LOS PROTOCOLOS DE LOS SABIOS DE SIÓN

Gracias Eleonora por abrir el hilo. A ver cuanto dura...ya he visto como algunos otro hilo ha desaparecido...parece ser que hay cosas que "alarman" a google...eso sì, luego dicen que no hay censura.

Es verdaderamente curioso lo de este libro. Nunca se ha sabido muy bien de donde salió, creo que apareció por primera vez en la Rusia zarista, muchos han dicho que era un libelo, etc etc.....bien, puede que sì..pero lo cierto es que, libelo o no, era un libro extraordinariamente profético. Extraordinariamente, y no hay más que leerlo para comprobarlo.
 
Gracias Eleonora por abrir el hilo. A ver cuanto dura...ya he visto como algunos otro hilo ha desaparecido...parece ser que hay cosas que "alarman" a google...eso sì, luego dicen que no hay censura.

Es verdaderamente curioso lo de este libro. Nunca se ha sabido muy bien de donde salió, creo que apareció por primera vez en la Rusia zarista, muchos han dicho que era un libelo, etc etc.....bien, puede que sì..pero lo cierto es que, libelo o no, era un libro extraordinariamente profético. Extraordinariamente, y no hay más que leerlo para comprobarlo.


Es una pena que se cierren hilos sin que se nos dé una explicación. La libertad de expresión va desapareciendo sin que nos demos cuenta y pronto tampoco tendremos la libertad de raciocinio. Qué gran peligro para la humanidad.

Desde luego que nos encontramos ante un tema sumamente interesante y misterioso, por lo que valdría la pena tratarlo más a fondo para saber qué hay de cierto o no en torno a este polémico tema.

César Vidal le dedicó en 2002 un largo artículo a los Protocolos. Da miedo ver para quién trabajan algunos...
Interesante resultan los comentarios de los lectores.

ENIGMAS DE LA HISTORIA
Los Protocolos de los sabios de Sión
Utilizado por los antisemitas de todo el mundo —sin excluir a los nazis o a los árabes de las últimas décadas— los Protocolos constituyen un documento de enorme interés histórico y político. Sin embargo, ¿tienen realmente alguna relación con los judíos? ¿Quién escribió los Protocolos de los sabios de Sión?
César Vidal
2002-12-13
En las últimas semanas se ha producido un revuelo considerable en el mundo árabe a consecuencia de una serie de TV egipcia en la que se sostenía la autenticidad de un documento denominado los Protocolos de los sabios de Sión. El citado texto, redactado a finales del siglo XIX, contendría las líneas maestras de un plan de dominio mundial por parte de los judíos.

El antisemitismo constituye una actitud mental y una conducta que se pierde en la noche de los tiempos. Manetón, el sacerdote e historiador judío del periodo helenístico, ya dedicó vitriólicas páginas a los primeros momentos de la Historia de Israel y sus pasos siguieron los antisemitas de la Antigüedad clásica —prácticamente todos los autores de renombre— desde Cicerón a Tácito pasando por Juvenal. En términos generales, su antisemitismo, que presentó manifestaciones de enorme dureza en medio de una considerable tolerancia legal, era cultural más que racial. Durante la Edad Media, el antisemitismo estuvo relacionado con categorías de corte religioso (la resistencia de los judíos a convertirse al islam o al cristianismo) y social (el desempeño de determinados empleos por los judíos). Solamente con la llegada de la Ilustración, el antisemitismo se fue tiñendo de tonos raciales que aparecen ya en escritos injuriosos —y falsos— de Voltaire y que volvemos a encontrar muy acentuados en Nietzsche o Wagner. Aunque la figura del judío perverso y conspirador no se halla ausente de algunas de estas manifestaciones antisemitas y aunque, por ejemplo, Wagner y Nietzsche insistieron en tópicos como el del poder judío o el de su capacidad de corrupción moral (e incluso racial) no llegaron a agotar hasta el final el tema de una de las acusaciones ya popularizadas en su tiempo, la de la conspiración judía mundial. Ambos autores no llegaron a articular —aunque no les faltó mucho para ello— la tesis de que todo el poder degenerador de los judíos en realidad obedecía a un plan destructivo de características universales cuya finalidad era el dominio del orbe. Semejante papel le correspondería a un panfleto de origen ruso conocido generalmente como “Los Protocolos de los sabios de Sión”, en el que, supuestamente, se recogían las minutas de un congreso judío destinado a trazar las líneas de la conquista del poder mundial.

El análisis de esa obra constituye el objeto del presente Enigma, sin embargo, antes de entrar en el contenido y en las circunstancias en que la misma se forjó debemos detenernos siquiera momentáneamente en algunos de sus antecedentes. “Los Protocolos de los sabios de Sión” no fueron, en buena medida, una obra innovadora. Aunque, sin lugar a dudas, cuentan con el dudoso privilegio de constituir la obra más conocida y difundida sobre la supuesta conjura judía mundial, no son ni con mucho la única ni la primera. La idea de una conjura parcial (para envenenar las aguas, para empobrecer a la gente, para sacrificar niños, etc) aparecía periódicamente durante la Edad Media. Sin embargo, siempre se trataba de episodios aislados, regionales, desprovistos de un carácter universal. El cambio radical se produjo en 1797. Con la publicación de la Memoria para servir a la historia del Jacobinismo no quedará perfilada la tesis de una conspiración subversiva mundial. El autor de la obra, un clérigo llamado Barruel, pretendía que la orden de los Templarios, disuelta en el s. XIV, no había desaparecido sino que se había transformado en una sociedad secreta encaminada a derrocar todas las monarquías.

