Libros, libros, libros

Yo los últimos que he leído y que recomiendo son "Los Renglones Torcidos de Dios" (acerca de las instituciones psiquiátricas), "La Edad Prohibida" (del mismo autor trata sobre la adolescencia) y "El Alquimista"
 
Ronan Farrow: “La conspiración para acallar la historia sobre Weinstein fue real”
El periodista narra en un libro, a ritmo de ‘thriller’, los entresijos del reportaje con el que destapó los abusos sexuales del poderoso productor


ANDREA AGUILAR
Madrid - 09 MAY 2020



Ronan Farrow en Nueva York en octubre de 2019.


Ronan Farrow en Nueva York en octubre de 2019.THE WASHINGTON POST / EL PAÍS



A los 15 años se licenció en Filosofía y poco después de cumplir 21 entró en el Departamento de Estado durante la administración Obama, con un título de abogado, y, en línea con su precocidad de niño prodigio, con un doctorado empezado en Oxford y una larga experiencia como embajador de Unicef. La carrera de Ronan Farrow (Nueva York, 32 años) no se detuvo en Washington: trabajó como presentador de noticias y reportero televisivo, hasta que en 2017 publicó en primicia el reportaje que destapó los abusos del productor cinematográfico Harvey Weinstein en The New Yorker y se alzó con un Pulitzer —ex aequo con Jody Kantor y Megan Twohey que sacaron con apenas unos días de diferencia la misma historia en The New York Times—. Desde entonces Farrow ha seguido publicando exclusivas, casi todas relacionadas con denuncias de abusos que han implicado desde a Eric Schneiderman, el fiscal general de Nueva York, que tuvo que dimitir, hasta al aspirante a juez del Tribunal Supremo Brett Kavanaugh, cuyo nombramiento fue ratificado a pesar de todo.

El pasado otoño, en vísperas de la celebración del juicio contra Weinstein, Farrow publicó el libro en el que narra, a ritmo de trepidante thriller, la intrahistoria de su reportaje sobre el productor: los entresijos, persecuciones, presiones y debates que rodearon su investigación periodística. También se remonta a la rocambolesca y compleja historia familiar de los abusos a su hermana Dylan a los siete años, supuestamente perpetrados por su padre, el director de cine Woody Allen, cuando estaba separándose de su madre, Mia Farrow, a quien dejaba por Soon-Yi, una hermanastra de Ronan, con quien el cineasta se casó. La acusación contra Woody Allen por abusar de Dylan fue desestimada por dos investigaciones judiciales independientes en los noventa, pero hace unos años, como recuerda Ronan en el libro, volvieron a cobrar fuerza y el periodista escribió sobre ello señalando a su padre. Añádase a la mezcla que Mia Farrow soltó hace unos años que Ronan podía ser hijo de su primer marido, Frank Sinatra, para tener el cuadro completo.


Acaba de publicarse en español Depredadores (Roca), con ilustraciones de Dylan e incluso con la petición de matrimonio que el periodista coló entre las páginas a su novio, Jonathan Lovett —parte del triunvirato que ayudaba a Obama con sus discursos, y que ha montado la exitosa plataforma Crooked Media—. Farrow responde a una entrevista al teléfono atento y cortés, adelantándose a dar las gracias a la menor ocasión. Está confinado con su pareja en Los Ángeles.

¿Con Depredadores quiso mostrar cuánto de personal tuvo la investigación de los abusos de Weinstein? “Ocurrieron cosas que eran más extrañas que la ficción, la conspiración para acallar la historia fue real, la compañía de ex espías israelíes Black Cube era verdad. Weinstein se metió en asuntos de mi familia y trató de atacarme; mi pareja fue seguida también por el National Enquirer. Para contar eso tenía que aportar un contexto autobiográfico, y no es una decisión que tomara a la ligera. Espero haberme mostrado vulnerable y honesto más que haber engrandecido mi figura”, sopesa. “No quería restar importancia a las fuentes, las mujeres que hablaron y que son la parte más importante de esta historia”.

En el libro detalla sus avances con las actrices y asistentes que poco a poco decidieron colaborar, mientras los jefes de la cadena NBC trataban de frenarle. ¿Cómo presionaba a esas mujeres que habían sufrido abusos? “Insistí hasta ser molesto, pero también les dije que era algo que yo no podía decidir en su lugar, y que si se echaban atrás lo respetaría”, explica, antes de subrayar que en el libro no hace mención alguna al Me Too. “Realmente no soy parte de ese movimiento. Yo me he montado sobre los hombros del activismo en ese tema y entré en un momento particular en el que había un pico de frustración y las mujeres empezaron a decir basta”, explica. “Tengo muchísima admiración por Tarana Burke, que es una amiga y una heroína que ha estado en las trincheras y que fue quien lanzó el hashtag #Metoo, creando un espacio seguro para supervivientes. Pero mi trabajo es muy distinto del suyo, aunque esto no quiere decir que ese telón de fondo no fuera importante para el reportaje”.

No deja de resultar paradójico que después de una infancia expuesto al lado más nocivo de los medios, Farrow haya acabado en periodismo. “El hilo común que une las distintas cosas que he hecho profesionalmente es el espíritu de servicio público y la fe en que destapar la verdad es importante y puede cambiar las cosas”, señala. Habla del activismo de su madre como una influencia decisiva, que le llevó a conocer de primera mano campos de refugiados y realidades duras: sus hermanos adoptivos arrastraban historias traumáticas. “Significaba que no éramos una familia nuclear y convencional”, apunta.

Luego está el componente de estrella: “Puede que sea la herencia de Hollywood de mi familia o el crecer en una casa de lectores, pero creo firmemente en el poder de las historias, y de la verdad, sea esta emocional o creada para la ficción, o la verdad que se expone en el periodismo que hago”. Aunque no toda la prensa va de eso y Farrow lo sabe: “Hay partes que tienen mucho de circo y estuve expuesto a eso muy temprano. Los paparazziestaban plantados en la puerta de casa cuando iba al colegio y vi helicópteros sobrevolando nuestras cabezas tratando de sacar fotos”.

Depredadores, afirma, es una “carta de amor” a la libertad de prensa, un libro que pretende acercar la historia de Weinstein a un público que no necesariamente lee The New Yorker. “Es una historia conducida por personajes, un true crime. Lo han comparado con Todos los hombres del presidente, pero en términos de estilo desciende quizá más de A sangre fría, e incluso de las novelas de detectives de Agatha Christie, Raymond Chandler o Dashiell Hammett”. Farrow no tiene rubor en situarse junto a los clásicos.

Al hablar de uno de sus mentores, el diplomático Richard Holbrooke, dice que estar a su vera le permitió aprender una importante lección: muchos sentían que era imposible trabajar con él que su ego era demasiado grande, pero Holbrooke también hizo importantes contribuciones y logró terminar una guerra. Y de sí mismo, ¿qué idea errónea tiene la gente de él con más frecuencia? “Cualquier respuesta sería autocompasiva. No fue fácil vivir algunas cosas; sin embargo, he tenido muchas oportunidades”.


