María Fidalgo Casares - Recopilatorio de Artículos Casa Real Española

Dubois, qué razón tienes. Aquí hay que ‘currarse’ los artículos para justificar el incremento del presupuesto de prensa de CR…digoooo…el sueldo del periódico. Ejemplo de un artículo curradito, el siguiente de Carmen Enríquez en La Razón (aviso: no leer por la mañana antes del cuarto café:whistle:). Para las que por alguna extraña razón no les apetezca beber cada una de sus palabras, lo subrayado ha de bastar:rolleyes::

++++++
Ayer la Princesa de Asturias vivió una jornada histórica, probablemente, una de las jornadas más trascendentales de toda su vida. Diez días después de festejar sobriamente su décimo aniversario de boda y rememorar el día en que se convirtió en la futura Reina de España, doña Letizia vio que ese futuro estaba a la vuelta de la esquina y que el compromiso que adquirió al dar el sí quiero al Príncipe Felipe aquel 22 de Mayo iba a tomar forma y materializarse después de una larga espera. Seguro que, como dicen los anglosajones en una frase que expresa muy bien la inquietud de cualquier persona ante un momento decisivo de su vida, la Princesa de Asturias debió sentir decenas de mariposas revoloteando en su estómago y una fuerte emoción al sentir que es hora de hacer frente al mayor reto que se le va a presentar en su existencia.

Durante toda una década, Letizia ha estado dedicada a prepararse para desempeñar su papel de consorte del heredero con acierto. Ha renunciado a seguir pensando con mentalidad de periodista para hacerlo como Princesa de Asturias, un tránsito difícil y complicado para una persona que amaba profundamente su profesión de reportera con la que había soñado durante su niñez y adolescencia. Pero que hizo por amor, por actuar de manera consecuente con la decisión que tomó al dar una respuesta afirmativa a Felipe de Borbón cuando éste le propuso que fuera su esposa y que compartiera con el su vida.

Ahora, el reto aumenta exponencialmente puesto que se trata de sustituir a una persona respetada y admirada por un gran número de personas como es la Reina Doña Sofía. Los ojos de millones de ciudadanos españoles y extranjeros van a estar puestos en ella, observando cómo se comporta, escrutando hasta el último gesto que haga, analizando cómo regula esa privacidad sagrada para ella y su familia, viendo si cambia en algo los usos y costumbres de su antecesora, juzgando si desempeña su nuevo rango de consorte del nuevo Rey de forma adecuada. La presión va a estar ahí y aunque todos saben que el carácter y temperamento de doña Letizia es firme y fuerte, ella va a tener que hacer acopio de serenidad, de responsabilidad y buen hacer para afrontar esta nueva etapa de su vida.

Como la todavía Princesa de Asturias es inteligente y sabe lo que pasa en la calle que ella frecuenta con asiduidad, a veces sola y otras veces acompañada de su marido o sus amigas, sabe que la situación es delicada, que hay personas que ponen en duda la legitimidad de la sucesión y que reclaman una mayor cuota de democracia. Nadie podrá decir que la futura Reina no pasea como cualquier otro ciudadano por las calles de Madrid, que no palpa la realidad de una situación crítica para muchas personas que han visto disminuir su poder adquisitivo, perder su trabajo y su vivienda y no saber qué hacer para salir adelante. La clave, supongo que ella lo sabe, es hacer llegar a la gente que la institución de la Monarquía está para compartir las angustias, preocupaciones y anhelos de los españoles, para ganarse su confianza, para que se sientan verdaderamente representados por una pareja que sea capaz de empatizar con las personas de su país, que estén próximos a ellas.

Han tenido diez años para planificar ese futuro que ahora está a punto de llegar, una década para escuchar los planes de Don Felipe cuando sucediera a su padre, el Rey Juan Carlos, un tiempo para intercambiar ideas entre ellos dos sobre lo que es necesario,cambiar, lo que es imprescindible modernizar, lo que hay que dejar atrás porque el tiempo en el que fue útil ya ha pasado.

A la Princesa de Asturias se la reconoce, incluso por quienes no la quieren demasiado, la influencia positiva sobre su marido, su capacidad para hacerle ver la realidad de la vida diaria de un pueblo que atraviesa y trata de superar unos años muy duros. Doña Letizia ha acercado al futuro Rey de España a una situación de la que él no era del todo consciente, ya que se movía en ambientes muy alejados de las dificultades de la gente corriente, esa que no llega a fin de mes y que trata de salir de lo que se ha convertido en una larga pesadilla.

Ella va a ser la compañera del jefe del Estado, la persona que le apoye en su labor institucional, la que le ayude a llevar a cabo su tarea de forma ejemplar pero también la que sea capaz de darle en alguna ocasión un pequeño tirón de orejas si ve que se le olvida en algún momento que la principal misión de un Monarca es estar al servicio de su país y de los ciudadanos que lo habitan. De todos y cada uno de los españoles. Y quizá él tenga que recordarle a su esposa que ser Reina es una tarea que ocupa las 24 horas del día, que no tiene vacaciones regladas, y que no puedes dejar de ejercer ni un sólo segundo de tu vida. Porque, aunque la mayoría de la gente piensa que ser Reina equivale a transitar todo el tiempo por un camino de rosas, eso queda sólo para los cuentos de hadas. El mérito quizá reside en que no se note que a veces las rosas desaparecen y lo único que quedan son las espinas.

Ése es el reto de Doña Letizia. Un reto enorme, el mayor que afronta en sus cuarenta y dos años de vida. Y en el que no se le van a permitir demasiados fallos ya que todos los ojos van a estar puestos en ella, la periodista que enamoró a todo un Príncipe y que, por amor, dejó su mundo y entró en otro completamente desconocido. Un mundo en el que ha tenido que luchar contra viento y marea para ganarse el puesto, para demostrar que no se equivocó el Príncipe al elegirla, contra todo pronóstico, a ella, sólo a ella.

Leer más: El momento decisivo de Doña Letizia http://www.larazon.es/espana/el-mom...6547272?sky=Sky-Octubre-2016#Ttt10QC5NURXgZBO
++++++


necesitaremos insulina en cantidades industriales!!!
 
Dubois, qué razón tienes. Aquí hay que ‘currarse’ los artículos para justificar el incremento del presupuesto de prensa de CR…digoooo…el sueldo del periódico. Ejemplo de un artículo curradito, el siguiente de Carmen Enríquez en La Razón (aviso: no leer por la mañana antes del cuarto café:whistle:). Para las que por alguna extraña razón no les apetezca beber cada una de sus palabras, lo subrayado ha de bastar:rolleyes::

++++++
Ayer la Princesa de Asturias vivió una jornada histórica, probablemente, una de las jornadas más trascendentales de toda su vida. Diez días después de festejar sobriamente su décimo aniversario de boda y rememorar el día en que se convirtió en la futura Reina de España, doña Letizia vio que ese futuro estaba a la vuelta de la esquina y que el compromiso que adquirió al dar el sí quiero al Príncipe Felipe aquel 22 de Mayo iba a tomar forma y materializarse después de una larga espera. Seguro que, como dicen los anglosajones en una frase que expresa muy bien la inquietud de cualquier persona ante un momento decisivo de su vida, la Princesa de Asturias debió sentir decenas de mariposas revoloteando en su estómago y una fuerte emoción al sentir que es hora de hacer frente al mayor reto que se le va a presentar en su existencia.

Durante toda una década, Letizia ha estado dedicada a prepararse para desempeñar su papel de consorte del heredero con acierto. Ha renunciado a seguir pensando con mentalidad de periodista para hacerlo como Princesa de Asturias, un tránsito difícil y complicado para una persona que amaba profundamente su profesión de reportera con la que había soñado durante su niñez y adolescencia. Pero que hizo por amor, por actuar de manera consecuente con la decisión que tomó al dar una respuesta afirmativa a Felipe de Borbón cuando éste le propuso que fuera su esposa y que compartiera con el su vida.

