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La crisis europea y el auge del populismo: ¿fue la economía o la identidad?
Esta crisis a cámara lenta estallará a escala continental con las elecciones de mayo. Los partidos antiUE pueden conseguir un tercio de los escaños. ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
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Seguidores de PEGIDA sostienen carteles contra Angela Merkel durante una manifestación en Dresde. (Reuters)
Ramón González Férriz

21/02/2019 05:00 - Actualizado: 21/02/2019 09:12

Se suele atribuir al economista alemán Rüdiger Dornbusch la frase según la cual “las crisis tardan en llegar más de lo que creías, pero cuando llegan lo hacen de manera mucho más rápida de lo que esperabas”. La gran crisis financiera de 2008 puso en marcha una subsecuente crisis política, pero con una enorme lentitud. En España, en 2012 comenzó un “procés” todavía tentativo y en 2014 Podemos entró en el Parlamento Europeo. En 2015, tuvieron lugar la gran crisis de los refugiados de procedencia siria, un millón de los cuales fueron acogidos en Alemania por Angela Merkel, y la llegada al poder de Syriza en Grecia, con las consiguientes negociaciones con la Comisión Europea para renegociar una gigantesca e impagable deuda.

En 2016, se produjeron la victoria del Brexit en el referéndum convocado por el primer ministro británico David Cameron y el rechazo a las reformas del primer ministro italiano Matteo Renzi en un referéndum convocado por él mismo. En 2017, en Francia, Marine Le Pen pasó a la segunda ronda de las elecciones presidenciales; en Países Bajos, el partido populista de derechas de Geert Wilders logró la segunda posición en las elecciones parlamentarias; y en Alemania, Alternativa para Alemania entró en el Bundestag con más del 12% de los votos. En 2018 se formó en Italia la coalición de gobierno entre la Liga y 5 Estrellas.

Esta crisis a cámara lenta, según este relato, estallará repentinamente a escala continental con las elecciones al Parlamento Europeo del próximo mayo: los democristianos y socialdemócratas podrían perder la mayoría, según un pronóstico del European Council on Foreign Relations, y los partidos anti-UE conseguir un tercio de los escaños. Lo cual podría llevar, de acuerdo con el ECFR, a “desde abolir sanciones a Rusia, hasta bloquear la agenda comercial exterior de la UE”. De alguna manera, su mensaje de “otra Europa es posible” (menos liberal, menos abierta, más nacionalista) lograría una mayor legitimidad, y su capacidad para “paralizar la toma de decisiones de la UE desactivará el argumento proeuropeo de que el proyecto es imperfecto pero susceptible de ser reformado”. En ese momento, dice el ECFR con cierto dramatismo, ya “estaríamos en el tiempo de descuento”.


Macron y Rivera, claves en la Eurocámara ante el descalabro de socialistas y populares
Nacho Alarcón. Bruselas
Se prevé una fuerte entrada euroescéptica en las europeas de mayo, con 6 diputados para Vox. Los liberales serán clave ante el descalabro de las familias tradicionales: populares y socialistas

Pero, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? Básicamente hay dos explicaciones que, aunque no son ni mucho menos incompatibles, enfatizan motivos distintos. Una explicación es la económica: la crisis financiera afectó mucho a la clase media, las instituciones de la UE fueron extremadamente lentas a la hora de buscar una salida de la crisis, al tiempo que dejaron a los gobiernos nacionales sin apenas herramientas para abordarla por su cuenta. El desempleo, la reducción de los servicios públicos y la falta de empatía provocaron una ira contra las élites políticas y económicas basada en el resentimiento, pero también en el miedo a no recuperar una vida decente.

José Fernández-Albertos elabora de manera más sofisticada esta tesis en su libro 'Antisistema. Desigualdad económica y precariado político' (Catarata). “Lo que tienen en común los individuos que se ven atraídos por estas opciones antisistema -dice- es su percepción de que sus vidas no son suficientemente reconocidas, que la sociedad no otorga valor a lo que ellos aportan”. A partir de eso, “la predisposición a adoptar valores autoritarios es en parte consecuencia de sufrir cambios económicos negativos”.

