Fran Rivera y Lourdes Montes. Boda religiosa, hijos y otros temas.

Parece más joven y todo er Fran

Chispi eres un taimado, a mi me has camelao

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Pues yo no me había fijado pero ahora que lo dice cupcake, esa chaqueta en Agosto remata la escena!!!
 
Bueno si Fran al menos se involucra con la niña, bien para ella y por el, eso de que la madre no fue a la primera consulta del pediatra creo que sera porque la madre palur no quiso dejarse ver (exclusivas de por medio + vanidad postparto). A mi con una cesarea de emergencia y transfusiones por hemorragia y a los 4 dias d nacidami niña estuve en los tramites de seguridad social y el pediatra (sintiendome fatal y me veia peor, que hasta foto me tomo el padre para inmortalizar el momento). Cada quien lo lleva como quiere
 
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01Septiembre
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1
Viviendo el presente
Después de tres semanas sin escribiros aquí estoy de nuevo.

Ha pasado todo y nada para lo que podría haber sido, pero gracias a Dios hoy puedo contaros lo vivido desde la alegría y la tranquilidad.

Se supone que las mujeres de los toreros debemos estar preparadas para esa llamada en la que algún miembro de la cuadrilla te comunica que desgraciadamente la tarde no ha ido bien y ha habido algún percance. Yo entre otra cosas suelo acompañar siempre a Fran por evitar que me den ese tipo de noticias vía móvil y así, cuando estoy allí, sé de primera mano lo que ha ocurrido, porque cuando te llaman, surge la duda de si te estarán contando toda la verdad o no…

El pasado día 10 yo tuve que ir a Sevilla para una de las últimas revisiones ginecológicas y, entre eso y que ya estaba muy avanzada, decidí no ir a la corrida de Huesca. Antes de salir para Punta Umbría me escribieron para comunicarme que el primer toro había ido bien, sin ninguna complicación. De camino a la playa hubo llamada, no mensaje, y eso significaba que algo había pasado.


Al principio lo tomé con calma porque las noticias no eran alarmantes pero, a medida que se sucedían las llamadas para informarme de lo que iba ocurriendo, mi preocupación fue creciendo. Estaba a 1.000 kilómetros de Huesca, a una hora en la que no había ninguna otra forma de llegar que no fuera un coche y, embarazada de casi 9 meses, no era muy aconsejable hacer un viaje así.

Después de una noche de incertidumbre y mucha preocupación cogía el primer AVE de la mañana Sevilla–Zaragoza acompañada de mi madre (por cierto, qué gran invento las madres, no sé qué hubiera hecho sin la mía durante estos días) y algunos amigos íntimos.

A las 12 de la mañana llegábamos a la Clínica Quirón de Zaragoza. Quiero agradecer desde aquí el cariño, la profesionalidad y la discreción con la que nos trataron en todo momento. No os imagináis lo que se valora, en un momento así,estar rodeado de grandes profesionales y a la vez grandes personas.

Fran llegaba de Huesca, por fin, a las 4 de la tarde. Dolorido y muy cansado del viaje, aunque estoy segura que cuando nos vio allí, a todos los que lo queremos, empezó a encontrarse mejor.

La operación en la plaza había salido bien, ahora quedaba cuidar la herida para que no hubiera infección y comprobar que todos los órganos tocados por la cornada funcionaban correctamente.

Después de 3 días en la UCI los médicos autorizan su traslado a planta. Justo esa tarde (imagino que debido a los nervios y a la falta de descanso) empiezo con contracciones. No me lo podía creer, ¡aún me faltaban dos semanas! Rápidamente me puse en manos del equipo de ginecología de Quirón Zaragoza, que me recomendaron viajar a Sevilla cuanto antes o, en el caso de que Francisco hubiera tenido que permanecer ingresado durante más días, organizar todo para dar a luz allí mismo.

Tras consensuarlo con los médicos y con Fran, el viernes por la mañana me trasladé a Sevilla sabiendo que Fran llegaría al día siguiente. Una vez en casa parece que me relajé y el parto se ralentizó por completo.

El sábado, ya con Francisco en Sevilla, aunque aún no en casa sino en la Clínica Sagrado Corazón, empecé a olvidarme de la cogida y a pensar en el nacimiento de Carmen.

Nos quedaba una semana más de hospital pero, con las visitas de amigos y familia, se hizo más llevadero y por fin el miércoles a las 8.30 bajé de mi habitación 160 a la zona de paritorios (lo de estar viviendo en la misma clínica donde vas a dar a luz es muy cómodo desde luego). Fran estaba esperando la visita de su médico y después, con su sillita de ruedas y enchufado a varios tubos, se colocó a mi lado y me acompañó durante todo el proceso. La verdad es que era gracioso vernos a los dos enchufados a una vía. Nunca me imaginé que daría a luz con mi marido en esas condiciones, pero se portó como un campeón y, gracias a su apoyo, aguanté mucho mejor los momentos más duros.

A las 19:40, después de un parto bastante largo, nacía Carmen: un bebé gordito (3,340g) y fuerte.

