Libros, libros, libros

BBCMundo.
¿Cuáles son los «best sellers» de esta Navidad más allá de nuestras fronteras? La ronda de corresponsales nos lleva a París, Berlín, Roma, Nueva York y Londres.

5Londres, a dos velocidades


EFE
Martin Amis, uno de los nombres propios ahora en Reino Unido
En el Reino Unido se han publicado en 2014 algunos libros magníficos, pero lo que vende son los libros-acontecimiento y de personajes conocidos.

¿Quiénes mandan en los escaparates estas Navidades? Pues los esperables: los best sellers globales y los famosos locales que se han puesto a contar su vida, o a arreglar el mundo por escrito. El inevitableGeorge R. R. Martin, el prolífico Stephen King, los leguleyos deJohn Grisham, y por supuesto, el último milagro escandinavo: el noruego Jo Nesbø.

Gone Girl (Perdida), la (buena) novela de Gillian Flynn que David Fincher acaba de llevar al cine, editada en junio de 2012, sigue siendo el libro más vendido en bolsillo ¡Lleva 51 semanas en el top diez! Es el libro que suele verse en las manos de chicas absortas en el metro.

Fauna televisiva
En la no ficción de tapa dura manda la fauna televisiva. La lideresa es la actriz Lynda Bellingham, que unas semanas antes de fallecer debido a un dramático cáncer de colon completó su segunda entrega autobiográfica. Se titula Hay algo que me muero por decirte, juego de palabras un poco negro, dado el trance.

Otro que ha apilado ejemplares en las tiendas en 2014 es el políticoBoris Johnson, el flequillo rubio más revuelto de Inglaterra, que lanzó a final de año su biografía El factor Churchill. El eminente churchilliano Max Hastings le ha propinado un duro repaso, viniendo a decir que nada nuevo aporta el alcalde de Londres con su estudio y que en realidad lo único que busca es conectar su figura con la de un estadista tory de leyenda, de cara a sus aspiraciones a hacerse algún día con el liderazgo conservador. El libro apareció a mitad de precio en menos de un mes.

De cara al bicentenario de Waterloo, uno de los ensayos del año es «Napoleón» de A. Roberts
Otro escritor televisivo es el cómico Russell Brand. Humorista vitriólico, inmensamente popular en el Reino Unido, se ha puesto estupendo y ha escrito un manifiesto político epatante, Revolution. La llamada a la revuelta de un individuo como Brand, potentado, vividor y ex drogota, le ha valido collejas mortificantes de los críticos. Lo han despellejado sin piedad, echándole sal en cada herida. Pero su libro arrasa, con su foto con look cristológico mirándonos retador en la portada.
Al margen de las listas de ventas, 2014 ha traído algunos libros excelentes en todos los géneros. Curiosamente, los que pasan por ser tal vez los dos mayores novelistas británicos vivos, Ian McEwan y Martin Amis, han pinchado, en especial el primero. Aunque todavía seguimos viéndolos como los jóvenes renovadores y revoltosos que fueron, son ya dos abueletes de 66 y 65 años. McEwan, adorado por la crítica, esta vez ha sido cuestionado por La ley de la infancia, novela que cuenta la historia de una juez de vida turbulenta que debe decidir si se autoriza una transfusión a un niño Testigo de Jehová.

Maltratado por los lectores
Martin Amis ha arriesgado con un tremendo órdago. Para muchos, demasiado atrevido. ¿Se puede hacer humor sobre Auschwitz? Amis lo intenta en La zona de interés. La crítica lo ha tratado mejor que a su amigo McEwan. Pero los lectores, no: ha vendido 7.800 copias en el Reino Unido, lo que supone 115.000 libras de caja. Sin embargo, ha salido ileso de su dificilísimo empeño artístico. La novela no es antológica, pero es buena.