La otra versión está magníficamente sintetizada en el libro 'After Europe', del pensador búlgaro Ivan Krastev, y se puede resumir en dos palabras: “pánico moral”. “Uno de los grandes impactos de la crisis de los refugiados en la política europea es el pánico moral que ha provocado, una sensación de que la situación se ha escapado al control. La miríada de actos de apertura hacia los refugiados que huían de la guerra y la persecución que vimos en 2015 en lugares como Alemania o Austria, se ven hoy sustituidos por lo contrario: una ansiedad iracunda provocada por la posibilidad de que esos mismos extranjeros, a los que hace unos años se les dio una cálida bienvenida, pongan en riesgo el modelo de estado de bienestar y la cultura de Europa, y que destruyan nuestras sociedades liberales”. Eso, sumado a una rápida transformación tecnológica, ha llevado a los votantes de los nuevos movimientos populistas a tratar de detener el tiempo, para que su mundo permanezca lo más invariable posible. O, incluso, a intentar darle marcha atrás.


Alemania, la gran resaca
Antonio Martínez. Berlín
La llegada de millones de peticionarios de asilo ha generado una serie de movimientos tectónicos a nivel político, económico y social cuyas consecuencias reales aún son difíciles de calibrar

Los dos argumentos, el económico y el identitario, son juiciosos y probablemente se realimenten. Cabe pensar que la crisis política no se habría producido de no haber tenido lugar la financiera. Pero, por poner solo algunos ejemplos, AfD crece en Alemania en un momento de pleno empleo y sueldos al alza, Vox lo ha hecho cuando en España el crecimiento es razonable y en Reino Unido quienes votaron mayoritariamente a favor de la salida de la UE fueron los mayores, menos golpeados por la crisis que los jóvenes, que votaron mayoritariamente por permanecer en ella. Por otro lado, el mayor pánico moral por la llegada de refugiados e inmigrantes se produjo en Polonia y Hungría, países en los que apenas hay refugiados ni inmigrantes.

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Matteo Salvini, Harald Vilimsky, Geert Wilders, Marcus Pretzell, Marine Le Pen y Frauke Petry en Koblenz, Alemania, el 21 de enero de 2017. (EFE)
Pero el hecho es que ambas ansiedades han creado una ira permanente contra unas élites tradicionales que, a juicio de muchos ciudadanos, y no sin algunas buenas razones, simplemente no sabían lo que hacían: los economistas no acertaron en sus predicciones económicas, los financieros no supieron calcular los riesgos, los periodistas no entendieron lo que estaba pasando y los políticos no hicieron nada al respecto. No parece muy probable que, si las nuevas élites consiguen sustituir en el poder a las élites tradicionales, sean capaces de hacerlo mejor. Pero tampoco está claro cómo se rehacen los viejos lazos de confianza con unos tecnócratas de los que se esperaba, al menos, que no metieran la pata.

Quizá el gran estallido que se espera para el mes de mayo tenga menos consecuencias de las que anuncia el ECFR. Es probable que sigamos experimentando crisis lentas, episódicas, conectadas entre sí y de repercusión tardía. Lo cual no es una buena noticia. Pero es la situación económica e identitaria en la que los europeos nos estamos acostumbrando a vivir.

https://blogs.elconfidencial.com/mu...pa-populismos-inmigracion-refugiados_1837238/
 
La UE es en realidad Frau Merkel y lo que ésta manda en Alemania. Tenemos instituciones europeas con más de 30.000 funcionarios que cobran salarios de vértigo, con montones de dietas, asignaciones y privilegios de todo tipo. Una Europa mercantilista que lo único que le importa son esclavos inmigrantes mayoritariamente africanos subsaharianos y magrebíes en sus industrias y fábricas, sin importar las consecuencias sociales, morales y culturales sobre la población étnicamente europea.

África doblará su población de aquí a tres décadas y ya serán más de 2.400 millones de habitantes, casi el doble de la población actual de la China; millones de jóvenes, más de 10 millones actualmente esperando, al otro lado del Mediterráneo la ocasión propicia para saltar a Europa.

Según las leyes pro-inmigración para refugiados en busca de asilo, todas las solicitudes de asilo aceptadas ( más del 80%) se les reconocerá derechos, como la igualdad de trato con los nacionales del país de acogida, derecho a todo tipo de prestaciones, ayudas a la vivienda, escolaridad, sanidad, etc. siendo personas no activas económicamente.

Pero esto, a Juncker y a Merkel, les da lo mismo, lo paga el contribuyente europeo.

Contra este estado de cosas, lucha el grupo de Visegrado junto con Austria, en defensa del bienestar de los europeos, de sus valores milenarios.

