Intrigas - Teorías conspirativas - Misterios

Espionaje y abusos: los horrendos secretos detrás del éxito de Nadia Comaneci​

Un explosivo libro basado en archivos desclasificados expone cómo la rumana era víctima del Gobierno de su país y detalla las agresiones físicas que padecía por parte de sus entrenadores​

18 de Abril de 2021




Nadia Comaneci

Detrás del glamur y del éxito, de los golpes y de la humillación, un nuevo libro sobre la legendaria gimnasta rumana Nadia Comaneci indaga en los archivos de la Policía secreta de la era comunista y saca a la luz los abusos que padeció mientras alcanzaba la fama deportiva. La joven prodigio, que con solo 15 años reinó en los Juegos Olímpicos de Montreal de 1976, al convertirse en la primera gimnasta en obtener la calificación máxima de 10, estuvo constantemente bajo vigilancia en su país, cuyas autoridades la erigieron en una figura propagandística.

Los servicios de inteligencia de la Securitate, utilizados como un instrumento de terror de uno de los regímenes comunistas más represivos de Europa del Este, investigaron a millones de rumanos por sospechas ínfimas, como un chiste sobre el dictador Nicolae Ceausescu o un encuentro en el extranjero. En el caso de Comaneci se desplegó un dispositivo “impresionante” formado por agentes secretos, médicos, responsables de la Federación de Gimnasia, pero también un pianista de su equipo y hasta un coreógrafo, explicó a la agencia AFP el historiador Stejarel Olaru, cuyo libro Nadia si Securitatea (Nadia y la Securitate) acaba de llegar a las librerías en Rumania.

La publicación es fruto de una extensa documentación del autor que consultó miles de informes desclasificados, en los que abundan las delaciones y conversaciones telefónicas de los servicios secretos, que llamaban a la gimnasta con el nombre, en clave, de “Corina”. Según el historiador, estos archivos muestran la “relación abusiva” que sufrió el “hada de Montreal” por parte de su entrenador Bela Karolyi.

Los informes sobre Comaneci, transmitidos a menudo al dictador Ceausescu, reflejan las humillaciones que sufrieron la estrella y sus compañeras: “Las chicas eran golpeadas tan fuerte que sufrían hemorragias nasales”, señala uno de los informes de los servicios secretos, en el que se habla del “terror y la brutalidad” que Karolyi imponía a sus gimnastas.

Así luce Nadia Comaneci en la actualidad (@comaneci10)
Así luce Nadia Comaneci en la actualidad (@comaneci10)

Un médico también acusó al entrenador de tratarlas “de vacas o de idiotas”: “Por naturaleza, nunca estoy satisfecho. Nunca es suficiente, nunca”, respondía Karolyi a sus detractores en ese entonces. “Mis gimnastas son las que están mejor preparadas en el mundo. Y ellas ganan. Es lo único que cuenta”, defendía.

Aunque los maltratos del entrenador fueron denunciados por numerosas gimnastas rumanas o estadounidenses, Comaneci prácticamente nunca habló de ello en público. En una entrevista de 1977, a la que se refiere el libro a pesar de que nunca llegó a ser publicada, la estrella rumana reconoció que era insultada constantemente e incluso abofeteada por haber engordado 300 gramos.

“Pasaron demasiadas cosas [...], no puedo más”, declaraba Comaneci, que seis meses después de los Juegos de Montreal se negó a que Bela Karolyi continuara siendo su entrenador. La gimnasta describía en su diario personal, que pudo consultar uno de los espías, los golpes que sufrían ella y sus compañeras cuando cometían un error durante un ejercicio. Obligadas a entrenarse hasta la extenuación, las atletas apenas recibían atención médica.

Comaneci, calificada de “heroína del trabajo socialista” por el dictador Ceausescu, también sufrió en carne propia los métodos extremos de su mentor, que la atormentaba, intimidaba y humillaba. Karolyi, oriundo de la minoría magiar (húngara) y que era sospechoso de “llevar a cabo actividades hostiles contra su país (Rumania)”, también era vigilado por los servicios secretos.

