GASTRONOMÍA MEXICANA

CARNE CON ALUBIAS A LA MEXICANA



Carne con alubias a la mexicana




MIKEL LÓPEZ ITURRIAGA

El último juguetito de mi cocina se llama Crockpot. Es una slow-cooker, o cazuela eléctrica de cocción leeeeenta que tiene una ventaja importante: la enchufas, programas un montón de horas, y te olvidas de ella hasta la mañana siguiente. Aún más importante es la calidad del resultado cuando cocinas, sobre todo, legumbres y carnes para estofar. Quedan como mantequilla, con una textura difícil de alcanzar en una olla convencional. A los pelmas que se quejan siempre que usamos un aparato eléctrico para cocinar porque la luz está por las nubes, les diré que consume más o menos lo mismo que una bombilla, por lo que si se la compran no tendrán que pedir un crédito millonario para poder guisar.

El plato de hoy fue mi primera experiencia con este artefacto, y está adaptado de una receta más o menos mexicana de la web Serious Eats. Se puede hacer tanto con la Crockpot como sin ella, así que no pasa nada si no la tienes. He tuneado bastante el original para que los ingredientes sean fáciles de encontrar en las tiendas españolas, pero he dejado uno que merece la pena intentar conseguir por el sabor que le da al guiso: el chile ancho, o chile poblano seco. Si no lo encontrais, tirad de choricero o ñora, pero añadid un par de jalapeños picados para que pique un poco.
La receta original es más simple de preparar, ya que mete todo en la cazuela y lo pone a cocer. Yo prefiero dorar antes la carne para conseguir un sabor más intenso, y también les doy un hervor previo a las alubias para eliminar cualquier riesgo de que resulten tóxicas en una cocción por debajo de 100 grados.


Dificultad
Para camioneros que van a León y acaban en Lión.


Ingredientes
Para 6 personas
  • 1 kg de ternera para guisar cortada en trozos grandes
  • 150 g de alubias (judías pintas)
  • 2 zanahorias grandes
  • 400 g de tomate entero en conserva
  • 1 puerro
  • 1 pimiento verde
  • 1 chile ancho (en su defecto 1 pimiento choricero o ñora más 2 jalapeños)
  • 1 cebolla
  • 2 dientes de ajo
  • 1 lima
  • 300 ml de caldo de carne
  • 100 ml de tequila
  • 1 cucharada de salsa Perrins
  • 1 cucharada de vinagre de Jerez
  • 2 hojas de laurel
  • 1 cucharadita de comino
  • 1 cucharadita de chile en polvo
  • Cilantro picado
  • Aceite de oliva
  • Sal
Preparación
1. Poner las alubias en remojo el día anterior.
2. Cocer las alubias 10 minutos en agua hirviendo.
3. Dorar la carne en la cazuela a fuego vivo con un chorro de aceite de oliva. Salpimentar y reservar.
4. Picar la cebolla, el pimiento, el puerro y el ajo, y cortar la zanahoria en rodajas. Rehogar a fuego medio en la misma cazuela de la carne durante unos 10 minutos, removiendo con frecuencia..
5. Trocear el tomate con las manos.
6. Si se va a cocinar en slow-cooker, poner todos los ingredientes en la cazuela más 200 ml del agua de cocción de las alubias, salar, tapar y cocinar durante 9 horas.
7. Si se hace en cazuela normal, hacer lo mismo y cocinar a fuego lo más lento posible hasta que las legumbres y la carne estén hechas (unas 2-3 horas).
8. Una vez hecho el guiso, sacar la pulpa del pimiento seco con una cuchara y desechar la piel y las pepitas. Añadir dicha pulpa al guiso. Si ha quedado demasiado caldoso, sacar todos los ingredientes, reducir un poco el caldo en una cazuela a fuego vivo y volver a juntarlo todo.
9. Rematar con un chorrito de zumo de lima y cilantro picado al gusto en el momento de servir.

