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UN PASITO ADELANTE, UN PASITO ATRÁS
Mi garganta profunda cornariana me ha comentado que las últimas noticias que relacionan al partido WE CAN y algunos de sus dirigentes con algunos regímenes bolivariano y persa, obedecen a una campaña orquestada desde arriba. En un mensaje anterior, les comenté que el estado cornariano quería ver a "El Coletas" fuera de circulación. ¿Cuál es el problema? El estado cornariano le gustaría acabar con todos sus adversarios visibles pero tiene miedo de que la mayoría de los cornarianos dejen de tener la percepción de que Cornaria es un estado de derecho y una democracia. Eso supondría el fin del régimen de 1978, la farsa del sistema de partidos políticos y el advenimiento de una dictadura o una rebelión que tal como están las cosas, cuesta trabajo que ocurra.
El CNI, altos mandos policiales y los medios de comunicación a través de sus plumillas y cacatuas se han lanzado en una "caza de brujas" contra los dirigentes de WE CAN y sus fuentes de financiación, su relación con regímenes con fama de formas poco democráticas entre los cornarianos. No hay nada casual, si están lanzando ataques sin parar es porque quieren confundir a los cornarianos y presentar al partido WE CAN como un demonio rojo con cuernos, rabo y tridente. Las exigencias de El Coletas y WE CAN ponen en peligro la estabilidad del cortijo. Por ello, la elite económica, la Casa Real, el partido de la derecha de la gaviota, el partido de centro citizens, y los barones del partido de la izquierda rosacea del caviar, ven con profundo desagrado. El poder solo aceptaría que WE CAN formase parte de él, si se convirtiese en una bisagra del partido rosaceo sin más pretensiones que sus parlamentarios cobrasen un sueldo astronómico e hiciesen de bufones de la corte para entretener al pueblo con una serie de cosas que no afecten al "negocio": matrimonio homosexual, aborto libre gratuito, maltrato de género, etc.
El presidente de gobierno cornariano quería suspender el parlamento catalonio para acabar el desafío separatista, pero el Rey Leoncio le dice que esa idea le gusta por dentro pero no por fuera. Y es que los arquitectos y fontaneros del estado cornariano piensan que si hacen eso: "Igual hay disturbios y se lian a tiros en Catalonia". Su estrategia actual se basa en cambiar la opinión de los catalonios y de llevar a los tribunales a los responsables del gobierno catalonio si cruzan la delgada linea roja constitucional cornariana y siguen los pasos secesionistas de George Washington y Thomas Jefferson: un pasito y unas pulgadas adelante, un pasito atrás. Los independentistas catalonios no se quedan a la zaga y hacen tres cuartos de lo mismo: ellos dicen que se van a ir, pero a ratos, hacen que se quedan: es su forma de engañar al estado cornariano .Van poco a poco para que el pueblo catalonio vaya asimilando el cambio, hasta que llegue el momento de intentar cerrar la puerta al estado cornariano: dos pasitos adelante, un pasito atrás. Los parlamentarios del partido WE CAN & cia dicen que juran la constitución cornariana pero que van a trabajar para cambiarla: un pasito atrás, un pasito y medio adelante.
El estado cornariano pretende alargar su existencia hasta donde pueda y solo optará por la represión generalizada cuando ya no sea capaz de sostenerlo con buenas maneras, y sus opositores, tan poco acostumbrados a gritar "Patria o muerte", aspiran a conseguir sus pretensiones a una velocidad de tortuga.
La política cornariana es un espectáculo tedioso y bochornoso que no solo acabaría con la paciencia de un revolucionario gabacho sino con la del Santo Job.
Mi garganta profunda cornariana me ha comentado que las últimas noticias que relacionan al partido WE CAN y algunos de sus dirigentes con algunos regímenes bolivariano y persa, obedecen a una campaña orquestada desde arriba. En un mensaje anterior, les comenté que el estado cornariano quería ver a "El Coletas" fuera de circulación. ¿Cuál es el problema? El estado cornariano le gustaría acabar con todos sus adversarios visibles pero tiene miedo de que la mayoría de los cornarianos dejen de tener la percepción de que Cornaria es un estado de derecho y una democracia. Eso supondría el fin del régimen de 1978, la farsa del sistema de partidos políticos y el advenimiento de una dictadura o una rebelión que tal como están las cosas, cuesta trabajo que ocurra.
El CNI, altos mandos policiales y los medios de comunicación a través de sus plumillas y cacatuas se han lanzado en una "caza de brujas" contra los dirigentes de WE CAN y sus fuentes de financiación, su relación con regímenes con fama de formas poco democráticas entre los cornarianos. No hay nada casual, si están lanzando ataques sin parar es porque quieren confundir a los cornarianos y presentar al partido WE CAN como un demonio rojo con cuernos, rabo y tridente. Las exigencias de El Coletas y WE CAN ponen en peligro la estabilidad del cortijo. Por ello, la elite económica, la Casa Real, el partido de la derecha de la gaviota, el partido de centro citizens, y los barones del partido de la izquierda rosacea del caviar, ven con profundo desagrado. El poder solo aceptaría que WE CAN formase parte de él, si se convirtiese en una bisagra del partido rosaceo sin más pretensiones que sus parlamentarios cobrasen un sueldo astronómico e hiciesen de bufones de la corte para entretener al pueblo con una serie de cosas que no afecten al "negocio": matrimonio homosexual, aborto libre gratuito, maltrato de género, etc.
El presidente de gobierno cornariano quería suspender el parlamento catalonio para acabar el desafío separatista, pero el Rey Leoncio le dice que esa idea le gusta por dentro pero no por fuera. Y es que los arquitectos y fontaneros del estado cornariano piensan que si hacen eso: "Igual hay disturbios y se lian a tiros en Catalonia". Su estrategia actual se basa en cambiar la opinión de los catalonios y de llevar a los tribunales a los responsables del gobierno catalonio si cruzan la delgada linea roja constitucional cornariana y siguen los pasos secesionistas de George Washington y Thomas Jefferson: un pasito y unas pulgadas adelante, un pasito atrás. Los independentistas catalonios no se quedan a la zaga y hacen tres cuartos de lo mismo: ellos dicen que se van a ir, pero a ratos, hacen que se quedan: es su forma de engañar al estado cornariano .Van poco a poco para que el pueblo catalonio vaya asimilando el cambio, hasta que llegue el momento de intentar cerrar la puerta al estado cornariano: dos pasitos adelante, un pasito atrás. Los parlamentarios del partido WE CAN & cia dicen que juran la constitución cornariana pero que van a trabajar para cambiarla: un pasito atrás, un pasito y medio adelante.
El estado cornariano pretende alargar su existencia hasta donde pueda y solo optará por la represión generalizada cuando ya no sea capaz de sostenerlo con buenas maneras, y sus opositores, tan poco acostumbrados a gritar "Patria o muerte", aspiran a conseguir sus pretensiones a una velocidad de tortuga.
La política cornariana es un espectáculo tedioso y bochornoso que no solo acabaría con la paciencia de un revolucionario gabacho sino con la del Santo Job.
y si realmente es royal eso ya estaba en conocimiento de la elite...