LA FORMACIÓN FRANQUISTA DEL PRÍNCIPE JUAN DE BORBÓN.
En el verano de 1948 se entrevistaron por primera vez el generalísimo Franco y don Juan de Borbón. El Régimen atravesaba graves dificultades: penuria económica, aislamiento internacional, represión interior. La conversación de alta mar debía tratar sobre la educación de un niño de diez años, llamado Juan de Borbón.
El 25 de agosto, don Juan fue el primero en llegar al punto establecido para sostener una muy importante entrevista con el dictador. El generalísimo llegó al punto de encuentro a bordo del yate "Azor", que pudiese avergonzar en tamaño y características al yate real "El Saltillo".
El "rey" fue invitado a subir al "Azor". Don Juan fue recibido con una gran sorpresa ya que Franco ordenó que se recibiera al conde de Barcelona con pitadas de almirante y la acogida fue efusiva. Don Juan se dirigió a Franco como "EXCELENCIA" y éste le respondió "ALTEZA" y comenzaron a dialogar durante un total de tres horas.
Tras hablar de todo tipo de temas (entre ellos, la Ley de Sucesión) el tiempo y la aparente confianza que ambos iban ganando en el otro hizo que aflorara, de boca de Franco, el tema central para él: la educación del hijo del conde, «Juanito» pero a su vera, y lejos de don Juan, eso sí. Se dice que el dictador hacía aquella proposición sabedor de que, de esta forma, tendría un «rehén» que le garantizaría hacer las veces de regente y le permitiría acercarse a los aliados.
Hablando con su habitual mezcla de astucia y prejuicio, Franco instruyó en tono paternalista a don Juan sobre los peligros que corrían los príncipes "extranjerizados". Don Juan respondió: «¿Cómo voy a mandar a mi hijo a España, mientras sea un delito gritar "viva el rey", se multe a quienes se reúnen para hablar de la Monarquía, se prohíba, toda clase de propaganda y se persiga a los que me son fieles?
El Jefe del Estado se limitó a decirle: «Todo eso puede arreglarse». Al final se acordó que el príncipe Juan cursaría sus estudios en tierras españolas. Algo que algunos analistas califican de una victoria clara de Franco con respecto a don Juan, quien habría aceptado la pérdida de su hijo para que la restauración llegase a España. Además, la Corona debió romper relaciones con algunos partidos políticos como el PSOE.
Antes de retirarse, Franco se dirigió de nuevo a don Juan para que quedase claro que su nueva relación de tolerancia mutua acababa de comenzar y que debía de continuar.
A nivel nacional, la prensa no se hizo eco del suceso hasta el día 29 en la que se informó que Después de saludarse y conversar sobre temas generales de actualidad, se trató de la educación del príncipe Juan quien, por deseo de su padre, el conde de Barcelona, comenzará el próximo curso sus estudios de Bachillerato en España».
Imágen del encuentro entre Franco y Don Juan a bordo del yate "AZOR".
En el verano de 1948 se entrevistaron por primera vez el generalísimo Franco y don Juan de Borbón. El Régimen atravesaba graves dificultades: penuria económica, aislamiento internacional, represión interior. La conversación de alta mar debía tratar sobre la educación de un niño de diez años, llamado Juan de Borbón.
El 25 de agosto, don Juan fue el primero en llegar al punto establecido para sostener una muy importante entrevista con el dictador. El generalísimo llegó al punto de encuentro a bordo del yate "Azor", que pudiese avergonzar en tamaño y características al yate real "El Saltillo".
El "rey" fue invitado a subir al "Azor". Don Juan fue recibido con una gran sorpresa ya que Franco ordenó que se recibiera al conde de Barcelona con pitadas de almirante y la acogida fue efusiva. Don Juan se dirigió a Franco como "EXCELENCIA" y éste le respondió "ALTEZA" y comenzaron a dialogar durante un total de tres horas.
Tras hablar de todo tipo de temas (entre ellos, la Ley de Sucesión) el tiempo y la aparente confianza que ambos iban ganando en el otro hizo que aflorara, de boca de Franco, el tema central para él: la educación del hijo del conde, «Juanito» pero a su vera, y lejos de don Juan, eso sí. Se dice que el dictador hacía aquella proposición sabedor de que, de esta forma, tendría un «rehén» que le garantizaría hacer las veces de regente y le permitiría acercarse a los aliados.
Hablando con su habitual mezcla de astucia y prejuicio, Franco instruyó en tono paternalista a don Juan sobre los peligros que corrían los príncipes "extranjerizados". Don Juan respondió: «¿Cómo voy a mandar a mi hijo a España, mientras sea un delito gritar "viva el rey", se multe a quienes se reúnen para hablar de la Monarquía, se prohíba, toda clase de propaganda y se persiga a los que me son fieles?
El Jefe del Estado se limitó a decirle: «Todo eso puede arreglarse». Al final se acordó que el príncipe Juan cursaría sus estudios en tierras españolas. Algo que algunos analistas califican de una victoria clara de Franco con respecto a don Juan, quien habría aceptado la pérdida de su hijo para que la restauración llegase a España. Además, la Corona debió romper relaciones con algunos partidos políticos como el PSOE.
Antes de retirarse, Franco se dirigió de nuevo a don Juan para que quedase claro que su nueva relación de tolerancia mutua acababa de comenzar y que debía de continuar.
A nivel nacional, la prensa no se hizo eco del suceso hasta el día 29 en la que se informó que Después de saludarse y conversar sobre temas generales de actualidad, se trató de la educación del príncipe Juan quien, por deseo de su padre, el conde de Barcelona, comenzará el próximo curso sus estudios de Bachillerato en España».
Imágen del encuentro entre Franco y Don Juan a bordo del yate "AZOR".
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