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Parece que aplican el cordón sanitario a Juan Carlos
Juan Carlos es a ojos de los ciudadanos el símbolo de una Monarquía con mala imagen, impuesta y "mataelefantes", que ha puesto a la institución de la Monarquía en franco riesgo, salpicándola de sospechas de turbios negocios y que le confieren una imagen de corrupción. De hecho, parece ser que este misma mala imagen ha sido la causa de que presunntamente se le forzase a abdicar.
La pregunta inevitable es... ¿será reversible la mala imagen actual de la Monarquía?
Parece, pues, que una campaña de imagen se impone... desmarcarse de "El Patrón", incluso en su cumpleaños.
Felipe parece que intenta desmarcarse de su padre para cambiar esa mala imagen de la monarquía y transmitir una nueva imagen alejada de corruptelas. Por ello, parece indispensable no relacionarse, acercarse ni fotografiarse públicamente con ningún miembro de esa anterior monarquía.
Y la ausencia de Felipe en el cumpleaños de su padre, se puede así interpretar como un intento de sanear la institución, al menos a ojos del contribuyente que la costea, de intentar transmitir una imagen de limpieza, aunque esto implique cortar por lo sano públicamente con algunos familiares acusados o salpicados por turbios asuntos de corrupción.
A la Casa Real parece que le falta pedagogía de la información
Pero el problema es que, aunque sea loable la idea de transmitir ese alejamiento de la imagen de corrupción, el equipo de la Casa Real no sabe cómo transmitirla bien, periodísticamente hablando; en suma, falta pedagogía de la información, o sea, explicar bien los objetivos de las acciones Rey a los ciudadanos, explicarlo bien para que se entienda... faltan expertos, asesores, periodistas, un equipo coordinado que canalice y explique las acciones del Rey a los ciudadanos, con el consiguiente riesgo de que la buena voluntad inicial pueda ser malinterpretada y volverse contra el actante, y que muchos de los ciudadanos puedan tachar al Rey de falta de sensibilidad al ausentarse al cumpleaños de su padre... Básico.
Juan Carlos es a ojos de los ciudadanos el símbolo de una Monarquía con mala imagen, impuesta y "mataelefantes", que ha puesto a la institución de la Monarquía en franco riesgo, salpicándola de sospechas de turbios negocios y que le confieren una imagen de corrupción. De hecho, parece ser que este misma mala imagen ha sido la causa de que presunntamente se le forzase a abdicar.
La pregunta inevitable es... ¿será reversible la mala imagen actual de la Monarquía?
Parece, pues, que una campaña de imagen se impone... desmarcarse de "El Patrón", incluso en su cumpleaños.
Felipe parece que intenta desmarcarse de su padre para cambiar esa mala imagen de la monarquía y transmitir una nueva imagen alejada de corruptelas. Por ello, parece indispensable no relacionarse, acercarse ni fotografiarse públicamente con ningún miembro de esa anterior monarquía.
Y la ausencia de Felipe en el cumpleaños de su padre, se puede así interpretar como un intento de sanear la institución, al menos a ojos del contribuyente que la costea, de intentar transmitir una imagen de limpieza, aunque esto implique cortar por lo sano públicamente con algunos familiares acusados o salpicados por turbios asuntos de corrupción.
A la Casa Real parece que le falta pedagogía de la información
Pero el problema es que, aunque sea loable la idea de transmitir ese alejamiento de la imagen de corrupción, el equipo de la Casa Real no sabe cómo transmitirla bien, periodísticamente hablando; en suma, falta pedagogía de la información, o sea, explicar bien los objetivos de las acciones Rey a los ciudadanos, explicarlo bien para que se entienda... faltan expertos, asesores, periodistas, un equipo coordinado que canalice y explique las acciones del Rey a los ciudadanos, con el consiguiente riesgo de que la buena voluntad inicial pueda ser malinterpretada y volverse contra el actante, y que muchos de los ciudadanos puedan tachar al Rey de falta de sensibilidad al ausentarse al cumpleaños de su padre... Básico.