 
AGUACHILE DE GAMBA


Aguachile de gamba



Una salsa base con caldo de cabezas de gamba, ligeramente picante por el chile y ácido por el zumo de limón, la mantecosidad del marisco crudo y unos aderezos para rematar. ¡Viva México!



CLARA PÉREZ VILLALÓN


Siempre he vuelto encantada de mis varios viajes por México. Feliz porque allí se respira gastronomía por todas partes: en cada esquina, en cada calle, a cada hora, hay alguna receta lista para que cualquiera la disfrute, desde primera hora de la mañana hasta bien entrada la noche. ¡Y está todo tan rico!

Uno de esos platillos es el aguachile que en su receta más tradicional siempre se ha preparado con camarones -gambas, o gambones en este caso- y es muy típico de la costa occidental mexicana, sobretodo en los estados de Sinaloa y Baja California. Se cree que fue en este primero donde se comenzó a elaborar originariamente con los chiles “chiltepines” -también conocidos como chile “piquín”-, que son autóctonos de la zona, hervidos en agua. Más tarde empezó a usarse un jugo a partir de zumo de lima, sal y pimienta. Con el tiempo se han ido creando diversas variedades, y ahora el más habitual es un mestizo al que se le pueden llegar a añadir otros chiles, tomate, jugos diferentes, cilantro, cebolla e incluso tequila o mezcal, siempre que se respete su sabor ácido e intenso.

Esta receta es la mía. La que a mí me gusta, y probablemente los más puristas me critiquen porque ni es la “original” ni la que hace su madre. Pero, ¿es que todas las madres siguen el mismo paso a paso cuando hacen, por ejemplo, una menestra o una tortilla de patatas? El mío es “picoso” -como dicen allí-, fresco, ácido, adictivo con un resultado equilibrado para que el gambón conserve todo su sabor y esté bien potenciado.

Mi salsa de aguachile lleva un poco de jugo de las propias cabezas del camarón para potenciar su sabor, y también un poco del zumo de tomate especiado -Clamato- que se utiliza para hacer las deliciosas micheladas. Si os cuesta encontrarlo, siempre podréis optar por un poco de zumo de tomate normal. Como alternativa a la gamba, utilizad cualquier otro pescado o marisco; y si no queréis servirlo crudo del todo, podréis escaldar los gambones muy ligeramente en agua hirviendo 15 segundos.


Dificultad

La de hacer el caldo.

Ingredientes

Para 4 personas (como aperitivo)

  • 700 g de gambones
  • 1/2 cebolleta blanca
  • 200 ml de zumo de lima
  • 50 ml de Clamato (o zumo de tomate)
  • 2 unidades de chile serrano rojo (o cualquier chile rojo, cuidado con el nivel de picante)
  • 1 cucharadita de salsa Worcestershire
  • 1 cucharadita de jugo maggi
  • 80 ml del caldo obtenido de las cabezas de gambón
  • 1/4 de diente de ajo
  • Sal
  • Pimienta negra molida
  • Sésamo para decorar
Preparación

  1. Pelar los gambones. En una sartén, sofreír ligeramente las cabezas y cáscaras con una gota de aceite hasta que se doren bien. Añadir agua sólo hasta que cubra lo justo y cocer a fuego suave-medio durante 15 minutos (reducirá bastante). Colar y reducir un poquito más a fuego suave, hasta conseguir la máxima potencia de sabor y que no esté excesivamente líquido. Dejar enfriar y reservar.
  2. Para hacer el jugo del aguachirle sólo tendremos, triturar los chiles serranos -sin semillas- con el zumo de lima, el trozo de cebolla, el cuarto de diente de ajo, el Clamato -o zumo de tomate- y las salsas. Poner a punto de sal y pimienta negra y colar.
  3. Limpiar los cuerpos de los gambones quitándoles las tripas y cortarlos en trozos o en mariposa (a lo largo).
  4. Salpimentar los gambones, marinar en el jugo de aguachirle bien frío -tiene que quedar bastante caldito- durante dos minutos y servir terminando con unas semillas de sésamo. Se pueden añadir unos brotes, rodajas de cebolla morada encurtida, un poco de pepino o un poco de aguacate.