Nadia Comaneci es una leyenda mundial de la gimnasia
Nadia Comaneci es una leyenda mundial de la gimnasia

¿Por qué las autoridades lo mantuvieron al frente de las grandes esperanzas deportivas del país? “Por puro cálculo político”, respondió el historiador: “¿Cómo se podrían haber jactado del alto nivel de la escuela de gimnasia y al mismo tiempo abrir una investigación sobre Karolyi?”

Tras haberse retirado del deporte de élite en 1984, Comaneci fue una especie de prisionera en su país, que la impedía viajar al extranjero. La joven gimnasta logró escapar de la Rumania de Ceausescu a finales de noviembre de 1989 y pidió asilo en Estados Unidos.

El último informe de la Policía política sobre ella data del 20 de diciembre de ese año, es decir, solo dos días antes de la caída del dictador rumano: “Lejos de haber sido una privilegiada, como se la solía presentar en esa época, Nadia fue una víctima del régimen”, defiende Olaru.
(Con información de AFP)

https://www.infobae.com/america/dep...-secretos-detras-del-exito-de-nadia-comaneci/
 

Espías y sicarios rusos, explosiones y Novichok: el siniestro plan de Vladimir Putin que sacude Europa

Cada vez son mayores las evidencias que muestran la verdadera misión de las embajadas del Kremlin a lo largo del mundo: centros de inteligencia para robar datos, extorsionar funcionarios e intentar controlar países. El caso que conmueve República Checa​

22 de Abril de 2021







El jefe de estado ruso, Vladimir Putin, dispuso que la Unidad 29155 opere con libertad pero en el más absoluto secreto en Europa. Es la responsable de misiones que implican atentados y homicidios selectos, una política de estado del Kremlin (Reuters)
El jefe de estado ruso, Vladimir Putin, dispuso que la Unidad 29155 opere con libertad pero en el más absoluto secreto en Europa. Es la responsable de misiones que implican atentados y homicidios selectos, una política de estado del Kremlin (Reuters)

Espías rusos, explosiones en un polvorín checo, la guerra en Ucrania y el envenenamiento con Novichok de un traficante de armas búlgaro. Estos son los ingredientes de la trama que ha tensado la relación entre República Checa y Rusia, con la expulsión mutua de decenas de diplomáticos.

El 16 de octubre de 2014 una enorme explosión destruyó un depósito con 50 toneladas de munición y mató a dos trabajadores en el este de República Checa. Unos dos meses después otra afectó un polvorín cercano, con 100 toneladas de munición. La policía abrió una investigación pero ambos sucesos cayeron pronto en el olvido porque parecieron accidentales.

Aquellas explosiones han cobrado una enorme importancia ahora porque el Gobierno checo las relaciona con la inteligencia militar rusa, es decir, el Departamento Principal de Inteligencia del Estado Mayor Ruso (GRU) y, de forma específica, con una unidad de elite, la 29155, a la que se vincula con otros actos criminales en Europa. “Hay pruebas irrefutables sobre la participación de oficiales del servicio de inteligencia ruso GRU en la explosión del depósito de municiones”, dijo el primer ministro, Andrej Babis, en una inusual conferencia de prensa.


Armas para Ucrania

Según Praga, en los depósitos de armas había municiones destinadas a Ucrania, que afronta desde 2014 una insurrección armada en el Este el país por parte de milicias apoyadas por Rusia. Los agentes del GRU habrían colocado detonadores para hacer estallar la munición y evitar así que llegase a Ucrania. El Kremlin ha negado todas las acusaciones como “infundadas” y considera que la actitud de la República Checa es “destructiva” para las relaciones entre Moscú y Praga.

