Hilo del caso Vallecas el espediente X español

Pero entonces, es todo mentira??? Fue la madre quien se inventó todo? Si habia psicofonias no?
Desmontando Verónica, el poltergeist de Vallecas que nunca lo fue
CRÓNICA

Dos hermanos de Estefanía, el personaje real en el que se basa la película, relatan las exageraciones, falsedades y maniobras con las que se armó la gran mentira

Ni su hermana, víctima de epilepsia, levitaba ni las puertas y ventanas se abrían y cerraban solas

La película Verónica, dirigida por Paco Plaza, ganadora de un Goya y nominada a otros seis, inspiró parte de su trama en una historia real: el llamado poltergeist de Vallecas. Según la versión oficial, a principios de los 90 Estefanía Gutiérrez Lázaro hizo una güija y, desde entonces, empezó a hablar lenguas desconocidas e incluso a levitar.

Hasta que fallece el 14 de julio de 1991, a los 17 años, en extrañas circunstancias y empiezan a producirse en la casa familiar fenómenos extraños, algunos certificados por la Policía. Pero... ¿qué hay de verdad o de fraude en esta historia? Dos de sus protagonistas, Ricardo y Maximiliano, cuentan en exclusiva para Crónica toda la verdad.

Ricardo.- Vamos a contar nuestra verdad, y lo hacemos para limpiar la imagen de mi hermana Estefanía.

Maxi.- No queremos obtener lucro alguno, ni cobrar nada...

Aunque Ricardo y Maximiliano Gutiérrez ahora sobrevuelan los 40, en 1992 el primero tenía 16 años y el segundo casi 10. Formaban parte de una familia de seis hermanos (todos ellos menores), hijos de Máximo Gutiérrez (ya fallecido) y Concepción Lázaro. Hoy, 25 años después de lo acontecido en esa humilde casa de Vallecas, dan una versión diferente de la que se ha propagado y terminó en el cine. Y lo hacen aun a riesgo de dañar su propia reputación, desdiciéndose de sucesos que hasta hoy no podían explicar de forma racional, pues la situación se les ha hecho insoportable: recientemente, se está divulgando en varios medios de comunicación la imagen de su hermana como una chica poseída, que levitaba y gruñía como un animal. Y han dicho basta. En declaraciones previas, guardaron silencio sobre ciertos aspectos familiares por respeto a su idolatrado padre, enfermo de cáncer. Ya fallecido, ahora sí, narran aquel calvario.

M.- Cada uno ha tenido su vivencia personal, y nosotros no podemos desmentirlo, pero lo que hemos vivido junto a ellos podemos explicarlo de manera racional.

R.- Para mí, no hay caso.

-Según mis fuentes, algunos de sus familiares han denunciado a la productora de Verónica...

M.- Parece ser que sí, al menos tenían la intención. Pero pienso que no tiene sentido. La película nada tiene que ver con el caso Vallecas que vivimos. Desinteresadamente, estuve en contacto con sus creadores, me consultaron parte del guión y di mi visto bueno.

La auténtica 'Verónica'
R.- Hay que aclarar que mi hermana no era asidua a realizar güijas. Era completamente normal.

-Se dijo que al realizar dicha güija en el instituto, con unos compañeros de clase, se rompió un vaso y que de él brotó una especie de humo negro que la poseyó...

R.- Dicha versión de la historia aparece narrada por su madre tras la muerte de nuestra hermana.

Estefanía fallece, según la autopsia, por asfixia pulmonar. Muerte súbita y sospechosa.

-Parece ser que tenía ataques, para algunos de tipo demoníaco...

R.- Ella se comportaba acorde a ataques epilépticos de ausencia. De hecho, hay antecedentes familiares.

M.- Así es. Mi madre estaba, y sigue estando, tratada por epilepsia convulsiva. Y otros familiares la han heredado después. Es más, yo he asistido a ataques críticos de algunos de ellos, y su comportamiento era el mismo que el de mi hermana. Mi hermana estaba siendo tratada médicamente. Se sospechaba que tenía un cuadro de epilepsia, pero fallece antes del veredicto médico debido a un ataque epiléptico, no a nada inexplicable.