LA PELEA POR LAS MEMORIAS DE WOODY ALLEN
Hace un par de meses, al anunciarse que el grupo Hachette, dueño del sello que sacó el libro de Ronan Farrow en EE UU, publicaría las memorias de Woody Allen, el periodista anunció que rompería su contrato si seguían adelante. El grupo dio marcha atrás y renunció a publicar el libro del director. “Nunca pedí que lo retiraran, sino que señalé que mi editor tenía un conflicto de intereses. Las discusiones planteadas por hombres sobre quienes pesan acusaciones creíbles de abuso sexual que lanzan ataques a quienes les acusan necesitan ser verificadas. Si van a ser publicadas como no ficción deben estar sujetas a las comprobaciones debidas. Cuando me enteré de que habían comprado los derechos secretamente hablé claro porque habían sacado beneficios de 'Depredadores', un libro que trata de abusos de hombres poderosos como Woody Allen y de los esfuerzos de esos hombres por ahogar las voces de quienes les acusan y de clausurar las investigaciones periodísticas sobre ellos”, argumenta. “Entendí que se trataba de una infracción de la ética profesional y sentí que no podía seguir trabajando con ese sello editorial. Luego algunos trabajadores de Hachette salieron de sus despachos y protestaron. Eso fue algo extraordinario que demostró el cambio que ha habido y me sentí muy orgulloso de verlo”. ¿Por qué insiste en que no dijo que no publicaran ese libro? “Lo que yo puse encima de la mesa es que mi editor, ese grupo en concreto, no debía publicar ese título si querían mantener una relación comercial conmigo. Hay dos aspectos: por un lado, la ruptura de principios que señalaron los trabajadores, y luego lo poco ético que era publicar el libro de Woody Allen sin hacer las comprobaciones pertinentes”.





Depredadores : Ronan Farrow - Roca Libros
 
‘Exhortación a los médicos de la peste’ de Albert Camus









La covid-19 ha avivado el interés por La peste, de Camus. En este texto anterior, inédito en castellano, el escritor daba recomendaciones a los médicos para enfrentarse a aquella pandemia.


Los buenos escritores ignoran si la peste es contagiosa. Pero suponen que sí. Y por eso, señores, opinan que ustedes deberían mandar abrir las ventanas del cuarto en el que visiten a un enfermo. Solo hay que recordar que la peste bien puede encontrarse en las calles e infectarlos de todos modos, estén o no las ventanas abiertas.
Los mismos escritores también les aconsejan que utilicen una máscara con gafas y se coloquen un paño mojado en vinagre bajo la nariz. Lleven una bolsita con todos los extractos recomendados en los libros: melisa, mejorana, menta, salvia, romero, azahar, albahaca, tomillo, serpol, lavanda, hoja de laurel, corteza de limonero y peladura de membrillo. Sería deseable que vistieran por completo de hule. Aun así, pueden hacerse ajustes. Pero no hay ajustes posibles en las indicaciones sobre las que están de acuerdo los buenos y los malos escritores. La primera es no tomarle el pulso a un enfermo sin antes mojarse los dedos en vinagre. Adivinarán el motivo. Pero acaso lo mejor sería abstenerse de hacerlo. Pues si el paciente tiene peste, no se le quitará con esa ceremonia. Y si ha salido indemne, no los habrá llamado. En tiempos de epidemia, cada cual se cuida el hígado solo, para evitar confusiones.

La segunda indicación es nunca mirar al enfermo a la cara, a fin de no ponerse en la trayectoria de su aliento. Por eso mismo, si, aun dudando de la utilidad del procedimiento, han abierto la ventana, sería bueno que no se pusieran en la corriente de aire, que puede acarrear al mismo tiempo el estertor del apestado.

Tampoco visiten a los pacientes estando en ayunas. No lo resistirían. Sin embargo, no coman de más. Perderían el ánimo. Y si, a pesar de todas las precauciones, les cae en la boca una gota de veneno, pues para ello no hay remedio, a menos que no traguen saliva durante toda la visita. Esta es la indicación más difícil de seguir.

Una vez observado, mal que bien, todo lo anterior, no deben creerse a salvo. Pues existen otras medidas muy necesarias para la protección del cuerpo, aun cuando atañen más bien a la disposición del alma. “Ningún individuo”, dice un autor antiguo, “puede permitirse tocar nada contaminado en un país donde reine la peste”. Eso está bien dicho. Y no existe rincón que no debamos purificar en nosotros, incluso en lo más secreto de nuestro corazón, para poner de nuestra parte las pocas oportunidades que queden. Eso es especialmente cierto en el caso de los médicos como ustedes, que están más cerca, si cabe, de la enfermedad, y resultan por ello aún más sospechosos. Tienen que predicar con el ejemplo.

Para empezar, nunca deben tener miedo. Se sabe de gente que llevó a cabo muy bien su oficio de soldado con miedo a los cañones. Pero lo cierto es que las balas matan por igual a valientes y medrosos. El azar incide en la guerra, pero muy poco en la peste. El miedo infecta la sangre y calienta los humores: lo dicen todos los libros. Así pues, predispone a quedar bajo la influencia de la enfermedad; y para que el cuerpo venza la infección, el alma tiene que ser fuerte. Por cierto, no hay peor miedo que el miedo al final postrero, pues el dolor es temporal. De ahí que ustedes, los médicos de la peste, deban plantar cara a la idea de la muerte y reconciliarse con ella, antes de entrar en el reino que la peste les prepara. Si salen vencedores en esto, lo serán en todo, y los verán sonreír en medio del terror. En conclusión, les hará falta una filosofía.

También tendrán que ser discretos en todo, lo que no quiere decir en absoluto ser castos, otra forma de exceso. Cultiven una alegría razonable a fin de que la pena no altere la fluidez de la sangre y la prepare para la descomposición. En este sentido, no hay nada como usar el vino en buena cantidad, para aligerar un poco el aire de pesadumbre que les llegue de la ciudad apestada.

En términos generales, observen la mesura, primer enemigo de la peste y regla natural de la humanidad. Némesis no era, como les contaron en el colegio, la diosa de la venganza, sino de la mesura. Y asestaba sus terribles golpes a los hombres solo cuando estos se habían entregado al desorden y el desenfreno. La peste procede del exceso. Es en sí misma un exceso e ignora la contención. Ténganlo presente si quieren combatirla con clarividencia. No le den la razón a Tucídides, que habla de la peste en Atenas y dice que los médicos no eran de ninguna ayuda porque, en principio, abordaban el mal sin conocerlo. La epidemia adora los cuchitriles secretos. Acérquenle la luz de la inteligencia y la equidad. En la práctica, verán que es más fácil que no tragarse la saliva.

Por último, tienen que ser capaces de controlarse. Y, por ejemplo, hacer que se respeten las normas que hayan elegido, como el bloqueo y la cuarentena. Un historiador de Provenza cuenta que, en el pasado, cuando un confinado lograba escapar, mandaban que le rompieran la cabeza. No desearán eso. Pero tampoco pasarán por alto el interés general. No harán excepciones a las normas durante todo el tiempo que estas sean útiles, ni siquiera cuando el corazón los apremie. Se les pide que olviden un poco quiénes son, sin olvidar jamás lo que se deben a ustedes mismos. Esa es la regla de un honor tranquilo.