Ahora, el reto aumenta exponencialmente puesto que se trata de sustituir a una persona respetada y admirada por un gran número de personas como es la Reina Doña Sofía. Los ojos de millones de ciudadanos españoles y extranjeros van a estar puestos en ella, observando cómo se comporta, escrutando hasta el último gesto que haga, analizando cómo regula esa privacidad sagrada para ella y su familia, viendo si cambia en algo los usos y costumbres de su antecesora, juzgando si desempeña su nuevo rango de consorte del nuevo Rey de forma adecuada. La presión va a estar ahí y aunque todos saben que el carácter y temperamento de doña Letizia es firme y fuerte, ella va a tener que hacer acopio de serenidad, de responsabilidad y buen hacer para afrontar esta nueva etapa de su vida.

Como la todavía Princesa de Asturias es inteligente y sabe lo que pasa en la calle que ella frecuenta con asiduidad, a veces sola y otras veces acompañada de su marido o sus amigas, sabe que la situación es delicada, que hay personas que ponen en duda la legitimidad de la sucesión y que reclaman una mayor cuota de democracia. Nadie podrá decir que la futura Reina no pasea como cualquier otro ciudadano por las calles de Madrid, que no palpa la realidad de una situación crítica para muchas personas que han visto disminuir su poder adquisitivo, perder su trabajo y su vivienda y no saber qué hacer para salir adelante. La clave, supongo que ella lo sabe, es hacer llegar a la gente que la institución de la Monarquía está para compartir las angustias, preocupaciones y anhelos de los españoles, para ganarse su confianza, para que se sientan verdaderamente representados por una pareja que sea capaz de empatizar con las personas de su país, que estén próximos a ellas.

Han tenido diez años para planificar ese futuro que ahora está a punto de llegar, una década para escuchar los planes de Don Felipe cuando sucediera a su padre, el Rey Juan Carlos, un tiempo para intercambiar ideas entre ellos dos sobre lo que es necesario,cambiar, lo que es imprescindible modernizar, lo que hay que dejar atrás porque el tiempo en el que fue útil ya ha pasado.

A la Princesa de Asturias se la reconoce, incluso por quienes no la quieren demasiado, la influencia positiva sobre su marido, su capacidad para hacerle ver la realidad de la vida diaria de un pueblo que atraviesa y trata de superar unos años muy duros. Doña Letizia ha acercado al futuro Rey de España a una situación de la que él no era del todo consciente, ya que se movía en ambientes muy alejados de las dificultades de la gente corriente, esa que no llega a fin de mes y que trata de salir de lo que se ha convertido en una larga pesadilla.

Ella va a ser la compañera del jefe del Estado, la persona que le apoye en su labor institucional, la que le ayude a llevar a cabo su tarea de forma ejemplar pero también la que sea capaz de darle en alguna ocasión un pequeño tirón de orejas si ve que se le olvida en algún momento que la principal misión de un Monarca es estar al servicio de su país y de los ciudadanos que lo habitan. De todos y cada uno de los españoles. Y quizá él tenga que recordarle a su esposa que ser Reina es una tarea que ocupa las 24 horas del día, que no tiene vacaciones regladas, y que no puedes dejar de ejercer ni un sólo segundo de tu vida. Porque, aunque la mayoría de la gente piensa que ser Reina equivale a transitar todo el tiempo por un camino de rosas, eso queda sólo para los cuentos de hadas. El mérito quizá reside en que no se note que a veces las rosas desaparecen y lo único que quedan son las espinas.

Ése es el reto de Doña Letizia. Un reto enorme, el mayor que afronta en sus cuarenta y dos años de vida. Y en el que no se le van a permitir demasiados fallos ya que todos los ojos van a estar puestos en ella, la periodista que enamoró a todo un Príncipe y que, por amor, dejó su mundo y entró en otro completamente desconocido. Un mundo en el que ha tenido que luchar contra viento y marea para ganarse el puesto, para demostrar que no se equivocó el Príncipe al elegirla, contra todo pronóstico, a ella, sólo a ella.

Leer más: El momento decisivo de Doña Letizia http://www.larazon.es/espana/el-mom...6547272?sky=Sky-Octubre-2016#Ttt10QC5NURXgZBO
++++++
Muy bueno!! pero anda que sí, que está el artículo como para leerlo después del cuarto café; bocados se le pegan a la pared, vamos.
 
Cuando no se sabe ir por alegrías, se sale por peteneras.
Besito, Lucrecia querida.

Flipo, algo me he perdido, siempre empiezo un hilo nuevo por el principio y leo mayoritariamente todas las opiniones; pero esa respuesta de Lucrecia me ha dejado que no sé para qué parte del foro tirar y supongo que está justificado; pero que no entiendo nada.
 
Nuevo artículo de María Fidalgo!!!
http://www.mundiario.com/articulo/p...y-amiplin-voy-paris/20161101042211071238.html
Letizia pasa de la investidura del presidente Rajoy: amiplín, que me voy a París
María Fidalgo Casares, letizióloga de MUNDIARIO, se aparta de sus habituales enfoques de la reina Letizia para criticar con dureza su incomparecencia en la investidura del primer presidente del Gobierno del reinado de su marido.


01 de noviembre de 2016 (10:45 h.)
TAGS: LETIZIA INVESTIDURA AMIPLIN PARIS
2016110103561860904.jpg

La reina Letizia en París.
FIRMA
2013091614292164489.jpg

María Fidalgo Casares

Escritora, investigadora, analista social y crítica de arte, es doctora en Historia por la Universidad de Sevilla, Colaboradora de prensa y radio. Escribe en MUNDIARIO.
Podíamos haber empezado este artículo comentando lo impropia que iba la Reina Letizia en la inauguración del Congreso Mundial del Cáncer y su nuevo amiplín simplemente a lo que es de sentido común. En un simposio profesional en el que se trata un tema de especial gravedad y sensibilidad, apareció con una capa de lana de color beige que en seguida se volatilizó para exhibir un mono negro con amplio escote en uve que se abría algo por los lados y dejaba ver el nacimiento de sus prótesis, zapatos de brillante charol con tacón de aguja muy chocantes para un acto relacionado con la enfermedad. Y cómo no, unos brazos al aire en un París que apenas superaba los diez grados y en el que ella iba dando la nota con un maquillaje exagerado. Una delgadez exhibida de forma ofensiva sabiendo que roza estéticamente una enfermedad que hace estragos en la juventud. Pero eso ya es pecatta minuta porque nos tiene acostumbrados a desatinos como esos, porque lo realmente grave ya había sucedido. Y nadie se lo podía creer, pero era cierto.



La reina Letizia había vuelto a faltar a sus obligaciones de consorte. Pero esta vez cometiendo la más alta afrenta a la institución. No es uno de sus habituales y frívolos amiplines de saltarse el protocolo todo en aras de exhibir su cuerpo como una celebritie. Ha tenido la arrogancia de no comparecer en la investidura del Presidente Rajoy, el primer presidente que jura ante el Rey Felipe VI. Una ceremonia que debiera ser de comparecencia ineludible en su agenda dado el gran simbolismo y el carácter de Estado que representa.

Una situación en la que sí o sí hubiera tenido que estar presente, dada la dificultad de este último proceso presidencial que le estalló en la cara a su marido recién nombrado y que éste, pese a las complicadas vicisitudes, ha gestionado con prudencia y diligencia. Con las horas de diferencia le hubiera dado tiempo de sobra, hasta hubiera llegado holgada en línea regular sin tener que coger alguno de los cinco aviones y tres helicópteros que salen de los impuestos de los españoles. Pero qué va, ella tenía que estar descansada para ir divina de la muerte y exhibir sus halloweeneros brazos de esqueleto musculado en el XXIV Congreso Mundial del Cáncer, inaugurado por el presidente francés François Hollande en París. Y después de París de vacaciones hasta el viernes, según la agenda de la Casa Real.

Fuentes de la Casa Real argumentan que se trataba de un “procedimiento constitucional que le corresponde al Rey como jefe del Estado” y que la Reina no tiene “obligación” de estar. Algo que suena a excusa pura y dura, sobre todo porque la Reina Sofía acompañó a Don Juan Carlos en los juramentos de cada nuevo presidente. Y quizás esta vez hubiera sido más necesario que nunca dadas las turbulencias políticas, La pareja real unida en la investidura hubiera contribuido a mostrar una imagen de estabilidad muy necesaria en estos tiempos.