 
ALBÓNDIGAS DE POLLO EN SALSA DE NUECES


Esta salsa lo mejora todo



Unas albóndigas de pollo sin fritanga con manzana y pasas de Corinto, cuyo sabor nos recordará al de los clásicos chiles en nogada de Puebla. La salsa es sencillísima, pero su sabor es de diez.




MÒNICA ESCUDERO

La nogada es una salsa que, tradicionalmente, suele acompañar a unos chiles rellenos de carne y diferentes frutas y frutos secos, incluyendo el acitrón, un dulce escarchado a base de cactus. Es al platillo más conocido de la región de Puebla, y parece que fue creado por las monjas agustinas del convento de Santa Mónica en 1821, después de que Agustín de Iturbide pasara por la zona tras firmar los tratados de Córdoba. Parece que la cocina no se les daba mal a las agustinas: otra leyenda les atribuye la invención del mole poblano, en este caso para agasajar a un obispo que apareció de visita.
Aunque el relleno de los chiles es muy sabroso, llevan un trabajazo importante -por eso es un plato que suele comerse en días de celebración- y algunos de los ingredientes, como los mismos chiles para rellenar o el acitrón, son bastante complicados de encontrar por estos lares. Pero podemos hacer una adaptación bastante más rápida y sencilla que nos recuerde a los sabores de este plato, que curiosamente es uno de los más moderados en cuanto a especias -además, no pica- de la cocina mexicana.

Estas sencillas albóndigas, con manzana y pasas de Corinto, que se pueden sustituir por pera y orejones o cualquier otra fruta deshidratada, previamente picada para que los trozos demasiado grandes no molesten. Si alguien no tolera la mezcla de dulce en platos salados, se pueden sustituir por más zanahoria, calabacín, berenjena u otras hortalizas que aporten melosidad. Como en todos los platos caseros, hay diferentes versiones de esta salsa: con nata mexicana -que no sour cream- con queso o sin él, con más o menos leche… Podéis ajustarla como más os guste, siempre que la textura sea suficiente para cubrir las albóndigas sin ahogarlas. También es importante que la salsa no esté muy fría cuando las cubramos: puede tomarse perfectamente con las albóndigas del tiempo, pero una salsa helada no favorecerá demasiado ni a su sabor ni a su textura.


Dificultad
La de encontrar la textura que buscamos en la salsa.


Ingredientes
Para las albóndigas
  • 600 g de contramuslo de pollo picado
  • Unos 40 g de pan de víspera
  • 1 manzana Granny Smith, Royal Gala o reineta
  • 1 o 2 zanahorias (dependiendo del tamaño)
  • 1 cebolla pequeña (½ si es grande)
  • 1 diente de ajo
  • 2 cucharadas de pasas de corinto
  • Leche (para mojar el pan)
  • 1 huevo
  • Sal
  • Pimienta
Para la salsa de nueces
  • 100 g de nueces peladas
  • 250 ml de leche
  • 100 g de queso de cabra (rulo)
  • 1/2 cucharadita de canela
  • Sal al gusto
  • 1 cucharadita de azúcar
  • Pimienta negra
Para decorar
  • Cilantro
  • Granos de granada (½ o una, dependiendo del tamaño)
Preparación
  1. Un par de horas antes, poner las pasas de Corinto en remojo en agua a temperatura ambiente. Escurrir y secar bien y reservar.
  2. Mojar el pan con la leche hasta que esté bien empapado. Mientras, pelar y picar la cebolla, el diente de ajo, la manzana y la zanahoria (estas últimas también se pueden rallar). Dorarlos en una sartén con un poco de aceite.
  3. Mezclar bien la carne picada con las verduras y el ajo dorados, el pan bien escurrido, las pasas, un huevo, sal y pimienta al gusto .
  4. Con las manos ligeramente húmedas, hacer unas 20 bolitas y cocinarlas unos 20 minutos en el horno a 180 grados o unos 15 en una sartén con muy poco aceite tapadas, haciéndolas girar con cuidado de vez en cuando una vez estén suficientemente hechas como para no romperse.
  5. Para la salsa, poner las nueces en remojo con la leche -en la nevera para que no se estropeen- durante unas ocho horas o de un día para otro.
  6. Sacarlas y triturar con ¾ partes del queso y el resto de ingredientes. Ajustar la textura de la salsa al gusto, añadiendo un poco más de queso (si no usamos el que queda, podemos desmigarlo al final sobre el plato). Servir sobre las albóndigas, a temperatura ambiente con cilantro picado y granos de granada.