Armados con estos remedios y virtudes, solo les restará hacer frente al cansancio y conservar la imaginación viva. No deben nunca, pero nunca, acostumbrarse a ver a los hombres morir como moscas, según ocurre en nuestras calles hoy, y según ha venido ocurriendo siempre, desde que la peste recibió su nombre en Atenas. No dejarán de conmoverse al ver las gargantas negras de las que habla Tucídides, que supuran un sudor sangriento y de las que la tos ronca arranca a duras penas escupitajos aislados, pequeños, salados y de color azafrán. No se moverán con familiaridad entre los cadáveres de los que se apartan incluso las aves de rapiña para huir de la infección. Y seguirán rebelándose contra la terrible confusión en la que perecen en soledad quienes niegan sus cuidados a los demás, mientras que mueren amontonados quienes se sacrifican; en la que el goce ya no recibe su aprobación natural, ni el mérito su orden; en la que se baila al borde de las tumbas; en la que el enamorado rechaza a la amada para no contagiarle su mal; en la que no carga con el peso del delito el delincuente, sino el animal expiatorio que se elige en pleno desconcierto de una hora de espanto.

El alma sosegada es la más firme. Ustedes se mantendrán firmes ante esa extraña tiranía. No servirán a una religión tan vieja como los cultos más antiguos. Esa mató a Pericles, que no quería más gloria que la de no causar el luto de ningún ciudadano, y no ha cesado de diezmar a los hombres y exigir el sacrificio de los niños desde aquel ilustre asesinato hasta el día en que descendió sobre nuestra ciudad inocente. Aunque esa religión procediera del cielo, deberíamos afirmar que el cielo es injusto. Si llegan ustedes a ese punto, no verán en ello motivo alguno de orgullo. Al contrario, deberán pensar con frecuencia en la propia ignorancia, para estar seguros de observar la mesura, única señora de las epidemias.

Ni que decir tiene, nada de esto es fácil. A pesar de las máscaras y las bolsitas, el vinagre y el hule; a pesar de la placidez del coraje y los firmes esfuerzos, llegará el día en que no soportarán la ciudad llena de moribundos, el gentío dando vueltas en las calles recalentadas y polvorientas, los gritos, la angustia sin futuro. Llegará el día en que querrán gritar de asco ante el miedo y el dolor de todos. Ese día, no podré hablarles de ningún remedio salvo la compasión, que es pariente de la ignorancia.


Sobre el texto
Publicado junto con otro texto en abril de 1947 en Les Cahiers de la Pléiade, con el título ‘Los archivos de La peste’, ‘Exhortación a los médicos de la peste’ probablemente fue escrito por Albert Camus en 1941, seis años antes de la aparición de La peste, de la que es uno de los textos preliminares. Aunque hoy en día la gran novela de Camus se lee y relee en todo el mundo, en numerosos idiomas, la colección Tracts, con la amable autorización de los herederos de Albert Camus, propone a los lectores descubrir este texto poco conocido, pero de candente actualidad, en que el escritor hace recomendaciones a los médicos para su lucha diaria contra la epidemia.


Les Cahiers de la Pléiade,1947; Obras completas II, Gallimard, 2006 (Bibliothèque de la Pléiade). Traducción de Martín Schifino.


Universal, actual y digital

Aunque La peste (1947) es un clásico de la literatura, la covid-19 ha colocado la célebre novela de Camus entre los títulos más buscados del momento. En Francia se vendieron 1.700 copias del libro en una semana de enero y en Italia se llegaron a triplicar las ventas habituales. La peste se publicó el pasado 3 de abril por primera vez también en ebook en castellano como parte de un proyecto de Penguin Random House Grupo Editorial, que publicará la obra completa del escritor. Los próximos títulos del proyecto serán la obra inédita Camus en combate y las reediciones de El extranjero y El mito de Sísifo (Literatura Random House), todas ellas en enero de 2021.


 
Librera coraje: la madre soltera que salvó su negocio vendiendo libros en bicicleta
Elena Martínez Blanco, ante el vértigo del cierre, salió a repartir los libros de su librería, en Tres Cantos, y durante semanas consiguió vender más títulos que con el local abierto


Foto: Elena Martínez Blanco repartiendo libros bien pertrechada contra el coronavirus


Elena Martínez Blanco repartiendo libros bien pertrechada contra el coronavirus


AUTOR
PAULA CORROTO
Contacta al autor
10/05/2020

La librería Serendipias se abre al público en un recoveco de calles en la ciudad de Tres Cantos, en Madrid. Uno de esos encuadres arquitectónicos típicos de las altas torres de edificios de las ciudades que crecieron como la espuma en la comunidad madrileña hacia los ochenta. Llena de libros, sobre todo para niños, y con un pequeño espacio para actividades, Elena Martínez Blanco, su propietaria, la abrió hace ya cuatro años convirtiéndose en la única librería del municipio. Era su ilusión y, mostrando una gran capacidad para fomentar el hábito lector, pronto se encontró con una buena clientela. Nunca pensó que llegaría un momento tan difícil como el que se planteó el 14 de marzo con el decreto de alarma. "¿Tengo que cerrar? Porque si no vendo libros ni puedo hacer actividades voy a tener que hacerlo. Y si lo hago no voy a poder volver a abrir", fue su reflexión aquel fin de semana. Entonces tomó una decisión: salir ella misma a la calle con una bicicleta, una mochila, mascarilla, guantes y repartir libros. Esta es una historia bonita: salió bien.

Tres Cantos es un municipio de casi 47.000 habitantes y a día de hoy su población es una de las mayores consumidoras de productos 'online' en España. En libros compra hasta un 419% más por Amazon que el resto del país, según los datos ofrecidos por la propia empresa. Además de esta circunstancia, Martínez Blanco se encontró con que no podía pedir las ayudas para autónomos que lanzó el Gobierno central, la comunidad y su ayuntamiento, ya que exigían que el negocio hubiera clausurado su actividad o que hubiera unas pérdidas de más del 75%. "Y yo acababa de cobrar las facturas por un festival que organicé en enero por lo que no cumplía ninguno de los requisitos", comenta a El Confidencial. De ahí que esta librera, que vive sola junto a su hija adolescente desde hace ya años, se apremiara a buscar una solución para no tener que cerrar su negocio. Se plantó ante su hija y le dijo de forma tajante: "O trabajo o no tenemos para comer".

Ante el miedo de no volver a reabrir la librería nunca más, se plantó ante su hija y le dijo: "O trabajo o no comemos"
Lo primero que hizo fue no cortar de raíz las actividades que ya se hacían presencialmente en la librería. Porque si algo tiene este local es una ebullición constante. "Comencé a hacerlas en redes para generar contenido y demostrar que aunque estábamos cerrados físicamente seguíamos haciendo las mil cosas que suelo hacer yo siempre", cuenta. Así, durante todo este confinamiento, a través de la página de Facebook de la librería, ha contado un cuento para los niños cada noche. En total, más de 50. Ha hecho 30 encuentros con autores a través de Zoom. Ha seguido con los clubs de lectura 'online', en los que han participado escritores como Espido Freire. "También he hecho vídeos en directo enseñando libros. Al hacer continuamente contenidos ha ido funcionando el boca a boca de una manera que nunca soñé", indica.


