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Bueno, si el casi cántabro López Ladrador nos asegura que con esas disculpas, esos 9.000.000 de mexicanos autóctonos (población indígena en México 11.000.000) que tiene viviendo en la miseria más absoluta, automáticamente mejoran sus niveles de vida y dejan de ser el sector más desfavorecido y mal tratado por los distintos gobiernos de su hermoso país en los últimos 10, 20, 30 ó 40 años (por no irme mucho más atrás), pues nada de cabeza con "las disculpas".
Pero me temo que no, que las tan indispensables disculpas, no van a contribuir para nada a que esos 9.000.000 de personas puedan disfrutar de, por ejemplo, una seguridad social, un acceso a la sanidad, a la educación, a pensiones... Claro que no están solos, junto con otros compatriotas componen esos 68.000.000 millones de mexicanos que viven bordeando la pobreza.
Así que siguiendo en la línea de los temores, recelo que esto no es más que un burdo truco de trilero político tratando de dar circo al pueblo para hacerles olvidar que lo necesitan es pan. Humo. Desvío de atención o lo que es peor, falta de ideas, falta de soluciones para los, quizá, muchos problemas que como presidente tiene obligación de afrontar y resolver.
Espero de verdad que la gestión interna de este hombre sea más acertada y que beneficie a los mexicanos, por desgracia, si hay algo (más) que compartimos históricamente los de aquí y los de allí (o los de acá y los de allá), es que con harta frecuencia la clase política que nos gobierna no está nunca a la altura de los pueblos que representan.
Póngase a trabajar por y para su gente mirando el presente para procurar un mejor futuro, señor López Labrador, nieto de José, el de Ampuero.
Feliz fin de semana
Pero me temo que no, que las tan indispensables disculpas, no van a contribuir para nada a que esos 9.000.000 de personas puedan disfrutar de, por ejemplo, una seguridad social, un acceso a la sanidad, a la educación, a pensiones... Claro que no están solos, junto con otros compatriotas componen esos 68.000.000 millones de mexicanos que viven bordeando la pobreza.
Así que siguiendo en la línea de los temores, recelo que esto no es más que un burdo truco de trilero político tratando de dar circo al pueblo para hacerles olvidar que lo necesitan es pan. Humo. Desvío de atención o lo que es peor, falta de ideas, falta de soluciones para los, quizá, muchos problemas que como presidente tiene obligación de afrontar y resolver.
Espero de verdad que la gestión interna de este hombre sea más acertada y que beneficie a los mexicanos, por desgracia, si hay algo (más) que compartimos históricamente los de aquí y los de allí (o los de acá y los de allá), es que con harta frecuencia la clase política que nos gobierna no está nunca a la altura de los pueblos que representan.
Póngase a trabajar por y para su gente mirando el presente para procurar un mejor futuro, señor López Labrador, nieto de José, el de Ampuero.
Feliz fin de semana