 
CÓCTEL DE LANGOSTINOS A LA MEXICANA


Cóctel de langostinos a la mexicana



Éste es uno de esos platos para comer con cuchara y no dejar ni una gota de la mezcla que lo riega. Los langostinos cocidos al punto pueden dejar paso a mejillones, navajas, pulpo y hasta berberechos de lata.





Si de pequeño me hubieran dicho que algún día estaría preparando este plato, habría mandado a la persona en cuestión a paseo (o habría respondido con un corte de mangas, vete a saber), ya que había pocas cosas en el mundo que me dieran más asco que el ketchup. Pero aquí estoy 20 años más tarde, después de haber aprendido a abrir paladar y mente y -sobre todo-, después de haberme apretado uno de estos con mi hermano en Cancún para desayunar. Que nadie diga que en México no saben cómo empezar el día.

¿Qué me gusta de esta receta? Dicho de otro modo, ¿por qué estás leyendo esto? En primer lugar, porque es una mezcla de sabores explosiva. Después, porque aprovecha parte del agua de cocer los langostinos, que no está nada mal. Tercero, porque hace muy buenas migas con todos o casi todos los productos marinos (sobre todo, por el pulpo). Me juego lo que sea a que un día se te ocurre prepararlo con unos berberechos de lata y estará de muerte. Lo mismo si lo haces con mejillones -en este caso frescos, no en escabeche- o unas navajas (ídem). Es más, hasta se podría preparar con un pescado marinado en limón, congelado previamente para evitar riesgos innecesarios.

Lo que tienes que tener en cuenta a partir de aquí es poco. Acompáñalo de galletas saladas y una buena michelada, ponle cilantro si te gusta -si no, pruébalo también: esta es una de esas preparaciones en las que su sabor no invade, sino que complementa- y controla bien el grado de picante. Yo he usado ocho cucharadas de salsa Valentina, que hace más cosquillas en la lengua que otra cosa (y estoy siendo generoso), pero siempre puedes reducir la dosis si vas a usar algo más potente.

Ingredientes

Para 4 personas (como entrante)

  • 16 langostinos
  • 2 tomates maduros
  • 1 aguacate maduro
  • 1 cebolla dulce
  • 1 puñado de cilantro fresco
  • 200 ml de agua con gas (también sirve refresco de naranja)
  • 200 ml de ketchup
  • 350 ml de agua de cocción de langostinos
  • 2 limas
  • Salsa picante al gusto (está bien que quede alegre)
Preparación

  1. Calentar una olla con unos 4 dedos de agua. Cuando rompa a hervir, agregar una cucharada de sal y los langostinos.
  2. Dejarlos un minuto al fuego, apagarlo y dejarlos otros 3-4 minutos, hasta que cambien de color. Retirarlos a una fuente con agua y hielo, reservando 250 ml del agua de cocción.
  3. Pelar los langostinos y cortar la colas, reservando cuatro enteras para decorar más tarde.
  4. Mezclar el agua de los langostinos junto con el ketchup y el agua con gas hasta que se integren bien.
  5. En un vaso, montar los cócteles: tomate, cebolla y aguacate picados, el zumo de media lima, la salsa picante y un puñadito de cilantro. Agregar las colas de langostino picadas y verter la mezcla del ketchup con el agua con gas y el agua de los langostinos. Repetir en el resto de vasos.
  6. Decorar con un par de rodajas de aguacate y una cola de langostino por vaso. Comer inmediatamente con galletas saladas.