Desafección de la Reina con Rajoy

Hace más de dos años el periodista J.A. Vara en Vox Pópuli se atrevía a escribir sobre las críticas de la entonces Princesa a Rajoy. "Doña Letizia no muestra la mínima prudencia al pronunciarse sobre determinadas acciones que lleva a cabo el Gobierno, y lo hace en tono muy crítico y ante públicos muy dispares", "Se han producido rifirrafes verbales con algún miembro de la administración pública. Algún alto cargo ha deslizado su petición de no acompañar a Doña Letizia a estos actos, dada la incomodidad de las situaciones que se producen".

Esa desafección de la Reina a Rajoy no extraña a nadie. Ha sido publicado su “interés” por los líderes de izquierda como Pedro Sánchez o Pablo Iglesias, su desgana en los actos militares y religiosos, e incluso su desprecio – o llanamente rechazo- a los símbolos institucionales, que son algo inherente a la condición monárquica.

Siendo princesa había sorprendido su negativa a beber en los brindis por la monarquía que suelen cerrar los ágapes oficiales -la disculparon por una supuesto abstemia que no era tal cuando tomaba cañas por Tirso de Molina- , su negativa a jurar bandera en la última entrega de despachos de la Escuela Naval, pero ya el colmo fue el prohibir en palacio las ceremonias de izado, arriado de bandera y toque de oración, obligadas en instalaciones militares.

La reina Letizia ha sido, según fuentes del propio palacio, la responsable de estas medidas, que rompen la tradición de la guardia militar del Rey. Además, mandó trasladar el mástil que sostiene la enseña desde las proximidades del cuerpo de guardia a las dependencias administrativas del complejo, junto a un parking, lo que ha creado un enorme malestar entre la guardia real y militares de carrera por el desprecio que supone.

La desacreditaban por su republicanismo

En un principio la prensa mostró hacia Letizia un cortesanismo que rayaba el ridículo más sonrojante, pero secretos a voces ya desacreditaban a la prometida del entonces Príncipe por su condición no sólo de divorciada y plebeya, sino de agnóstica, republicana, sindicalista y de izquierdas, algo que recoge en su libro. “Letizia Ortiz. Una republicana en la corte del Rey Juan Carlos”, el periodista Isidre Cunill.

Estos supuestos, atribuidos a la futura princesa, y que muchos consideraron una pataleta de los monárquicos por la más que dudosa elección del príncipe, parece que no iban tan desencaminados, tal y como está demostrando en los últimos tiempos.



.
2016110103555557155.jpg

Letizia exhibiendo brazos esqueléticos y musculados con Salma de Marruecos.


Repasaremos uno por uno estos indicios y las últimas actuaciones de la ya Reina en estos ámbitos:

1) Agnosticismo. Parece que Letizia abjuró del agnosticismo al abrazar la fe de Cristo y casarse por la iglesia… De hecho hizo varias declaraciones grandilocuentes al respecto como cuando Rouco Varela,, que se mostraba reticente a unir en matrimonio al Príncipe con una mujer que se había declarado atea, le preguntó ¿Por qué es ahora importante para usted casarse por la Iglesia católica?”. Ella respondió: “Porque cuando conocí a Felipe vi la luz de la fe”. ( sic)

Los teólogos coinciden en que conversión en edad adulta es la mas auténtica ya que se hace con plena consciencia, frente al bautizo de nacimiento que se hace en la inconsciencia y luego continua por inercia. La conversión de Letizia Ortiz parecía ser un auténtico spot publicitario planetario para el catolicismo, en una época de crisis de vocaciones, apostasías e indiferencias.. Pero no fue así. Un ortodoxo podría ver claramente a una falsa conversa por la poca entrega en las ceremonias, cierto desdén al protocolo en las visitas papales, negativa a santiguarse en ritos catedralicios, poca atención en las liturgias, negativa al recogimiento de la mantilla,

El exhibicionismo corporal del que hace gala y sobre todo la gran frivolidad que supone su adicción a las cirugías estéticas en tiempos de penurias de su pueblo, tampoco están muy en consonancia con alguien que tan madurita alcanzó la luz de la fe de Cristo. La peculiaridad con la que afrontó la Comunión de Leonor sin darle ningún realce como heredera, sino saltándose la tradición borbónica y que la niña la hiciera con un traje de colegiala manga con sus compañeros, o llevar a sus hijas a la Misa de Pascua de Mallorca sin arreglar serían otros indicios.

2) Sindicalismo. Aunque hoy por su tren de vida y aspecto no lo parezca, suponemos que la simpatía por el sindicalismo sería influencia de su madre que era una ardiente sindicalista a día de hoy no olvidada en el sector sanitario de Asturias por sus controvertidas actuaciones…

No tenemos constancia que Letizia estuviese sindicada cuando trabajaba en RTVE, aunque podría haberse afiliado a la UGT en sus primeros tiempos. Hoy que sepamos no hay sindicatos de royals… pero se ha evidenciado la poca sintonía que hay entre ella y las casas reales europeas, -entre otras actuaciones su negativa a ser madrina de la hija de la princesa de Suecia-,

Su abandono de los actos públicos en fin de semana –recordemos la espantá que dio el penúltimo verano en Galicia relatado en nuestro artículo de MUNDIARIO ¿Decepcionaron los Reyes en su tercera visita a Galicia?– y, sobre todo, esa asombrosa declaración de “querer ser trabajadora sólo de lunes a viernes” es una reivindicación laboral en toda regla pero por cierto muy alejada de los deberes de una auténtica reina para la que no debe haber horario ni vacaciones cuando se la necesita. Por cierto que del sindicalismo de la madre ya hablamos en otros artículos de MUNDIARIO. La vida actual de Paloma Rocasolano, archioperada y recauchutada hasta hacerla una desconocida, en chófer a Zarzuela, viviendo en el Madrid de los Austrias y veraneando con los Tous, no es un panorama muy usual para una sindicalista

3) Republicanismo. Que extrañamente el día de su Proclamación su traje luciera unas piedras con los colores de la bandera tricolor para algunos fue un guiño para iniciados, al menos no parece un hecho baladí, porque en principio la necedad o la casualidad no se contempla en un traje tan destacado.,

Recién proclamado Felipe VI , el periodista británico Andrew Morton sacó a la luz el libro ‘Ladies of Spain”, donde narra el republicanismo exacerbado de su familia con frases como “Su familia odiaba al rey”,Cada Nochebuena la familia de Letizia veía el mensaje navideño del Rey entre abucheos”, La inoportuna declaración de Henar, su tía carnal, de su férrea convicción republicana coincidiendo con la proclamación de su marido, engrosa este apartado.

Según asegura su primo, David Rocasolano, en ‘Adiós Princesa’, tanto los Ortiz como los Rocasolano son familias de tradición republicana, si bien su republicanismo es “más posturero que combativo, más genético que ideológico”.

Su empatía con el mundo de la farándula progresista también es proverbial. Este año hizo 100 Km para dar una sorpresa y aparecer en un rodaje de Pe, de la que se dice es buena amiga y como sabemos está casada con un monárquico ferviente. Su suegra, Pilar Bardem ha anunciado que abandonará España si Rajoy era presidente... que sepamos no está haciendo las maletas.



2016110103564636315.jpg

Letizia Ortiz.


4) Izquierdismo. La simpatía de Letizia a los líderes de la izquierda tampoco es casual.. Todos sus conocidos de antes de casarse reafirman el progresismo ideológico de Letizia, “mamado” en casa… En su estancia mexicana pudo mostrar sintonía con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y por el Subcomandante Marcos, haciendo suyas suyas algunas de las reivindicaciones de los zapatistas. También se ha escrito que acude a una tertulia habitual con amigas periodistas de corte progresista, con las que intercambia puntos de vista y confidencias. El motivo: “no perder el contacto con la calle y evitar el aislamiento de Zarzuela”... pero qué curioso: con periodistas conservadoras no se reúne. Eso no le debe parecer la voz de la calle.