Mejor le ha ido a Richard Flanagan, ganador del Booker con una de las obras del año. En un mundo donde los lectores se arremolinan alrededor de libros-acontecimiento, un premio es la mejor –a veces, la única– tarjeta de presentación. Le ocurrió a Eimear McBride con su novela experimental Una chica es una cosa medio formada, un libro escrito sin comas. Era su primera obra y se pasó nueve años sin lograr publicarla. Cuenta una extraordinaria historia sobre la relación de una joven con su hermano, que padece daños cerebrales. Al final un pequeño sello se atrevió a confiar en ella y acabó ganando el Premio Goldsmiths en 2013 y, este año, el Baileys. El empujón de los galardones ha vencido a la pereza de los lectores y lo ha convertido en una de las triunfadoras del curso, y encima jugando a hacer literatura en serio. En cuanto a Flanagan, lleva 52.000 copias vendidas en el Reino Unido (670.000 libras) con su flamante Booker La estrecha carretera al norte profundo, homenaje a las penalidades que sufrió su padre como preso de los japoneses en la Segunda Guerra Mundial.

¿Cómo está el paciente? Pues ya saben: el muerto goza de excelente salud
Otras dos novelas atractivas del año sonWittgenstein Jr., parodia sagaz del mundo universitario de Lars Iyer, y Cómo ser ambos, de Ali Smith, que cruza con audacia y magisterio las historias de una pintora de frescos del Renacimiento y un adolescente de nuestros días.
En los ensayos y la Historia mandan los héroes recientes. En un país que se adora a sí mismo y a su monarquía, se ha valorado muchoVictoria, una vida, de A. N. Wilson, que retrata a una emperatriz con más pasión y humor del que su aparente rigorismo venía concediéndole.

Inglaterra se frota las manos porque el próximo junio se conmemoran 200 años de la caída de Napoleón en Waterloo. Uno de los ensayos del año es Napoleón el grande, la fantástica biografía de Andrew Roberts sobre el corso de tamaño portátil y ambición monumental. De 60 escenarios de grandes batallas de Napoleón, Roberts los ha visitado todos menos siete. Los muy, muy ingleses han tildado la obra de hagiográfica. Pero hay más Napoleón: el mago de la novela históricaBernard Cornwell se queda en historiador a secas y cuenta con primor la batalla de Waterloo. Una delicia.

En política, el ex ministro laborista Alan Johnson se ha destapado como un aplaudido memorialista y ya va por su segunda entrega, Please Mr. Postman. Muy recomendable es Cómo ser conservador, del filósofo Roger Sturgeon, que reivindica la ideología de la libertad frente al izquierdismo imperante en los círculos académicos universitarios. Y si quieren un inesperado disfrute, El conocimiento, de Lewis Dartnell, un joven astrobiólogo de la Universidad de Leicester que ha planteado una pregunta apasionante: si un cataclismo destruyese el mundo, ¿qué deberían saber los supervivientes para reconstruir la parte técnica de nuestra civilización? Lo bueno es que la responde. Una de las maravillas de 2014.

Como la excelente biografía de Beethoven de Jan Swafford, que hace que caminemos al lado del atormentado genio romántico, o la curiosa autobiografía de la ciclista galesa Nicole Cooke, una de esas historias de superación ejemplarizantes y con final feliz que hacen del deporte una de las bellas artes.

En resumen: ¿cómo está el paciente? Pues ya saben: el muerto goza de excelente salud. Por Luis Ventoso
 
Hawking sobre dos piernas
Jane Hawking, primera esposa del científico, aporta en unas memorias un retrato intenso y vívido de aquellos años de formación intelectual y emocional del físico

JAVIER SAMPEDRO Madrid 29 DIC 2014 - 01:32 CET2
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El científico Stephen Hawking y la escritora Jane Hawking el día de su boda, en 1965.

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Enviar a TuentiStephen Hawking, cosmólogo, físico teórico, escritor de éxito, polemista agudo y personaje de Los Simpsons, postrado por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) en su silla de ruedas de alta tecnología y comunicándose con el mundo mediante un sintetizador de voz que va cambiando de softwarepero mantiene –por expreso deseo del usuario— su inconfundible y algo inquietante timbre robótico. La figura resulta tan familiar, de hecho, que resulta fácil olvidar que el físico fue hasta los veintipocos años una persona sana que se movía sobre dos piernas, soñaba con un futuro brillante y se enamoraba como cualquier joven, o al menos como cualquier joven educado en Oxford. Su primera mujer, Jane Hawking, nos aporta ahora un retrato intenso y vívido de aquellos años de formación intelectual y emocional. Y también de todo lo que vino después.

