Cultura
El otro legado de Gardel: la triste historia de su única casa y sus pertenencias
A 84 años de la muerte del “Zorzal criollo”, Infobae Cultura recorrió la vivienda que habitó en el Abasto con su madre y hoy es Museo Casa. Las polémicas reformas y la desaparición de sus objetos personales
Por Fernanda Jara
24 de junio de 2019
mjara@infobae.com
Carlos Gardel posa en la puerta de su casa del Abasto. En la otra foto sonríe en el hall de la casa que compró a su madre como regalo de cumpleaños. ¿Qué queda de la vida de “El Zorzal” en el actual museo?
Jean Jaurès 735. Esa era la inscripción grabada en la pulsera que llevaba el cantor de Buenos Aires y era, nada menos, que la dirección de la casa que le había comprado a su madre, Berta Gardès, en el barrio del Abasto. Allí compartieron sus días desde 1927 hasta el 7 de noviembre de 1933, día en que El Zorzal partió con destino a la gira de la que no regresó. Cuando sus restos calcinados —murió luego de que la avioneta en la que viajaba chocara con otra en el aeropuerto de Medellín, Colombia— se confundían con los demás, la dirección de la casona sirvió para identificar su cuerpo.
Así de importante fue para Carlos Gardel la casa que compró para su madre —la mujer lo crió sola, se ganaba la vida y pagaba los estudios de su hijo trabajando de sol a sol como planchadora— y que significó para ambos dejar de pagar un alquiler y tener, por fin, una casa propia.
Tras la muerte de Berta, el 7 de julio de 1943, muchas manos pasaron por la herencia gardeliana hasta que, finalmente, el 4 de marzo de 2003 fue convertida en el Museo Casa Carlos Gardel y depende del Gobierno de CABA.
La historia de la primera casa propia de Berta Gardès
Carlos Gardel junto a sus pertenencias en la casa del barrio del Abasto. Fue tal el amor que tuvo por la vivienda que grabó la dirección en una pulsera que llevó hasta el momento de su muerte. (Archivo Museo Casa Carlos Gardel)
Carlos Gardel compró la casona de la calle Jean Jaurès a su anterior propietario, Don Ramón Gorina, el 9 de junio de 1926, cinco días antes del cumpleaños número 61 de Doña Berta Gardès.
Gracias a la conservación de los planos que forman parte del archivo del museo se conoce cómo fue el progreso de construcción de la casa: en 1904 era una modesta vivienda de una planta, sin ventanas al frente, con una puerta que conducía a un patio que a su vez conectaba con las sencillas habitaciones, la pequeña cocina y el baño.
Las modificaciones realizadas en 1915 fueron tanto desde lo arquitectónico como en el uso de la propiedad: fue convertida en un prostíbulo de dos plantas. En la parte baja había nueve habitaciones estrechas que no se comunicaban entre sí y a ellas se accedían desde el patio. Al final de ese patio había un baño, subiendo la escalera una cocina y otras habitaciones que habrían ocupado las personas a cargo del lugar. Con esa modificación se incluyeron dos ventanas que daban a la calle y correspondían a otras habitaciones.
Berta junto a sus amigos en la casa que le dejó Carlos. (Archivo Museo Casa Carlos Gardel)
La última modificación antes de convertirse en la famosa casona, tal como la conoció y compró Gardel, fue realizada en 1921 por su entonces propietario, Ramón Gorina.
Así era: un zaguán característico de la época llevaba a un gran hall distribuidor que conducía a la sala principal en la que había dos grandes ventanas con vista al frente (más tarde, los vecinos se agolpaban sobre la vereda para escuchar a Gardel mientras componía y cantaba). Del otro lado, el hall comunicaba con una pequeña habitación (se estima que fue el escritorio de El Zorzal) y al patio que estaba cubierto en su primer tramo.
Al escritorio lo continuaba lo que se estima fue el comedor de la casa. Más adelante seguía una habitación, un gran baño interior y tres habitaciones más que se comunicaban entre sí y que tenían salida al patio.
El tramo de patio descubierto daba a la cocina, con una pequeña puerta y una ventanita que miraba directamente a la entrada. Al lado había una despensa y del otro lado otro baño. Una gran escalera llevaba a un cuartito, en el primer descanso, y más arriba a otros tres cuartos más. El lavadero con una pileta típica estaban sobre la gran terraza.
Berta juega con el perro con el que compartió sus años en la casa del Abasto. (Archivo Museo Casa Carlos Gardel)
Esa fue la casa que compró en 1927 Gardel para regalarle a su madre. Según dejan entrever las cartas que le escribió a ella, Carlos tenía intenciones de modificarla, pero no hay indicios de que lo hiciera; sobre todo por sus compromisos laborales en el extranjero.
Al hacerse de ella la empapelaron (costumbre de la época), amueblaron y decoraron al gusto de ambos con hermosas cortinas bordadas a mano, entre otros detalles, según cuentan desde el museo.
Sabiendo que estaría poco y nada en la casa debido a sus largas giras y compromisos actorales, Gardel no quería que su madre se quedara sola por lo que en 1929 una pareja amiga de Berta, Anaïs Beaux y Fortunato Muñiz, se mudaron con ella.
Carlos Gardel al lado de sus amigos, seguramente compartiendo alguna divertida anécdota. (Archivo Museo Casa Carlos Gardel)
El patio cubierto era el lugar en el que Gardel se reunía con sus amigos y familiares para disfrutar de los platos que preparaba Doña Berta. Luego de que él se fuera de gira, la mujer solía pasar largas temporadas en Francia junto a su familia, por lo que la casa quedaba al ciudado y disfrute de Doña Anaïx y Don Fortunato a quienes El Morocho del Abasto llamaba "tíos".
Luego de la trágica y triste muerte de Carlos, su madre regresó a Buenos Aires y fue consolada por Anaïs y Fortunato. Más tarde, se mudó con ella el matrimonio de Armando Defino (amigo y administrador de Gardel) y Adela Blasco. La pareja, que veía en Berta a su propia madre, la acompañó hasta el día de su muerte, el 7 de julio de 1943.
La casa después de la muerte de los Gardel y el destino de sus objetos
Tras la muerte de Berta, Armando Defino donó los objetos que pertenecieron a Carlos Gardel a dos instituciones relacionadas con sus actividades, La Casa del Teatro y el Instituto Nacional de Estudios de Teatro (INET).
"La mayor parte de las pertenencias de Carlos Gardel fueron donadas por su madre a La Casa del Teatro. Sin embargo, el Museo cuenta con fotografías, partituras y discos, algunos de los cuales están exhibidos y otros se encuentran en reserva en el propio edificio", aseguraron a Infobae Cultura desde la Gerencia Operativa de Museos.
En 1949, Defino vendió la casa. Desde entonces pasó por diversos propietarios de los que poco se conoce. En la década de 1970 funcionó una tanguería y habría sido allí donde el aspecto de la casa cambió rotundamente: demolieron las paredes que separaban las habitaciones entre sí y con el patio, dejando un gran espacio libre.
Carlos Gardel disfrutando de un momento de lectura en la mecedora que compartía con su madre en la casona del Abasto. (Archivo Museo Casa Carlos Gardel)