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Desde su casa, Ricardo relata la historia de Estefanía y, sentado frente a su hermano Maximiliano, posa para una fotografía mientras sostiene entre sus manos una imagen de la joven. ÁNGEL NAVARRETE
-¿Pudo tener algo que ver la malograda güija?

M.- En absoluto. Fallece un año después de practicar aquella güija. De hecho, el extraño comportamiento de mi hermana se da muchos meses más tarde de la misma.

R.- Nunca levitó, ni habló lenguas desconocidas.

-¿Cómo era Estefanía?

R.- Era un pilar, como una madre. Una confidente. Fue ella quien nos cuidó, prácticamente. Alegre, sonriente, muy querida por todos los hermanos. Nuestra protectora. A veces se quedaba sin cenar sólo para darnos de comer a nosotros.

M.- Lo confirmo. Los cinco hermanos pensamos lo mismo. Es lo único en lo que estamos todos de acuerdo.

"Nos machacaron"
M.- Los fenómenos que, aparentemente, suceden en la casa no nos fueron ajenos. Nuestra madre estaba empeñada en que algo malo sucedía alrededor de Estefanía, que haría notar su presencia desde el más allá... Nos sumergió en un estado de sugestión importante. Todo fue psicológico.

R.- De hecho, entraron en escena presuntos parapsicólogos como Tristanbraker [el primer autodenominado experto paranormal que apareció en la casa] que nos metieron aún más miedo en el cuerpo.

M.- Llegamos a perder nuestra propia intimidad con tal de sentirnos protegidos. Incluso nos acompañábamos al baño. Psicológicamente nos machacaron. Hubo otros especialistas mucho más serios, como el psiquiatra Fernando Jiménez del Oso, quien nos recomendó que dejásemos de hablar de ello, que no le diéramos más importancia. Fue a partir de ahí cuando, al hacerle caso, los fenómenos cesaron.

El expediente
La noche del 19 de noviembre de 1992, la familia, o así se contó, estaba aterrorizada por los sucesos aparentemente extraños que se estaban produciendo de forma violenta, lo que hizo que llamasen a la Policía Nacional. Al preguntar a Ricardo y Maxi sobre este famoso episodio, nos cuentan una realidad muy diferente a la oficial...

M.- Imagine el escenario. Nuestros padres nos piden que bajemos a la calle para recibir a la policía, lo cual ya predispone a los agentes al llegar, máxime cuando, en el ascensor, empiezan a poner al día a los mismos sobre la cantidad de fenómenos extraños que padecíamos.

Los agentes describen estos fenómenos en el asombroso parte policial [«la chica balbuceaba y entablaba comunicación con un ser demoníaco al que expertos en parapsicología denominan crápula»], obtenido por el criminólogo Manuel Carballal tras varias visitas a la comisaría. Con su publicación, comienza la vorágine mediática del caso. Y hasta hoy.

-Según el parte oficial: «En el recorrido que [los policías] hicieron por las diversas habitaciones de la casa, observaron un crucifijo de madera al que, el fenómeno al que estamos haciendo referencia, le había dado la vuelta, arrancándole un cristo que tenía adherido».

M.- Ni ellos ni nosotros vimos caer ese crucifijo. Era un día de frío y lluvia, y al cerrarse una de las puertas de un portazo el clavo al que estaba adherido el crucifico, creemos, se descolgó.

-Según el parte, y a la par con lo del crucifijo, hay un póster en el que se producen «de forma súbita y extraña tres arañazos».

R.- Pudieron ser anteriores a esa noche, por lo desgastado del póster. Nosotros no vimos cómo aquello se desgarraba.

-Siguiendo con el escrito, los policías «pudieron percatarse y observar cómo en la mesita que sostenía el teléfono y, concretamente, en el mantelito, aparecía una mancha de color marrón consistente que el Z-2 identifica como babas».

M.- Creemos que era parte del potito que horas antes había cenado nuestro hermano pequeño.

-Hablando del salón, tras el hecho de que se apagasen las luces, cuando más se producían los fenómenos, «sentados en compañía de toda la familia, pudieron oír y observar cómo una puerta de un armario perfectamente cerrada, cosa que comprobaron después, se abrió de forma súbita y antinatural».