Hacia el infinito; mi vida con Stephen Hawking (Lumen, que llegará a librerías el 2 de enero) no es exactamente una biografía del físico, ni tampoco una autobiografía de su autora. Consciente de que la celebridad de su ex marido no cesará en décadas ni en siglos por venir, la escritora y conferenciante Jane Hawking ha decidido contar ella misma su relación con él antes de que "dentro de cincuenta o cien años alguien se inventara nuestras vidas". Esta es la narración de la mujer que mejor conoció a Stephen Hawking durante su juventud, y la que decidió casarse con él pese a su trágica enfermedad. También es por tanto la historia de un dilema moral: uno de los más graves a los que se puede enfrentar un ser humano a lo largo de su vida.

Hawking pertenecía a una de esas familias británicas que parecen sacadas de una película de Frank Capra, excéntricas, intelectuales y despreocupadas de su imagen entre los más o menos horrorizados vecinos. El padre, el médico Frank Hawking, no solo era el único apicultor de Saint Albans, una ciudad de 60.000 habitantes, 30 kilómetros al norte de Londres, sino también el único que tenía un par de esquís. “En invierno”, narra Jane, “pasaba esquiando por delante de nuestra casa camino del campo de golf”. Los Hawking eran conocidos en Saint Albans por costumbres como la de sentarse a comer en la mesa leyendo un libro cada uno, y la abuela vivía en la habitación de la buhardilla, que tenía una entrada independiente desde la calle, y solo bajaba con ocasión de algún acontecimiento familiar o para dar un concierto de piano, instrumento del que era virtuosa.

Jane Hawking fue por primera vez a casa de los Hawking en 1962, invitada al 21 cumpleaños de Stephen, y tuvo ocasión de conocer allí a sus amigos de Oxford, que se consideraban a sí mismos “los aventureros intelectuales de su generación”, en palabras de la autora, “consagrados en cuerpo y alma al rechazo crítico de todo lugar común, a la burla de los comentarios manidos o tópicos, a la afirmación de su propia independencia de criterio y a la exploración de los confines de la mente”. Jane, una muchacha de firmes convicciones cristianas y opiniones convencionales, se sintió siempre algo abrumada por todo ese despliegue de cohetería, pero desde el principio vio en Stephen algo más que eso, una naturaleza empática e independiente de la que, casi sin darse cuenta, cayó enamorada en pocos meses.

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Eddie Redmayne (Stephen Hawking) y Felicity Jones (Jane) en un imagen de 'La teoría del todo'. / ©FOCUS FEATURES/COURTESY EVERETT COLLECTION (©FOCUS FEATURES/COURTESY EVERETT COLLECTION / CORDON PRESS)

La noticia llegó un sábado de febrero de 1963 de boca de su amiga Diana: “Oye, ¿os habéis enterado de lo de Stephen?”. El joven talento llevaba dos semanas en el hospital de Saint Bartholomew, porque había estado tropezando continuamente y no se podía ni abrochar los cordones de los zapatos. Los médicos le habían diagnosticado la esclerosis y le habían dado dos años de vida. Jane se quedó perpleja. “Aún éramos lo bastante jóvenes para ser inmortales”, escribe. Diana le contó que Stephen estaba muy deprimido, y que había visto morir al chico de la cama de al lado en el pabellón del hospital. Stephen se había negado a aceptar una habitación individual, fiel a sus principios socialistas. Genio y figura.

Pero el libro de Jane Hawking no tiene el tono de una tragedia, como tampoco lo ha tenido la ya larga vida de Stephen. Quienes conocen de cerca al físico se quedan indefectiblemente perplejos por un detalle: lo muy poco que le importa su discapacidad. Hawking no solo ha dejado perplejos a sus médicos por sus décadas de supervivencia a la ELA –un caso insólito para la medicina—, sino que demuestra cada día que puede llevar una vida tan normal como pueda llevar un físico teórico. Su productividad científica le sitúa en la élite de la disciplina, disfruta como cualquiera de una buena cena con los amigos, y jamás ha renunciado a su agudo sentido del humor.

