La viruela del mono (monkeypox). Un número creciente de países informan sobre un brote inusual

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19 de mayo de 2022 12:19 p. m. EDT

Un número creciente de países, incluidos Canadá, EE. UU., España, Portugal y el Reino Unido, informan sobre un brote inusual de monkeypox. Lo que hace que estos casos sean notables es que la enfermedad es relativamente rara y no hay vínculos claros entre algunas de las infecciones, lo que genera preocupaciones sobre la propagación comunitaria y los casos no detectados.
 

¿QUÉ ES LA VIRUELA DEL MONO?​

Descubierta por primera vez en 1958, la viruela del simio es una enfermedad rara causada por un virus que pertenece a la misma familia que el que causa la viruela. La enfermedad se encontró por primera vez en colonias de monos utilizados para la investigación. El primer caso humano no se registró hasta 1970, cuando se identificó en la República Democrática del Congo en un bebé de nueve meses, dos años después de que se erradicara la viruela en la región.

¿QUIÉN PUEDE CONTAGIARLO Y CÓMO SE TRANSMITE?​

El virus se transmite a través del contacto con un animal infectado, humano o material contaminado. Se cree que la transmisión entre personas ocurre principalmente a través de gotas respiratorias grandes, que generalmente no viajan muy lejos y requerirían un contacto cercano prolongado. La transmisión de un animal puede ocurrir a través de mordeduras o rasguños, contacto con la sangre o fluidos corporales de un animal.

En ambos escenarios, la infección también es posible a través del contacto directo con fluidos corporales o materiales como ropa o ropa de cama. La piel rota, incluso las abrasiones microscópicas, y las membranas mucosas como los ojos pueden ser puntos de entrada para el virus. Al igual que el COVID-19, puede entrar por las vías respiratorias.

Cualquiera puede contraerlo, pero históricamente, los niños menores de 16 años han constituido la mayor proporción de casos.

Anteriormente, la cadena de infección documentada más larga era de cuatro generaciones de transmisión de persona a persona, señala Health Canada, lo que sugiere que tiene un "potencial limitado de propagación epidémica".

ctvnews.ca
 

¿CUÁL ES EL PERÍODO DE INCUBACIÓN Y CUÁNTO DURA?​

Por lo general, toma alrededor de siete a 17 días desde el momento en que una persona se infecta hasta que comienza a mostrar síntomas, aunque puede ser tan corto como cinco días y hasta 21 días.

La infección suele durar entre dos y cuatro semanas.

¿CUALES SON LOS SIGNOS Y SÍNTOMAS?​

Los síntomas de la viruela del mono son similares a los de la viruela, pero generalmente más leves. Los primeros signos son fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, dolores de espalda, escalofríos y agotamiento. Una característica distintiva específica es que también causa linfadenopatía.

ctvnews.ca
 

El brote europeo, con 23 posibles casos en España, es el mayor de la historia en el continente, aunque se trata de una enfermedad menos virulenta que la viruela humana y con una mortalidad que por lo general no supera el 1 %​

19 may 2022 . Actualizado a las 16:30 h.

 
19 de mayo de 2022 12:19 p. m. EDT

Un número creciente de países, incluidos Canadá, EE. UU., España, Portugal y el Reino Unido, informan sobre un brote inusual de viruela del simio. Lo que hace que estos casos sean notables es que la enfermedad es relativamente rara y no hay vínculos claros entre algunas de las infecciones, lo que genera preocupaciones sobre la propagación comunitaria y los casos no detectados.

Parece curioso...

Que justo cuando se está empezando a hablar menos de la Pandemia (después, de toda la historia con las vacunas), este Virus que venía del "Pangolín"...

Ahora se empieza a hablar de la "Viruela del Mono", de la que, en España, se dice que ya se han pedido miles de dosis de vacunas para tratarla (como si se anunciara otro desastre)...

Y, hoy aparecía, también, una noticia sobre el "Gusano del ojo" en personas (enfermedad que sólo tienen los animales)...

Qué pasa aquí ?
 

Durante una reunión con sus jefes militares, televisada ayer domingo, Putin elevó aún más el grado de tensión mundial:

«Ordeno al ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor que pongan en alerta especial de combate las fuerzas de disuasión del ejército ruso». O lo que es lo mismo, «las fuerzas nucleares del Ejército ruso».
Para los expertos en política, con esta frase:
Pero apretar un botón nuclear es un su***dio en el que no hay vencedores ni vencidos. Todos los dirigentes lo saben.
Y existen otras armas, tremendamente mortíferas, de las que podría poner a salvo a los suyos mientras diezma al resto del mundo.
Te puede interesar: Historia (1): ¿Cómo se terminan las pandemias? Del cangrejo de patas blancas a la viruela

¿Hay peligro de una pandemia provocada?​

Con la Covid-19 todavía entre nosotros, el mundo ya tiene una idea clara de los catastróficos efectos que puede provocar una pandemia mundial desatada por un virus de transmisión aérea altamente contagioso pero de muy baja letalidad.
Lo que no podemos siquiera imaginar es el efecto apocalíptico de un virus que sea al menos tan contagioso como el SARS-CoV-2, pero unas 100 veces más letal.
Porque en una pandemia así el mundo podría quedar paralizado por más de 500 millones de muertos.
Ni siquiera tendríamos la capacidad de enterrarlos.
Te puede interesar: Desmontando ‘conspiraciones’: el SARS-CoV-2 no es un arma y no se escapó de un laboratorio