Cuatro siglos después, la misma se habría hecho con el control de la masonería y, a través de la organización de los jacobinos, habría
provocado la revolución francesa. Barruel afirmaba también que los masones eran, a su vez, una marioneta en manos de los iluminados bávaros que seguían a Adam Weishaupt. A menos que se acabara con estos grupos, afirmaba Barruel, pronto el mundo estaría en sus manos. Como suele ser habitual en todas las obras que desarrollan la teoría de la conspiración no sólo los datos expuestos recogen tergiversaciones sino también absolutos disparates. Barruel pasaba por alto, entre otras cosas, que el grupo de Weishaupt ya no existía en 1786, que siempre estuvo enemistado con los masones y que éstos no sólo por regla general habían sido monárquicos y conservadores sino que además habían experimentado la persecución a manos de los revolucionarios, muriendo centenares de ellos en la guillotina. Con todo Barruel, que había tomado sus ideas de un matemático escocés llamado John Robinson, apenas mencionaba a los judíos porque, ciertamente, éstos no habían tenido ningún papel de importancia durante la Revolución y porque además incluso habían sido víctimas de los excesos de ésta.

Pese a sus evidentes deficiencias, la obra de Barruel despertó, sin embargo, la pasión de un oficial llamado J. B. Simonini que le escribió desde Florencia proporcionándole supuestas informaciones sobre el papel judío en la conspiración masónica. En una carta —que fue un fraude de Fouchá para impulsar a Napoleón hacia una política antisemita— el militar felicitaba al clérigo por desenmascarar a las sectas que estaban “abriendo el camino para el Anticristo” y se permitió señalarle el papel preponderante de la “secta judaica”. Según Simonini, los judíos, tomándole por uno de los suyos, le habían ofrecido hacerse masón y revelado sus arcanos. Así se había enterado de que el Viejo de la Montaña (el fundador de la secta islámica de los Asesinos que tanto agradaba a Nietzsche) y Manes eran judíos, que la masonería y los iluminados habían sido fundados por judíos y que en varios países —especialmente Italia y España— los clérigos de importancia eran judíos ocultos. Su finalidad era imponer el judaísmo en todo el mundo, objetivo que sólo tenía como obstáculo la Casa de Borbón a la que los judíos se habían propuesto derrocar. Ni que decir tiene que las afirmaciones de Simonini carecían de la más mínima base (por esa época tanto los masones como los iluminados si acaso habían tenido alguna actitud hacia los judíos era de rechazo). Sin embargo, los dislates contenidos en la misma hicieron mella en la mente de Barruel, que, a juzgar por su obra, estaba bien predispuesto a creer este tipo de relatos.

De hecho, pese a que juzgó más prudente no publicarla, entre otras razones porque temía que provocara una matanza de judíos, distribuyó algunas copias en círculos influyentes. Finalmente, antes de morir en 1820, relató todo a un sacerdote llamado Grivel. Nacería así el mito, tan querido a tantos personajes posteriores, de la conjura judeo-masónica, mito al que se incorporaron los datos suministrados por Simonini en su carta. Con todo, inicialmente, la idea de una conspiración judeo-masónica iba a caer en el olvido y durante las primeras décadas del siglo XIX ni siquiera fue utilizada por los antisemitas. Con posterioridad, una obra de creación titulada Biarritz volvería a resucitarlo en Alemania. El autor de la novela se llamaba Hermann Goedsche y ya tenía un cierto pasado en relación con documentos de carácter sensacional. En el período inmediatamente posterior a la revolución de 1848 había presentado unas cartas en virtud de las cuales se pretendía demostrar que el dirigente demócrata Benedic Waldeck había conspirado para derrocar al rey de Prusia.

El acontecimiento dio origen a una investigación cuyo resultado no pudo resultar más bochornoso: los documentos eran falsos y además Goedsche lo sabía. Este se dedicó entonces a trabajar como periodista en el Preussische Zeitung, el periódico de los terratenientes conservadores, y a escribir novelas como Biarritz. Esta se publicó en 1868, una fecha en que la población alemana comenzaba a ser presa de renovados sentimientos antisemitas a causa de la Emancipación —sólo parcial— de los judíos. En un capítulo del relato, que se presentaba como ficticio, se narraba una reunión de trece personajes, supuestamente celebrada durante la fiesta judía de los Tabernáculos, en el cementerio judío de Praga. En el curso de la misma, los representantes de la conspiración judía mundial narraban sus avances en el control del gobierno mundial, insistiendo especialmente en la necesidad de conseguir la Emancipación política, el permiso para practicar las profesiones liberales o el dominio de la prensa. Al final, los judíos se despedían no sin antes señalar que en cien años el mundo yacería en su poder. Como en el caso de la conjura judeo-masónica, el episodio narrado en este capítulo de Biarritz iba a hacer fortuna.

En 1872, se publicaba en San Petersburgo de forma separada señalándose que, pese al carácter imaginario del relato, existía una base real para el mismo. Cuatro años después en Moscú se editaba un folleto similar con el título de “En el cementerio judío de la Praga checa (los judíos soberanos del mundo)”. Cuando en julio de 1881 Le Contemporain editó la obra, ésta fue presentada ya como un documento auténtico en el que las intervenciones de los distintos judíos se habían fusionado en un solo discurso. Además se le atribuyó un origen británico. Nacía así el panfleto antisemita conocido como el “Discurso del Rabino”. Con el tiempo la obra experimentaría algunas variaciones destinadas a convertirla en más verosímil. Así el rabino, anónimo inicialmente, recibió los nombres de Eichhorn y Reichhorn e incluso se le hizo asistir a un (inexistente) congreso celebrado en Lemberg en 1912.