La esclerosis se presentaba en aquellos primeros años con crisis alternadas con episodios de relativa normalidad, y poco después de su deprimente ingreso en el hospital de Saint Bartholomew, Jane tuvo ocasión de comprobar el estrepitoso estilo de conducción de su novio. Stephen la llevó a Cambridge en el gigantesco Ford Zephyr de su padre –un coche que había vadeado ríos en Cachemira durante la estancia india de la familia— en lo que acabó constituyendo una de las experiencias más espeluznantes a las que se había enfrentado la joven. “Parecía utilizar el volante para alzarse y ver por encima del salpicadero”, cuenta Jane. “Yo apenas me atrevía a mirar a la carretera, pero Stephen parecía miarlo todo salvo la carretera”. Qué años aquellos.

Hay mucho más en este libro, una mirada extraordinaria a la vida de una figura aún más extraordinaria: el físico más popular de nuestro tiempo enfrentado al amor y al destino, los dos agujeros negros a los que acabamos sucumbiendo todos los miembros de esta especie paradójica.

Un pronóstico falso
A Stephen Hawking le dieron dos años de vida después de diagnosticar su enfermedad hace 53 años. Y contra todo pronóstico, el científico sigue vivo y activo. El próximo 16 de enero se estrenará en España La teoría del todo, una película basada en la novela Hacia el infinito, escrita por su primera mujer, Jane Wilde Hawking, y dirigida por el realizador James Marsh. El actor Eddie Redmayne interpreta al teórico y divulgador científico que cambió la historia de la ciencia y la tecnología moderna para siempre. La película se centra en la relación que mantuvo el físico británico con Jane Wilde (Felicity Jones), con quien contrajo matrimonio en 1965 después de que le diagnosticaran la enfermedad y de la que se separó en 1990.
http://elpais.com/cultura/2014/12/28/actualidad/1419771636_555372.html
 
'Best sellers' viejunos que poblaron tus estanterías
De 'El alquimista' a Lucía Etxebarría, 23 novelas que todos leímos en algún momento.
  • RAQUEL PIÑEIRO 29/12/2014 - 08:13 CET
    Hubo un tiempo anterior a Ruiz Zafón y a 50 sombras de Grey. Anterior incluso a Dan Brown y a Harry Potter. De ese tiempo son los best sellers viejunos que pueblan cualquier hogar lector que haya existido durante los ochenta y noventa (a veces han sido publicados a finales de los setenta y la estela de su éxito abarca esas décadas), alimentados por años de suscripciones al Círculo de Lectores y regalos del Día del libro. De desigual calidad y ambiciones, algunos son hoy clásicos contemporáneos y otros solo fueron parte de modas pasajeras a las que era complicado permanecer ajeno. Es difícil elaborar una lista rigurosa con números de ventas reales, así que, ante la incertidumbre, nos queda algo tan sencillo como observar nuestras casas y las de nuestros amigos. Eleva los ojos hacia tus estanterías y reconoce las lecturas, esas de las que te enorgulleces y también de las que te avergüenzas, que marcaron buena parte de tu vida.

    Las obras de Larry Collins y Dominique Lapierre, juntos o por separado: Es casi imposible encontrar un hogar que haya sido lector activo durante los últimos cuarenta años que no tenga al menos una obra de estos periodistas y escritores, aliados para escribir relatos periodísticos que nacieron ya con la voluntad de serbest sellers. ¿Arde París? (1960) fue su primer éxito, una recreación de los últimos días de la ocupación nazi en París, y en O llevarás luto por mí (1967) pusieron los ojos en la España franquista y en la figura del torero Manuel Benítez El Cordobés, verdadero icono de una época y de un país no tan lejano como podría parecer. La fama de los autores se multiplicó internacionalmente con la publicación de Oh, Jerusalén (1971) y Esta noche, la libertad (1975), retratos de la formación del estado de Israel y de la descolonización de la India (como curiosidad, este último fue el más vendido en España durante el mes de noviembre de 1975). Collins siguió escribiendo obras sobre episodios de la Segunda Guerra Mundial o conflictos entre la CIA y el narcotráfico en Panamá, mientras que Lapierre se marcó dos hitos de esa literatura que hace llorar y exalta la fe en el ser humano con La ciudad de la alegría (1985) y Más grandes que el amor (1990). Volvieron a reunirse ante un hecho histórico tan grande aunque fuese con un guiño marketiniano a su primera obra: ¿Arde Nueva York?fue en 2004 la respuesta de los autores a los atentados del 11-S.