M.- En ese armario había álbumes de fotos en ficheros que solían caerse con bastante frecuencia haciendo que la puerta se abriera, y estos se habían sacado minutos antes de dicho armario para enseñarle unos recortes de revistas a los agentes. Creemos que pudo abrirse debido a que uno de esos álbumes cayó.

Arturo Pérez Reverte, el 4 de octubre de 1993: «Se abrió la puerta del armario, hice una inspección ocular al mismo y no vi nada extraño... Soy escéptico. Aquello pudo ser debido a 20.000 explicaciones. No fue una cosa tan grave, no me alteré demasiado».

-Se cita, además, en el parte policial que «no habían salido de la sorpresa y comentando la misma [cuando] se produjo un fuerte ruido en la terraza. Y pudieron comprobar que no había nada».

R.- Fui yo.

-¿Cómo dice?

R.- Ya es hora de que salga a la luz. Yo tiré una piedra a la terraza desde un balcón contiguo.

-¿Habla en serio?

R.- Mi madre me pidió, a escondidas, que tirase algo en la terraza para impresionar más a los policías. Cogí una pequeña piedra que había en el salón, me fui al balcón y al tirarla, golpeó en una despensa de hierro que teníamos en la terraza. Sonó ¡plaf! Ese fue el sonido que escucharon los agentes y que, de hecho, apareció reflejado en el informe.

M.- Así fue. Fueron engañados tanto mi padre, que desconocía aquella argucia, como los propios policías.

Negri, en aquella intervención en Código Uno, dijo: «Aquel ruido lo podían haber producido, quizás, en un descuido nuestro». De hecho, junto a lo del armario, fue el único fenómeno físico que los policías presenciaron en el domicilio de Vallecas. El resto se produjo antes de su llegada.

-¿Y esto se repitió en más ocasiones? Lo de generar fenómenos...

M.- No perpetramos más fenómenos, pero sí contamos cosas que no habían sucedido, aleccionados por Tristanbraker. Nos decía lo que debíamos decir.

-Lo de aleccionaros para mentir, ¿lo hizo también su madre?

R.- Sí, algunas veces. Nos pedía que aumentásemos hechos o sucesos.

M.- Ella nos decía: "Pues tenéis que decir esto o lo otro, porque me lo ha dicho fulanito...".

R.- Viví una mentira. Nos hizo sentir cosas que no teníamos que haber sentido en ese momento.

M.- Probablemente, de manera involuntaria.

Daños colaterales
-¿Hubo repercusiones personales?

R.- Sufrimos bullying. Muchos amigos nos marginaron. Mi hermano Maxi fue quien peor lo pasó. Lo mismo le pasó a mis otros hermanos.

M.- Vivíamos una circunstancia que no era normal, y en un barrio como Vallecas.

-Y la situación familiar...

M.- Muy complicada. Dentro del núcleo familiar, vivimos ciertas circunstancias que, psicológicamente, te matan. Vista la extrema protección actual de la imagen del menor ante los medios de comunicación, en aquella época Asuntos Sociales podría haber intervenido. Les acuso de no haberlo hecho. Porque al final había menores de por medio, siendo expuestos por sus padres en programas de televisión. Mi padre, aparte de un pilar y excelente persona, fue muy escéptico. Pero estaba influido por mi madre.

-¿Afectó esa compleja situación a la percepción de los fenómenos que, aparentemente, sucedían?

M.- Claro. La situación que se crea en lo personal te machaca tanto psicológicamente, que te hace encerrarte en ciertos mundos para terminar creyendo en lo que te inculcan.

R.- Se nos inculcó, incluso, a decir cosas que no veíamos.

-¿Sufrieron malos tratos?

R y M.- Sí.

R.- Pero nunca por parte de mi padre. Aunque esto venía de antes. El miedo que teníamos ante lo que supuestamente sucedía en la casa venía también de esa situación. En plan: tienes que decir esto o si no cobras...

-Con lo de "decir esto"... ¿se refieren a confirmar los fenómenos anómalos?

M.- Efectivamente.

R.- Muchas veces.

-¿Pueden dar más detalles al respecto?

M.- No. Por temas legales. De todas maneras, le remito al estudio de un grupo de investigación que indagó en el caso.