¿Hay un «botón de guerra biológica» que Putin podría pulsar?​

Putin acaba de hablar del «botón nuclear».
Pero un «botón biológico» podría ser casi igual de peligroso para occidente, y mucho menos suicida para Rusia.
Por eso los especialistas en guerra NBQ han comenzado a estudiar la situación.
Y ellos saben que una enfermedad tan contagiosa como el SARS-CoV-2, pero unas 100 veces más letal, existe.
Se llama viruela.
Probablemente la enfermedad que más muertos causó en toda la historia de la humanidad.
Causada por el ortopoxvirus Variola, algunos brotes de viruela llegaron a matar hasta al 80% de los contagiados.
Solo durante el Siglo XX la viruela mató a más de 300 millones de personas.
Por suerte, una eficaz vacuna esterilizante que impedía padecer la enfermedad así como transmitir el virus, unida a la más eficaz campaña de vacunación mundial de la historia, consiguió que en 1977 se extinguiese el virus en la naturaleza.
El último contagiado así fue un somalí de 23 años.
Desde entonces se dejó de vacunar a la población.
¿Para qué hacerlo si el virus ya se había extinguido?

La viruela está en el laboratorio y afectaría a todos los menores de 40 años​

La consecuencia de esa decisión es que los jóvenes menores de 40 años ya no están vacunados de viruela.
Y eso significa que, hoy en día, la mayor parte de las personas del mundo se podrían contagiar por la viruela.
Pero… ¿Cómo puede haber riesgo de contagiarnos de viruela si ya no hay virus Variola?
El problema está en que aunque el virus de la viruela se extinguió en todo el mundo, se guardaron algunas cepas en el laboratorio.
De hecho, en 1978 se produjo un contagio mortal en un laboratorio de bioseguridad inglés.

Variola es el organismo perfecto como arma biológica​

Variola En la URSS, que por aquel entonces era una superpotencia en plena Guerra Fría con Occidente, consideraron que el virus de la viruela podría llegar a ser un arma de guerra biológica en un futuro no muy lejano.
A fin de cuentas, el virus de la viruela es sin duda el organismo más adecuado que existe para desatar una guerra biológica.
También se mantienen cepas del virus de la viruela en Estados Unidos.
Y ahora hay quien se plantea la viruela como «botón nuclear» frente a Ucrania y al mundo.

¿Cómo podríamos defendernos de un ataque biológico?​

Para emplear el virus de la viruela como arma biológica (a modo de botón nuclear), lo primero que tiene que hacer una nación es proteger a su población.
Pero eso es algo que puede hacerse fácilmente. Sólo hace falta tener las suficientes vacunas.
Y entre los científicos existe el convencimiento de que Rusia podría tener fabricadas millones de vacunas contra la viruela.
Incluso se sabe que sus militares y personal esencial están vacunados de una serie de cosas que ni siquiera ellos conocen.
Para el resto del mundo, hacer vacunas seguras y eficaces para la viruela es muy fácil, e incluso barato.
Lo único malo es que lleva su tiempo. Y tardaríamos mucho en hacer cientos de millones de vacunas
Por eso, y ante esta perspectiva de la viruela como arma biológica, durante muchos años varios países occidentales siguieron disponiendo de una reserva de vacunas que garantizase que al menos su personal esencial estaría seguro.
Pero tras la caída de la URSS los criterios económicos primaron en Occidente.
Poco a poco las vacunas fueron caducando y nadie se preocupó de reponerlas.
¡Para qué «tirar el dinero» en algo que nunca se iba a usar!

Una guerra nuclear es un su***dio, pero…​

Ahora, entre los muchos dilemas que plantea la invasión de Ucrania está la incógnita de lo que podría ocurrir si las cosas empeoran.
Y más, una vez que Putin anunció que ponía en alerta a las fuerzas nucleares del Ejército ruso.
Lo que ocurre es que, científicamente, más creíble que un ataque nuclear sería la posibilidad de que Rusia desatase un ataque biológico contra occidente.
Porque ya en plena Guerra Fría decidimos que el mundo tenía que vivir en la forzada paz de la destrucción mutua asegurada
Y más tarde, en los años 80 del siglo pasado, los científicos convencieron a los políticos de un paso más:
– Que detonar una parte de las armas nucleares de uno de los contendientes provocaría un invierno nuclear que destruiría el mundo.
– Ronald Reagan y Andropov comprendieron que con armas nucleares nunca habría un vencedor.
– Y a finales de los años 80 del siglo pasado, como consecuencia de la amenaza del invierno nuclear, y con la fundamental ayuda de los científicos, Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov firmaron los tratados de desarme nuclear entre la URSS y los EEUU.

La guerra bilógica sí puede tener vencedores y vencidos​

Lo que es imposible con una guerra nuclear, por más amenazas que se crucen, sí puede lograrse con una guerra biológica.
Científicos y médicos saben que sería posible con un arma biológica como el virus de la viruela, o con cualquier otro organismo que tenga esa capacidad.
Y en ese tipo de guerra un país sí podría estar en condiciones de vencer sin suicidarse.

¿Sería posible hoy en día que ese peligro fuese real?​

Desafortunadamente la respuesta es afirmativa.
Porque mientras la Rusia de Putin lleva muchos años preparándose para una situación bélica, occidente lleva muchos años asumiendo que prepararse para este tipo de contingencias es demasiado caro y no vale la pena.
Sin duda podría irnos muy mal.
Al menos seremos los más ricos del cementerio.
“Eduardo Costas trabajó en proyectos de transferencia de tecnología para la detección de sustancias de alto riesgo en la Dirección General de Armamento del Ministerio de Defensa, mediante proyectos de artículo 11 de la LRU y artículos 83 de la LOU”.





 

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