    Vázquez Montalbán que se convertiría en una presencia habitual de la literatura española en las últimas décadas. Construyendo una analogía entre los mares del sur que cautivaron a Gauguin y los barrios periféricos levantados durante el desarrollismo en Barcelona, el autot demostró que, cuando es buena, no hay nada que retrate mejor su momento como una intriga policíaca.

    Umberto Eco. Su intriga detectivesca en medio de una abadía medieval fue el mayor hito de eso que se llamó “best seller de calidad”, una categoría donde también se incluyen otras obras como El amante de Marguerite Duras o La insoportable levedad del ser de Milan Kundera. Ejemplos con los que los pertenecientes a una incipiente pseudoélite cultural española podían mirar de tú a tú a sus homólogos europeos. El nombre de la rosa se hizo inmensamente popular (la película protagonizada por Sean Connery ayudó a ello) y todos sus lectores pudieron sentirse muy cultos y elevados a la vez que disfrutaban de una trama tan compleja como adictiva.

    El clan del oso cavernario de Jean M. Auel (1980): A veces los temas más insólitos se convierten en fenómenos populares. Esta novela ambienta en el paleolítico -que también inició una saga propia, Los hijos de la tierra- sobre las desventuras de una niña cromañón en una sociedad de neandertales, fue un éxito internacional que hasta dio pie a una efímera moda prehistórica completada al año siguiente con el estreno de la película En busca del fuego. Criticado por falta de rigor y por tomarse la licencia de que sea la protagonista la inventora de prácticamente todos los avances de la humanidad del periodo, el libro logró también popularizar el interés por la prehistoria, la antropología y la arqueología en toda una generación de lectores.

    Tuareg de Alberto Vázquez-Figueroa (1981): Prolífico autor de libros de aventuras muy populares y clásico superventas de la época, probablemente esta sea su novela más famosa, un retrato del Sáhara y un himno a la libertad en el contexto de la descolonización francesa del norte de África, en un momento en el que la española estaba todavía muy reciente.

    Isabel Allende. La obra que la descubrió al mundo tomaba los elementos claves del fenómeno –realismo mágico, enrevesadas sagas familiares, hechos históricos reales que van marcando la trama, esa escritura rica que huele y que sangra- para iniciar una trilogía continuada luego con los relatos de las hijas y nietas de sus protagonistas en Hija de la fortuna y Retrato en sepia.

    Usted puede sanar su vida de Louise L. Hay (1984): Definitivamente, este es de esos libros que nadie (o tal vez solo algunos personajes televisivos y futbolistas) reconocen haber leído sin menor atisbo de vergüenza. Curiosidad es lo mínimo que debería despertarnos este libro de autoayuda que es, sencillamente, una de las obras más vendidas del mundo. La autora lo escribió tras curarse de un cáncer de forma “milagrosa” para explicar cómo reforzar nuestra autoestima es vital para nuestra existencia. Convertida en gurú de la autoafirmación, sus obras se venden por millones. Cada cierto tiempo surge alguna actualización del mismo mensaje igualmente exitoso, como El Secreto, de Rhonda Byrne (2006).

    J.J. Benítez aúna conocimientos enciclopédicos sobre los más variados temas con mucha imaginación. Sabio para algunos, farsante para otros, su serie Caballo de Troya arrasó entre los lectores de los ochenta y noventa. Contó la historia de un viajero en el tiempo que se trasladaba a la época de Jesús de Nazaret, contando su vida desde una perspectiva que poco tenía que ver con los evangelios canónicos. El noveno y último de los libros salió en 2011 y el autor, en un ejemplo de coherencia con su propio discurso, sigue defendiendo que no es una novela de ficción sino una realidad fruto de jugosas investigaciones.

    No digas que fue un sueño de Terenci Moix (1986): Entre los premios Planeta, esta obra del llorado escritor catalán fue la más exitosa de la década de los ochenta al despachar un millón y medio de ejemplares con la muy poética y estética historia de Marco Antonio y Cleopatra. Otros premios especialmente vendidos en este momento fueron Yo, el Rey, de Juan Antonio Vallejo-Nágera, Y Dios en la última playa de Cristóbal Zaragoza o El manuscrito carmesí de Antonio Gala.