Un año después de la publicación de Biarritz, Francia iba a ser el escenario donde aparecería una de las obras clásicas del antisemitismo contemporáneo. Se titulaba Le juif, le judaásme et la judaásation des peuples chrátiens y su autor era Gougenot des Mousseaux. La obra partía de la base de que la cábala era una doctrina secreta transmitida a través de colectivos como la secta de los Asesinos, los templarios o los masones pero cuyos jerarcas principales eran judíos. Además de semejante dislate —que evidencia una ignorancia absoluta de lo que es la cábala— en la obra se afirmaba, igual que en la Edad Media, que los judíos eran culpables de crímenes rituales, que adoraban a Satanás (cuyos símbolos eran el falo y la serpiente) y que sus ceremonias incluían orgías sexuales. Por supuesto, su meta era entregar el poder mundial al Anticristo para lo que fomentarían una cooperación internacional en virtud de la cual todos disfrutaran abundantemente de los bienes terrenales, circunstancias estas que, a juicio del católico Gougenot des Mousseaux, al parecer sólo podían ser diabólicas. Pese a lo absurdo de la obra, no sólo disfrutaría de una amplia difusión sino que además inspiraría la aparición de panfletos similares generalmente nacidos de la pluma de sacerdotes. Tal fue el caso de Les Francs-Maçons et les Juifs: Sixième Age de l'Eglise d'après l'Apocalypse (1881) del abate Chabauty, canónigo honorario de Poitiers y Angulema, donde aparecen dos documentos falsos que se denominarían “Carta de los judíos de Arles” (de España, en algunas versiones) y “Contestación de los judíos de Constantinopla”. Tanto la obra de Chabauty como la de Gougenot de Mousseaux serían objeto de un extenso plagio —a menos que podamos denominar de otra manera al hecho de copiar ampliamente secciones enteras sin citar la procedencia— por parte del antisemita francés Edouard Drumond, cuyo libro La France juive (1886) demostraría ser un poderoso acicate a la hora de convertir en Francia el antisemitismo en una fuerza política de primer orden.

El único país donde, por aquel entonces, el antisemitismo resultaba más acentuado que en Francia y Alemania, y donde, dicho sea de paso, se originaría el plan que culminaría en los Protocolos, era Rusia. Las condiciones de vida de los judíos bajo el gobierno de los zares se han calificado de auténticamente terribles pero la cuestión es digna de considerables matizaciones ya que no pocos progresaron considerablemente y llegaron a escalar socialmente puestos que les estaban vedados en países limítrofes al imperio zarista. Sin embargo, tras el asesinato de Alejandro II y el acceso al trono de Alejandro III empeoraron en parte, siquiera porque no eran pocos los judíos —generalmente jóvenes idealistas de familias acomodadas— que participan en grupos terroristas de carácter antizarista y, en parte, porque los revolucionarios recurrieron al antisemitismo en no pocas ocasiones como forma de obtener un ascendente sobre el pueblo. Así, a un antisemitismo instrumental de izquierdas —del que participaron no pocos judíos filorevolucionarios— se sumó otro popular que abominaba de la subversión y que estallaba ocasionalmente en pogromos. Tal situación estaba acompañada por la propaganda antisemita. Fue esta una floración libresca pletórica de odio, mala fe e ignorancia, que se extendió desde el Libro del Kahal (1869) de Jacob Brafman, editado con ayuda oficial, y en el que se pretendía que los judíos tenían un plan para eliminar la competencia comercial en todas las ciudades, hasta los tres volúmenes de El Talmud y los judíos (1879©1880) de Lutostansky, obra en que el autor demostraba ignorar lo que era el Talmud y además introducía en Rusia el mito de la conjura judeo-masónica.

No obstante, es posible que la obra de mayor influencia de este período fuera La conquista del mundo por los judíos (7ª ed. 1875) escrita por Osman-Bey, pseudónimo de un estafador cuyo nombre era Millinger. El aventurero captó fácilmente la paranoia antisemita que había en ciertos segmentos de la sociedad rusa y la aprovechó en beneficio propio. Su panfleto sostenía que existía una conjura judía mundial cuyo objetivo primario era derrocar la actual monarquía zarista. De hecho, sirviéndose de semejantes afirmaciones, el 3 de septiembre de 1881 salía de San Petersburgo con destino a París, provisto del dinero que le había entregado la policía política rusa, con la misión de investigar los planes conspirativos de la Alianza Israelita Universal que tenía su sede en esta última ciudad. Pasando por alto, como lo harían muchos otros, que este organismo sólo tiene fines filantrópicos Millinger afirmó que se había hecho con documentos que la relacionaban con grupos terroristas que deseaban derrocar el zarismo. En 1886, se editaban en Berna sus Revelaciones acerca del asesinato de Alejandro II. Con el nuevo panfleto quedaba completo el cuadro iniciado con La conquista... No sólo se afirmaba la tesis del peligro judío sino que además se indicaba ya claramente el camino a seguir para alcanzar “la Edad de Oro”. Primero, había que expulsar a los judíos basándose en “el principio de las nacionalidades y de las razas”. Un buen lugar para enviarlos sería África. Pero tales acciones sólo podían contemplarse como medidas parciales. En realidad, sólo cabía una solución para acabar con el supuesto peligro judío:

“La única manera de destruir la Alianza Israelita universal es a través del exterminio total de la raza judía”. El camino para la aparición de los Protocolos —y para realidades aún más trágicas— quedaba ya más que trazado. Del 26 de agosto al 7 de septiembre de 1903 aparecía en el periódico de San Petersburgo Znamya (La Bandera) la primera edición de los Protocolos, bajo el título de Programa para la conquista del Mundo por los judíos. El panfleto encajaba como un guante en el medio ya que el mismo estaba dirigido por P. A. Krushevan, un furibundo antisemita que había sido un personaje clave en el desencadenamiento del pogromo de Kishiniov. Krushevan afirmó que la obra —cuyo final aparecía algo abreviado— era la traducción de un documento original aparecido en Francia.

En 1905, el texto volvía a editarse en San Petersburgo en forma de folleto y con el título de La raíz de nuestros problemas a impulsos de G. V. Butmi, un amigo y socio de Krushevan que junto con éste se dedicaría a partir de ese año a sentar las bases de la Centurias negra. En enero de 1906, el panfleto era reeditado por la citada organización con el mismo título que le había dado Butmi e incluso bajo su nombre. Sin embargo, se le añadía un subtítulo que, en forma abreviada, haría fortuna: Protocolos extrañados de los archivos secretos de la Cancillería Central de Sión (donde se halla la raíz del actual desorden de la sociedad en Europa en general y en Rusia en particular).