Se trata del informe del grupo F.E.D.I.N.E (publicado íntegramente en) sobre su madre, Concepción Lázaro de la Iglesia: sufre de epilepsia y por ello toma Tegretol, tiene una capacidad imaginativa considerable; podría sufrir una desviación en la percepción de la realidad; presenta un discreto desequilibrio emocional, es neurótica (...); contradicción en sus emociones; necesidad de llamar la atención...

-Maxi, Ricardo, ¿creen que vuestra madre fue, de alguna manera, el foco de todos esos presuntos fenómenos?

M y R.- Sí. Sin duda alguna. Fue la precursora de todo.

De tener en cuenta esta versión más humana (y valiente) que paranormal de los hechos, apoyada por dos de los seis hermanos que vivieron en aquella casa de Vallecas, los fenómenos allí acontecidos no serían, parafraseando al famoso parte policial, «de todo punto inexplicables».
 
Hola,primas! Es la primera vez que escribo aquí y para explicaros una historia muy bonita. A raíz de lo que estoy viviendo creo FIRMEMENTE EN EL DESTINO. Retrocedemos a un día antes de que se declarase el estado de alarma aquí en España. Al día siguiente,el día exacto del estado de alarma,yo tenía un rodaje,así que el productor viendo que las cosas se estaban poniendo muy feas,para no tener que cancelarlo,me trasladaron al estudio donde grabaríamos,para pasar allí la noche y así asegurar que el rodaje se hacía. En el estudio estaba el actor que ya llevaba días allí por trabajo. Por cosas de la vida nunca habíamos trabajado juntos hasta ese día. Primas,fue entrar por la puerta del estudio,saludarnos con dos besos,abrazarnos,y hasta día de hoy NO NOS HEMOS VUELTO A SOLTAR. De hecho hemos pasado todo el confinamiento juntos estos meses sin conocernos de nada. A día de hoy estamos enamorados, él tenía pareja y la ha dejado. Cada uno podíamos haber seguido con nuestra vida pero estamos juntos y en breve nos mudamos en cuanto se pueda viajar a otras comunidades. Lo mejor? Tenemos el mismo primer apellido,su padre y el mío se llaman igual,y tenemos una mancha en la palma de la mano muy característica que a nadie en mi vida se la había visto aún. Creéis que son paranoias de él y mía o ésto estaba predestinado?
 
Pero entonces, es todo mentira??? Fue la madre quien se inventó todo? Si habia psicofonias no?
Psicofonías creo que no.Lo más llamativo era el parte de intervenciòn de la policía.
Por cierto no hay hilo específico sobre este tipo de casos? Porque en el hilo paranormal veo que se habla más de experiencias propias que de casos de este tipo.
 
Creo que este caso fue totalmente magnificado por los medios y ciertos personajes del misterio. La versión del policía ha cambiado a lo largo de los años, será para dar contenido a Cuarto Milenio.
Yo me quedo con los informes psiquiátricos de la madre que para mi explican todo el fenómeno.
 
Creo que este caso fue totalmente magnificado por los medios y ciertos personajes del misterio. La versión del policía ha cambiado a lo largo de los años, será para dar contenido a Cuarto Milenio.
Yo me quedo con los informes psiquiátricos de la madre que para mi explican todo el fenómeno.
Los informes de la madre, la niña que creo que tenía una enfermedad neurológica, un par de policía aprendidos y la época. Son el caldo de cultivo perfecto.
Hoy en día ni por asomo se llegaría a hablar de nada paranormal si llegase a suceder lo mismo.
 
no se que creerme de este caso, la verdad. Por una parte puede que los hermanos estén cansados del circo si sobretodo saben que es mentira, pero por otro, puede ser cierto y que esten cansados del estigma y de los recuerdos... no sé

Yo hice la ouija con 15 años y a mi en ese momento no se me habia muerto ningun familiar, pero a la chica con la que lo hice si, y descubrió muchas cosas turbias de su familia que no sabia, y que aunque su familia negaba, con el tiempo le confesaron que eran verdad...
 