    Noah Gordoncumple a la perfección con ambos requisitos, contando la historia de un huérfano con vocación por la medicina que gracias a un mentor judío y un viaje por Persia consigue los conocimientos que ambiciona pese al oscurantismo de su época.Chamán y La doctora Cole continuaron con la saga familiar de médicos para solaz de miles de lectores fieles.

    Las novelas de Jack Ryan de Tom Clancy: En el contexto de la Guerra Fría las novelas de espionaje e intriga política tenían buena parte del trabajo hecho. El analista de la CIA Jack Ryan destacó como el personaje más carismático de la obra de Clancy en novelas como La caza del octubre rojo (1984) -antes traducido como La caza del submarino ruso-, Juego de patriotas (1987) o Peligro inminente (1989). Como signo de los tiempos, el estilo del protagonista cambió –algo muy obvio en sus diversas encarnaciones cinematográficas- de analítico espía que trabajaba con la mente a héroe de acción en una línea más jamesbondiana.

    El alquimista de Paulo Coelho (1988): Tal vez muchos de los lectores que tuvo en su día esta obra se avergüencen de poseerla porque ha quedado identificada con esa parte tan denostada de la literatura: la autoayuda o, peor todavía, la autoayuda disfrazada de fábula con pretensiones filosóficas. Maestro new agepara unos, pamplinero vende humos para otros, Paulo Coelho consiguió un súper éxito de los que hacen época e inauguró un género del que sigue siendo la máxima estrella: libros trufados de esoterismo y vagos mensajes de autoafirmación. El sueño de cualquier campaña de marketing.

    Ken Follet (1989): Elbest seller por excelencia de la época porque aúna todo en lo que pensamos cuando hablamos de este tipo de obras: un volumen de páginas que permitiría emplearlo como mortal arma arrojadiza (más de mil), personajes que sufren terribles adversidades y la ambientación en un mundo y una época lo suficientemente atractivos como para interesar al lector y darle además la sensación de que está aprendiendo algo. La historia de las primeras catedrales góticas británicas sigue enganchando a golpe de derrumbe de bóveda y obispo intrigante.

    Michael Crichton: Pocas cosas más noventeras que una novela de este escritor y su correspondiente adaptación cinematográfica.Parque Jurásico (1990) o Acoso (1994) encarnan esos éxitos masivos despectivamente llamados “de aeropuerto” por parte de la crítica pero capaces de enganchar al lector con tramas trepidantes. EnAcoso trato el peliguado tema del acoso sexual en EE UU y lo llevó al campo de las relaciones laborales. De Parque Jurásico solo diremos que dio pie a uno de los mayores fenómenos culturales de las últimas décadas.

    La tapadera de John Grisham (1991): La crítica a la filosofía yuppie de los ochenta hecha novela y encarnada además en un subgénero que gusta casi tanto en este país como en Estados Unidos: las películas y novelas sobre abogados. Y si les ponía cara Tom Cruise, éxito asegurado.

    Sin noticias de Gurb de Eduardo Mendoza (1991): Una deliciosa farsa nacida un poco por casualidad se convirtió en el mejor retrato posible de la Barcelona preolímpica (esas zanjas provocadas por las obras) y a la vez en una certera traslación de un país que estaba a punto de cambiar para siempre. Los lectores se troncharon de risa, se sintieron reconocidos y se hartaron de recomendarlo.

    El mundo de Sofía de Jostein Gaarder (1991): Tan leído por padres inquietos como por adolescentes que lo tenían en la lista de lecturas obligatorias de filosofía. Es sencilla pero ambiciosa: una serie de cartas remitidas a una niña en las que se explica en tono sencillo y divulgativo nada menos que la historia del pensamiento occidental.

    Tamaro, se hartó de vender ejemplares y de ser recomendada en clubes de lectura de todo el mundo.

    la autora se convirtió, tal vez a su pesar, en el personaje controvertido que la mercadotecnia literario española demandaba. Tan criticada como adorada por sus fans, con esta obra sobre una complicada relación entre tres hermanas introdujo la depresión, las drogas, el s*x* casi incestuoso y el frenesí de la vida urbana de los noventa en las mesillas de noche del mainstream.