[IMG alt="En esta imagen, tomada de un video de una cámara de seguridad y distribuida por la Policía Metropolitana de Londres el 5 de septiembre de 2018, se muestra a los ciudadanos rusos Ruslan Boshirov y Alexander Petrov, sospechosos del envenenamiento del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en Gran Bretaña, en la estación de tren de Salisbury, el 3, de marzo de 2018. (Policía Metropolitana vía AP)

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En esta imagen, tomada de un video de una cámara de seguridad y distribuida por la Policía Metropolitana de Londres el 5 de septiembre de 2018, se muestra a los ciudadanos rusos Ruslan Boshirov y Alexander Petrov, sospechosos del envenenamiento del ex espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia en Gran Bretaña, en la estación de tren de Salisbury, el 3, de marzo de 2018. (Policía Metropolitana vía AP)

Coincidiendo con la rueda de prensa, la policía checa emitió una orden de búsqueda y captura contra dos agentes rusos identificados como Anatoli Chepiga y Alexander Mishkin y difundió sus fotografías. Esos dos miembros de la unidad 29155 entraron en el país con pasaporte falso en octubre de 2014 y participaron en las explosiones, según la policía checa.

Chepiga y Mishkin son también los principales sospechosos del intento de asesinato en 2018 en Reino Unido del exespía ruso Sergei Skripal y de su hija Yulia con el agente tóxico Novichock.
Con sus revelaciones, las autoridades checas no sólo trazaron una relación con la guerra en Ucrania, sino con un misterioso envenenamiento con un agente similar al Novichok seis meses después en Sofía, la capital búlgara, que casi acabó con la vida del traficante de armas Emilian Gebrev. Pese a que Gebrev había negado hasta ahora tener armamento en el polvorín checo, el martes su empresa confirmó que sí lo tenía y calificó lo sucedido como un “acto terrorista”.

La empresa de Gebrev, en cualquier caso, afirma que no iba a vender ese material a Ucrania y calificó de “inexactas” las declaraciones de las autoridades. Medio año después de las explosiones en República Checa, a finales de abril de 2015, Gebrev fue trasladado a urgencias después de cenar en un lujoso restaurante de Sofía. Su hijo y otro ejecutivo de su empresa también enfermaron. Gebrev logró recuperarse después de estar en coma, pero la policía no logró aclarar lo sucedido. Tuvieron que pasar tres años y el envenenamiento de los Skripal en Reino Unido para atar cabos.

Dos hombres que usan los alias Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, acusados formalmente en Gran Bretaña de intentar asesinar al exoficial de inteligencia ruso Sergei Skripal y a su hija Yulia en 2018, son vistos en una imagen entregada por la Policía Metropolitana en Londres, Reino Unido. Ambos son miembros de la temible Unidad 29155 del GRU (Reuters)
Dos hombres que usan los alias Alexander Petrov y Ruslan Boshirov, acusados formalmente en Gran Bretaña de intentar asesinar al exoficial de inteligencia ruso Sergei Skripal y a su hija Yulia en 2018, son vistos en una imagen entregada por la Policía Metropolitana en Londres, Reino Unido. Ambos son miembros de la temible Unidad 29155 del GRU (Reuters)

Con ayuda de la inteligencia de los Estados Unidos y Reino Unido, los investigadores búlgaros concluyeron que alguien había puesto un veneno similar al Novichok en la manilla del coche de Gebrev. La Fiscalía búlgara anunció en 2019 que los sospechosos eran agentes del GRU, incluido el general que supuestamente supervisó al equipo que intentó matar a los Skripal.

En enero de 2020, la Fiscalía búlgara presentó cargos en ausencia contra tres agentes rusos por su presunto papel en el intento de asesinato de Gebrev, aunque meses después la investigación se suspendió. Las autoridades búlgaras subrayan que no se ha cerrado la investigación y que se puede reactivar si hay datos nuevos. El propio Gebrev declaró a medios búlgaros en 2020 que el motivo por el que quisieron matarlo pudo ser que su empresa había suministrado armas al ejército ucraniano en 2014 y 2015.

Su empresa pidió esta semana que lo sucedido en República Checa impulse “la investigación del acto terrorista”.