Se supo que cuando Letizia coincidió con Madina…, se deshizo en sonrisas y aspavientos empáticos, algo que nunca le ha pasado con líderes de la derecha, -aunque era algo al que el gran Borbón nos tenía muy acostumbrados… Recordemos sus coleguismos con González y su frialdad con Aznar.

Pero Letizia rizó el rizo, cuando se coló literalmente en una audiencia del líder socialista Pedro Sanchez con el inconsistente motivo de “querer saludar a su antiguo compañero”. Algo que era completamente ridículo… ya que no fueron compañeros en absoluto… Es cierto que nacieron el mismo año y fueron al mismo instituto, el Ramiro de Maeztu, pero era un centro de más de mil alumnos en el que era imposible que coincidieran ya que Sánchez estaba matriculado en el turno normal y ella iba al nocturno, destinado entonces a facilitar la titulación a aquellos alumnos que trabajaban, o a aquellos estudiantes con dificultades académicas o repetidores … En ninguno de los dos casos estaba ella… que se sepa, pero iba al nocturno… ¿Qué se le perdía en esa audiencia más que llamar la atención de los medios o del guaperas Sánchez?

Porque Pedro Sánchez es difícil que la hubiera conocido, aunque sí es posible que recordara, no a ella, sino su caso, ya que no era habitual que las alumnas mantuvieran relaciones con sus profesores. y su caso fue sonado… ya que tuvo relaciones con Alonso Guerrero, profesor del Centro y entonces pareja de la poetisa Ada Salas, algo que por cierto sus padres consistieron pese a la edad de la chica. Habría que analizar en la ideología de Letizia la influencia del que fue su primer marido, Pygmalion y primer mentor, que se muestra sin complejos como un ciudadano de izquierdas. Como articulista político se muestra rabiosamente anticlerical y en su artículo, “El contrato social”, carga las tintas sin piedad contra el poder, los ricos y el capitalismo. Otro artículo dedicado a la victoria de Rajoy, “Madrid/Mordor”, relaciona la mayoría absoluta del PP con la bomba atómica y el ascenso de Hitler al poder. Vamos que muy centrado el hombre.

Se ha publicado que el ex marido de la reina Letizia, Alonso Guerrero, gira claramente en la órbita de Podemos. Dicen que le han visto ya en varias asambleas defendiendo de forma didáctica los planteamientos rupturistas de la formación. Algunos se atrevieron a vaticinar cuando el sorpasso que Guerrero, aún en la sombra, se estaba colocando estratégicamente para desempeñar un papel importante en el partido en Madrid,, e incluso se fantaseaba con que llegara a ser Ministro de Cultura con el morbo añadido de sus encuentros con la Reina

Andrés Sorel, conocido comunista narra en sus memorias 'Antimemorias de un comunista incómodo' la amistad de juventud de Letizia y su hija Laura y asegura que le hizo llegar las novelas de su marido a la par que confirma el mote estudiantil de Letiizia la Ficticia que ya apuntamos hace años en Mundiario. También comenta que su casa era un referente para Letizia

La vinculación de la Reina a Podemos tampoco sorprende. Marcello, pseudónimo del periodista Pablo Sebastián, ya habló de la supuesta simpatía de la reina Letizia con Podemos y Pablo Iglesias. Su tia Henar, declaró irrisoriamente que reconocía a Coleto como “El Nuevo Mesías”... pero lo más grave es que Pablo Iglesias, republicano ferviente y admirador del chavismo y leninismo- sistemas muy monárquicos por lo visto- declaró a Jordi Evole en prime time que “La princesa Letizia quiere conocerme”... Obviamente no haría una declaración así en un programa líder de audiencia si no tuviera constancia fidedigna de tal deseo…

Y es que ya hace tiempo que se comentó que Letizia era el valor más activo del republicanismo en España.. El sociólogo Javier Barraycoa (Barcelona, 1963) vaticinó que Felipe VI presionado por el separatismo y la izquierda radical en auge, podría llegar a un pacto para aceptar el cargo de presidente vitalicio de la república “Doña Letizia sería una primera dama vitalicia a imagen de la de los Estados Unidos. No cabe duda de que eso le encaja más. Así́ podría reconciliar su vida: una republicana metida a reina, para convertirse, de nuevo, en una republicana con aires de reina. Su vida habría tenido sentido: republicanizar al último de los Borbones».

La pregunta del millón

Si hubieran investido a Sánchez la Reina hubiera faltado? ¿Y a Pablo Iglesias? Parece que la respuesta está clara. No debe saber que ella representa una institución de todos los españoles. Sean de su cuerda o no. Hasta la fecha había estado cumpliendo con el cargo rozando el aprobado por lo bajo, pero faltar irresponsablemente a la investidura del Presidente del país al que representa es injustificable, intolerable y un desprecio a la institución que la mantiene en esa situación privilegiada. Que renuncie sería lo más fácil y lo más justo. Ser reina sólo de los que le gustan le inhabilita moralmente para ejercer su cargo.

Parafraseando: váyase señora Ortiz, esta vez se ha pasado mucho de la raya, ni los monárquicos más recalcitrantes van a olvidar esto. Y Don Felipe, espabile, que como dicen los andaluces "esto no se pue aguantá má".
 
Nuevo artículo de María Fidalgo!!!
http://www.mundiario.com/articulo/p...y-amiplin-voy-paris/20161101042211071238.html
Letizia pasa de la investidura del presidente Rajoy: amiplín, que me voy a París
María Fidalgo Casares, letizióloga de MUNDIARIO, se aparta de sus habituales enfoques de la reina Letizia para criticar con dureza su incomparecencia en la investidura del primer presidente del Gobierno del reinado de su marido.


01 de noviembre de 2016 (10:45 h.)
TAGS: LETIZIA INVESTIDURA AMIPLIN PARIS
2016110103561860904.jpg

La reina Letizia en París.
FIRMA
2013091614292164489.jpg

María Fidalgo Casares

Escritora, investigadora, analista social y crítica de arte, es doctora en Historia por la Universidad de Sevilla, Colaboradora de prensa y radio. Escribe en MUNDIARIO.
Podíamos haber empezado este artículo comentando lo impropia que iba la Reina Letizia en la inauguración del Congreso Mundial del Cáncer y su nuevo amiplín simplemente a lo que es de sentido común. En un simposio profesional en el que se trata un tema de especial gravedad y sensibilidad, apareció con una capa de lana de color beige que en seguida se volatilizó para exhibir un mono negro con amplio escote en uve que se abría algo por los lados y dejaba ver el nacimiento de sus prótesis, zapatos de brillante charol con tacón de aguja muy chocantes para un acto relacionado con la enfermedad. Y cómo no, unos brazos al aire en un París que apenas superaba los diez grados y en el que ella iba dando la nota con un maquillaje exagerado. Una delgadez exhibida de forma ofensiva sabiendo que roza estéticamente una enfermedad que hace estragos en la juventud. Pero eso ya es pecatta minuta porque nos tiene acostumbrados a desatinos como esos, porque lo realmente grave ya había sucedido. Y nadie se lo podía creer, pero era cierto.



La reina Letizia había vuelto a faltar a sus obligaciones de consorte. Pero esta vez cometiendo la más alta afrenta a la institución. No es uno de sus habituales y frívolos amiplines de saltarse el protocolo todo en aras de exhibir su cuerpo como una celebritie. Ha tenido la arrogancia de no comparecer en la investidura del Presidente Rajoy, el primer presidente que jura ante el Rey Felipe VI. Una ceremonia que debiera ser de comparecencia ineludible en su agenda dado el gran simbolismo y el carácter de Estado que representa.

Una situación en la que sí o sí hubiera tenido que estar presente, dada la dificultad de este último proceso presidencial que le estalló en la cara a su marido recién nombrado y que éste, pese a las complicadas vicisitudes, ha gestionado con prudencia y diligencia. Con las horas de diferencia le hubiera dado tiempo de sobra, hasta hubiera llegado holgada en línea regular sin tener que coger alguno de los cinco aviones y tres helicópteros que salen de los impuestos de los españoles. Pero qué va, ella tenía que estar descansada para ir divina de la muerte y exhibir sus halloweeneros brazos de esqueleto musculado en el XXIV Congreso Mundial del Cáncer, inaugurado por el presidente francés François Hollande en París. Y después de París de vacaciones hasta el viernes, según la agenda de la Casa Real.