 
Birria de chivo estilo Jalisco


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Tan fácil y deliciosa que te dará la sorpresa de tu vida. La pierna de chivo se baña en una salsa de tres chiles con diferentes hierbas y especias, y se cuece lentamente en el horno hasta que queda tan suave y jugosa que se derrite en tu boca.


Ingredientes
  • 2 kilos de pierna de chivo con hueso
  • Sal al gusto
  • 4 jitomates guaje
  • 2 dientes de ajo
  • 6 chiles guajillo, sin semillas
  • 2 chiles anchos, sin semillas
  • 4 chiles de árbol secos
  • 2 cucharadas de vinagre blanco o de piña
  • 2 cucharaditas de pimienta negra molida
  • 4 clavos de olor
  • 1 pizca de canela molida
  • 1 pizca de cominos
  • 1 pizca de tomillo seco
  • 1 pizca de mejorana seca
  • 1 pizca de orégano seco

Cómo hacerlo

1. Precalienta el horno a 180 ºC.
2. Enjuaga la pierna de chivo y sécala muy bien con toallas de papel. Coloca dentro de una cazuela de barro con tapadera (también puedes utilizar una cazuela de hierro). Sazona la carne con sal.
3. Hierve los chiles durante 10 minutos. Deja remojando en el agua mientras se enfrían un poco. Aparte, asa los jitomates hasta que su piel se haya quemado por todos lados y empiece a desprenderse. Pela.
4. Coloca todos los chiles dentro de la licuadora junto con los jitomates, vinagre, especias, hierbas secas y sal. Agrega 1/4 taza del agua en que hirvieron los chiles, y licúa muy bien. Cuela la salsa y vierte sobre la pierna de chivo, voltéandola para cubrirla completamente.
5. Tapa la cazuela y mete al horno precalentado. Hornea durante 4 horas, bañando la pierna con la salsa unas tres veces durante el proceso de cocción. La pierna estará lista una vez que empiece a desprenderse del hueso. Destapa y hornea durante 20 minutos más para que se dore un poco.
6. Sirve la birria caliente y acompaña con frijoles refritos y tortillas calientes.

 
El zacahuil: el tamal gigante de un lúgubre origen


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El zacahuil es el tamal más grande del mundo, mide más de metro y medio y puede alimentar hasta 70 personas. Es originario de la Huasteca.

Inicialmente el mega tamal conocido como zacahuil era sinónimo de fiesta. Este puede alimentar hasta 70 personas y llega a medir más de un metro y medio de largo y pesar hasta 20 kilos. En la increíble región de la huasteca en México es común este platillo que es además en sí un acto comunitario: para prepararlo se reúnen decenas de personas en un convivio que resulta en unión social.

Para todo tipo de festividades: bautizos, carnavales, pero sobre todo en el tradicional Xantolo (fiesta de todos los santos celebrada el 1 y 2 de noviembre) este mega tamal es hecho como ofrenda para los difuntos. Su nombre viene del náhuatl y significa “bocado grande”.

En tiempos prehispánicos solía prepararse relleno de jabalí, venado, faisán, cordorniz, armadillo y vívora. Hoy se prepara generalmente relleno de pollo o puerco.

Leyenda
Se cuenta que el primer zacahuil se hizo con la carne de un líder mexicano llamado Huehutlique ,había sometido a los huastecos y causado infinidad de atrocidades. Las mujeres comieron de este tamal, sobre todo las que habían sido ultrajadas por él, como medio para recuperar su honra.

Modo de preparación

Se cuece en un horno horizontal de barro, o bien, en un hoyo en la tierra. Su masa de maíz es martajada con chile ancho, chile guajillo, chile pasilla, cebolla asada, ajo, manteca, diversas especias, polvos para hornear y piezas de carne de cerdo o guajolote. En esta masa deben quedar trozos sin moler (a diferencia del resto de los tamales). Su cocción puede tardar entre siete y doce horas.

