OPERACIÓN POR CAPÍTULOS PARA ‘REHABILITAR’ AL REY EMÉRITO.

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El Mundo Orbyt.
JUAN CARLOS I
30/09/2023

OPERACIÓN POR CAPÍTULOS PARA ‘REHABILITAR’ AL REY EMÉRITO​

LA FAMILIA SE REUNIRÁ CINCO AÑOS DESPUÉS​


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MIENTRAS LOS JEFES de filas de los partidos con representación en el Congreso rechinaban los dientes el miércoles para que ningún diputado metiera la pata en la primera votación de la sesión de la investidura de Feijóo abocada al fracaso, el Rey Juan Carlos disfrutaba de su primera jornada de entrenamientos en las aguas de Sansenxo patroneando el Bribón. Había regresado a Galicia dos días antes, en la que es su cuarta visita a España desde su expatriación a Emiratos Árabes en agosto de 2020. Y, a pesar de la importante semana política en la que estaba a punto de sumergirse nuestro país, en Zarzuela se había aceptado que el Emérito regresara con tanta resignación como fachada de desinterés.
Tampoco se le pusieron pegas esta vez a Don Juan Carlos desde la Casa del Rey a pesar de que el jueves padre e hijo iban a estar separados apenas por 12 kilómetros. Felipe VI tenía en su agenda ese día una cita que ya casi es tradición con motivo del inicio del nuevo curso, puesto que por quinto año consecutivo iba a presidir la inauguración del Foro La Toja-Vínculo Atlántico, creado para defender los valores que definen las sociedades democráticas, empresarios, políticos y sociedad civil, ante la irrupción de modelos políticos y económicos autoritarios.
No cabía duda de que la proximidad física entre Don Juan Carlos y su hijo, que no se ven en persona desde el pasado enero cuando coincidieron en Atenas con motivo de los funerales por Constantino II –el último rey de los helenos, hermano de Doña Sofía–, iba a generar una extraordinaria expectación, a alimentar toda clase de rumores y a poner el foco mediático en un posible encuentro entre ambos, que nunca había estado en los planes de Don Felipe y que finalmente no se produjo. Morbo asegurado que el propio Emérito se encargó de alimentar al deslizar el mismo jueves, a preguntas de los periodistas que le habían seguido hasta el Club Náutico de Sanxenxo, que “seguramente” iba a verse con su hijo en Galicia. Difícil concluir si el chascarrillo fue fruto de una mala interpretación de Don Juan Carlos a lo que le inquerían los reporteros por sus problemas crecientes de audición, o si, de vuelta de todo como parece estar, encuentra cierto disfrute en un protagonismo travieso que siempre le coloca en el epicentro de la noticia. El caso es que en torno a ese hipotético cara a cara entre padre e hijo acabó girando todo el interés mediático en Galicia esa jornada, opacando el discurso de Felipe VI en La Toja en medio de un clima político endiablado.
Todo se debía de haber calculado perfectamente en Zarzuela y, aun así, como decíamos, esta vez se ha dejado hacer sin mayores problemas a Don Juan Carlos, quien participa a lo largo del fin de semana en la octava edición de la Regata que lleva su nombre en Sanxenxo. Atrás han quedado los innumerables choques entre el Emérito y la Casa del Rey en el último año y medio a propósito de los intentos del primero de viajar a su patria, muchos de ellos frustrados. Y también las órdenes para que se olvidara de algunos planes en este sentido, como cuando el adelanto de las elecciones generales el pasado julio llevó a la guardia de corps de Don Felipe a decirle a su padre que ni se le ocurriera abandonar Abu Dabi hasta que pasaran los comicios.
Y es que muchas cosas están cambiando, a modo de pequeños hitos en lo que se podría llamar una operación rehabilitación de la figura del Emérito por capítulos. La normalización de la presencia de Juan Carlos I en la vida pública española se antoja imposible. No sólo por que están muy cercanos aún los espinosos episodios que le llevaron precisamente a tomar su decisión de instalarse en Emiratos, sino también porque no son pocos los partidos del arco parlamentario que no están dispuestos a darle tregua y porque él mismo no tiene intención de dar ninguna explicación a los españoles sobre los capítulos que han ensuciado hasta límites insospechados su hoja de servicios y reputación. Pero en Zarzuela se considera que se ha gestionado con acierto el control de daños y en los últimos meses Don Juan Carlos estaría acatando con mayor mansedumbre las directrices palaciegas que en el pasado –sin globos sonda, sin filtraciones a amiguetes entrometidos, sin pulsos públicos del padre al hijo, etcétera–. Y, a cambio, se habría terminado aceptando que el Emérito pueda cumplir su deseo de viajar a nuestro país con la frecuencia que él desea –de momento lo hace a Sanxenxo, pero todo apunta a que no tardará en desplazarse a otros lugares también–, y además se le va a ir rehabilitando en la esfera familiar.
En este sentido, es de una importancia extraordinaria el anuncio de Zarzuela sobre los planes con motivo de la solemne jura de la Constitución ante las Cortes por parte de la Princesa Leonor el próximo 31 de octubre, coincidiendo con su 18º cumpleaños. Se despejaron las incógnitas. Don Juan Carlos seguirá como un apestado en la vida institucional, con la prohibición de que esté presente en el Congreso de los Diputados en una jornada tan importante para la Monarquía, a diferencia del papel tan relevante que tuvo Don Juan –el padre del Emérito– el día de la jura de su nieto el Príncipe Felipe, en 1986. Pero, a cambio, se convertirá en indiscutible protagonista de la primera reunión familiar de todos los Borbones desde noviembre de 2018 –cuando Doña Sofía cumplió 80 años–, en la fiesta con la que se agasajará a la Princesa de Asturias en el Palacio del Pardo, una vez concluidos los actos institucionales tanto en las Cortes como en el Palacio Real. Aunque se haya difundido que esa celebración tendrá un carácter privado, el hecho de que se haya escogido como escenario El Pardo en vez de la intimidad de Zarzuela, ya pone de relieve una significación sobresaliente.
No extrañaría nada que, a partir de ahí, las visitas de Don Juan Carlos a España sumen nuevos intereses personales y que vuelva a participar en actos de carácter familiar en los que lleva vetado tres años –las Navidades, sin ir más lejos, están a la vuelta de la esquina–.
Claro que Don Juan Carlos es muchas veces su peor enemigo. Y son sus conductas las que irán marcando el paso. En Zarzuela saben que suele resultar “incontrolable”. Y si bien en las últimas visitas a Sanxenxo ha asumido muchas de las directrices impuestas desde Palacio para dar a sus estancias un perfil bajo, sigue generando enorme malestar con comportamientos que provocan tanto rechazo en buena parte de la opinión pública como el de desplazarse en el Bombardier Global 6000, uno de los jets privados más ultralujosos y caros del mundo, y que llevan a preguntarse, como en el cuplé, de dónde saca pa’tanto como destaca.
Al final, mientras todo lo que tenga que ver con los dineros de Don Juan Carlos sea un enigma, su rehabilitación seguirá limitada a la esfera familiar y con el peligro de no dejar de causar daños a la institución.