Fuentes de la Casa Real argumentan que se trataba de un “procedimiento constitucional que le corresponde al Rey como jefe del Estado” y que la Reina no tiene “obligación” de estar. Algo que suena a excusa pura y dura, sobre todo porque la Reina Sofía acompañó a Don Juan Carlos en los juramentos de cada nuevo presidente. Y quizás esta vez hubiera sido más necesario que nunca dadas las turbulencias políticas, La pareja real unida en la investidura hubiera contribuido a mostrar una imagen de estabilidad muy necesaria en estos tiempos.

Desafección de la Reina con Rajoy

Hace más de dos años el periodista J.A. Vara en Vox Pópuli se atrevía a escribir sobre las críticas de la entonces Princesa a Rajoy. "Doña Letizia no muestra la mínima prudencia al pronunciarse sobre determinadas acciones que lleva a cabo el Gobierno, y lo hace en tono muy crítico y ante públicos muy dispares", "Se han producido rifirrafes verbales con algún miembro de la administración pública. Algún alto cargo ha deslizado su petición de no acompañar a Doña Letizia a estos actos, dada la incomodidad de las situaciones que se producen".

Esa desafección de la Reina a Rajoy no extraña a nadie. Ha sido publicado su “interés” por los líderes de izquierda como Pedro Sánchez o Pablo Iglesias, su desgana en los actos militares y religiosos, e incluso su desprecio – o llanamente rechazo- a los símbolos institucionales, que son algo inherente a la condición monárquica.

Siendo princesa había sorprendido su negativa a beber en los brindis por la monarquía que suelen cerrar los ágapes oficiales -la disculparon por una supuesto abstemia que no era tal cuando tomaba cañas por Tirso de Molina- , su negativa a jurar bandera en la última entrega de despachos de la Escuela Naval, pero ya el colmo fue el prohibir en palacio las ceremonias de izado, arriado de bandera y toque de oración, obligadas en instalaciones militares.

La reina Letizia ha sido, según fuentes del propio palacio, la responsable de estas medidas, que rompen la tradición de la guardia militar del Rey. Además, mandó trasladar el mástil que sostiene la enseña desde las proximidades del cuerpo de guardia a las dependencias administrativas del complejo, junto a un parking, lo que ha creado un enorme malestar entre la guardia real y militares de carrera por el desprecio que supone.

La desacreditaban por su republicanismo

En un principio la prensa mostró hacia Letizia un cortesanismo que rayaba el ridículo más sonrojante, pero secretos a voces ya desacreditaban a la prometida del entonces Príncipe por su condición no sólo de divorciada y plebeya, sino de agnóstica, republicana, sindicalista y de izquierdas, algo que recoge en su libro. “Letizia Ortiz. Una republicana en la corte del Rey Juan Carlos”, el periodista Isidre Cunill.

Estos supuestos, atribuidos a la futura princesa, y que muchos consideraron una pataleta de los monárquicos por la más que dudosa elección del príncipe, parece que no iban tan desencaminados, tal y como está demostrando en los últimos tiempos.



.
2016110103555557155.jpg

Letizia exhibiendo brazos esqueléticos y musculados con Salma de Marruecos.


Repasaremos uno por uno estos indicios y las últimas actuaciones de la ya Reina en estos ámbitos:

1) Agnosticismo. Parece que Letizia abjuró del agnosticismo al abrazar la fe de Cristo y casarse por la iglesia… De hecho hizo varias declaraciones grandilocuentes al respecto como cuando Rouco Varela,, que se mostraba reticente a unir en matrimonio al Príncipe con una mujer que se había declarado atea, le preguntó ¿Por qué es ahora importante para usted casarse por la Iglesia católica?”. Ella respondió: “Porque cuando conocí a Felipe vi la luz de la fe”. ( sic)

Los teólogos coinciden en que conversión en edad adulta es la mas auténtica ya que se hace con plena consciencia, frente al bautizo de nacimiento que se hace en la inconsciencia y luego continua por inercia. La conversión de Letizia Ortiz parecía ser un auténtico spot publicitario planetario para el catolicismo, en una época de crisis de vocaciones, apostasías e indiferencias.. Pero no fue así. Un ortodoxo podría ver claramente a una falsa conversa por la poca entrega en las ceremonias, cierto desdén al protocolo en las visitas papales, negativa a santiguarse en ritos catedralicios, poca atención en las liturgias, negativa al recogimiento de la mantilla,

El exhibicionismo corporal del que hace gala y sobre todo la gran frivolidad que supone su adicción a las cirugías estéticas en tiempos de penurias de su pueblo, tampoco están muy en consonancia con alguien que tan madurita alcanzó la luz de la fe de Cristo. La peculiaridad con la que afrontó la Comunión de Leonor sin darle ningún realce como heredera, sino saltándose la tradición borbónica y que la niña la hiciera con un traje de colegiala manga con sus compañeros, o llevar a sus hijas a la Misa de Pascua de Mallorca sin arreglar serían otros indicios.

2) Sindicalismo. Aunque hoy por su tren de vida y aspecto no lo parezca, suponemos que la simpatía por el sindicalismo sería influencia de su madre que era una ardiente sindicalista a día de hoy no olvidada en el sector sanitario de Asturias por sus controvertidas actuaciones…

No tenemos constancia que Letizia estuviese sindicada cuando trabajaba en RTVE, aunque podría haberse afiliado a la UGT en sus primeros tiempos. Hoy que sepamos no hay sindicatos de royals… pero se ha evidenciado la poca sintonía que hay entre ella y las casas reales europeas, -entre otras actuaciones su negativa a ser madrina de la hija de la princesa de Suecia-,

Su abandono de los actos públicos en fin de semana –recordemos la espantá que dio el penúltimo verano en Galicia relatado en nuestro artículo de MUNDIARIO ¿Decepcionaron los Reyes en su tercera visita a Galicia?– y, sobre todo, esa asombrosa declaración de “querer ser trabajadora sólo de lunes a viernes” es una reivindicación laboral en toda regla pero por cierto muy alejada de los deberes de una auténtica reina para la que no debe haber horario ni vacaciones cuando se la necesita. Por cierto que del sindicalismo de la madre ya hablamos en otros artículos de MUNDIARIO. La vida actual de Paloma Rocasolano, archioperada y recauchutada hasta hacerla una desconocida, en chófer a Zarzuela, viviendo en el Madrid de los Austrias y veraneando con los Tous, no es un panorama muy usual para una sindicalista

3) Republicanismo. Que extrañamente el día de su Proclamación su traje luciera unas piedras con los colores de la bandera tricolor para algunos fue un guiño para iniciados, al menos no parece un hecho baladí, porque en principio la necedad o la casualidad no se contempla en un traje tan destacado.,

Recién proclamado Felipe VI , el periodista británico Andrew Morton sacó a la luz el libro ‘Ladies of Spain”, donde narra el republicanismo exacerbado de su familia con frases como “Su familia odiaba al rey”,Cada Nochebuena la familia de Letizia veía el mensaje navideño del Rey entre abucheos”, La inoportuna declaración de Henar, su tía carnal, de su férrea convicción republicana coincidiendo con la proclamación de su marido, engrosa este apartado.

Según asegura su primo, David Rocasolano, en ‘Adiós Princesa’, tanto los Ortiz como los Rocasolano son familias de tradición republicana, si bien su republicanismo es “más posturero que combativo, más genético que ideológico”.

Su empatía con el mundo de la farándula progresista también es proverbial. Este año hizo 100 Km para dar una sorpresa y aparecer en un rodaje de Pe, de la que se dice es buena amiga y como sabemos está casada con un monárquico ferviente. Su suegra, Pilar Bardem ha anunciado que abandonará España si Rajoy era presidente... que sepamos no está haciendo las maletas.



2016110103564636315.jpg

Letizia Ortiz.