Bicicleta, mascarilla y libros
Martínez Blanco ya tenía el servicio de reparto de libros antes de la pandemia, pero, como señala, muy pocos lectores lo utilizaban, ya que preferían acercarse a la librería. Sin embargo, vio que era el momento de planteárselo en serio. "Pedí al ayuntamiento una pantalla protectora y me busqué unas mascarillas y guantes. Y me lancé pensando que igual vendía dos o tres librospero que supieran que si alguien necesitaba algo que podían contar conmigo. Tenía que ser algo que tuviera la librería porque no lo podíamos pedir a los distribuidores", explica.



La ilustración de Elena Martínez Blanco que le hizo el dibujante Santiago García Clairac



Su horario se convirtió en un no parar, casi más que con la librería abierta. De diez a una preparaba los pedidos con mucho cuidado para desinfectarlo todo. De una y media a las cuatro repartía, descanso y siguiente tanda hasta las 21.30. Ella sola con su bici y sus paquetes.
Y se llevó una sorpresa muy agradable. "Yo pensaba vender dos o tres y al principio tenía cinco pedidos, pero luego llegué a tener 30 y más. La semana pasada he vendido más que cuando estaba abierta. A mis padres les decía que no me lo podía creer", confiesa. En cifras concretas, Martínez Blanco señala: "Habitualmente vendemos unos 25 libros al día. Esta semana han sido 35-40 libros al día".


Pensaba vender dos o tres y llegué a tener 30 pedidos y más. La semana pasada he vendido más que cuando estaba abierta
Además, empezó a correrse la voz y se encontró con que había edificios en los que le pedían libros hasta de cuatro viviendas diferentes. "En las redes de Tres cantos, la gente colgaba: he pedido un libro a las diez de la mañana y la librera me lo ha traído en dos horas", comenta. Un plus que ni las mayores empresas de distribución. Hasta su padre tuvo que coger la bici para ayudarla con el reparto.

¿Por qué esta avidez lectora? ¿Qué explicación se da esta librera? Para empezar, el hábito de los niños, que son la franja que más lee en todo el país. "Los niños leen muchísimo, pero es que también adultos han llamado diciéndome 'estoy aburrido de ver series'. Los adultos se han enganchado y están redescubriendo el placer de la lectura. El aburrimiento ha funcionado bien. Están viendo que leer mola", mantiene.


Las pérdidas del Día del Libro y gastos
No obstante, no todo ha sido un despliegue de alegrías. Abril es un mes muy importante para la industria editorial por el Día del Libro. Y mayo llega con el Día de la Madre. Son dos fechas básicas para la venta de libros. Martínez Blanco, que suele ingresar esos días unos 5.500 euros ha notado las pérdidas "hasta en un 52% con respecto al año pasado. Gracias al reparto he podido cubrir gastos de proveedores, pero se ha notado mucho". De hecho, en cuanto a devoluciones solo ha tenido que devolver lo que pensaba que iba a vender en el Día del Libro, pero lo demás ha sido más o menos igual.
Una librería independiente supone unos gastos de 15.000-20.000 euros al mes y ha notado las pérdidas por el Día del Libro
Pero los gastos de una librería son unos cuantos euros al mes. En concreto, para Martínez Blanco suponen entre 15.000 y 20.000 euros mensuales. Estos se suelen ir en la compra de libros, en el alquiler del local —su casero, por suerte, le perdonó dos meses— y en actividades que organiza. "Imagínate si no vendo. ¡Es que no tengo ahorros! Un librero vive al día. Con lo que he obtenido en el reparto he podido ir pagándoles ahora", sostiene.


Contra los supermercados
Durante este confinamiento, además de sacar adelante su negocio a golpe de muchas pedaladas, a Martínez Blanco le ha quedado tiempo para enfrentarse a un gigante: las grandes superficies de alimentación que han permanecido abiertas y que también han vendido libros. Por ley, no podían. Martínez Blanco se conoce al dedillo el decreto de alarma: "En el decreto se prohíbe que ciertos CENAE, que es el código de los comercios que obtienes cuando tú te das de alta como autónomo, vendan libros. El de las librerías es el 4761 y el de las papelerías es el 4762. Estos podían permanecer abiertos por el derecho a la información y por el material para los deberes de los niños. Pero las papelerías tampoco podían vender libros, solo 'online'. Los libros no se podían despachar en ninguna parte de forma física, pero Carrefour y otros grandes centros comerciales vendieron libros durante este tiempo en sus locales, y ha sido todo ilegal".

La librera ha denunciado a las grandes superficies porque no podían vender libros durante el confinamiento
En sus viajes con la bicicleta cada vez que se encontraba con una pareja de la Guardia Civil que le pedía los documentos para transitar les solicitaba que fueran al centro comercial. "Y sí que iban. Y me ayudó mucho la Asociación de Empresarios de Tres Cantos también. Y el ayuntamiento los apercibió, pero a estos centros es que eso les da igual", asegura la librera, que cree que sus ingresos se han visto perjudicados por la venta que han practicado estos supermercados. Por eso, el asunto ha acabado en una denuncia que el Gremio de Libreros de Madrid puso este viernes en su nombre y en el del resto de las librerías madrileñas contra los súper que han vendido libros durante el confinamiento. "Al menos el ciudadano debe ejercer su derecho", concluye
Martínez Blanco.


¿Y el futuro?
El próximo 11 de mayo las librerías de menos de 400 metros cuadrados podrán abrir sus puertas si la provincia ha pasado a la fase 1. No es el caso de la comunidad de Madrid pero, aunque lo fuera, esta librera no tiene muy claro si volvería abrir del todo en próximas fechas. Desde el 4 de mayo ha bajado la intensidad en el reparto y ha colocado una mesita en la puerta de la librería para vender mediante cita previa. Es lo que pretende mantener mientras su madre le echa una mano. "Sí, yo ahora no dejo entrar a nadie. Les enseñamos nosotros los libros. Incluso aunque pudieran pasar ya, no sé si lo haría porque no se puede controlar a los niños. Los niños tocan cosas. De momento voy a seguir así", explica.



Elena Martínez Blanco, estos días en la puerta de su librería




Tampoco tiene muy claro qué pasará con todas las actividades 'online' que ha mantenido estos meses. ¿Se quedarán para siempre? ¿Desaparecerán cuando el virus se vaya por el desagüe? Martínez Blanco sostiene que mientras esté el coronavirus dando vueltas por ahí "seguirán, por seguridad y porque hay gente con miedo que no quiere entrar en los locales. Pero yo espero que no sea siempre porque me gusta la presencia de autores en la librería".

Voy a seguir con una mesa en la puerta porque tampoco se puede controlar a los niños dentro de una librería aunque se pueda pasar
Mientras tanto ya está pergeñando nuevas ideas para cuando se pueda viajar al menos entre provincias. "He pensado que venga el escritor a la librería, dar la charla virtual y luego con cita previa que vengan los niños y los adultos de uno en uno y les firme. Es una idea, aunque hay que verlo muy bien todo", desvela. Pero el cerebro de Martínez Blanco es como una reunión atropellada de neuronas corriendo de acá para allá. Seguro que sigue maquinando otras estrategias. Como la que le ha permitido salir adelante cuando quizá, otros negocios, sí tengan que echar la persiana del cierre.