Estas elecciones europeas serán vitales para reconducir el caos migratorio que tiene sumido a Europa en una de sus peores crisis desde su fundación.

La arabización y africanización de Europa será el regalito que les dejaremos, si no se remedia ya esta situación, a las próximas generaciones, a nuestros, hijos y nietos.

Ahora pregunto: Ahora se entiende la posición de VOX acerca de la inmigración ilegal?

PD Comentario de Monsieur en El Confidencial
 
La cruzada de un eurodiputado para evitar que la UE califique Gibraltar de 'colonia'
Claude Moraes, eurodiputado británico, bloquea desde una posición de fuerza el reglamento en el que el Consejo de la UE califica Gibraltar de colonia
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El peñón de Gibraltar. (Reuters)
Nacho Alarcón. Bruselas

21/02/2019 17:04 - Actualizado: 21/02/2019 20:54

La pequeña victoria diplomática de España, que logró que el Consejo de la UE calificara Gibraltar de 'colonia', se está complicando en las últimas horas. Esa denominación iba en el pie de página de una regulación para la liberalización de visados tras un Brexit sin acuerdo, que debe votarse en el pleno del Parlamento Europeo el próximo 13 de marzo.

El problema, aseguran fuentes parlamentarias, es que Claude Moraes, eurodiputado británico y presidente de la comisión parlamentaria de Libertades Civiles, está bloqueando su progreso. Él es el ponente de la regulación, y por lo tanto representa al Parlamento en las negociaciones a tres vías que se celebran entre el Consejo, la Comisión y la Eurocámara. Las dos primeras instituciones insisten en mantener la denominación de colonia para Gibraltar, pero Moraes lo está bloqueando. Eso sí, cuenta con el apoyo de la comisión parlamentaria, que votó 53 a 0 en contra de la propuesta aunque hay dos eurodiputados españoles.


Una venganza incubada durante 33 años: España aprieta las tuercas a Gibraltar
Nacho Alarcón. Bruselas
En su negociación para acceder a la Comunidad Europea, España tuvo que ceder mucho en Gibraltar. Ahora Madrid prepara su venganza.

Ahora esos eurodiputados están molestos con cómo Moraes está actuando de tapón. La situación genera nerviosismo en Bruselas: queda poco tiempo para aprobar la regulación y si no se hace los británicos tendrían que pagar visados desde el día después del Brexit.

Varias fuentes parlamentarias señalan que la actuación de Moraes se ve como una cruzada personal por la que se niega a aceptar ningún texto en el que Gibraltar aparezca como colonia. La situación está dividiendo el Parlamento Europeo, algunos creen que España debe dejar caer esa referencia y que está aprovechando la situación para anotarse un punto. Otros muestran el apoyo a la petición española por la misma razón por la que apoyan a Irlanda en la cuestión fronteriza: Madrid es y seguirá siendo miembro de la Unión Europea. Londres no.

El texto actual ya ha sido rechazado en dos ocasiones por Moraes. “El texto acordado representa la posición de los 27 Estados miembros y de la Comisión Europea, que en dos ocasiones han ratificado su contenido”, señalan fuentes diplomáticas.


El Consejo de la Unión Europea califica a Gibraltar de “colonia”
Nacho Alarcón. Bruselas
En la UE cada palabra importa y hoy España ha logrado que el bloque califique a Gibraltar de “colonia de la corona británica”, algo que ha enfadado al Reino Unido

Según fuentes diplomáticas, el embajador francés ante la UE calificó de "inaceptable" la actitud británica durante una reunión celebrada esta semana. En concreto el Reino Unido ha protestado enérgicamente contra esa calificación. Otras fuentes comunitarias llevan semanas temiendo que el pulso de España por Gibraltar pueda generar problemas con el Reino Unido, aunque no esperaban el bloqueo del dosier en su tramitación parlamentaria.

"Está utilizando su posición de fuerza para bloquearlo por una postura personal que no tiene por qué representar la del Parlamento", critica otra fuente parlamentaria.

https://www.elconfidencial.com/mund...utado-britanico-ue-gibraltar-colonia_1840302/
 
La UE tiene en este momento dos retos que no es capaz de afrontar:

1 La inmigración ilegal. Hay un interés supranacional en contener los salarios, para lo cual es necesario inundar el mercado con mano de obra "semiesclava". Aqui entra Soros, que es el que mueve esto.