Disponibilidad
Hoy, más allá de en las fiestas propias del área de la huasteca puede encontrarse en los mercados de los pueblos de esta zona. Suele servirse en grandes cantidades en un plato hondo; el tamal va arriba de un pedazo de hoja de plátano (con la que va envuelta elzacahuali).

 
Cómo hacer tamales mexicanos – La mejor receta de tamales mexicanos


tamales mexicanos



¿Te gusta viajar? Muchos de nosotros nos sentimos atraídos tanto por la cultura cómo por la comida de otros países, así que con esta receta de tamales mexicanos, te haremos viajar desde tu cocina hacia uno de los lugares donde es famosa esta comida, México. Y si logras vacacionar en ella, es imperdonable que regreses sin haber probado los tamales.

Su origen proviene de los indígenas. Regiones como México, Perú, Argentina, Chile, Bolivia, y países de Centroamérica han desarrollado una diversidad de tamales. Le dan el nombre de tamal, que significa envuelto, el cual es una masa de maízcocido, con aguacate y envuelto en hojas de plátano, en hojas de maíz, en plástico o papel de aluminio. Si deseas, puedes agrégale algún relleno (carnes, frutas, salsas o vegetales).

Estos tamales o bollitos de maíz tienen muchos métodos de preparación, algunos los prefieren dulces, mientras que otros se quedan con el salado. Pero aquí te presentaremos el más común, práctico y sencillo para que lo intentes en la comodidad de tu hogar.

Sin más, te enseñaremos cómo cocinar tamales mexicanos.


ingredientes para hacer tamales mexicanos


Ingredientes para hacer tamales Mexicanos de pollo:
  • 1 kilo de harina para hacer tamales.
  • 1 cucharadita de polvo para hornear.
  • 1 taza de mantequilla.
  • 2 tazas de caldo de pollo.
  • 2 cucharaditas de anís.
  • Sal al gusto.
  • 9 cortezas de tomate.
  • Hojas de maíz.
Preparación de los tamales Mexicanos
  • Pon en remojo las hojas de maíz o de plátano en un tiempo no mayor de 40 minutos o 1 hora. Hervir las dos cucharadas de anís con dos tazas de agua y las cascaras de tomate. Cuela y guarda el agua. Agrega y mezcla harina, polvo de hornear y sal al gusto.
  • Añádele mantequilla previamente derretida a la mezcla de harina.
  • Incorpora, poco a poco, el caldo de pollo junto con el agua de tomate y anís que tenías guardado hasta que obtengas una masa suave, moldeable, y que no se quede pegada en tus manos. Esta masa debe permitirte hacer bollos sin que se hagan grietas.
  • Toma una hoja y has un bollo, (si quieres añadirle relleno, agrégalo de una vez) muchos de los tamales mexicanos lo preparan con relleno, pero si es de tu gusto también puedes prepararlo sin la necesidad de agregarle uno.
  • Culmina cerrando la hojita de maíz y hazle un amarre. Realiza el mismo procedimiento con el resto de la masa, y al estar todos listo, colócalos al vapor por 1 hora y veraz como se desprenden de las hojas de maíz o plátano de manera sencilla. ¡Y ya están listos! Unos deliciosos tamales mexicanos en unos cuantos minutos.
No tengas miedo de prepararlos por no ser una receta de tu país. Agrega platos representativos de diferentes partes de la tierra y dale tu toque personal. La experiencia al cocinarlos será como si viajaras a cualquiera de ellos. Sin duda te encantara. Prueba también los tamales dulces, e inclúyelos en tus meriendas o festividades, créalos de colores, de diferente formas y tamaños, de seguro, te dará una perspectiva diferente, gustando de un alimento nutritivo y muy rico.
 