El que fuera el primer caso datado de lo paranormal en el que tiene que intervenir la policía lo hizo ya magnificarse. Y el primer caso donde hay intervención policial no creo que sea, en los 80 sucedió el tema raro de la calle del Toboso en Madrid, una calle que por cierto me da pavor.
En este tema intervinieron policías, bomberos, ambulancia y vecinos además de viandantes.

Además creo entender que los hermanos de Estefanía desmontaron a la propia familia y a Iker Jiménez hace no mucho tiempo. A mi la chica este me da entre pena y miedo, en serio que no soporto ver su foto. Pero veo a la familia peculiar cuanto menos.

El comisario de la nacional que llevó el caso, con pintas de ser un cachondo y simpático, desmintió totalmente que los agentes tuvieran que hacer uso del arma reglamentaria, que sí que vieron alguna cosa rara, y que había una zona llamativa de la casa que desprendía un algo muy raro que notaban todos, una especie de puerta que daba a una terraza. Este comisario fue a Cuarto Milenio cuando se cumplió el aniversario del caso y lo explicó perfectamente.

En ese piso viven ahora otros inquilinos y aseguran que no han vivido nada raro. Normalmente los espíritus que no tienen descanso o están apegados a las casas en las que vivieron suelen manifestarse viva quien viva en su casa.
 
Hubo un artículo muy interesante en El mundo, donde se desmontaba toda la historia:

Desmontando Verónica, el poltergeist de Vallecas que nunca lo fue

- Dos hermanos de Estefanía, el personaje real en el que se basa la película, relatan las exageraciones, falsedades y maniobras con las que se armó la gran mentira.

- Ni su hermana, víctima de epilepsia, levitaba ni las puertas y ventanas se abrían y cerraban solas.

La película Verónica, dirigida por Paco Plaza, ganadora de un Goya y nominada a otros seis, inspiró parte de su trama en una historia real: el llamado poltergeist de Vallecas. Según la versión oficial, a principios de los 90 Estefanía Gutiérrez Lázaro hizo una güija y, desde entonces, empezó a hablar lenguas desconocidas e incluso a levitar.

Hasta que fallece el 14 de julio de 1991, a los 17 años, en extrañas circunstancias y empiezan a producirse en la casa familiar fenómenos extraños, algunos certificados por la Policía. Pero... ¿qué hay de verdad o de fraude en esta historia? Dos de sus protagonistas, Ricardo y Maximiliano, cuentan en exclusiva para Crónica toda la verdad.

Ricardo.
- Vamos a contar nuestra verdad, y lo hacemos para limpiar la imagen de mi hermana Estefanía.

Maxi.- No queremos obtener lucro alguno, ni cobrar nada...

Aunque Ricardo y Maximiliano Gutiérrez ahora sobrevuelan los 40, en 1992 el primero tenía 16 años y el segundo casi 10. Formaban parte de una familia de seis hermanos (todos ellos menores), hijos de Máximo Gutiérrez (ya fallecido) y Concepción Lázaro. Hoy, 25 años después de lo acontecido en esa humilde casa de Vallecas, dan una versión diferente de la que se ha propagado y terminó en el cine. Y lo hacen aun a riesgo de dañar su propia reputación, desdiciéndose de sucesos que hasta hoy no podían explicar de forma racional, pues la situación se les ha hecho insoportable: recientemente, se está divulgando en varios medios de comunicación la imagen de su hermana como una chica poseída, que levitaba y gruñía como un animal. Y han dicho basta. En declaraciones previas, guardaron silencio sobre ciertos aspectos familiares por respeto a su idolatrado padre, enfermo de cáncer. Ya fallecido, ahora sí, narran aquel calvario.

M.- Cada uno ha tenido su vivencia personal, y nosotros no podemos desmentirlo, pero lo que hemos vivido junto a ellos podemos explicarlo de manera racional.

R.- Para mí, no hay caso.

-Según mis fuentes, algunos de sus familiares han denunciado a la productora de Verónica...

M.
- Parece ser que sí, al menos tenían la intención. Pero pienso que no tiene sentido. La película nada tiene que ver con el caso Vallecas que vivimos. Desinteresadamente, estuve en contacto con sus creadores, me consultaron parte del guión y di mi visto bueno.