2 El North Stream 2. Esa el la clave y la puntilla de la UE tal y como la conocemos ahora. Este proyecto es el que permite a Alemania surtirse de gas barato desde Rusia a través de un gasoducto en el Báltico, es decir, sin pasar por terrirorio de ningún país de la UE. Eso elude el control de Bruselas a la importación de energía desde un país no UE.

Como todo el mundo sabe, la semilla de la UE fue la CECA, confederación de Carbón y Acero, destinada a regular la producción industrial de Alemania y Francia. Libre mercado interior, pero control del exterior desde Bruselas.

Alemania esto se lo pasa por el forro aprovechando un hueco en el Tratado de Lisboa: el control UE no pasa por las aguas territoriales, y el North Stream 2 entra desde el Báltico.

Chorro de energía barata desde Rusia, que permitirá a Alemania forzar a Francia (y España) a cerrar sus nucleares. Alemania controla la energía de sus socios desde la UE, pero se nutre del gas barato ruso.

Y mientras nos entretienen con el Brexit, VOX, y los Húngaros....

PD Comentario de Farringdon en El Confidencial
 
El ex presidente de la Agencia Federal de Protección Constitucional, Maassen, en una artículo ajusta cuentas con Merkel - sin mencionar su nombre

Hans-Georg Maaßen, antiguo jefe de la Protección Constitucional Federal, critica la política de la CDU. Rechaza muchos proyectos políticos que están bajo la presidencia de la Canciller Merkel.
Hans-Georg Maaßen establece la política de Merkel: "La CDU no es propiedad de los funcionarios ".

Maaßen critica el declive de los valores en el seno de la CDU. Maaßen, que recientemente se unió a la conservadora "Unión de Valores", enumera en su artículo como invitado para la revista de noticias "Focus" muchos proyectos políticos que caen bajo la cancillería de Angela Merkel - y que él rechaza.
"La CDU no es propiedad de los oficiales"

"Un partido es un partido y no una asociación de cancilleres-elegidos", Maaßen presenta su crítica en "Focus". Los valores no son arbitrarios, los partidos deben esforzarse "por traducir las convicciones y los valores de sus miembros y partidarios en políticas prácticas". Algo que él niega en parte a la CDU: Muchos de los valores de la CDU se han "quedado en el camino" en los últimos años. "Eran el precio de retener el poder", continuó Maaßen. "El SPD y los Verdes, por otra parte, fueron copiados temáticamente por la CDU y, por lo tanto, expropiados. En el texto no se menciona al Canciller por su nombre.

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Hans-Georg Maaßen
COMPARECENCIA ANTE EL SINDICATO WERTE
"Todavía no se tiene el control de la situación de la migración en la actualidad."

Él no se incorporó a la CDU, según Maaßen en 1987, "para que millones de solicitantes de asilo vinieran a Alemania y hubiera una política de asilo sin límite máximo". Tampoco las "salidas de la política energética sin entradas seguras", la abolición del servicio militar obligatorio, el salario mínimo o la política de género fueron mi motivación para unirme al partido. Una serie de proyectos políticos, que se enmarcan en el mandato de Angela Merkel como líder de la CDU y Canciller. "No es aceptable que un partido abandone sus convicciones políticas y represente exactamente lo contrario, sólo porque estas posiciones permiten mantener el poder", escribe Maaßen. "La CDU no es propiedad de los funcionarios. Por eso es importante la "Unión de Valores", ya que defiende activamente las convicciones de los miembros de la Unión.
Maaßen, de 56 años, fue presidente de la Protección Constitucional Federal de 2012 a 2018. En noviembre del año pasado, el Ministro Federal del Interior, Horst Seehofer (CSU), lo puso en retiro temporal después de las polémicas sobre las declaraciones de Maaßen sobre los disturbios de extrema derecha en Chemnitz.
Fuentes: "Focus




Traducción realizada con el traductor www.DeepL.com/Translator
 
¿De verdad hay alguien a quien le importe la Unión Europea?
La propuesta del presidente francés, que desea un renacimiento europeo, no le ha interesado a casi nadie, quizá porque las élites europeas siguen en su burbuja
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Macron y Trump, en la reunión del G20. (Marcos Brindicci/Reuters)
Esteban Hernández

06/03/2019 05:00

La propuesta de Macron para un renacimiento europeo parte de un punto incontestable: este es un momento de urgencia para Europa. Quizá los ciudadanos de nuestro continente no den demasiada importancia a este hecho, y probablemente nuestras élites tampoco, pero es un instante clave para definir el futuro, no solo de la UE, sino el de cada uno de nosotros. La recepción que el texto de Macron ha tenido en España, desde la celebración de la iniciativa desde el entorno socialista hasta los reproches por incluir algunos puntos poco liberales o demasiado proteccionistas, revela que seguimos enredados en posiciones partidistas, pero también dibuja la dimensión de la burbuja en la que los europeístas se han acostumbrado a vivir.