Como hacer pollo acaramelado, receta fácil y rápida

pollo caramelizado con naranja



Ingredientes para hacer pollo acaramelado:
  • 2 kilos de muslos de pollo
  • Media cebolla
  • 1 cucharadita de orégano
  • 1 cucharadita de albahaca morada
  • 1 cucharadita de tomillo
  • 1 cucharadita de perejil picadito
  • 2 cucharadas de miel
  • 100gr de azúcar morena
  • Sal y pimienta al gusto
  • 5 cucharadas de margarina
  • 6 dientes de ajo
  • Aceite vegetal o de oliva
  • 1 cucharada de jugo de naranja

Pasos para la elaboración del pollo acaramelado:

Como hacer pollo acaramelado


Antes de comenzar con el pollo, es necesario precalentar el horno a unos 160°C, una vez realizado este paso, procedemos en un bol colocar el jugo de naranja junto a los condimentos, como el tomillo, el orégano y a albahaca, mezclaremos todo esto junto a la miel, y allí verteremos los muslos de pollo a marinar, sin descuidar nuestro toque de sal y pimienta.

Mientras tanto en un sartén de tamaño promedio, colocaremos a sofreír con la mantequilla el perejil y el ajo además de la cebolla, hasta lograr un color dorado, de inmediato colocaremos el azúcar con el aceite y revolveremos hasta notar que nuestra azúcar se derrite y se espesa.

Es de suma importancia revolver constantemente nuestra salsa, para así no provocar que se queme nuestro caramelo y causar una catástrofe. Una vez espesa nuestra salsa apagamos y dejamos que se enfríe un poco.

Nuestro pollo lo colocaremos en una bandeja profunda junto con la salsa de miel y naranja con el cual la marinamos. Una vez allí barnizaremos con un poco de nuestra salsa agridulce, y lo coloramos en el horno por unos 20 minutos.

Este paso del barniz lo realizaremos constantemente hasta que nuestro pollo, este totalmente cocido. Mayormente la cantidad de tiempo de cocción suele ser de 35 a 40 minutos. Procure no quitarle la piel al pollo, ya que esta lo protege de no pegarse a la superficie del molde y permite obtener un color dorado espectacular.

Ahora es tiempo de recibir a tus invitados con esta excelente receta, no olvides que puedes decorarlo con un poco de cilantro fresco, además puedes acompañarlo con un delicioso puré de papas, o un arroz bien aliñado.
 
Carne de puerco en chile colorado ldeal para rellenar tus tamales de esta tamporada deliciosa receta


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15Lb de carne de puerco | mixta
5Lb de espinazo de puerco
5Lb de costilla de puerco
3Lb de pierna de puerco
2Lb de trocitos de puerco
1 cebolla de tamaño grande
2 cabezas de ajo de tamaño grande
Sal kosher oh sal de grano | usa la de tu preferencia
4pz de chile pasilla seco | de tamaño grande
15pz de Chile California rojo
15pz de Chile Nuevo México rojo
15pz de Chile guajillo rojo
1/4 de LB de Chile japonés | oh de árbol al gusto
2 cabezas más de ajo de tamaño grande




 
'PSEUDOMOLE' DE FRIJOLES


Cuchareo con enjundia




El mole canónico tiene decenas de ingredientes y muchas versiones diferentes. La que preparamos hoy es sencilla, completamente casera y perfecta para animar un guiso de legumbres rápido y reconfortante.



Si las legumbres te parecen aburridas seguramente sea porque tú quieres. O al menos eso me pasaba a mí hasta que por fin espabilé (un poco). Quizás a estas alturas suene ya a cliché, pero, ¿por qué nos tiramos la mitad de nuestra infancia batallando con un plato de lentejas hasta que por fin cambiamos el chip y nos gustan? ¿Y si no cambiamos el chip? No tengo ni idea de cómo responder a esas preguntas: solo sé que para alguien con seis años, a veces comer siempre lo mismo puede llegar a ser aburrido.