El embajador ruso en la República checa, Aleksandr Zmeyevskiy a su llegada este miércoles a la sede del ministerio de Asuntos Exteriores checo en Praga, para analizar la crisis desencadenada entre los dos países (EFE)
El embajador ruso en la República checa, Aleksandr Zmeyevskiy a su llegada este miércoles a la sede del ministerio de Asuntos Exteriores checo en Praga, para analizar la crisis desencadenada entre los dos países (EFE)

Estas revelaciones han generado más tensión en unas relaciones entre la República Checa y Rusia que no pasaban por su mejor momento. A principio de 2020 el Ayuntamiento de Praga desmanteló las estatua de un héroe ruso de la Segunda Guerra Mundial y puso el nombre del opositor asesinado Boris Nemtsov a la plaza situada frente a la embajada de Rusia.
La containteligencia checa alerta desde hace años de que es excesivo que haya 135 funcionarios en la legación diplomática rusa en Praga, casi el doble de la de Estados Unidos y cuatro veces más que la de China, y afirma que parte de ellos realizan tareas de espionaje. También ha demandado que no se permita a empresas rusas y chinas participar en licitaciones estatales porque suponen un peligro estratégico para el país centroeuropeo. Esta semana el Gobierno checo vetó a la empresa estatal rusa Rosatom del concurso para ampliar una central nuclear en la República Checa, para reducir cualquier dependencia de Moscú.

La temible unidad 29155

No es la primera vez que la unidad 29155 de Vladimir Putin está en los titulares. En octubre de 2019 una amplia investigación del diario norteamericano The New York Times dio cuenta del funcionamiento de este grupo de elite de espías y sicarios al servicio de Moscú.

En el artículo del periodista Michael Schwirtz, se explica que el comando -conocido como Unidad 29155- ha operado durante al menos una década, sin embargo, los funcionarios occidentales lo descubrieron recientemente. Funcionarios de inteligencia de cuatro países dicen que no está claro con qué frecuencia se moviliza la unidad y advierten que es imposible saber cuándo y dónde atacarán sus agentes.

El propósito de este grupo asesino subraya el grado en que el presidente ruso, Putin, está luchando activamente contra Occidente con su “guerra híbrida” -una mezcla de propaganda, ataques de piratería y desinformación-, así como la confrontación militar abierta, hoy en curso -nuevamente- en Ucrania.

Escondida detrás de muros de hormigón en el cuartel general del 161º Centro de Entrenamiento de Especialistas en Propósitos Especiales en el este de Moscú, la unidad se encuentra dentro de la jerarquía de mando de la agencia de inteligencia militar rusa, ampliamente conocida como la GRU.

En esta foto de archivo tomada el 8 de noviembre de 2006, el presidente ruso Vladimir Putin sostiene una pistola durante su visita a una sede recién construida del Departamento Principal de Inteligencia del Estado Mayor Ruso (GRU) en Moscú. Ese mismo año, Putin firmó una ley donde se legalizaban los asesinatos selectivos en el extranjero (AFP)
En esta foto de archivo tomada el 8 de noviembre de 2006, el presidente ruso Vladimir Putin sostiene una pistola durante su visita a una sede recién construida del Departamento Principal de Inteligencia del Estado Mayor Ruso (GRU) en Moscú. Ese mismo año, Putin firmó una ley donde se legalizaban los asesinatos selectivos en el extranjero (AFP)

En los meses previos a la elección presidencial norteamericana de 2016, los funcionarios estadounidenses dijeron que dos unidades cibernéticas de la GRU, conocidas como 26165 y 74455, hackearon los servidores del Comité Nacional Demócrata y la campaña de Clinton, y luego publicaron comunicaciones internas embarazosas.
En cambio y a diferencia de los hackers del Kremlin, los funcionarios de la Unidad 29155 viajan hacia y desde países europeos. Algunos son veteranos condecorados de las guerras más sangrientas de Rusia, incluyendo Afganistán, Chechenia y Ucrania. Sus operaciones son tan secretas, según las evaluaciones de los servicios de inteligencia occidentales, que es muy probable que la existencia de la unidad sea desconocida incluso para otros operativos de la GRU.

Los funcionarios comenzaron a comprender la agenda específica de la temible unidad de Putin sólo después del envenenamiento de marzo de 2018 de Skripal, un ex oficial de la GRU que había traicionado a Rusia por espionaje. La hija de Skripal, Yulia, cayó gravemente enferma por estar expuesta a un agente altamente tóxico, pero sobrevivió.