Hasta ahora, todo el discurso sobre los problemas europeos se centraba en una suerte de nostalgia culpabilizadora: con lo bien que nos iba y han tenido que venir los rusos con las noticias falsas y los populistas que fomentan el malestar y agitan las pasiones para conseguir votos. A partir de este momento, sin embargo, podremos traducir adecuadamente este tipo de afirmaciones: cuanto más se responsabilice a las noticias falsas, a las pasiones y a los votantes retrógrados de lo que va mal, más se está cayendo en la añoranza de unos tiempos que ya se han marchado. Cuando utilizan estos argumentos lo que quieren decir es que no desean dar ningún paso adelante. Este es el momento maquiavélico de la UE, pero la mayoría de los europeístas se niega a reconocer los cambios que estamos sufriendo.

Oídos sordos
Ese es el gran problema al que se enfrenta la propuesta de Macron: más allá de que sus ideas sean o no válidas (esa sería la segunda parte), lo relevante es que la dirige a aquellos que no tienen ningún interés en avanzar. El inmovilismo reina en la UE en un instante en que es necesario un renacimiento, sea o no en el sentido apuntado por Macron, puesto que han de sortearse escollos serios, internos y externos.

La UE es la potencia perdedora en este giro geopolítico, y no hay ningún indicio de que esa situación vaya a variar a corto plazo

El primero de ellos abarca multitud de aspectos, y puede resumirse en la pérdida de influencia internacional de la UE una vez que el mapa geopolítico se ha visto alterado con la conversión de China en segunda potencia mundial. La Unión tenía presencia en la medida en que reforzaba las políticas impuestas por su gran paraguas, EEUU, durante una época que fue de esplendor económico para las élites europeas. Tras el giro de Trump, que intenta afianzar la hegemonía de EEUU restando peso a sus aliados y que ve a la UE como un competidor, el nuevo peso de China y la persistente presencia rusa, Europa se ve presionada desde distintos ámbitos, y todo ello sin ejército propio, sin una política exterior cohesionada y sin una fuerza internacional real que la sitúe a la altura de otras potencias. A eso le sumamos su falta de posicionamiento tecnológico, es decir, su déficit en un terreno en el que se están jugando las nuevas formas de influencia, control, y generación de recursos, y su dependencia energética. De momento es la potencia perdedora en este giro geopolítico, y nada apunta a que esa situación vaya a variar a corto plazo.

La suma de partes
Los retos interiores tampoco son poca cosa. El primero tiene que ver con una cohesión escasa, resultado de los intereses diferentes de los países más fuertes, con la doble velocidad de la arquitectura euro gracias a la cual países como Alemania han salido ganando (y otros, como España perdiendo), y con una expansión hacia el Este que ha creado graves problemas de integración. Esa falta de cohesión es un lastre, fragiliza a la UE e impide tomar medidas contundentes dentro y fuera, ya sean de política fiscal o en materia exterior, entre otros aspectos. Un territorio no articulado no es un territorio, es una suma de partes, y tales operaciones son siempre provisionales: dependen de un equilibrio que puede romperse fácilmente.

La ausencia de cohesión social provoca que los países europeos se vuelvan frágiles y, por tanto, vulnerables a influencias exteriores