Las ediciones mencionadas tenían una finalidad masivamente propagandística y consistieron en folletos económicos destinados a todos los segmentos sociales. Pero en 1905 los Protocolos aparecían incluidos en una obra de Serguei Nilus titulada Lo grande en lo pequeño. El Anticristo considerado como una posibilidad política inminente. El libro de Nilus ya había sido editado en 1901 y 1903, pero sin los Protocolos. En esta nueva edición se incluyeron con la intención de influir de manera decisiva en el ánimo del zar Nicolás II. La reedición de Nilus contaba con algunas circunstancias que, presumiblemente, deberían haberle proporcionado un éxito impresionante. Así, el metropolitano de Moscú llegó incluso a ordenar que en las 368 iglesias de la ciudad se leyera un sermón en el que se citaba esta versión de los Protocolos. Inicialmente, no resultó evidente si prevalecería la versión de Butmi o la de Nilus. Finalmente, sería esta última reeditada con ligeras variantes y bajo el título de Está cerca la puerta... Llega el Anticristo y el reino del Diablo en la Tierra la que llegaría a consagrarse. El motivo de su éxito estaría claramente vinculado a haberse publicado una vez más en 1917, el año de la Revolución rusa. El texto de Nilus está dividido en 24 supuestos protocolos en los que, realmente, se intenta demostrar la bondad del régimen autocrático (obviamente el zarista) y la perversidad de las reformas liberales.

Como justificación última de semejante discurso político se aduce la existencia de un plan de dominio mundial desarrollado por los judíos. Así el panfleto deja claramente establecido el supuesto absurdo del sistema liberal ya que la idea de libertad política no sólo resulta irreal sino que además sólo puede tener desastrosas consecuencias:

“La libertad política no es una realidad, sino una simple idea”. (1, 5)

“La idea de la libertad no puede realizarse porque nadie sabe hacer de ella el uso adecuado. Basta con permitir que el pueblo se gobierne durante un período breve de tiempo para que la administración se transforme al poco en desenfreno... los Estados arden en llamas y toda su grandeza se viene abajo convertida en cenizas”. (1, 6)

La razón fundamental que aduce Nilus, por boca de los supuestos conspiradores judíos, es similar a la esgrimida por otros antidemócratas anteriores y posteriores. Es absurda la libertad ya que la gente del pueblo no puede llegar a comprender lo que es la política:

“Los miembros de la plebe que han salido del pueblo, por más dotados que están, al no comprender la alta política no pueden guiar a la masa sin despeñar a toda la nación en la ruina”. (1, 18)

Si la idea de libertad política podía ser relativamente tolerada, esto se debería a algunas condiciones previas. Primero, su sumisión al poder clerical; segundo, la exclusión de los enfrentamientos sociales y, tercero, la eliminación de la búsqueda de reformas. En resumen, puede ser aceptable si no afecta en absoluto el sistema autocrático:

“La libertad podría ser inofensiva y darse sin peligro para el bienestar de los pueblos en los estados si se basase en la fe en Dios y en la fraternidad de los seres humanos y se alejase de la idea de igualdad, que está en contradicción con las leyes de la Creación...” (4, 3)

Sin embargo, la libertad no ha discurrido por los cauces deseados por Nilus y puestos en boca de los presuntos conspiradores judíos. El resultado ha sido por ello especialmente peligroso y ha degenerado en la mayor de las aberraciones posibles, la corrupción de la sangre:

“Después de haber instalado en el órgano estatal el “veneno del liberalismo”, toda su condición política ha sufrido una metamorfosis; los Estados han sido atacados por una dolencia mortal, “la corrupción de la sangre”; sólo hace falta esperar el final de su agonía. Del liberalismo han surgido los Estados constitucionales que han sustituido a la autocracia, único gobierno útil a los no judíos”. (10, 11-12)

Las afirmaciones relativas a lo nocivo de la libertad política tienen, lógicamente, en esta obra un reverso diáfano consistente en alabar las supuestas virtudes de la autocracia. Esta —sea la política de los zares o la religiosa de los papas— constituye, según los Protocolos, el único valladar contra el peligro judío:

“La autocracia de los zares rusos fue nuestro único enemigo en todo el mundo junto con el papado”. (15, 5)

Precisamente por eso, el poder del autócrata debe tener para ser efectivo un tinte innegable de cinismo, de maquiavelismo, de pura hipocresía utilitarista:

“La política no tiene nada que ver con la moral”. Un soberano que se deja guiar por la moral no actúa políticamente y su poder descansa sobre frágiles apoyos. “El que quiera reinar debe utilizar la astucia y la hipocresía”. (1, 12)

Sin embargo, tal actitud no debe causar malestar ni ser objeto de censura. Está más que justificada por el hecho de que la autocracia es la única forma sensata de gobierno y la única manera de crear y mantener en pie la civilización, algo que nunca puede emanar de las masas:

“Solamente una personalidad educada desde la juventud para la autocracia puede entender las palabras que forman el alfabeto político”. (1, 19) “... Sin despotismo absoluto no hay civilización; ésta no es obra de las masas sino sólo de su guía, sea quien fuere”. (1, 21)

Naturalmente, el modelo autocrático no se sustenta sólo sobre la figura del soberano sino sobre otros pilares del sistema. Los Protocolos contienen, por lo tanto, loas a estos estamentos concretos que se sitúan en labios de los supuestos conspiradores judíos. El primero de ellos es la nobleza:

“... El triunfo más importante... es acabar con los “privilegios”, que son indispensables para la vida de la “nobleza no-judía” y la única protección que las naciones tienen frente a nosotros” (1, 30)

Obviamente, la aristocracia es presentada en términos ideales y, dicho sea de paso, radicalmente falsos desde una perspectiva histórica. Así se afirma que es la protectora de las clases populares y que comparte sus mismos intereses:

“Bajo nuestra dirección fue “aniquilada la nobleza”, que es la protectora natural y la madre nutricia del pueblo, y cuyos intereses están unidos inseparablemente del bienestar del pueblo... La nobleza, que conforme a un derecho legal exigía la fuerza de trabajo de los trabajadores, estaba interesada en que los trabajadores estuvieran bien alimentados, sanos y fuertes”. (3, 6 y 8)