4) Izquierdismo. La simpatía de Letizia a los líderes de la izquierda tampoco es casual.. Todos sus conocidos de antes de casarse reafirman el progresismo ideológico de Letizia, “mamado” en casa… En su estancia mexicana pudo mostrar sintonía con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y por el Subcomandante Marcos, haciendo suyas suyas algunas de las reivindicaciones de los zapatistas. También se ha escrito que acude a una tertulia habitual con amigas periodistas de corte progresista, con las que intercambia puntos de vista y confidencias. El motivo: “no perder el contacto con la calle y evitar el aislamiento de Zarzuela”... pero qué curioso: con periodistas conservadoras no se reúne. Eso no le debe parecer la voz de la calle.

Se supo que cuando Letizia coincidió con Madina…, se deshizo en sonrisas y aspavientos empáticos, algo que nunca le ha pasado con líderes de la derecha, -aunque era algo al que el gran Borbón nos tenía muy acostumbrados… Recordemos sus coleguismos con González y su frialdad con Aznar.

Pero Letizia rizó el rizo, cuando se coló literalmente en una audiencia del líder socialista Pedro Sanchez con el inconsistente motivo de “querer saludar a su antiguo compañero”. Algo que era completamente ridículo… ya que no fueron compañeros en absoluto… Es cierto que nacieron el mismo año y fueron al mismo instituto, el Ramiro de Maeztu, pero era un centro de más de mil alumnos en el que era imposible que coincidieran ya que Sánchez estaba matriculado en el turno normal y ella iba al nocturno, destinado entonces a facilitar la titulación a aquellos alumnos que trabajaban, o a aquellos estudiantes con dificultades académicas o repetidores … En ninguno de los dos casos estaba ella… que se sepa, pero iba al nocturno… ¿Qué se le perdía en esa audiencia más que llamar la atención de los medios o del guaperas Sánchez?

Porque Pedro Sánchez es difícil que la hubiera conocido, aunque sí es posible que recordara, no a ella, sino su caso, ya que no era habitual que las alumnas mantuvieran relaciones con sus profesores. y su caso fue sonado… ya que tuvo relaciones con Alonso Guerrero, profesor del Centro y entonces pareja de la poetisa Ada Salas, algo que por cierto sus padres consistieron pese a la edad de la chica. Habría que analizar en la ideología de Letizia la influencia del que fue su primer marido, Pygmalion y primer mentor, que se muestra sin complejos como un ciudadano de izquierdas. Como articulista político se muestra rabiosamente anticlerical y en su artículo, “El contrato social”, carga las tintas sin piedad contra el poder, los ricos y el capitalismo. Otro artículo dedicado a la victoria de Rajoy, “Madrid/Mordor”, relaciona la mayoría absoluta del PP con la bomba atómica y el ascenso de Hitler al poder. Vamos que muy centrado el hombre.

Se ha publicado que el ex marido de la reina Letizia, Alonso Guerrero, gira claramente en la órbita de Podemos. Dicen que le han visto ya en varias asambleas defendiendo de forma didáctica los planteamientos rupturistas de la formación. Algunos se atrevieron a vaticinar cuando el sorpasso que Guerrero, aún en la sombra, se estaba colocando estratégicamente para desempeñar un papel importante en el partido en Madrid,, e incluso se fantaseaba con que llegara a ser Ministro de Cultura con el morbo añadido de sus encuentros con la Reina

Andrés Sorel, conocido comunista narra en sus memorias 'Antimemorias de un comunista incómodo' la amistad de juventud de Letizia y su hija Laura y asegura que le hizo llegar las novelas de su marido a la par que confirma el mote estudiantil de Letiizia la Ficticia que ya apuntamos hace años en Mundiario. También comenta que su casa era un referente para Letizia

La vinculación de la Reina a Podemos tampoco sorprende. Marcello, pseudónimo del periodista Pablo Sebastián, ya habló de la supuesta simpatía de la reina Letizia con Podemos y Pablo Iglesias. Su tia Henar, declaró irrisoriamente que reconocía a Coleto como “El Nuevo Mesías”... pero lo más grave es que Pablo Iglesias, republicano ferviente y admirador del chavismo y leninismo- sistemas muy monárquicos por lo visto- declaró a Jordi Evole en prime time que “La princesa Letizia quiere conocerme”... Obviamente no haría una declaración así en un programa líder de audiencia si no tuviera constancia fidedigna de tal deseo…

Y es que ya hace tiempo que se comentó que Letizia era el valor más activo del republicanismo en España.. El sociólogo Javier Barraycoa (Barcelona, 1963) vaticinó que Felipe VI presionado por el separatismo y la izquierda radical en auge, podría llegar a un pacto para aceptar el cargo de presidente vitalicio de la república “Doña Letizia sería una primera dama vitalicia a imagen de la de los Estados Unidos. No cabe duda de que eso le encaja más. Así́ podría reconciliar su vida: una republicana metida a reina, para convertirse, de nuevo, en una republicana con aires de reina. Su vida habría tenido sentido: republicanizar al último de los Borbones».

La pregunta del millón

Si hubieran investido a Sánchez la Reina hubiera faltado? ¿Y a Pablo Iglesias? Parece que la respuesta está clara. No debe saber que ella representa una institución de todos los españoles. Sean de su cuerda o no. Hasta la fecha había estado cumpliendo con el cargo rozando el aprobado por lo bajo, pero faltar irresponsablemente a la investidura del Presidente del país al que representa es injustificable, intolerable y un desprecio a la institución que la mantiene en esa situación privilegiada. Que renuncie sería lo más fácil y lo más justo. Ser reina sólo de los que le gustan le inhabilita moralmente para ejercer su cargo.

Parafraseando: váyase señora Ortiz, esta vez se ha pasado mucho de la raya, ni los monárquicos más recalcitrantes van a olvidar esto. Y Don Felipe, espabile, que como dicen los andaluces "esto no se pue aguantá má".



El articulo dice verdades como puños, esta mujer esta totalmente inadecuada para el lugar que se le ha dado.

Pero tambien es verdad que el estar donde esta no es su culpa, es la de su segundo que tuvo el papo de meterla con calzador y ahi esta el tio sin mover un dedo para deshacer el entuerto.
 
Huy la Fidalga es el relevo de Peñafiel. La insigne profe de plastidecor I, plastilina II grupo de tarde, no suelta el enjuto hueso de la leti cual perraca de presa, y no se limita a copiar las últimas novedades y posts de colegas del foro, sino que se repite como el ajo Peñafielense, con el temita, vió la luz, la madre sindicalista, la delgadez, las prótesis. Concluyendo para no aburrir como la Fidalga;

TEMA REPETIDO
 
Olé, mejor expresado imposible. Ojalá veamos pronto a la monarquía española en el destierro.

No me molesta la Monarquía en absoluto, me molesta que una roja sindicalista republicana y sobre todo MUY MALA, viva de mis impuestos. Menos falsedad. Váyase a tomar por el culo tetizia y a comer a casa de todos los rojos progres que la encantan. Y si no quiere irse, COMPORTESE como una persona no como un bisonte bufando. Respete al país que representa, España y a los españoles, con educación y decoro.
 
Última edición por un moderador:
Nuevo artículo de María Fidalgo!!!
http://www.mundiario.com/articulo/p...y-amiplin-voy-paris/20161101042211071238.html
Letizia pasa de la investidura del presidente Rajoy: amiplín, que me voy a París
María Fidalgo Casares, letizióloga de MUNDIARIO, se aparta de sus habituales enfoques de la reina Letizia para criticar con dureza su incomparecencia en la investidura del primer presidente del Gobierno del reinado de su marido.