    *Si se desea un análisis en profundidad del fenómeno, puede encontrarse en el libro Código best seller, de Sergio Vila-Sanjuán, de dónde se han extraído algunas de las cifras de este texto.
  • http://verne.elpais.com/verne/2014/12/28/articulo/1419807489_266091.html
 
En lo personal, también prefiero el papel........tiene ventajas, en el avión por ejemplo, hay que apagar los dispositivos electrónicos al despegar o aterrizar, sin embargo con el libro en papel.........sigues leyendo tranquilamente.
Ahora estoy leyendo uno pequeño pero interesante: La soledad de los números primos de Paolo Giordano, simpático.
 
11ª GRAN SIEMBRA MUNDIAL DE LIBROS. Participa.
PRÓXIMA CITA PARA SEMBRAR LIBROS

La idea es "sembrar" (dejar) un libro en un espacio público (farmacia, automercado, bar, transporte público, cine, museo, etc...). Pueden participar de la propuesta todos aquellos que lo deseen liberando un libro este 21 de marzo de 2015 en el lugar donde vivan o se encuentren en ese momento.


Para participar, deja un libro en un espacio público con una dedicatoria en una de sus páginas que indique:

- Que el libro forma parte de "El Club de los Libros Perdidos".

- Que es de quien lo encuentre pero que al finalizar su lectura deberá ser liberado, para que pueda ser disfrutado por otras personas nuevamente.

- El día y el lugar en dónde fue perdido, así en cada liberación sera posible saber por dónde ha viajado.

¡Muchas gracias por participar de esta gran cruzada y compartir la iniciativa con tus amigos!


¿Qué les parece? Y así lo haremos al inicio de cada estación, pues es sabido que hay libros de primavera, de verano, de otoño e invierno...y bueno sería que en cada estación se sembraran en nuevas manos y corazones, ¡y así seguirían siempre vivos!

* *
 
11ª GRAN SIEMBRA MUNDIAL DE LIBROS. Participa.
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La idea es "sembrar" (dejar) un libro en un espacio público (farmacia, automercado, bar, transporte público, cine, museo, etc...). Pueden participar de la propuesta todos aquellos que lo deseen liberando un libro este 21 de marzo de 2015 en el lugar donde vivan o se encuentren en ese momento.


Para participar, deja un libro en un espacio público con una dedicatoria en una de sus páginas que indique:

- Que el libro forma parte de "El Club de los Libros Perdidos".

- Que es de quien lo encuentre pero que al finalizar su lectura deberá ser liberado, para que pueda ser disfrutado por otras personas nuevamente.

- El día y el lugar en dónde fue perdido, así en cada liberación sera posible saber por dónde ha viajado.

¡Muchas gracias por participar de esta gran cruzada y compartir la iniciativa con tus amigos!


¿Qué les parece? Y así lo haremos al inicio de cada estación, pues es sabido que hay libros de primavera, de verano, de otoño e invierno...y bueno sería que en cada estación se sembraran en nuevas manos y corazones, ¡y así seguirían siempre vivos!

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Gracias angiemarie por traer esta información tan buena.

En inglés se llama bookcrossing. Yo dejo los libros con una etiqueta en la portada que dice Soy gratis. No estoy perdido. Por favor cógeme, leeme y ayúdame en mi camino. En la contraportada pongo una etiqueta con el numero de registro del libro en www.bookcrossing.com que está en los Estados Juntitos de America. mi apodo y el lugar donde lo dejo. Hay bookcrossing en EEUU,UK
,España, Argentina, Chile, Peru. Se encuentran en google.
 
Mientras, estos son los que leen mis alumnos:
upload_2015-2-17_18-17-17.jpeg upload_2015-2-17_18-17-45.jpeg Ver el archivo adjunto 281486 upload_2015-2-17_18-18-37.jpeg 281488[/ATTACH]

Además de leer a los grandes, como Darío Fo, hay que fomentar la lectura de obras escritas por féminas tan maravillosas como Rodoreda, Miquel o Simó.
 

Adjuntos

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