Obviamente el otro estamento que debe colaborar —y al que se retrata de nuevo en términos excesivamente positivos— es el clero que en Rusia llegó a extremos de cesaropapismo extraordinarios:

“Controlado por su fe, el pueblo avanzará bajo la tutela de su clero, pacífica y modestamente de la mano de sus pastores espirituales”. Frente al panorama idealizado de la autocracia, sustentada por la nobleza y el clero, Nilus opone el retrato de una supuesta conjura mundial tras la que se encuentran los judíos. Estos, en teoría, se hallarían ya muy cerca de la conquista del poder:

“... Hoy estamos sólo a unos pocos pasos de nuestra meta. Sólo un tramo breve y el círculo de la serpiente simbólica”, el símbolo de nuestro pueblo se cerrará. Y una vez que se cierre el círculo, todos los Estados de Europa quedarán apresados en él como dentro de un torno”. (3, 1)

Siguiendo un patrón multisecular, Nilus presenta como base del poder judío el dominio económico, dato no sólo falso sino sangrante si tenemos en cuenta la situación miserable de los judíos de la Rusia de la época:

“Toda la maquinaria de gobierno depende de un motor que está en nuestras manos y es el oro”. (5, 8)

La conjura, obviamente, se manifiesta en una serie de acciones moralmente perversas desencadenadas por los judíos. La primera es, naturalmente, intentar contaminar con su materialismo a los que no son como ellos:

“Para no dejar tiempo a los no-judíos para la reflexión y la observación, debemos apartar sus pensamientos hacia el comercio y la industria” (4, 4)

Pero eso es sólo el comienzo. Según los Protocolos de Nilus, para que los judíos dominen el mundo se entregan a una serie de actividades simultáneas que desafían la imaginación más delirante. A ellos se les atribuye potenciar la idea de un “gobierno internacional” (5, 18), crear “monopolios” (6, 1), apoyarse en “las logias masónicas” (15, 13) (de nuevo la tesis de la conjura judeo-masónica!), fomentar “el incremento de los armamentos y de la policía” (7, 1), provocar una “guerra general”, “idiotizar y corromper a la juventud de los no-judíos” (9, 12), aniquilar “la familia” (10, 6), “distraer a las masas con diversiones, juegos, pasatiempos, pasiones” (13, 4), eliminar “la libertad de enseñanza” (16, 7) e incluso “destruir todas las otras religiones” (14, 1). En suma no hay nada que repugne a la mente autocrática de Nilus que no se deba atribuir a los judíos.

En esa paranoia que ve la mano judía detrás de todo lo inaceptable llega en algunos casos hasta el retorcimiento más absoluto o el ridículo más absurdo. Así queda de manifiesto al afirmar que los no-judíos padecen “las enfermedades que les causamos (los judíos) mediante la inoculación de bacilos” (10, 25) o al atribuir la construcción del metro a turbias intenciones políticas:

“Pronto se habrán construido en todas las capitales “trenes subterráneos”; partiendo de los mismos volaremos por los aires todas las ciudades junto con todas sus instalaciones y documentos”. (9, 14)

Al final, los judíos conseguirán mediante semejantes artimañas su meta final:

“El “Rey de Israel” será el patriarca del mundo cuando se ciña en la cabeza santificada la corona que le ofrecerá toda Europa”. (15, 30)

Los últimos Protocolos están dedicados presuntamente a pergeñar una descripción de cómo deberá gobernar mundialmente el Rey de Israel. En realidad, son una descripción de la monarquía autocrática ideal según Nilus. En la misma el monarca ideal deberá evitar “los impuestos demasiado elevados” (20, 2) para evitar sembrar la semilla de la revolución (20, 5), introducirá reformas como la creación de un impuesto progresivo de timbres (20, 12), de un fondo de reservas (20, 14), de un tribunal de cuentas (20, 17) y de un patrón basado en la fuerza de trabajo (20, 24) y llevará a cabo una serie de medidas económicas como la restricción de los artículos de lujo (23, 1), el fomento del trabajo artesanal (23, 2) y de la pequeña industria (23, 3) o el castigo del alcoholismo (23, 4).


Antonio CB ·
Pino Montano
Petético, meno mal que ya no engañan a nadie minimamente informado. saludos
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Juan Maria Rodriguez ·
IES Arzúa
Tengo gran admiracion por Don Cesar Vidal, pero humildemente le rogaría que recuerde aquel dicho de que "la realidad supera a la ficcion"
Supongo tendra conocimiento del libro cuyo titulo es: "La sinagoga de satan" donde se narra de maneta cronoogica la historia y conspiraciones de una importante familia judia askenazi (no judios de raza verdaderos) y haciendo un analisid de los aconteciientos mundiales (lease Reserva Fereral, Fondo Monetario Internacional,ONU, etc..) partiendo de una informacion no transmitida por las grandes multinacionales de la prensa y TV, que ya sabemos a quien pertenecen, quizas partiendo de una informacion libre uno compruebe la verdad de los hechos.
https://youtu.be/fiqgHBbuscw (porque mataron a Kennedy
https://youtu.be/lEP7xaTJEQ0 (Historia de la familia Rothschild)
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Silvia Rizzo ·
Universidad de Buenos Aires
Juan iba a decir lo mismo que vos gracias me ahorraste la perorata solo quería agregar que el judío real el querible don Jacobo fue taisionado en la segunda guerra y abandonado x sus supuestos pares los hazaros son otra cosa ..
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Jesus Perez Bueno ·
Madrid
Sin entrar en dimes y diretes, en lo que muchos manifestaron o hicieron, en quienes dejaron volar la imaginación o el odio hasta la locura(por ejemplo Hitler)... se suele decir que cuando el río suena, agua lleva. Y, si el 99,99% de toda esa teoría de la conspiracíon es falsa, a lo que beneficia precisamente, es al 0,01 restante. La aguja en el pajar no puede tener mejor camuflaje y salvavidas. Demostrar su exixtencia es prácticamente imposible, debido a las constantes contradicciones, y de hacerlo, nadie lo iba a creer. Sin embargo, parece que los hechos se obstinan en poner de manifiesto muc...Ver más
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Jesus Perez Bueno ·
Madrid
Pilar Molina A ver... la masonería originalmente fue una organización gremial para preservar el conocimiento constructivo adquirido hasta ese momento (gótico). Dichos gremios tenían permiso de reunión en asambleas cerradas a otros, debido a la competencia entre ciudades por la hegemonía en cuanto a elementos tan representativos como era las catedrales (lo más popular y representativo). Familias de marranos europeos (falsos conversos resaviados) que habían conspirado desde siempre en todas partes (pues no se mezclaban con el pueblo como sucede a los islámicos por cuestión religiosa), vieron en ...Ver más
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Das Orakel Vom Berge ·
Georg-August-Universität Göttingen
Don Cesar me he leído algunos de sus libros y le sigo a usted siempre que puedo, pero creo que tiene una visión muy sesgada de la historia, historia por otro lado muy manipulada. ¿Como me explica usted esta intromisión terrorista bajo territorio del Paraguay del Mossad israelí (curiosamente en momentos auspiciados por presidentes golpistas y bajo siniestros juicios políticos)?

