Lo positivo: Esta vez no trajo las gafas de sol para ponerlas encima de la estatua, no estuvo charlando animadamente con el embajador mientras su marido trataba de concentrarse en escribir un mensaje de condolencias por la horrorosa muerte de un montón de personas; no le arrebató la pluma a su marido mientras lo fulminaba con la mirada. Esta vez ni siquiera se dignó mirarlo cuando recibió la pluma. Al salir, no echó a correr para ser la primera en llegar, y además, se nota que se esforzó un montón por no mirar directamente a la cámara, aunque esto último todavía no lo ha podido conseguir completamente. Es que ella "ama la cámara".
Lo negativo: Todo lo demás. El gesto de asco, la dejadez en la presentación personal... con esa cara no me atrevería yo a salir a comprar cebollas en la tienda de la esquina. ¡Qué mujer tan amarga! En su casa todo ha de ser severidad y sombras. Es mejor que se esconda, porque para sacar esa energía fuera y amargarnos el día con su desagradable imagen, lo mejor es que se quede allá en su destino secreto, que sea muy pero que muy feliz, y que nosotros no tengamos que soportarla nunca más.
Muy acertado.
Pero es curioso que lo positivo sea todas las barbaridades que esta vez NO ha hecho, pero que en ocasiones anteriores sí.
El puesto le viene enorme.