Esta mujer debería de agradecer que a cambio de su trabajo (audiencias de media hora, nada de arrastrar el lápiz) se mete una vidorra que jamás imaginó, por lo que su actitud y arreglo debería de ser de 10!!!
De 12, diría yo, considerando su ineptitud palmaria.
Pero para apreciar todos los lujos de que disfruta a cambio de estrechar manos y ejercer de acompañante de un florero tendría que estar en sus cabales.
En cambio, se dedica a exigir vacaciones privadas. Está como un cencerro.