rafael Díaz como líder nacional del Trial HOPE-3, mediante el Instituto ECLA en Rosario

Entre las conclusiones de HOPE 3, se incluye que las estatinas han demostrado reducir de forma significativa y segura eventos cardiovasculares en un 25% en pacientes con riesgo intermedio y sin ECV. Los antihipertensivos no redujeron los principales eventos cardiovasculares en general en la población estudiada, pero redujo este tipo de eventos en el grupo de personas con presión elevada al ingreso del estudio, pero no en aquellos con presión normal o baja.

De HOPE- 3, que por su gran dimensión demoró ocho años, participó Argentina a través del cardiólogo Díaz, quien integró el Comité Ejecutivo del trabajo en sus tres fases y fue líder nacional del Trial HOPE-3 en el país, cuyo epicentro coordinador estuvo en el Centro de Estudios Clínicos de Latinoamérica (ECLA), de Rosario.

En diálogo con Infobae, el doctor Díaz precisó: “A los individuos participantes en HOPE-3 se les administró una ‘estrategia cruzada y ciega’ entre estatinas, antihipertensivos y diuréticos”. Durante el histórico Congreso del American College of Cardiology (ACC 2016) de Chicago, explicó que “HOPE-3 a través de ‘métodos sencillos’ dejó instalada una conclusión trascendente para la ciencia de hoy, que obliga a cada uno de los eslabones a plantearse nuevos desafíos: la administración preventiva y combinada de tres drogas genéricas entre estatinas, antihipertensivos y diuréticos sirven para prevenir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares en pacientes de riesgo intermedio en todo el mundo”.

Para Yusuf, “la clave de la cardiología del futuro es la prevención y para esto las estrategias médicas deben ser simples y seguras” / (Istock)
Para Yusuf, “la clave de la cardiología del futuro es la prevención y para esto las estrategias médicas deben ser simples y seguras” / (Istock)

Cuando se combinan, las estatinas y antihipertensivos los eventos cardiovasculares se reducen en un 30%, con un beneficio del 40% en aquellos con presión más elevada, lo que sugiere que los pacientes con hipertensión no sólo deben bajar su presión arterial, sino también considerar la adopción de una estatina.

La llamada polipíldora se trata de una sola píldora que reúne varios medicamentos —un antihipertensivo (candesartán 16mg), un diurético (hidroclorotiazida 12,5mg) y un reductor del colesterol (rosuvastatina 10mg)— . Esa unión de fármacos contra la presión alta, el colesterol elevado y un diurético aumentó la adherencia a los tratamientos y demostró ser efectiva contra infartos o accidentes cerebrovasculares.

“El paciente considerado de riesgo bajo o medio generalmente no consulta o el sistema de salud suele subestimar su riesgo; cuando eso ocurre no se le dan recomendaciones y esa misma persona a los 55 años tiene un evento y recién ahí le dicen, por ejemplo, que deje de fumar”, explicó Fernando Botto, médico cardiólogo y coordinador del departamento de investigación del ICBA, a Infobae.

Si un paciente toma tres o cuatro medicamentos por día aumenta la probabilidad de que abandone el tratamiento. Mejorar la adherencia -que el paciente no abandone el tratamiento - es uno de los grandes aportes de la polipildora en males cardiovasculares o ACV


Si un paciente toma tres o cuatro medicamentos por día aumenta la probabilidad de que abandone el tratamiento. Mejorar la adherencia -que el paciente no abandone el tratamiento - es uno de los grandes aportes de la polipildora en males cardiovasculares o ACV

El paradigma actual se centra en poner el eje en la prevención primaria. “El objetivo es individualizar a los pacientes según el riesgo y tratarlos aún cuando no hayan tenido un evento cardiovascular”, aseguró Álvaro Sosa Liprandi, presidente de la Sociedad Interamericana de Cardiología.

Llegar a los pacientes que no se sienten en riesgo se convierte en un nuevo desafío. Por diferentes motivos, el 50% de las personas con hipertensión abandona o deja de realizar correctamente el tratamiento al año de haberlo iniciado. Entonces surge la pregunta sobre cómo lograr que aquellos que se consideran sanos se preocupen y ocupen preventivamente de su salud cardíaca.
Para Sosa Liprandi, “el beneficio es que contamos con polipíldoras y es mucho más sencillo p
ara el paciente tomar un comprimido que tres
. Si un paciente toma tres o cuatro medicamentos por día aumenta la probabilidad de que abandone el tratamiento”. Pero además de mejorar la adherencia, “cuando se realiza prevención primaria se reduce el riesgo de padecer un infarto, un ACV o muerte cardiovascular”, agregó.

En la Argentina, anualmente, se estima que mueren más 100.000 mil personas como consecuencia de enfermedades cardiovasculares, a razón de 280 personas por día / Crédito: Getty
En la Argentina, anualmente, se estima que mueren más 100.000 mil personas como consecuencia de enfermedades cardiovasculares, a razón de 280 personas por día / Crédito: Getty

“Hay una serie de medicamentos considerados esenciales en el tratamiento y en la prevención de la enfermedad cardiovascular, como las estatinas que se utilizan para reducir el colesterol y los inhibidores de la enzima de conversión que son drogas que se usan para controlar la presión. Una de las polipíldoras disponibles en la Argentina combina una muy buena estatina, un inhibidor de la enzima de conversión y un diurético. La combinación de esos tres fármacos hace que el riesgo del paciente pueda ser reducido”, concluyó Sosa Liprandi.

HOPE-3 por dentro​

Los informes de investigación HOPE-3 fueron dirigidos, además de por Yusuf, por la doctora Eva Lonn, también profesora de medicina de la Facultad de Michael G. DeGroote de McMaster, y Jackie Bosch, profesora asociada de la Escuela Universitaria de Ciencias de la Rehabilitación.

“El estudio HOPE-3 aporta claridad en el manejo de la presión arterial y el colesterol, dos de los factores de riesgo cardiovascular más frecuentes”, dijo Lonn. “La prevención primaria se puede simplificar en gran medida y puesto a disposición de la mayoría de personas con riesgo intermedio en todo el mundo.”

Los hallazgos de HOPE-3 tendrán una influencia importante en la atención primaria en los países desarrollados, en los que las estatinas y antihipertensivos tienen bajo costo.

“El estudio HOPE 3 comprobó que bajar el colesterol con estatinas versus placebo redujo casi un 30% el riesgo de infarto, ACV y muerte cardiovascular. Y además demostró que reduciendo la presión, sobre todo de aquellos que la tenían por encima de 140, también se obtenían beneficios con la píldora. Tomando en cuenta que muchísimas personas tienen estas dos condiciones, presión alta y colesterol alto, tiene que haber un impacto importante en los resultados poblacionales”, detalló Fernando Botto a Infobae.

 
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