01 de noviembre de 2016 (10:45 h.)
TAGS: LETIZIA INVESTIDURA AMIPLIN PARIS
2016110103561860904.jpg

La reina Letizia en París.
FIRMA
2013091614292164489.jpg

María Fidalgo Casares

Escritora, investigadora, analista social y crítica de arte, es doctora en Historia por la Universidad de Sevilla, Colaboradora de prensa y radio. Escribe en MUNDIARIO.
Podíamos haber empezado este artículo comentando lo impropia que iba la Reina Letizia en la inauguración del Congreso Mundial del Cáncer y su nuevo amiplín simplemente a lo que es de sentido común. En un simposio profesional en el que se trata un tema de especial gravedad y sensibilidad, apareció con una capa de lana de color beige que en seguida se volatilizó para exhibir un mono negro con amplio escote en uve que se abría algo por los lados y dejaba ver el nacimiento de sus prótesis, zapatos de brillante charol con tacón de aguja muy chocantes para un acto relacionado con la enfermedad. Y cómo no, unos brazos al aire en un París que apenas superaba los diez grados y en el que ella iba dando la nota con un maquillaje exagerado. Una delgadez exhibida de forma ofensiva sabiendo que roza estéticamente una enfermedad que hace estragos en la juventud. Pero eso ya es pecatta minuta porque nos tiene acostumbrados a desatinos como esos, porque lo realmente grave ya había sucedido. Y nadie se lo podía creer, pero era cierto.



La reina Letizia había vuelto a faltar a sus obligaciones de consorte. Pero esta vez cometiendo la más alta afrenta a la institución. No es uno de sus habituales y frívolos amiplines de saltarse el protocolo todo en aras de exhibir su cuerpo como una celebritie. Ha tenido la arrogancia de no comparecer en la investidura del Presidente Rajoy, el primer presidente que jura ante el Rey Felipe VI. Una ceremonia que debiera ser de comparecencia ineludible en su agenda dado el gran simbolismo y el carácter de Estado que representa.

Una situación en la que sí o sí hubiera tenido que estar presente, dada la dificultad de este último proceso presidencial que le estalló en la cara a su marido recién nombrado y que éste, pese a las complicadas vicisitudes, ha gestionado con prudencia y diligencia. Con las horas de diferencia le hubiera dado tiempo de sobra, hasta hubiera llegado holgada en línea regular sin tener que coger alguno de los cinco aviones y tres helicópteros que salen de los impuestos de los españoles. Pero qué va, ella tenía que estar descansada para ir divina de la muerte y exhibir sus halloweeneros brazos de esqueleto musculado en el XXIV Congreso Mundial del Cáncer, inaugurado por el presidente francés François Hollande en París. Y después de París de vacaciones hasta el viernes, según la agenda de la Casa Real.

Fuentes de la Casa Real argumentan que se trataba de un “procedimiento constitucional que le corresponde al Rey como jefe del Estado” y que la Reina no tiene “obligación” de estar. Algo que suena a excusa pura y dura, sobre todo porque la Reina Sofía acompañó a Don Juan Carlos en los juramentos de cada nuevo presidente. Y quizás esta vez hubiera sido más necesario que nunca dadas las turbulencias políticas, La pareja real unida en la investidura hubiera contribuido a mostrar una imagen de estabilidad muy necesaria en estos tiempos.

Desafección de la Reina con Rajoy

Hace más de dos años el periodista J.A. Vara en Vox Pópuli se atrevía a escribir sobre las críticas de la entonces Princesa a Rajoy. "Doña Letizia no muestra la mínima prudencia al pronunciarse sobre determinadas acciones que lleva a cabo el Gobierno, y lo hace en tono muy crítico y ante públicos muy dispares", "Se han producido rifirrafes verbales con algún miembro de la administración pública. Algún alto cargo ha deslizado su petición de no acompañar a Doña Letizia a estos actos, dada la incomodidad de las situaciones que se producen".

Esa desafección de la Reina a Rajoy no extraña a nadie. Ha sido publicado su “interés” por los líderes de izquierda como Pedro Sánchez o Pablo Iglesias, su desgana en los actos militares y religiosos, e incluso su desprecio – o llanamente rechazo- a los símbolos institucionales, que son algo inherente a la condición monárquica.

Siendo princesa había sorprendido su negativa a beber en los brindis por la monarquía que suelen cerrar los ágapes oficiales -la disculparon por una supuesto abstemia que no era tal cuando tomaba cañas por Tirso de Molina- , su negativa a jurar bandera en la última entrega de despachos de la Escuela Naval, pero ya el colmo fue el prohibir en palacio las ceremonias de izado, arriado de bandera y toque de oración, obligadas en instalaciones militares.

La reina Letizia ha sido, según fuentes del propio palacio, la responsable de estas medidas, que rompen la tradición de la guardia militar del Rey. Además, mandó trasladar el mástil que sostiene la enseña desde las proximidades del cuerpo de guardia a las dependencias administrativas del complejo, junto a un parking, lo que ha creado un enorme malestar entre la guardia real y militares de carrera por el desprecio que supone.

La desacreditaban por su republicanismo

En un principio la prensa mostró hacia Letizia un cortesanismo que rayaba el ridículo más sonrojante, pero secretos a voces ya desacreditaban a la prometida del entonces Príncipe por su condición no sólo de divorciada y plebeya, sino de agnóstica, republicana, sindicalista y de izquierdas, algo que recoge en su libro. “Letizia Ortiz. Una republicana en la corte del Rey Juan Carlos”, el periodista Isidre Cunill.

Estos supuestos, atribuidos a la futura princesa, y que muchos consideraron una pataleta de los monárquicos por la más que dudosa elección del príncipe, parece que no iban tan desencaminados, tal y como está demostrando en los últimos tiempos.



.
2016110103555557155.jpg

Letizia exhibiendo brazos esqueléticos y musculados con Salma de Marruecos.


Repasaremos uno por uno estos indicios y las últimas actuaciones de la ya Reina en estos ámbitos:

1) Agnosticismo. Parece que Letizia abjuró del agnosticismo al abrazar la fe de Cristo y casarse por la iglesia… De hecho hizo varias declaraciones grandilocuentes al respecto como cuando Rouco Varela,, que se mostraba reticente a unir en matrimonio al Príncipe con una mujer que se había declarado atea, le preguntó ¿Por qué es ahora importante para usted casarse por la Iglesia católica?”. Ella respondió: “Porque cuando conocí a Felipe vi la luz de la fe”. ( sic)

Los teólogos coinciden en que conversión en edad adulta es la mas auténtica ya que se hace con plena consciencia, frente al bautizo de nacimiento que se hace en la inconsciencia y luego continua por inercia. La conversión de Letizia Ortiz parecía ser un auténtico spot publicitario planetario para el catolicismo, en una época de crisis de vocaciones, apostasías e indiferencias.. Pero no fue así. Un ortodoxo podría ver claramente a una falsa conversa por la poca entrega en las ceremonias, cierto desdén al protocolo en las visitas papales, negativa a santiguarse en ritos catedralicios, poca atención en las liturgias, negativa al recogimiento de la mantilla,

El exhibicionismo corporal del que hace gala y sobre todo la gran frivolidad que supone su adicción a las cirugías estéticas en tiempos de penurias de su pueblo, tampoco están muy en consonancia con alguien que tan madurita alcanzó la luz de la fe de Cristo. La peculiaridad con la que afrontó la Comunión de Leonor sin darle ningún realce como heredera, sino saltándose la tradición borbónica y que la niña la hiciera con un traje de colegiala manga con sus compañeros, o llevar a sus hijas a la Misa de Pascua de Mallorca sin arreglar serían otros indicios.

2) Sindicalismo. Aunque hoy por su tren de vida y aspecto no lo parezca, suponemos que la simpatía por el sindicalismo sería influencia de su madre que era una ardiente sindicalista a día de hoy no olvidada en el sector sanitario de Asturias por sus controvertidas actuaciones…

No tenemos constancia que Letizia estuviese sindicada cuando trabajaba en RTVE, aunque podría haberse afiliado a la UGT en sus primeros tiempos. Hoy que sepamos no hay sindicatos de royals… pero se ha evidenciado la poca sintonía que hay entre ella y las casas reales europeas, -entre otras actuaciones su negativa a ser madrina de la hija de la princesa de Suecia-,

Su abandono de los actos públicos en fin de semana –recordemos la espantá que dio el penúltimo verano en Galicia relatado en nuestro artículo de MUNDIARIO ¿Decepcionaron los Reyes en su tercera visita a Galicia?– y, sobre todo, esa asombrosa declaración de “querer ser trabajadora sólo de lunes a viernes” es una reivindicación laboral en toda regla pero por cierto muy alejada de los deberes de una auténtica reina para la que no debe haber horario ni vacaciones cuando se la necesita. Por cierto que del sindicalismo de la madre ya hablamos en otros artículos de MUNDIARIO. La vida actual de Paloma Rocasolano, archioperada y recauchutada hasta hacerla una desconocida, en chófer a Zarzuela, viviendo en el Madrid de los Austrias y veraneando con los Tous, no es un panorama muy usual para una sindicalista

3) Republicanismo. Que extrañamente el día de su Proclamación su traje luciera unas piedras con los colores de la bandera tricolor para algunos fue un guiño para iniciados, al menos no parece un hecho baladí, porque en principio la necedad o la casualidad no se contempla en un traje tan destacado.,

Recién proclamado Felipe VI , el periodista británico Andrew Morton sacó a la luz el libro ‘Ladies of Spain”, donde narra el republicanismo exacerbado de su familia con frases como “Su familia odiaba al rey”,Cada Nochebuena la familia de Letizia veía el mensaje navideño del Rey entre abucheos”, La inoportuna declaración de Henar, su tía carnal, de su férrea convicción republicana coincidiendo con la proclamación de su marido, engrosa este apartado.