 
Pilar Vázquez: ver las palabras
La traductora de John Berger y de exitosas novelas como ‘Memorias de una geisha’ y ‘La joven de la perla’ falleció este domingo en Madrid


LUIS MAGRINYÀ
Madrid -
12 MAY 2020


Pilar Vázquez, traductora.


Pilar Vázquez, traductora.



“Es un privilegio contar con una única traductora al español como Pilar, que va traduciendo todo lo que escribo. Es una de mis primeras lectoras y de alguna forma conoce lo que hago incluso mejor que yo. Ve detrás de las palabras, que es lo que realmente importa”. Estas declaraciones de John Berger en una entrevista concedida en 1995 a Jorge Riechmann ilustran cuán íntima y confiada puede llegar a ser la relación entre un autor y la persona que, tantas veces fuera de la escena pública, traduce sus libros.

Berger no quería a otra traductora al español que a Pilar Vázquez [fallecida anteayer en Madrid], porque había reconocido que con su lupa, su intuición y su experiencia le conocía mejor que él. Lo de “ver detrás de las palabras” está muy bien y es muy elogioso, pero suena algo esotérico: Pilar Vázquez sabía que una buena traducción consiste sobre todo en ver las palabras. Y ella sabía verlas en todo tipo de géneros, desde el polifacético Berger hasta los técnicamente más exigentes —el ensayo de arte—, pasando por las novelas populares —superventas como Memorias de una geisha o La joven de la perla— y por nuevas traducciones de clásicos del siglo XX como Las uvas de la ira, una apuesta que la asustaba, según me confesó, porque se supone que una nueva traducción de algo ya traducido lo tiene que superar.

Pilar Vázquez no se asustaba, sin embargo, ni se le caían los anillos, a la hora de traducir novelas de autoras —sobre todo— olvidadas, poco conocidas y de éxito improbable, que eran las que le encargaba yo. Aceptaba con curiosidad las rarezas, los huroneos, las excavaciones, y disfrutaba de compartirlas. Con gran alegría “descubrimos” los dos a alguna novelista que llegó a ser de nuestras favoritas, como Barbara Comyns. Coincidíamos en gustos, en el férreo principio de ver las palabras y en otra norma ingrata no universalmente acatada: la que dice, con rigurosa discreción, que la mejor traducción —como, quizá, la mejor edición— es la que no se nota. Trabajar en pos de la propia invisibilidad no es fácil, pero es un arte. Y algunos nos entusiasmamos con esta clase de recompensas. La última vez que le encargué algo me dijo que tenía que pensárselo, por la enfermedad. Unos días después me escribió, porque no quería decírmelo por teléfono: “Ahora la cosa está un poco peor, y, sabiéndolo, no puedo comprometerme contigo. Me da demasiado miedo volver a dejarte colgado”. No sé por qué dijo “volver”. Nunca me dejó colgado.

 
10 libros asombrosos sobre judíos que no tienen nada que envidiar a 'Unorthodox'
El éxito de la miniserie de Netflix en torno a los ultraortodoxos de Nueva York nos acerca la mirada a historias que indagan en la identidad judía contemporánea en EEUU e Israel


AUTOR
PAULA CORROTO
Contacta al autor
12/05/2020


Desde hace unas semanas, una serie ha revolucionado Netflix. Se trata de 'Unorthodox', basada en la autobiografía de Deborah Feldman, 'Exodus', que narra cómo una chica, perteneciente a la comunidad de judíos ultraortodoxosde Nueva York, decide emprender una vida fuera de las ligaduras religiosas en Berlín. Un poco como el documental 'One of Us' (también está en Netflix), pero con las reglas de la ficción.

Al hilo de este éxito y esta mirada hacia los judíos más ultras, recogemos aquí10 libros que abordan la identidad judía en los EEUU e Israel en la actualidad. Todos muy alejados de las historias sobre el Holocausto. Aparecen judíos laicos con mucho humor —como Woody Allen, el arquetipo del judío intelectual de Brooklyn— o los que conviven en Jerusalén y Tel Aviv con comunidades más ultraortodoxas y con el conflicto con Palestina de fondo (o en primera línea). Un retazo de lo que es ser judío en el siglo XXI.



1. ‘A propósito de nada’ - Woody Allen

'A propósito de nada'.


'A propósito de nada'.
El próximo 21 de mayo se publica en español esta autobiografía de Woody Allen que ha dado más de un quebradero de cabeza al autor (ya se puede reservar en preventa). Allen hace un recorrido por su vida, exorciza sus problemas y los que le han provocado su relación con Soon Yi, la acusación de abuso sexual de su hija Dylan, las acusaciones de su otro hijo Ronan, la negativa de la editorial Hachette a publicarlo… Y, pese a ello, mantiene ese humor 'judío' —en la estela de otros cómicos como Seinfeld— tan presente en sus películas. Si le gustan los guiones de Allen, le pega bastante este desacomplejado viaje autobiográfico.
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2. 'Cuentos reunidos' - Cynthia Ozick


'Cuentos reunidos'.


'Cuentos reunidos'.

Esta judía neoyorquina (como Allen) traza todo un retrato de la condición humana —y la condición de judía— en estos relatos. Ozyck es una de las mayores intelectuales que quedan (nació en 1928) y en su obra ha solido describir a los judíos estadounidenses. En más de una ocasión ha hablado también sobre el Holocausto, señalando: “Como novelista no me interesa. Tampoco como judía, ya que la cultura que lo produjo no es mi cultura: es la cultura del opresor”. Le suele pasar como a Woody Allen: es más leída en Europa que en EEUU.
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3. ‘En una selva oscura’ - Nicole Krauss

'En una selva oscura'.


'En una selva oscura'.

Krauss es también una judía neoyorquina —de Brooklyn, para más inri—, intelectual, escritora y lectora, que suele ser un 'pack' un tanto tópico de los EEUU más educados. Es autora de esta novela sobre un abogado —con dinero y exitoso— que un día lo deja todo —incluido un pisazo en la Quinta Avenida— y se marcha a Tel Aviv a vivir en el hotel Hilton. Allí se encuentra con una escritora que es un trasunto de la Nicole narradora. Krauss ha escrito otras novelas como ‘La gran casa’, en la que narra un viaje por ciudades como Nueva York, Jerusalén, Londres y Budapest como una historia de amor, pero también una crónica judía desde los años cuarenta hasta los dos mil.
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4. ‘Aquí estoy’, de Jonathan Safran Foer


'Aquí estoy'.


'Aquí estoy'.

Safran Foer es el marido de Nicole Krauss y también es un judío intelectual de Brooklyn. El escritor suele centrarse en los asuntos identitarios y este es posiblemente el libro en el que más aborda su condición de judío. Trata la historia del padre de una familia judía norteamericana que se rompe al mismo tiempo que se resquebraja Israel por un terremoto. En la historia se mezclan la paternidad, la religión judía y la relación de este padre con su mujer.
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5. ‘Los siete años de abundancia’ - Etgar Keret


'Los siete años de abundancia'.