http://sur1810.com/.../expertos_israelies_en_seguridad.../
Le recomiendo los libros de Antony Sutton, Eustance Mullins, Juri Lina y David Irving.
No encubra más a esta gentuza e infórmese sobre el movimiento Zionista y sobre la ADL (Anti-Defamation League), todo esto está relacionado con el NWO o Nuevo Orden Mundial (Novus Ordo Seclorum).

El gran Eustance Mullins.
http://www.youtube.com/watch?v=XVbXIhSq_LU
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Edugar Díez
Que fraude Don César.
¡Mire que traicionar a Jesús por los judíos! Pero aún está a tiempo de arrepentirse abrazando la verdadera Fé.
En fin, cosas del protestantismo...
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De verdad que me dais una gran alegría al interesaros por este polémico tema. Ojalá despertaran más personas...
Un cordial saludo para ti, @Coti7495
Todos los crímenes de los que se pueda acusar a los judíos en el mundo son la milésima parte de los que han cometido los cristianos.
Y los protocolos de los sabios de Sión es un libro detestable que ninguna persona culta y medianamente civilizada puede aprobar.

Ya sólo falta que se abra un hilo con "Mi lucha" de Hitler.
 
Todos los crímenes de los que se pueda acusar a los judíos en el mundo son la milésima parte de los que han cometido los cristianos.
Y los protocolos de los sabios de Sión es un libro detestable que ninguna persona culta y medianamente civilizada puede aprobar.

Ya sólo falta que se abra un hilo con "Mi lucha" de Hitler.

No mezcles las cosas, Connies. Aquí no se está acusando a nadie, tan sólo se está debatiendo si parte del contenido de este polémico documento, sea o no verdadero - eso nadie lo sabe con certeza - se ha cumplido, independientemente de quiénes estén detrás de esta conspiración contra la humanidad. Nadie está atacando a ninguna raza o religión, sino a las personas que utilizan ideologías y religiones para manipular y dominar a las masas. Evidente es que muchas de las cosas que se dicen que están escritas en ese polémico documento se han llevado a cabo, lo estamos presenciando y sufriendo día a día - unos pueblos más que otros - pero son hechos que no se pueden negar.
Personas buenas y malas ha habido en todas las razas y credos, nadie queda exento, por lo que ningún pueblo puede ser tratado como intocable: ante Dios somos todos sus amados hijos, pero hijos imperfectos. Está en cada uno de nosotros discernir y elegir entre el Bien y el Mal. Y hay mucho mal en este mundo, por lo que me gustaría saber por qué y quiénes son.
 
No mezcles las cosas, Connies. Aquí no se está acusando a nadie, tan sólo se está debatiendo si parte del contenido de este polémico documento, sea o no verdadero - eso nadie lo sabe con certeza - se ha cumplido, independientemente de quiénes estén detrás de esta conspiración contra la humanidad. Nadie está atacando a ninguna raza o religión, sino a las personas que utilizan ideologías y religiones para manipular y dominar a las masas. Evidente es que muchas de las cosas que se dicen que están escritas en ese polémico documento se han llevado a cabo, lo estamos presenciando y sufriendo día a día - unos pueblos más que otros - pero son hechos que no se pueden negar.
Personas buenas y malas ha habido en todas las razas y credos, nadie queda exento, por lo que ningún pueblo puede ser tratado como intocable: ante Dios somos todos sus amados hijos, pero hijos imperfectos. Está en cada uno de nosotros discernir y elegir entre el Bien y el Mal. Y hay mucho mal en este mundo, por lo que me gustaría saber por qué y quiénes son.

No se ha planteado debate, sino un montón de twits xenófobos, conspiranóicos, aptos sólo para minusválidos mentales, y, encima, citando un texto como "Los protocolos de los sabios de Sión", que ha sido la base "ideológica" que han argüido desde los rusos zaristas y los soviéticos, que asesinaron y eliminaron cientos de miles de judíos, hasta los islamistas del DAESH, pasando por los nazis de Hitler, que lo citaban y propagaban para atizar el odio y justificar ideológicamente el asesinato masivo de millones de judios.

Este hilo es un ejemplo clarísimo de los contenidos terminantemente prohibidos en este foro (y en cualquier medio digno):
"contenido violento, intolerancia racial hacia un particular, grupo u organización o apología al terrorismo".

No tengo ningún interés en arrogarme la interpretación ni la percepción de lo que Dios o los Dioses pretenden y estiman oportuno y correcto, y desconfío profundamente de quien diga saberlo, y más si afirma que todos somos sus hijos amadísimos para hacerme tragar un bombardeo de consignas dignas de un frenopático.
 