Si con esa edad tu primera impresión de algo es negativa, es poco probable que le vayas a dar una segunda oportunidad. Quizás la clave sea ponerle un poco de magia. “No, hoy no hay tocan lentejas. Hoy hay comida mexicana. Mole de frijoles”. Y ya. No pretendo dar lecciones a nadie de cómo educar a su hija o hijo en cuanto a alimentación. Es solo una idea que se me ha venido a la cabeza a la hora de pensar en el menú semanal, ver legumbres en el armario y, por un segundo, volver a esos seis años con el plato de lentejas interminable delante de mí.

Lo bueno es que todo se arregla, de nuevo, con un poco de magia (en este caso, un pseudomole de frijoles). Un poco más ligero que el mole tradicional, en el sentido de que la salsa no es tan espesa; al fin y al cabo, es un guiso, y el guiso tiene que tener su ración de cuchareo. Aunque te recomiendo que tenga el puntito de picante que le aporta el chile ancho, puedes sustituirlo por unas cayenas -que retiraremos posteriormente- o, si van a comer niños o gente con poca tolerancia a él, simplemente obviar el picante. Una pastilla de chocolate con por lo menos un 70% de cacao o una cucharadita rasa de cacao puro, sin azúcar, le dará un toque especial todavía más mexicano.

Dificultad

Ninguna, porque haremos el pseudomole nosotros mismos.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 700 g de frijoles cocidos
  • 3 dientes de ajo
  • 1 cebolla grande
  • 1 pimiento verde
  • 4 tomates pera pelados y despepitados
  • 1200 ml de caldo de verduras
  • 150 g de almendras crudas peladas
  • 50 g de pasas
  • 2 chiles anchos secos, sin pepitas o 4 cayenas (si no se encuentra el chile ancho)
  • 1 cucharada de canela
  • 1 cucharada de semillas de cilantro trituradas (opcional)
  • 2 cucharadas de pimienta negra recién molida
  • 1 cucharada de azúcar de caña
  • 1 clavo
  • Sal
  • Aceite de oliva
Preparación

  1. Hidratar los chiles anchos y las pasas en agua caliente durante un mínimo de dos horas. Reservar (si se usan cayenas, ignorar este paso).
  2. En una olla amplia, calentar cuatro cucharadas de aceite de oliva y dorar suavemente los ajos enteros, sin piel. Si se usan cayenas, añadirlas y dejarlas en el aceite unos minutos antes de retirarlas.
  3. Triturar el tomate junto con el pimiento despepitado y sin el pedúnculo y la cebolla. Añadir a la olla y sofreír suavemente durante 45 minutos. Durante este tiempo, tapar la olla ir añadiendo un poco del caldo cada 10 minutos para que no se pegue en el fondo.
  4. Triturar los chiles con las pasas -si no se usan chiles, solo las pasas- y agregarlos a la olla junto con la canela, las semillas de cilantro, la pimienta y el azúcar. Cocinar 10 minutos más.
  5. Agregar el caldo de verduras, esperar que suba el hervor y añadir los frijoles. Dejar cocer suavemente cinco minutos más antes y corregir el punto de sal y servir (o dejar para el día siguiente, que estará más bueno). Se puede acompañar con arroz cocido, tortillas o, más a lo loco, bulgur cocido y especiado con comino.
 
Chayote



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El chayote o chayote (Sechium edule) es una planta perenne de la familia de las cucurbitáceas, cultivada en climas cálidos como planta vegetal por su fruto comestible en la madurez, pero también por su tallo, llamado "brède chouchou" en Mauricio y Reunión, y ocasionalmente por su raíz rica en almidón. El término también se refiere a la fruta que se come como verdura.

Origen y distribución

Esta especie es nativa de México (Oaxaca, Puebla, Veracruz). Se cultiva ampliamente en zonas tropicales, especialmente en América del Sur. También se ha extendido en Mascarenes, especialmente en la isla de Reunión, donde, aunque se consume, se considera una plaga de plantas. También se le llama "sousou" en Mauricio.

 
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