La auténtica 'Verónica'
R.- Hay que aclarar que mi hermana no era asidua a realizar güijas. Era completamente normal.

-Se dijo que al realizar dicha güija en el instituto, con unos compañeros de clase, se rompió un vaso y que de él brotó una especie de humo negro que la poseyó...

R.
- Dicha versión de la historia aparece narrada por su madre tras la muerte de nuestra hermana.

Estefanía fallece, según la autopsia, por asfixia pulmonar. Muerte súbita y sospechosa.

-Parece ser que tenía ataques, para algunos de tipo demoníaco...

R.
- Ella se comportaba acorde a ataques epilépticos de ausencia. De hecho, hay antecedentes familiares.

M.- Así es. Mi madre estaba, y sigue estando, tratada por epilepsia convulsiva. Y otros familiares la han heredado después. Es más, yo he asistido a ataques críticos de algunos de ellos, y su comportamiento era el mismo que el de mi hermana. Mi hermana estaba siendo tratada médicamente. Se sospechaba que tenía un cuadro de epilepsia, pero fallece antes del veredicto médico debido a un ataque epiléptico, no a nada inexplicable.


15376947912883.jpg

Desde su casa, Ricardo relata la historia de Estefanía y, sentado frente a su hermano Maximiliano, posa para una fotografía mientras sostiene entre sus manos una imagen de la joven. ÁNGEL NAVARRETE
-¿Pudo tener algo que ver la malograda güija?

M.
- En absoluto. Fallece un año después de practicar aquella güija. De hecho, el extraño comportamiento de mi hermana se da muchos meses más tarde de la misma.

R.- Nunca levitó, ni habló lenguas desconocidas.

-¿Cómo era Estefanía?

R.
- Era un pilar, como una madre. Una confidente. Fue ella quien nos cuidó, prácticamente. Alegre, sonriente, muy querida por todos los hermanos. Nuestra protectora. A veces se quedaba sin cenar sólo para darnos de comer a nosotros.

M.- Lo confirmo. Los cinco hermanos pensamos lo mismo. Es lo único en lo que estamos todos de acuerdo.

"Nos machacaron"
M.- Los fenómenos que, aparentemente, suceden en la casa no nos fueron ajenos. Nuestra madre estaba empeñada en que algo malo sucedía alrededor de Estefanía, que haría notar su presencia desde el más allá... Nos sumergió en un estado de sugestión importante. Todo fue psicológico.

R.- De hecho, entraron en escena presuntos parapsicólogos como Tristanbraker [el primer autodenominado experto paranormal que apareció en la casa] que nos metieron aún más miedo en el cuerpo.

M.- Llegamos a perder nuestra propia intimidad con tal de sentirnos protegidos. Incluso nos acompañábamos al baño. Psicológicamente nos machacaron. Hubo otros especialistas mucho más serios, como el psiquiatra Fernando Jiménez del Oso, quien nos recomendó que dejásemos de hablar de ello, que no le diéramos más importancia. Fue a partir de ahí cuando, al hacerle caso, los fenómenos cesaron.

El expediente
La noche del 19 de noviembre de 1992, la familia, o así se contó, estaba aterrorizada por los sucesos aparentemente extraños que se estaban produciendo de forma violenta, lo que hizo que llamasen a la Policía Nacional. Al preguntar a Ricardo y Maxi sobre este famoso episodio, nos cuentan una realidad muy diferente a la oficial...

M.
- Imagine el escenario. Nuestros padres nos piden que bajemos a la calle para recibir a la policía, lo cual ya predispone a los agentes al llegar, máxime cuando, en el ascensor, empiezan a poner al día a los mismos sobre la cantidad de fenómenos extraños que padecíamos.

Los agentes describen estos fenómenos en el asombroso parte policial [«la chica balbuceaba y entablaba comunicación con un ser demoníaco al que expertos en parapsicología denominan crápula»], obtenido por el criminólogo Manuel Carballal tras varias visitas a la comisaría. Con su publicación, comienza la vorágine mediática del caso. Y hasta hoy.

-Según el parte oficial: «En el recorrido que [los policías] hicieron por las diversas habitaciones de la casa, observaron un crucifijo de madera al que, el fenómeno al que estamos haciendo referencia, le había dado la vuelta, arrancándole un cristo que tenía adherido».