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La última fotografía que guardan las hemerotecas, casi como una reliquia de valor histórico, en la que se ve juntos a Don Juan Carlos y a su nieta Leonor, Princesa de Asturias, es de diciembre de 2018, cuando los seis integrantes de la Familia Real acudieron al Congreso para presidir el acto institucional con motivo del 40º aniversario de la Constitución. Semanas antes, los Borbones al completo habían posado en las escalinatas del Palacio de la Zarzuela, en una jornada muy emotiva en la que la Reina Sofía alcanzaba los 80 años.
El Emérito y la primogénita de los Reyes se verían con posteridad en contadas ocasiones, como alguna celebración navideña en la que aún tuvieron tiempo de coincidir. O, en agosto de 2019, Don Felipe y Doña Letizia acudieron junto a sus hijas a visitar al abuelo al hospital, donde se le había colocado un triple bypass de corazón.
Pero llegarían la pandemia, el escándalo de las cuentas opacas del ex Rey, su expatriación a Abu Dabi... Y la Princesa de Asturias no volvería a ver a quien fue titular de la Corona durante cuatro décadas quién sabe si ni siquiera en pintura. El reencuentro tiene ya fecha: 31 de octubre.
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Vaya, había leído solo el título y pensaba que le iban a hacer mas operaciones para hacerle de titanio entero o algo.
 
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