Exactamente un año antes del envenenamiento, tres operativos de la Unidad 29155 viajaron a Gran Bretaña, posiblemente para una simulación, una práctica de su misión ultrasecreta. Uno de ellos era Mishkin. Un segundo hombre usó el alias de Sergei Pavlov. Los funcionarios de inteligencia creen que el tercer agente, que utilizó el seudónimo de Sergei Fedotov, supervisó el complot.

Pronto, los funcionarios establecieron que dos de estos oficiales -los hombres que usaban los nombres de Fedotov y Pavlov- habían formado parte de un equipo que intentó envenenar al traficante de armas búlgaro Gebrev en 2015.

Los crímenes en el extranjero son parte de una política oficial de Moscú. En 2006, Putin firmó una ley que legalizaba los asesinatos selectivos en el extranjero, el mismo año en que un equipo de sicarios rusos utilizó un isótopo radiactivo para asesinar a Aleksander V. Litvinenko, otro ex espía ruso, en Londres.

(Con información de agencias y medios locales).-

 

Nápoles declara la guerra a los altares de la Camorra

La ciudad retira la capilla con las cenizas de Emanuele Sibillo, el adolescente que trastocó el orden de la mafia napolitana, y los murales a favor de otros criminales

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Dos carabinieri se llevan el busto del criminal fallecido Emanuel Sibillo, expuesto en su capilla en el centro de Nápoles. En vídeo, Nápoles borra la memoria del príncipe de la Camorra.(FOTO: PAOLO MANZO | VÍDEO: REUTERS)

Daniel Verdú
Roma - 29 abr 2021 - 8:07 ART

Emanuele Sibillo, hijo de una familia humilde de artesanos de pesebres, se convirtió en el príncipe del crimen organizado del centro de Nápoles con solo 17 años. No tenía padrinos ni grandes recursos. Pero en poco tiempo logró formar una banda de adolescentes a bordo de motonetas trucadas, con sed de plomo y hambre de zapatillas caras, que arrebataron el poder a las familias tradicionales de la camorra del centro de la ciudad. Los callejones de Forcella, Tribunali o San Gaetano se convirtieron en un territorio vedado para los otros clanes. Pero las cosas se torcieron pronto. Murieron 60 chavales en dos años y otros 40 fueron condenados a 500 años de cárcel en un histórico proceso conocido como la Paranza dei Bambini, del que Roberto Saviano escribió un libro y se rodó una película. Sibillo, conocido como ES17 y recordado así en las pintadas del barrio, murió en julio de 2015 de camino al hospital con dos balazos en la espalda disparados por los miembros del clan rival de los Buonerba cuando tenía solo 19 años. El altar que le recordaba, convertido en el monumento funerario de todo un proceso histórico del crimen napolitano, fue retirado ayer del centro de la ciudad.

Sibillo, que antes de pasar por el reformatorio quiso ser periodista, modificó el orden de la Camorra durante un breve periodo. Su gesta inauguró la categoría que se conocería tiempo después en Italia como baby boss. Un cambio de guardia liderado por chicos de entre 15 y 20 años, más preocupados por mostrar las armas y sus refriegas en Instagram que por ocultarlas en falsos fondos, como mandaba el viejo canon criminal. Las nuevas costumbres sembraron el caos en la ciudad y el desconcierto entre los capos tradicionales. Y por un tiempo, funcionó.

Capilla celebrativa de Emanuele Sibillo, capo de una banda juvenil.
Capilla celebrativa de Emanuele Sibillo, capo de una banda juvenil.Paolo Manzo

Sibillo se alió con los sobrinos de los Giuliano, el clan que reinó en el barrio de Forcella y que había sido humillado. Montó una banda plagada de chicos con apodos como el Polpetta (albóndiga) o el Malegno (maligno). Cambió la estética: tatuajes, barbas largas, gafas de pasta. Tiñó sus hazañas de un cierto idealismo social y libró a los comerciantes de su barrio de pagar el pizzo —el impuesto mafioso— que llevaban años despachando con las viejas familias. Muchos le vieron como una suerte de Robin Hood de la delincuencia. Por eso, cuando murió, algunos tenderos hicieron una colecta para pagar un ostentoso altar en el patio del edificio de su casa. Un lugar de peregrinación —muchos de esos comerciantes se santiguaban todavía al pasar por delante como si fuera un santo— que la mañana del miércoles fue desmontado por los carabinieri en el marco de una operación que pretende librar a Nápoles de lugares de culto a la delincuencia y de todo tipo de representaciones que ensalcen la memoria criminal.

