Pues Fernández Tapias no era de esos, ¡a tomar vientos que mandó a la "sincera"!, se cargaron de un plumazo (más bien polvazo) el piso pagado por el Tapias y el vestido de novia (pobre patética) de la Gª Obregón que ya soñaba (juas) con campanas de boda. Pobre falsa moneda...Esta tía siempre ha dicho que ella se va con hombres que la dejan acostarse con quien le de la gana a ella.