M.
- Ni ellos ni nosotros vimos caer ese crucifijo. Era un día de frío y lluvia, y al cerrarse una de las puertas de un portazo el clavo al que estaba adherido el crucifico, creemos, se descolgó.

-Según el parte, y a la par con lo del crucifijo, hay un póster en el que se producen «de forma súbita y extraña tres arañazos».

R.
- Pudieron ser anteriores a esa noche, por lo desgastado del póster. Nosotros no vimos cómo aquello se desgarraba.

-Siguiendo con el escrito, los policías «pudieron percatarse y observar cómo en la mesita que sostenía el teléfono y, concretamente, en el mantelito, aparecía una mancha de color marrón consistente que el Z-2 identifica como babas».

M.
- Creemos que era parte del potito que horas antes había cenado nuestro hermano pequeño.

-Hablando del salón, tras el hecho de que se apagasen las luces, cuando más se producían los fenómenos, «sentados en compañía de toda la familia, pudieron oír y observar cómo una puerta de un armario perfectamente cerrada, cosa que comprobaron después, se abrió de forma súbita y antinatural».

M.
- En ese armario había álbumes de fotos en ficheros que solían caerse con bastante frecuencia haciendo que la puerta se abriera, y estos se habían sacado minutos antes de dicho armario para enseñarle unos recortes de revistas a los agentes. Creemos que pudo abrirse debido a que uno de esos álbumes cayó.


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Una escena de la película 'Verónica'.
R.- Es muy curioso cómo, hace sólo unos días, el inspector jefe (en aquella época) José Pedro Negri, el policía al mando aquella noche, ha declarado en Cuarto Milenio (Cuatro) que la puerta giró y pegó una docena de violentos portazos, cuando en el informe se habla de una simple apertura.

M.- No casa, en ningún momento, lo que dice entre una intervención pública y otra.

Negri declaró en el programa Código Uno (TVE), dirigido por Arturo Pérez Reverte, el 4 de octubre de 1993: «Se abrió la puerta del armario, hice una inspección ocular al mismo y no vi nada extraño... Soy escéptico. Aquello pudo ser debido a 20.000 explicaciones. No fue una cosa tan grave, no me alteré demasiado».

-Se cita, además, en el parte policial que «no habían salido de la sorpresa y comentando la misma [cuando] se produjo un fuerte ruido en la terraza. Y pudieron comprobar que no había nada».

R.
- Fui yo.

-¿Cómo dice?

R.
- Ya es hora de que salga a la luz. Yo tiré una piedra a la terraza desde un balcón contiguo.

-¿Habla en serio?

R.
- Mi madre me pidió, a escondidas, que tirase algo en la terraza para impresionar más a los policías. Cogí una pequeña piedra que había en el salón, me fui al balcón y al tirarla, golpeó en una despensa de hierro que teníamos en la terraza. Sonó ¡plaf! Ese fue el sonido que escucharon los agentes y que, de hecho, apareció reflejado en el informe.

M.- Así fue. Fueron engañados tanto mi padre, que desconocía aquella argucia, como los propios policías.

Negri, en aquella intervención en Código Uno, dijo: «Aquel ruido lo podían haber producido, quizás, en un descuido nuestro». De hecho, junto a lo del armario, fue el único fenómeno físico que los policías presenciaron en el domicilio de Vallecas. El resto se produjo antes de su llegada.

-¿Y esto se repitió en más ocasiones? Lo de generar fenómenos...

M.
- No perpetramos más fenómenos, pero sí contamos cosas que no habían sucedido, aleccionados por Tristanbraker. Nos decía lo que debíamos decir.

-Lo de aleccionaros para mentir, ¿lo hizo también su madre?

R.
- Sí, algunas veces. Nos pedía que aumentásemos hechos o sucesos.

M.- Ella nos decía: "Pues tenéis que decir esto o lo otro, porque me lo ha dicho fulanito...".

R.- Viví una mentira. Nos hizo sentir cosas que no teníamos que haber sentido en ese momento.

M.- Probablemente, de manera involuntaria.

Daños colaterales
-¿Hubo repercusiones personales?

