Ya en el año 2006 se hablaba del juego con la imagen de una niña pequeña, (leer artículo), todo por un angioma perfectamente visible como no podía ser menos. O sea, que la imagen priva, la niña no podía, ni puede, tener fallos ni desperfectos en su apariencia. Y así seguimos y como somos curiosos intentamos descubrir, reseñar esos fallos tan, por lo visto, vergonzosos. Los ciudadanos de a pie tenemos curiosidad porque no entendemos ni casa con las actuales formas de vida ni de convivencia.
En otro hilo me indigné de la libertad para señalar personas que integran la infancia afectadas de sordera, ceguera, deficiencia intelectual, deficiencia física, a la par que a esta gente se le ponga una especie de muro para no percibir sus fallos, los fallos que la naturaleza impone cuando, en virtud de su nacimiento están destinadas, nada más y nada menos, que a erigirse en una JEFATURA colocada en tal pedestal que prohibido señalar sus posibles deficiencias, el Olimpo al que creen pertenecer no permite defectos. Y creemos y nos alimentamos de que estamos en democracia.
Lo que pueda esperarse de la educación de unas niñas aisladas no lo sé, esperemos que haya por ahí algún sociólogo que dé las razones suficientes para llegar a justificar tal aberración .
Con fe ciega y esperanzada, puede esperarse se pronuncien las defensoras a ultranza de los derechos de la infancia.