No se ha planteado debate, sino un montón de twits xenófobos, conspiranóicos, aptos sólo para minusválidos mentales, y, encima, citando un texto como "Los protocolos de los sabios de Sión", que ha sido la base "ideológica" que han argüido desde los rusos zaristas y los soviéticos, que asesinaron y eliminaron cientos de miles de judíos, hasta los islamistas del DAESH, pasando por los nazis de Hitler, que lo citaban y propagaban para atizar el odio y justificar ideológicamente el asesinato masivo de millones de judios.

Este hilo es un ejemplo clarísimo de los contenidos terminantemente prohibidos en este foro (y en cualquier medio digno):
"contenido violento, intolerancia racial hacia un particular, grupo u organización o apología al terrorismo".

No tengo ningún interés en arrogarme la interpretación ni la percepción de lo que Dios o los Dioses pretenden y estiman oportuno y correcto, y desconfío profundamente de quien diga saberlo, y más si afirma que todos somos sus hijos amadísimos para hacerme tragar un bombardeo de consignas dignas de un frenopático.

para hacerme tragar un bombardeo de consignas dignas de un frenopático.
:

un texto como "Los protocolos de los sabios de Sión", que ha sido la base "ideológica" que han argüido desde...hasta los islamistas del DAESH, para atizar el odio y justificar ideológicamente el asesinato masivo de millones de judios."

La única vez que se haya sabido que los islamistas de ISIS hayan atacado a Israel/judios, sólo el año pasado, y anda que no trajinan por la region desde antes del 2013, ocurrió esto (fuente: Times of Israel):

ISIS FIGHTERS REGRET ATTACKING ISRAEL AND HAVE 'APOLOGIZED', FORMER DEFENSE MINISTER SAYS
BY TOM O'CONNOR ON 4/27/17 AT 1:52 PM
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Moshe Yaalon, then Israel's Defense Minister, gives a statement to the press at the Kirya Army base in Tel Aviv, Israel May 20, 2016. Yaalon claimed militants loyal to the Islamic State group (ISIS) apologized to Israel after opening fire on an Israeli unit in November.
http://www.newsweek.com/isis-fighters-regret-attacking-israel-apologize-defense-minister-591020
http://www.timesofisrael.com/ex-defense-minister-says-is-apologized-to-israel-for-november-clash/

oppps!!!...y como esta, decenas de más inexactitudes, por llamarlas de forma suave. A veces - siempre, diría yo (y) - merece la pena estudiar los procesos por uno mismo, dejando en stand by las consignas de los mass-media y de los libros de historia (que la escriben los vencedores, recuerdas ;)) para intentar analizar la info-/los hechos de forma lo más imparcial posible.

por otro lado, que el texto de "Los abios de Sion" lo hayan escrito unos judios, mis vecinos del 3º E o colonizadores de Marte...la verdad es que da absolutamente igual! lo innegable es que más que un libro profético su contenido parece una hoja de ruta que hoy en día, ya bien entrado el s. XXI, está más que adelantada como realización. ...basta que mires con algo de atención a tu alrededor....ayudaría si hayas leído el "1984" y "Un Mundo Feliz". :(

y como si esto fuese poco, te hago notar que la mejor manera de zanjar una discusión de carácter de investigación es tachar al que busca respuestas de xenófobo y qué-sé-yo-más...y ya 'tá! solucionado ;) Stalin decía "Net cheloveka, net problema" - "No man, no problem!". desafortunadamente eso no es muy diferente a la reacción de los avestruces ante el peligro...:(..

Saludos, @ConnieS, :)...a ver cuando tengo tiempo y puedo volver a disfrutar de tus aportaciones en el hilo sobre Cataluña. (y)

p.s. por supuesto, realmente, a parte de algunos judíos que hablan hebreo (que antes del 1948 era lengua minoritaria en la diaspora judía: https://www.myjewishlearning.com/article/jewish-languages-from-aramaic-to-yiddish/) semitas sí lo son los palestinos y demás árabes (que no persas/iraníes).

https://es.wikipedia.org/wiki/Pueblos_semitas

lo dicho :(:(...muchas, muchíiiisimas inexactitudes las que tenemos colectivamente injertadas en la mente y de allí en nuestro entender prefabricado de la realidad :bookworm::bookworm::bookworm:
 
...a ver si se me ocurre la audaz e infeliz idea de investigar los crímenes del mafioso Al Capone y su séquito (muchos de los que ni media palabra de siciliano sabían, su contable, por ej, etc), personas físicas, determinadas y determinables, con responsabilidad penal personal e intransferible...se me vaya a acusar de anti-latina...o algo asi...:nailbiting::nailbiting:

:wtf::banghead::wtf::banghead:

...por supuesto que, si yo fuese Al Capone, hubiera hecho de todo para crear un meme así, con nada menos que penalización legal:

Al Capone = italianos, el que quiere saber la verdad sobre los crímenes de Al Capone es un xenófobo anti-italiano! :jawdrop::jawdrop:

...del 10!...;) :smuggrin:...

....pobres latinos/ italianos/ sicilianos por compartir raíces lingüísticas, nacionalidad y origen con los mafiosos de Al Capone...:(...

...pobre y sufrido pueblo judío :(!!...mi mas sincero respeto hacia ellos, víctima antes y más que nadie! :( :cry:
 
Última edición:
El sistema que nos quiere destruir
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Un Estado aconfesional no renuncia a sus tradiciones. El empeño en perseguirlo tiene un objetivo claro: debilitar la identidad colectiva ligada a España. El nacionalpopulismo lo intenta.



30/03/2018

La aconfesionalidad del Estado es una razonable conquista de la civilización occidental, en el sentido de que separa los ámbitos de actuación del poder político y de la representación religiosa, cuya mezcla depara tantos problemas en zonas del mundo donde aún no se ha producido ese salto: sólo hay que mirar a aquellos países donde el Estado es una herramienta más de la confesión hegemónica -que no es precisamente católica- para entender los riesgos de integrar en un único mando ámbitos pertenecientes a esferas bien distintas.