'Los siete años de abundancia'.

El israelí Etgar Keret narró en un diario los siete primeros años de su hijo y compuso así una crónica de lo que es una familia judía en el Israel de hoy: su hermana es ultraortodoxa y tiene 11 hijos, él es un pacifista antibelicista con Palestina, sus padres, supervivientes del Holocausto. Y, sin embargo, llega un nuevo niño al mundo y la conversación familiar gira en torno a qué sucederá con él en el futuro: ¿el servicio militar? ¿Ir a la guerra? ¿Enfrentarse a atentados suicidas? La violencia en la vida de cada día en este país.
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6. ‘Una historia de amor y oscuridad’ - Amos Oz


'Una historia de amor y oscuridad'.


'Una historia de amor y oscuridad'.

Una historia contemporánea narró también Amos Oz —uno de los últimos grandes escritores de Israel— en este libro, aunque con todo el peso del pasado. Se trata de la historia del propio Oz, su infancia y juventud en Jerusalén y en el 'kibbutz', la vida de sus padres en Jerusalén y en Tel Aviv. Toda una saga familiar en la que hay de todo, hasta un hijo que les sale escritor, y que abogará siempre por el diálogo y el pacifismo. Y es una historia de Israel en la segunda mitad del siglo XX.
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7. ‘La gente como nosotros no tiene miedo’ - Shani Boianju


'La gente como nosotros no tiene miedo'.


'La gente como nosotros no tiene miedo'.

Esta es una historia de chicas adolescentes, de sus sensaciones, sus despertares sexuales y todas esas cosas de la adolescencia, pero con un matiz: son chicas-soldado. En Israel, las mujeres también tienen que hacer la 'mili' de forma obligatoria (y no precisamente en un país pacífico). La narradora cuenta toda la pulsión hormonal en situaciones muy alejadas de las que vive cualquier otra adolescente occidental: se enamoran mientras están tras la alambrada de un cambio de refugiados o hacen guardia en un control. Viven al borde de la muerte, pero como chavalas que son, sobre todo, viven.
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8. ‘La simetría de los deseos’ - Eshkol Nevo


'La simetría de los deseos'.


'La simetría de los deseos'.

Eshkol Nevo está considerado uno de los mejores autores de la literatura judía contemporánea. Esta es una historia de amistad. Cuatro amigos escriben tres deseos en una nota para ver si se han cumplido cuatro años después. Entre ellos puede haber un deseo de paz en el país o la aparición del amor deseado. El problema es que cuatro años después quizá no hay nada de eso. Lo que sí puede permanecer es esa amistad, y a ello se agarra Nevo para contar este relato.
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9. ‘La figurante’ - de A.B. Yehoshua


'La figurante'.


'La figurante'.

Una mujer música debe abandonar Holanda y trasladarse a Jerusalén por un asunto familiar. Después de décadas en los Países Bajos, tiene que iniciar una nueva vida, pero la ciudad ha cambiado bastante desde que se fue. Se siente como alguien de fuera. Mucho más cuando consigue un nuevo trabajo como extra en películas y series de televisión, con lo que siempre está mirando la escena formando parte de ella pero sin ser la protagonista. Su nueva vida en un Israel que para ella es casi de decorado.
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10. ‘El asesinato del sábado por la mañana’ - Batya Gur


'El asesinato del sábado por la mañana'.


'El asesinato del sábado por la mañana'.


Batya Gur es una de las autoras denovela negra más leídas en Israel.De hecho, la llaman la Agatha Christie israelí. Aquí, casi toda su obra está publicada en Siruela. En esta historia, el comisario Michael Ohayon tiene que tratar el caso del asesinato de una eminente psiquiatra. Además de una intriga psicológica y psicoanalítica, también se van desvelando algunas de las tensiones de Israel. Esta novela ganó varios premios, entre ellos el de mejor novela negra en Alemania.
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LIBROS
Ensalada de papaya y millones de muertos: así comían los dictadores
Un libro recoge los gustos culinarios de Pol Pot, Saddam Hussein, Idi Amin, Enver Hohxa y Fidel Castro a través de los testimonios de sus chefs


Foto: Idi Amín, Fidel Castro, Saddam Hussein y Pol Pot


Idi Amín, Fidel Castro, Saddam Hussein y Pol Pot


AUTOR
PAULA CORROTO
Contacta al autor
13/05/2020



¿Qué comió Pol Pot antes de dar la orden de matar a unos cuantos millones de camboyanos? ¿Quizá su comida favorita, una ensalada de papayapreparada al estilo tailandés con maní y salsa de pescado? ¿Lo hizo tranquilamente después de llenar bien el estómago? Estas fueron algunas de las preguntas que se hizo el periodista polaco Witold Szablowski,múltiplemente galardonado en su país y casi a la altura de su compatriota Kapuscinski, para comenzar el libro 'How to feed a dictator?' (¿Cómo dar de comer a un dictador?) - aún no publicado en español. En España sí tiene otro 'Los osos que bailan', sobre las dictaduras en el Este de Europa, editado por Capitán Swing-.

La idea era preguntar a quienes fueron sus sufridos cocineros y retratar una actividad que realiza todo el mundo varias veces al día en personas muy alejadas de lo que podemos entender por normal. La respuesta en todos los casos sí es bastante prosaica, como recalca el periodista: ¿Qué sintieron al comer bien sabiendo que su pueblo era reprimido y se estaba muriendo? Absolutamente nada.



'How to feed a dictator'


'How to feed a dictator'


Los personajes que aparecen por este libro de Szablowski son Saddam Hussein, Pol Pot, Idi Amin, Enver Hohxa y Fidel Castro.Los cinco dictadores son desmenuzados por sus chefs -a alguno de ellos costó trabajo encontrarlos porque todavía sentían miedo por posibles represalias-, los cuales cuentan que tuvieron temor mientras permanecieron como parte de su personal. Todos obligaban a testar la comida antes de probarla por si había un intento de envenenamiento. Algunos se portaron de forma más cordial con estos empleados; otros, sin embargo, les trataron de forma tan despiadada como al resto de ciudadanos. Ninguno sabe bien por qué lo hizo, solo que era mejor que haberse negado.


1- Saddam Hussein (1937-2006). Irak (1979-2003)


Saddam Hussein



Saddam Hussein escribía versos en su juventud. Era un joven revolucionario que desde muy pronto tuvo poder dentro del Partido Baaz, el partido socialista árabe. Desde 1968, gracias a participar en un golpe, tuvo el mando de Irak, aunque oficialmente lo alcanzó en 1979, poniendo en marcha acciones como la nacionalización del petróleo y las campañas del genocidio kurdo de los años ochenta.

Mientras tanto, Saddam también disfrutaba de la buena mesa gracias a su chef Abu Ali. Le obsesionaba ser envenenado así que de toda la comida se sacaba siempre una pequeña muestra para que otro la probase. Su cocinero, no obstante, recuerda en el libro que el dictador era amable con sus empleados y les regalaba relojes y ropa nueva. Sin embargo, podía mostrar su lado más cruel como cuando preparó una carne a la parrilla sus invitados y lo roció todo con abundante tabasco solo para ver si alguien se quejaba.
En 2003, tras la invasión de Irak, fue capturado y encarcelado. Se le enjuició en 2005 y se le condenó a pena de muerte. Fue ahorcado en 2006.