La orden, sin embargo, procedió esta vez de la fiscalía de la ciudad porque se trataba de un lugar privado —el patio del edificio donde vive la familia de Sibilo—, de imposible acceso para el Ayuntamiento sin la orden judicial. Alessandra Clemente, concejal del Consistorio, futura candidata a la alcaldía y víctima de la Camorra (su madre fue asesinada en plena calle), explica al teléfono que se ha hecho “porque era un elemento de celebración realizado en el ámbito de un núcleo familiar asentado en la actividad de la camorra en el centro de Nápoles”. “El Ayuntamiento está de acuerdo y participamos en todas las actividades que se realizan de este tipo. Todo lo que exalta la criminalidad organizada hay que quitarlo. Hoy son casi 20 operaciones realizadas ya en la ciudad. Y están previstas algunas más”, apunta.

La respuesta de los vecinos, que el miércoles aguardaban ya antes de las siete a la policía para increparla y proteger la capilla, ha sido desigual con otras iniciativas parecidas. En el caso de Sibillo, como cuenta un amigo suyo a este periódico, se esperaba ya la detención de las 21 personas y la retirada de la capilla. “Ha habido algo de resistencia, pero los carabinieri lo han aplacado. La mayoría de la banda está ya en la cárcel”, explica. En el caso de Ugo Russo, en cambio, cuyo mural preside todavía una de las esquinas de Quartieri Spagnoli, se produjo una sublevación popular cuando un asesor municipal propuso eliminarlo. Russo había muerto por los disparos de un carabinieri fuera de servicio que respondió con su pistola cuando el chaval intentó robarle el reloj. El chico, de 17 años e hijo de una familia humilde, no pertenecía a ninguna de esas bandas, y la propia Clemente distingue ahora su caso de los murales o altares que han sido retirados.

La eliminación de estos elementos conmemorativos de jóvenes delincuentes fue dictada por la comisión provincial de orden público y seguridad el pasado 4 de marzo. Además de la capilla de Sibillo, también se desmontó un altar dedicado a Luigi Caiafa, un joven de 17 años abatido por la policía mientras intentaba un asalto. La desaparición de los grandes capos de la Camorra, los Giuliano, los Cutolo, los Di Lauro, Contini…, muertos o condenados a régimen de aislamiento, creó una rendija en el poder camorrístico donde se colaron las bandas juveniles y decenas de chicos que crecieron imitando la estela de Sibillo.Su recuerdo, a menudo, permanece más en las redes que en la calle.

Los bomberos retiran la capilla del joven delincuente fallecido Emanuele Sibillo
Los bomberos retiran la capilla del joven delincuente fallecido Emanuele SibilloPaolo Manzo

El caso de ES17 es el más paradigmático.
El altar, una especie de capilla cuyas puertas estaban hechas de hierro forjado con sus iniciales y donde se custodiaban las cenizas del difunto, podía haberse utilizado para fines criminales, se desprende de las investigaciones de la fiscalía.
De hecho, la operación ha ido acompañada de 21 arrestos de miembros del todavía activo clan Sibillo, liderado desde la cárcel por su hermano Pasquale, que habían colocado explosivos en algunos negocios protegidos por la familia rival, el clan Mazzarella. Algo que los amigos de Sibillo niegan a este periódico.
“Es todo un invento de la fiscalía para poder quitar el altar. Dicen que los comerciantes pasaban por aquí y se arrodillaban. Es un invento”. Pero ahora Nápoles, una ciudad que siempre celebró a los muertos en las esquinas de sus callejones, ha decidido borrar su memoria.

 
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