Pero ese valor no equivale a perseguir la religión, desde un rancio anticlericalismo guerracivilista, ni tampoco a imponerlo a toda costa allá donde adquiere unos valores culturales, sociales y por tanto públicos con un abrumador respaldo de la ciudadanía.

Atacar la Semana Santa, la Cabalgata de Reyes y otras manifestaciones no es inocente: resume el intento de ‘crear pueblo’ a su medida

En ese sentido, las críticas a la Semana Santa o la artificial indignación por ver las banderas a media asta en los cuarteles son improcedentes y absurdas, pues generan un problema donde no lo hay, lo transforman en algo político que en realidad no existe y desatiende la evidencia del formidable apoyo popular que tiene, por creyentes desde luego, pero también por millones de personas que ven en todo ello el reflejo de una tradición o un precioso espectáculo.

Nada de ello es casual. El populismo, a menudo anclado en las enseñanzas de pensadores radicales como Gramsci o Laclau -referencias constantes de Iglesias, Errejón y Monedero-, encuentra en su particular versión de la ‘revolución cultural’ una de las estrategias clave para “construir pueblo”, adaptándole por su puesto a sus parámetros ideológicos, bien alejados del espíritu democrático, plural y abierto que dicen defender.

Y en ese viaje, acabar con toda aquella manifestación que de algún modo represente la identidad colectiva, desde muchos prismas, resulta crucial: reinventar himnos, banderas, canciones, costumbres, iconografía y tradiciones es, pues, uno de los retos más prioritarios de este tipo de movimientos, que necesita borrar la memoria general para insertar en ella un nuevo código adaptado a su visión social uniformadora. Desde el peronismohasta el comunismo soviético, pasando sin duda por el chavismo venezolano, la recreación de un ‘ciudadano nuevo’ ajeno a sus propios recuerdos compartidos ha sido clave.

No es casual, pues, que desde que en 2015 Podemos llegara al poder municipal y autonómico, sus intentos por acabar con ciertas tradiciones hayan sido reiterados: desde las Cabalgatas de Reyes hasta la Semana Santa, pasando por los toros y las banderas; todo ello ha sido objeto de sus críticas y proposiciones incluso legales para cambiarlas o hacerlas desaparecer. No lo han logrado, por la formidable resistencia popular a esa inquietante injerencia, pero que lo hayan intentado e intenten ya con más disimulo lo dice todo de la naturaleza de sus objetivos.

Convivencia sin uniformidad

Existe una razonable, legítima y hasta necesaria posición laica, antitaurina o antimilitarista que merece respeto y atención, se comparta o no, pues nace de la misma concepción democrática que sostiene la postura contraria, y ambas se ubican en un espacio constitucional que regula la convivencia de ambas actitudes en un marco compartido que enriquece al conjunto de la sociedad.





En este caso, sin embargo, son meras excusas políticas, perfectamente diseñadas, que se sirven de esos pretextos para lograr un efecto muy indeseable allá donde ha prosperado y que tiene por aliado, en el caso de España, al propio secesionismo: perseguir ciertos símbolos, que no son ideológicos ni se imponen a nadie pero sintetizan una parte del acervo popular, intenta debilitar a la propia España, algo en lo que coinciden por distintas razones e intereses los partidos soberanistas y el llamado populismo.

La sociedad se resiste

Sólo la evidencia de que es la propia ciudadanía la que respalda de manera tranquila, con su mera presencia, todos estos hitos del calendario festivo o espiritual español, ha frenado un desafío latente, nada inocente, que siempre buscará el momento y las circunstancias para redoblar sus esfuerzos.

Por eso otras confesiones como el Islam u otros espectáculos taurinos como los correbous en Cataluña jamás encuentran la oposición y la protesta que siempre padecen la Pascua, la Navidad, el Ejército o la tauromaquia: todos éstos reflejan una parte cultural y ancestral de la idea de España, perfectamente compatible con tantas otras bien diversas, y es eso lo que no les gusta y aspiran a cambiar.

Origen: Por qué el populismo detesta la Semana Santa y todos los símbolos de España – ESdiario.

VerdadesOfenden
 
Todos los crímenes de los que se pueda acusar a los judíos en el mundo son la milésima parte de los que han cometido los cristianos.
Y los protocolos de los sabios de Sión es un libro detestable que ninguna persona culta y medianamente civilizada puede aprobar.

Ya sólo falta que se abra un hilo con "Mi lucha" de Hitler.
Mi muy estimada @ConnieS entiendo muy bien tu argumento, pero quiero contarte por qué celebré la iniciativa de este hilo. Se trata de algo que me interesa y deseo conocer. Hace años tengo esa inquietud, y por una cosa o por otra, ha quedado relegada.
Como participante de este foro me congratulo al encontrar tanta diversidad de temas y de alta calidad intelectual, además de cotilleo y juegos.
Jamás he leído este libro, como tampoco mi lucha, aunque sé de qué trata cada uno.
Me gusta poder acceder a la posibilidad del conocimiento, sin que ello implique ideologizarme. A esta altura de mi vida, ya no cambia mi cabeza el leer o no alguna cosa. Sólo aspiro a poder conocer más sobre el tema.
Me interesa mucho también conocer respecto de la masonería, sin embargo no pertenezco a ese grupo.
Inquietud intelectual y deseos de entender un poco más el por qué de muchas cosas. Que generalmente es multicausal.
Lo que siempre es condenable que aquellos que detentan el poder, sean quienes sean, opriman miserablemente al resto y los condenen a las más miserables existencias, cosa que existe y si no podemos verla a nuestro alrededor, sí podemos hacerlo a través de las noticias de lugares más remotos.
Así de miserable es el ansia desmedida de poder, que hasta se ha llegado a la instancia desesperada de buscar otros mundos, pues este está a punto de sucumbir merced a tanto destrato.
Como ves, ConnieS, desprecio la maldad y el oprobio de los que someten, vengan de donde vengan.
Un abrazo a ti, con todo mi afecto.
Miss Guerlain.
 
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