2- Pol Pot (1925-1998). Camboya (1975-1979)


Pol Pot



El jemer rojo había pertenecido a las élites camboyanas. Hijo de familia adinerada, estudió en París y fue allí donde se unió al Partido Comunista Francés. Desde 1963 ocupó el cargo de secretario general del Partido Comunista de Kampuchea, es decir, de los Jemeres Rojos. En los años setenta, ayudados por el Viet Cong, dieron un golpe y controlaron el Gobierno camboyano.

A Pol Pot le gustaban los platos vegetarianos como la ensalada de papaya, cuenta su cocinero en el libro. Quizá por eso convirtió su país en una enorme huerta. Envió a los ciudadanos al campo creando numerosas granjas colectivas. Con un fanatismo igualistarista desmedido llegó a abolir el dinero (pero que llegara lo mejor a su mesa). Cometió todo tipo de fusilamientos -están considerados crímenes de lesa humanidad- contra cualquier camboyano disidente.

Fue derrocado con la invasión por parte del Vietnam unificado en 1978, sin embargo no se le detuvo hasta 1998 (y fueron los propios jemeres rojos los que lo hicieron). Murió poco después en la selva, poco antes de ser entregado a la justicia internacional. No se sabe cómo murió.


3- Enver Hoxha (1908-1985). Albania (1944-1985)

Enver Hohxa



Hijo de familia acomodada, estudió en Francia, donde entró en contacto con los grupúsculos comunistas. Durante la II Guerra Mundial combatió junto a los partisanos contra el ejército italiano y el alemán. En esa época sería uno de losfundadores del Partido Comunista de Albania. Durante su largo mandato como dictador tuvo varias etapas, la primera de ellas, mucho más cercana a la órbita soviética y de cooperación; la segunda, a partir de 1976, un férreo estalinismo, fanatización y aislacionismo de una forma muy cercana a la de su colega rumano Ceaucescu.

A la hora de la comida, Hoxha solo quería los productos de las granjas ‘amigas’ -también se colectivizó mucho la producción- que había que ir a buscar y a las que llegaban siempre unos cuantos agentes que se encargaban de controlarlo todo. Su cocinero recuerda que el dictador era diabético, por lo que debía tener una dieta estricta de 1.500 calorías al día (lo normal en un hombre son unas 3.000 calorías diarias), así que estaba hambriento y de mal humor todo el día. En un dictador no parece una buena cosa para el resto.
Murió en 1985 de un infarto. Fue enterrado con honores y se celebró un funeral de Estado.


4. Idi Amin (1925-2003). Uganda (1971-1979)



Idi Amin



Del dictador africano Idi Amin se pueden contar muchas cosas como relató la película ‘El último rey de Escocia’. Sobre todo que tenía un ego más grande que todo África y cuando obtuvo todo el poder de Uganda firmaba como Su Excelencia el presidente vitalicio, mariscal de campo Alhaji Dr. Idi Amin Dada, Conquistador del Imperio Británico.

Había formado parte de las Fuerzas Armadas y dio un golpe de Estado en 1971 nombrándose presidente. Al principio le apoyó occidente, pero después se hizo amigo de Libia, la Unión Soviética y la RDA y comenzaron muchas de sus excentricidades montando una guerra con Tanzania. Al final cayó en 1979, huyó a Arabia Saudí donde murió en 2003 en un hospital si bien no se sabe muy bien de qué. Según las cifras de organismos de derechos humanos pudo acabar con la vida de más de 100.000 personas.

En el apartado culinario, su chef Otonde Odera cuenta que le gustaban mucho los platos coloniales (pese a luchar contra Reino Unido) como la sopa de rabo de buey. Entre las excentricidades que pedía, siempre tenía que haber mujeres en la mesa. Su cocinero comenta que la presencia de Idi Amin daba miedo porque nunca se sabía cuándo podía saltar. Como cuando su hijo tuvo unos problemas gastrointestinales y el dictador se dirigió a él y le gritó que si no se curaba le mataría. Se curó.


5. Fidel Castro (1926-2016). Cuba (1959-2008)


Fidel Castro (REUTERS/Prensa Latina (CUBA) - GF2DTPABKRAB)



Castro estuvo casi 50 años en el poder, desde la victoria de la Revolución contra el dictador Fulgencio Batista en 1959 hasta que se retiró en 2008 dejando el poder a su hermano Raúl. Impuso un estado marxista-leninista con la nacionalización y expropiación de empresas. En 1965 fundó el Partido Comunista de Cuba y fue su secretario general hasta 2011.

En el libro se cuenta que le encantaban los helados y aunque no tenía unos gustos demasiado sibaritas, sí que en alguna ocasión su chef tuvo que ir en busca de angulas en una época escasez de comida en la isla, debido en parte al boicot estadounidense.
Tras retirarse apenas hizo apariciones públicas. Murió en 2016, pero no se ha revelado la causa.


 
Hola chicas! A ver si podéis ayudarme...

Busco un libro para regalar a un chico de casi 30 años. A él suelen gustarle los de José Luis Alvite.
Busco algo que mezcle novela negra, autobiografía de hombre trasnochado y música... jajaja sí, buen combo.
De esos libros que te marcan y sabes que nunca vas a poder olvidar.
Si encima tiene un toque de humor inteligente... ya sería perfecto.

Gracias de antemano!
 
Aplazado el 48 Premio Anagrama de Ensayo hasta septiembre
El premio debía fallarse este 4 de mayo y el jurado está compuesto por Jordi Gracia, Chus Martínez, Joan Riambau, Daniel Rico y la editora Silvia Sesé



Foto: El escaparate de una librería cerrada. (Efe)


El escaparate de una librería cerrada. (Efe)



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CULTURA
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LIBROS
30/04/2020



El 48 Premio Anagrama de Ensayo, que debía fallarse este 4 de mayo, se hará público el próximo septiembre, ha informado la editorial en un comunicado este jueves. El trabajo del jurado, compuesto por Jordi Gracia, Chus Martínez, Joan Riambau, Daniel Rico y la editora Silvia Sesé, ha seguido el calendario previsto.

No obstante, ante la situación de confinamiento y vista la imposibilidad de celebrar una reunión con la prensa y debido a la reformulación obligada de la programación editorial, Anagrama ha decidido aplazar el anuncio del manuscrito seleccionado —o los manuscritos, en caso de haber finalista—.
Este año se han recibido 166 originales, procedentes de 16 países; y el cambio de calendario permitirá que el libro ganador se publique al mismo tiempo que se anuncia el fallo.

En cuanto a los venideros Premio Herralde de Novela —2 de noviembre 2020— y Premio Anagrama de Crónica Sergio González Rodríguez seguirán el calendario habitual, en la medida de lo posible.