R.
- Sufrimos bullying. Muchos amigos nos marginaron. Mi hermano Maxi fue quien peor lo pasó. Lo mismo le pasó a mis otros hermanos.

M.- Vivíamos una circunstancia que no era normal, y en un barrio como Vallecas.

-Y la situación familiar...

M.
- Muy complicada. Dentro del núcleo familiar, vivimos ciertas circunstancias que, psicológicamente, te matan. Vista la extrema protección actual de la imagen del menor ante los medios de comunicación, en aquella época Asuntos Sociales podría haber intervenido. Les acuso de no haberlo hecho. Porque al final había menores de por medio, siendo expuestos por sus padres en programas de televisión. Mi padre, aparte de un pilar y excelente persona, fue muy escéptico. Pero estaba influido por mi madre.

-¿Afectó esa compleja situación a la percepción de los fenómenos que, aparentemente, sucedían?

M.
- Claro. La situación que se crea en lo personal te machaca tanto psicológicamente, que te hace encerrarte en ciertos mundos para terminar creyendo en lo que te inculcan.

R.- Se nos inculcó, incluso, a decir cosas que no veíamos.

-¿Sufrieron malos tratos?

R y M.
- Sí.

R.- Pero nunca por parte de mi padre. Aunque esto venía de antes. El miedo que teníamos ante lo que supuestamente sucedía en la casa venía también de esa situación. En plan: tienes que decir esto o si no cobras...

-Con lo de "decir esto"... ¿se refieren a confirmar los fenómenos anómalos?

M.
- Efectivamente.

R.- Muchas veces.

-¿Pueden dar más detalles al respecto?

M.
- No. Por temas legales. De todas maneras, le remito al estudio de un grupo de investigación que indagó en el caso.

Se trata del informe del grupo F.E.D.I.N.E (publicado íntegramente en) sobre su madre, Concepción Lázaro de la Iglesia: sufre de epilepsia y por ello toma Tegretol, tiene una capacidad imaginativa considerable; podría sufrir una desviación en la percepción de la realidad; presenta un discreto desequilibrio emocional, es neurótica (...); contradicción en sus emociones; necesidad de llamar la atención...

-Maxi, Ricardo, ¿creen que vuestra madre fue, de alguna manera, el foco de todos esos presuntos fenómenos?

M y R.
- Sí. Sin duda alguna. Fue la precursora de todo.

De tener en cuenta esta versión más humana (y valiente) que paranormal de los hechos, apoyada por dos de los seis hermanos que vivieron en aquella casa de Vallecas, los fenómenos allí acontecidos no serían, parafraseando al famoso parte policial, «de todo punto inexplicables».
 
El que fuera el primer caso datado de lo paranormal en el que tiene que intervenir la policía lo hizo ya magnificarse. Y el primer caso donde hay intervención policial no creo que sea, en los 80 sucedió el tema raro de la calle del Toboso en Madrid, una calle que por cierto me da pavor.
En este tema intervinieron policías, bomberos, ambulancia y vecinos además de viandantes.

Además creo entender que los hermanos de Estefanía desmontaron a la propia familia y a Iker Jiménez hace no mucho tiempo. A mi la chica este me da entre pena y miedo, en serio que no soporto ver su foto. Pero veo a la familia peculiar cuanto menos.

El comisario de la nacional que llevó el caso, con pintas de ser un cachondo y simpático, desmintió totalmente que los agentes tuvieran que hacer uso del arma reglamentaria, que sí que vieron alguna cosa rara, y que había una zona llamativa de la casa que desprendía un algo muy raro que notaban todos, una especie de puerta que daba a una terraza. Este comisario fue a Cuarto Milenio cuando se cumplió el aniversario del caso y lo explicó perfectamente.

En ese piso viven ahora otros inquilinos y aseguran que no han vivido nada raro. Normalmente los espíritus que no tienen descanso o están apegados a las casas en las que vivieron suelen manifestarse viva quien viva en su casa.
Qué pasó en el Toboso, prima?
 
Yo recuerdo este caso porque en un campamento un monitor lo contó y dijo que el lo había vivido igual haciendo la ouija. Ya os digo que yo no viviría en esa casa ni de coña .
 
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