Según asegura su primo, David Rocasolano, en ‘Adiós Princesa’, tanto los Ortiz como los Rocasolano son familias de tradición republicana, si bien su republicanismo es “más posturero que combativo, más genético que ideológico”.

Su empatía con el mundo de la farándula progresista también es proverbial. Este año hizo 100 Km para dar una sorpresa y aparecer en un rodaje de Pe, de la que se dice es buena amiga y como sabemos está casada con un monárquico ferviente. Su suegra, Pilar Bardem ha anunciado que abandonará España si Rajoy era presidente... que sepamos no está haciendo las maletas.



2016110103564636315.jpg

Letizia Ortiz.


4) Izquierdismo. La simpatía de Letizia a los líderes de la izquierda tampoco es casual.. Todos sus conocidos de antes de casarse reafirman el progresismo ideológico de Letizia, “mamado” en casa… En su estancia mexicana pudo mostrar sintonía con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y por el Subcomandante Marcos, haciendo suyas suyas algunas de las reivindicaciones de los zapatistas. También se ha escrito que acude a una tertulia habitual con amigas periodistas de corte progresista, con las que intercambia puntos de vista y confidencias. El motivo: “no perder el contacto con la calle y evitar el aislamiento de Zarzuela”... pero qué curioso: con periodistas conservadoras no se reúne. Eso no le debe parecer la voz de la calle.

Se supo que cuando Letizia coincidió con Madina…, se deshizo en sonrisas y aspavientos empáticos, algo que nunca le ha pasado con líderes de la derecha, -aunque era algo al que el gran Borbón nos tenía muy acostumbrados… Recordemos sus coleguismos con González y su frialdad con Aznar.

Pero Letizia rizó el rizo, cuando se coló literalmente en una audiencia del líder socialista Pedro Sanchez con el inconsistente motivo de “querer saludar a su antiguo compañero”. Algo que era completamente ridículo… ya que no fueron compañeros en absoluto… Es cierto que nacieron el mismo año y fueron al mismo instituto, el Ramiro de Maeztu, pero era un centro de más de mil alumnos en el que era imposible que coincidieran ya que Sánchez estaba matriculado en el turno normal y ella iba al nocturno, destinado entonces a facilitar la titulación a aquellos alumnos que trabajaban, o a aquellos estudiantes con dificultades académicas o repetidores … En ninguno de los dos casos estaba ella… que se sepa, pero iba al nocturno… ¿Qué se le perdía en esa audiencia más que llamar la atención de los medios o del guaperas Sánchez?

Porque Pedro Sánchez es difícil que la hubiera conocido, aunque sí es posible que recordara, no a ella, sino su caso, ya que no era habitual que las alumnas mantuvieran relaciones con sus profesores. y su caso fue sonado… ya que tuvo relaciones con Alonso Guerrero, profesor del Centro y entonces pareja de la poetisa Ada Salas, algo que por cierto sus padres consistieron pese a la edad de la chica. Habría que analizar en la ideología de Letizia la influencia del que fue su primer marido, Pygmalion y primer mentor, que se muestra sin complejos como un ciudadano de izquierdas. Como articulista político se muestra rabiosamente anticlerical y en su artículo, “El contrato social”, carga las tintas sin piedad contra el poder, los ricos y el capitalismo. Otro artículo dedicado a la victoria de Rajoy, “Madrid/Mordor”, relaciona la mayoría absoluta del PP con la bomba atómica y el ascenso de Hitler al poder. Vamos que muy centrado el hombre.

Se ha publicado que el ex marido de la reina Letizia, Alonso Guerrero, gira claramente en la órbita de Podemos. Dicen que le han visto ya en varias asambleas defendiendo de forma didáctica los planteamientos rupturistas de la formación. Algunos se atrevieron a vaticinar cuando el sorpasso que Guerrero, aún en la sombra, se estaba colocando estratégicamente para desempeñar un papel importante en el partido en Madrid,, e incluso se fantaseaba con que llegara a ser Ministro de Cultura con el morbo añadido de sus encuentros con la Reina

Andrés Sorel, conocido comunista narra en sus memorias 'Antimemorias de un comunista incómodo' la amistad de juventud de Letizia y su hija Laura y asegura que le hizo llegar las novelas de su marido a la par que confirma el mote estudiantil de Letiizia la Ficticia que ya apuntamos hace años en Mundiario. También comenta que su casa era un referente para Letizia

La vinculación de la Reina a Podemos tampoco sorprende. Marcello, pseudónimo del periodista Pablo Sebastián, ya habló de la supuesta simpatía de la reina Letizia con Podemos y Pablo Iglesias. Su tia Henar, declaró irrisoriamente que reconocía a Coleto como “El Nuevo Mesías”... pero lo más grave es que Pablo Iglesias, republicano ferviente y admirador del chavismo y leninismo- sistemas muy monárquicos por lo visto- declaró a Jordi Evole en prime time que “La princesa Letizia quiere conocerme”... Obviamente no haría una declaración así en un programa líder de audiencia si no tuviera constancia fidedigna de tal deseo…

Y es que ya hace tiempo que se comentó que Letizia era el valor más activo del republicanismo en España.. El sociólogo Javier Barraycoa (Barcelona, 1963) vaticinó que Felipe VI presionado por el separatismo y la izquierda radical en auge, podría llegar a un pacto para aceptar el cargo de presidente vitalicio de la república “Doña Letizia sería una primera dama vitalicia a imagen de la de los Estados Unidos. No cabe duda de que eso le encaja más. Así́ podría reconciliar su vida: una republicana metida a reina, para convertirse, de nuevo, en una republicana con aires de reina. Su vida habría tenido sentido: republicanizar al último de los Borbones».

La pregunta del millón

Si hubieran investido a Sánchez la Reina hubiera faltado? ¿Y a Pablo Iglesias? Parece que la respuesta está clara. No debe saber que ella representa una institución de todos los españoles. Sean de su cuerda o no. Hasta la fecha había estado cumpliendo con el cargo rozando el aprobado por lo bajo, pero faltar irresponsablemente a la investidura del Presidente del país al que representa es injustificable, intolerable y un desprecio a la institución que la mantiene en esa situación privilegiada. Que renuncie sería lo más fácil y lo más justo. Ser reina sólo de los que le gustan le inhabilita moralmente para ejercer su cargo.

Parafraseando: váyase señora Ortiz, esta vez se ha pasado mucho de la raya, ni los monárquicos más recalcitrantes van a olvidar esto. Y Don Felipe, espabile, que como dicen los andaluces "esto no se pue aguantá má".
@AdriannaQ

Gracias por traerlo.

Muy buen artículo.

Ya saben porque en las pinturas de la era de Felipe Sesto, así como los encuadres para TV, nuestra bandera aparece como aparece... por los ZueloZ...

Y sí, si la Srta burdeles está en contra de TODO y NADA le gusta, debería honrar sus actitudes e ideales e irse par' monte o autodestruirse como las grabaciones de la serie "Misión ImpoZible..."

Incoherente...

Gracias María / @hildegart
 
Back