 
Cultura compra 60.000 nuevas licencias de e-books ante la alta demanda en las bibliotecas públicas
En los próximos días los usuarios tendrán acceso a 507 nuevos títulos en eBiblio, siendo la novela el género más solicitado


En sólo dos meses, a través de eBiblio se ha prestado el 69% del total de préstamos realizados en 2020


En sólo dos meses, a través de eBiblio se ha prestado el 69% del total de préstamos realizados en 2020 - ABC




MADRID Actualizado:14/05/2020


El Ministerio de Cultura ha anunciado una compra extraordinaria de licencias para préstamo de libros electrónicos en eBiblio para las bibliotecas públicas por valor de 390.000 euros. En sólo dos meses, a través de ‘eBiblio’ se ha prestado el 69% del total de préstamos realizados en 2020, por lo que las nuevas licencias permitirán, excepcionalmente, que varios usuarios tengan en préstamo un mismo libro de forma simultánea.
En total, Cultura ha adquirido cerca de 60.000 licencias de nuevos títulos para el préstamo gratuito de libros electrónicos de las bibliotecas públicas. En los próximos días, los ciudadanos tendrán acceso a estas nuevas licencias, que supone un acceso a 507 nuevos títulos, de los cuales 337 son para adultos y 170 para jóvenes y niños.


Se ha priorizado la compra de licencias de novelas por ser el género más demandado, así como de cómics y diversas obras de ficción y no ficción para adultos, jóvenes y niños. Entre ellos, destaca la compra de 29 títulos de lectura fácil con los que se pretende acercar eBiblio a personas con discapacidad.
El servicio gratuito de préstamo de libros electrónicos en línea eBiblio ha experimentado durante los meses de marzo y abril un notable incremento de uso debido al estado de alarma. En estos dos meses, ha realizado 794.797 préstamos, lo que supone un 69,1% del total de préstamos realizados en 2020.

 
UNA PROFESORA DEL KING'S COLLEGE DE LONDRES
Descubren textos ocultos en los Rollos del Mar Muerto que se creían en blanco
Una serie de análisis con técnicas de imágenes multiespectrales han sacado a la luz unos textos desconocidos, que se creen que pueden pertenecer al Libro de Ezequiel



Foto: Identifican posible nuevo manuscrito del Mar Muerto con tecnología de la NASA. (EFE)


Identifican posible nuevo manuscrito del Mar Muerto con tecnología de la NASA. (EFE)



AUTOR
RUBÉN RODRÍGUEZ
Contacta al autor
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19/05/2020



Los Manuscritos del Mar Muerto siguen dando mucho de qué hablar. Uno de los descubrimientos arqueológicos más importantes de los últimos años continúa ofreciendo datos desconocidos hasta la fecha, después de que ahora un equipo de expertos haya encontrado lo que parecen ser textos perdidos en unos documentos que se pensaba que estaban en blanco. Un análisis con técnicas de última generación han revelado este increíble hallazgo.

Fue en el año 1946 cuando, por casualidad, se encontraron en las Cuevas de Qumran, en Cisjordania, más de 900 manuscritos. Escritos por una antigua secta judía conocida como los Esenios, estos pergaminos han sido estudiados cuidadosamente durante más de 70 años para descubrir qué tipo de información contenían: hasta la fecha, se han encontrado versiones de la Biblia, calendarios, informaciones astronómicas e, incluso, normas de comportamiento en la civilización.

A simple vista, los expertos pronto descubrieron que había una serie de rollos de pergamino que parecían vacíos, sin ningún tipo de información escrita. De hecho, en la década de los cincuenta, Jordania regaló algunos de estos documentos a Ronald Reed, un experto de la Universidad de Leeds (Inglaterra), para que analizase su composición química. Al estar en blanco, siempre se consideraron para pruebas científicas, pero lo que nadie podía esperar es queen realidad guardaran un secreto.

Tras hacer las pruebas más avanzadas de aquella época, la colección fue donada a la Universidad de Manchester en 1997 y, al ser documentos vacíos, se almacenaron sin más. Ha sido ahora cuando una profesora del King's College de Londres llamada Joan Taylor accedió a estos rollos para descubrir algo extraño: ataviada con una lupa, le dio la impresión de estar viendo alguna letra suelta sobre el blanco pergamino. Fue entonces cuando decidió comenzar a investigar.

"Pensaba que podría estar imaginándomelo. Pero entonces parecía que otros fragmentos también contenían letras muy desvaídas", aseguró en un comunicado. Tras recibir los permisos correspondientes, Taylor estudio cincuenta y uno de estos pergaminos que parecían blancos a simple vista. A través de una técnica de imágenes multiespectrales -basada en varias longitudes de onda para capturar imágenes difíciles de ver- pronto descubrió que no eran imaginaciones suyas.



Varios fragmentos de un posible nuevo manuscrito del Mar Muerto que han sido identificado. (EFE)




La palabra 'Sabbat'
Los análisis detallaron que buena parte de estos cincuenta y un rollos contenían líneas regladas y vestigios de letras, pero solo cuatro de ellos contenían texto hebreo o arameo. El más especial es uno en el que se pueden leer cuatro líneas de texto, con un total de 16 letras completas o parcialmente conservadas y en los que se lee la palabra 'Sabbat', la palabra hebrea para el sábado. Este hecho, además de otras letras encontradas, sugieren que puede tratarse del Libro de Ezequiel.

"Solo había unas pocas letras en cada fragmento, pero son como piezas perdidas de un rompecabezas que encuentras debajo de un sofá", explica Taylor. En muchos casos, estos documentos que se creían en blancos pudieron contener información tiempo atrás, pero el paso de los años podría haber borrado cualquier vestigio de tinta y haberlo hecho desaparecer al ojo humano. Por eso, los expertos no descartan seguir haciendo pruebas con el objetivo de encontrar más textos perdidos.

De hecho, esta no es la primera vez que ocurre algo similar con los Rollos del Mar Muerto, pues ya en el año 2018 otro grupo de investigadores encontró en otra serie de rollos hallados en Qumran una serie de letras y palabras hebreas que no se veían a simple vista, pero que ayudados por técnicas de luz infrarroja terminaron por salir a la luz. Textos de un pasado que vuelvan aparecer ante nuestros ojos gracias a las técnicas más novedosas.


 
UN LIBRO / 'THE BEST AND THE BRIGHTEST', DE DAVID HALBERSTAM


JOSÉ LUIS MARTÍNEZ ALMEIDA
17 mayo 2020

Un político, un gestor, se pasa el día leyendo. Lee papeles y papeles, textos variopintos, análisis de situación, informes y decretos. Y lee prensa, cada día con voracidad. Por eso, los ratos de lectura ajenos a la gestión de la pandemia los disfruto como si fueran el tiempo delicatesen de cada día. Una de las cosas que tengo que hacer a diario es mantener encuentros por videoconferencia con diferentes alcaldes de todo el mundo. Es una ocasión para poner a prueba mi inglés. Política, historia, inglés, literatura de altura... Todo ello lo encuentro estos días en las páginas de The best and the brightest, del periodista David Halberstam (editado en EEUU por el sello Random House; no traducido al español). Una crónica de la excelente administración de John Fitzgerald Kennedy, tan plagada de talentos en su equipo, y de cómo se vio envuelta en la Guerra de Vietnam. El libro lo leo en inglés, por cierto, para además hacer mis deberes eternos con esta lengua.
 
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