El segundo problema interno está directamente ligado al auge de los dextropopulismos y de las extremas derechas. El crecimiento de estas fuerzas tiene como causas el deterioro del nivel de vida en Europa, las menores posibilidades para muchos de sus ciudadanos, en especial en el sur, y la reinante falta de confianza en el futuro. La desigualdad, uno de nuestros grandes problemas, no es solo la diferencia de recursos entre unas partes y otras de la población, es también un contexto en el que los salarios de la mayoría de la población no aumentan al tiempo que suben los precios de los bienes necesarios para la subsistencia, como el alojamiento, la energía o el transporte. Desde esta perspectiva es fácil entender resistencias como las de los chalecos amarillos: es gente que cada vez tiene menos y paga más, que carece de perspectivas de futuro y que ve muy difícil que sus hijos reproduzcan su posición. Esa ausencia de cohesión social provoca que los países europeos se vuelvan frágiles y, por tanto, vulnerables a influencias exteriores. Los populismos de derecha y las extremas derechas han crecido gracias a los perdedores de la globalización, que son fundamentalmente las clases medias y trabajadoras europeas, y ese descontento lógico está siendo recogido por ideologías nada favorables a la UE. La configuración del Parlamento europeo tras las elecciones de mayo será una muestra de cómo fuerzas contrarias a una Unión fuerte contarán con un número significativo de escaños y, con ellos, con capacidad para poner palos en las ruedas a toda acción integradora.

Los intereses propios
Estos son los tres grandes retos que la UE debe afrontar y, si no los encara, seguirá deslizándose en la pendiente hacia la segunda división. Una Europa unida y fuerte contaría con grandes posibilidades en un mundo donde el tamaño importa mucho, pero si no es así, es probable que cada país mire mucho más por sus propios intereses que por los comunes. La Italia de Salvini se ha sumado a la ruta de la Seda china y se muestra cercana a Rusia, como ocurre con Le Pen y con otras fuerzas populistas ligadas a Bannon, lo cual es una señal evidente de que ese proceso ya se ha iniciado. Cuando las cosas van mal, el darwinismo reaparece, y cada cual busca la salida que más réditos le ofrece.

Este es el momento de la verdad, el de apostar por una UE real u olvidarse del asunto

Pero todos estos problemas se resumen en uno principal, las élites europeas, esas que pretenden seguir ancladas en un pasado que ya ha huido. No estamos en la era global, en la que era posible extraer recursos sin consecuencias; ya no es posible incrementar el descontento de las poblaciones sin que se vuelva en contra de algún modo. Cuando Donald Tusk afirma que hay potencias extranjeras que quieren influir en las elecciones europeas hay que darle la razón, pero también recordarle que las élites europeas hacen todo lo posible para que esa influencia encuentre un suelo sólido en el que germinar. Hemos vivido la secesión de las élites, por citar aquella famosa expresión de Christopher Lasch, y siguen sin querer regresar a casa.

Las élites no creen en la UE
Por decirlo de otra manera, este es el momento de la verdad, el de la prueba del algodón: el de apostar por una UE real u olvidarse del asunto. Hasta ahora, cuando la Unión no era más que un mecanismo cómodo de generación de ingresos para las élites, todo marchaba. Pero las cosas han cambiado, y esa tranquilidad de espíritu reinante está desvaneciéndose. Europa exige, si quiere ser efectiva y subsistir como gran potencia, que se dé un salto hacia delante, que se avance, que se desarrollan políticas integradoras y cohesivas que la refuercen interior y exteriormente. La otra opción es dejar las cosas como están, lo cual implica una fractura a medio plazo. En este instante crucial nadie quiere moverse, nadie quiere cambiar el paso, probablemente porque no creen en el proyecto europeo. Si de verdad quisieran que la UE persistiera como una gran potencia, darían pasos en esa dirección, se pondrían en marcha otras políticas y estructurarían el espacio europeo de una manera más sólida. Pero no es así. Suena extraño cuando acusan a los anti UE de querer acabar con el mejor instrumento del que hemos gozado, porque la responsabilidad primera es siempre de quienes mandan. Si en lugar de avanzar en la dirección correcta, nos hablan de rusos, de pasiones y de populismos, todas las opciones en contra de la UE se dispararán, lógicamente y con razón.

https://blogs.elconfidencial.com/es...-bannon-trump-china-rusia-populismos_1863926/
 
Dejar europa en manos de merkel ha sido peor que dejarla en manos de hitler

Repetir los mismos errores es IMPERDONABLE a estas alturas

Han arrasado el sur y el centro lo han dejado en plena descomposición

El brexit no es mas que un sintoma del cancer más corrosivo:

Los LOBBIES que dirigen europa.

PD Comentario de Regeneracion en El Confidencial
 
El tratamiento de Europa al mas grave problema español, que es el secesionismo, es como para planteárselo. Demuestra a las claras la insolidaridad y falta de cohesión entre los estados integrantes. Luego que no se quejen del populismo antieuropeo.
 
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