No sé describiros muy bien las sensaciones que tuve cuando me la dieron porque estaba tan cansada que al principio sólo me alegré de que por fin hubiera terminado todo pero, al minuto, empiezas a darte cuenta de que esa cosita tan pequeña es tuya y de otra persona a la que quieres muchísimo y lo único que quieres es protegerla, cuidarla y saber que está sana.

Sobre el parto, ¿qué contaros? Duele, la verdad, y es cansado, pero tuve la suerte de tener al lado a una ginecóloga increíble y aún mejor persona. No sabéis lo importante que es contar con alguien así durante todo el embarazo y más aun en el momento del parto.

Al subir a la habitación estaban mis hermanos, mis cuñados, algunos tíos, todos esperando para conocer a Carmen, fue muy emocionante.

Por fin, el viernes día 21 salíamos los tres juntos de la clínica y nos íbamos a casa.

Los primeros días han sido maravillosos pero un poco duros. Adaptarse a un bebé tan pequeño no es fácil al principio, pero en poco tiempo le coges el truquillo a todo, aprendes a no agobiarte cuando llora, a adaptarte a sus horarios, a controlar las subidas de la leche, a bañarla… Y lo más importante, cada minuto la quieres más y más. Yo me puedo pasar horas mirando cómo duerme, no me pesan las noches sin dormir y lo único que me apetece ahora mismo es estar con mi niña, no hay ningún otro plan mejor en el mundo.

Ahora llevamos una semana en Ronda, ya sabéis cómo nos gusta esta casa, y para la recuperación de Fran no existe un lugar mejor.

Yo creo que ya he soltado toda la tensión que tenía acumulada y los nervios, y empiezo a disfrutar de verdad de esta nueva etapa sin pensar en lo que pudo ocurrir y viviendo sólo el presente.

Os mando algunas fotos para que veáis lo recuperados que estamos ya los tres.





Mucho ánimo con “la vuelta al cole”, ¡sé que esta semana es dura para los que volvéis de vacaciones!
 
Creo que se pueden rellenar los papeles, en la clínica u hospital. Desde hace ya años, 2010 ó más. No sé si se encargan de llevarlo al registro. Creo que ya no dan el libro de familia.

Por otro lado, sí que he visto padres con el carrito, en la ventanilla del registro civil. Creo que son los padres que no están casados y las parejas de hecho.

no me refiero a nada de eso, me refiero a que es muy raro que una madre no vaya a la primera revisión del médico de su hija y al registro civil.
 
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Viviendo el presente
Después de tres semanas sin escribiros aquí estoy de nuevo.

Ha pasado todo y nada para lo que podría haber sido, pero gracias a Dios hoy puedo contaros lo vivido desde la alegría y la tranquilidad.

Se supone que las mujeres de los toreros debemos estar preparadas para esa llamada en la que algún miembro de la cuadrilla te comunica que desgraciadamente la tarde no ha ido bien y ha habido algún percance. Yo entre otra cosas suelo acompañar siempre a Fran por evitar que me den ese tipo de noticias vía móvil y así, cuando estoy allí, sé de primera mano lo que ha ocurrido, porque cuando te llaman, surge la duda de si te estarán contando toda la verdad o no…

El pasado día 10 yo tuve que ir a Sevilla para una de las últimas revisiones ginecológicas y, entre eso y que ya estaba muy avanzada, decidí no ir a la corrida de Huesca. Antes de salir para Punta Umbría me escribieron para comunicarme que el primer toro había ido bien, sin ninguna complicación. De camino a la playa hubo llamada, no mensaje, y eso significaba que algo había pasado.


Al principio lo tomé con calma porque las noticias no eran alarmantes pero, a medida que se sucedían las llamadas para informarme de lo que iba ocurriendo, mi preocupación fue creciendo. Estaba a 1.000 kilómetros de Huesca, a una hora en la que no había ninguna otra forma de llegar que no fuera un coche y, embarazada de casi 9 meses, no era muy aconsejable hacer un viaje así.

Después de una noche de incertidumbre y mucha preocupación cogía el primer AVE de la mañana Sevilla–Zaragoza acompañada de mi madre (por cierto, qué gran invento las madres, no sé qué hubiera hecho sin la mía durante estos días) y algunos amigos íntimos.

A las 12 de la mañana llegábamos a la Clínica Quirón de Zaragoza. Quiero agradecer desde aquí el cariño, la profesionalidad y la discreción con la que nos trataron en todo momento. No os imagináis lo que se valora, en un momento así,estar rodeado de grandes profesionales y a la vez grandes personas.

Fran llegaba de Huesca, por fin, a las 4 de la tarde. Dolorido y muy cansado del viaje, aunque estoy segura que cuando nos vio allí, a todos los que lo queremos, empezó a encontrarse mejor.

La operación en la plaza había salido bien, ahora quedaba cuidar la herida para que no hubiera infección y comprobar que todos los órganos tocados por la cornada funcionaban correctamente.

Después de 3 días en la UCI los médicos autorizan su traslado a planta. Justo esa tarde (imagino que debido a los nervios y a la falta de descanso) empiezo con contracciones. No me lo podía creer, ¡aún me faltaban dos semanas! Rápidamente me puse en manos del equipo de ginecología de Quirón Zaragoza, que me recomendaron viajar a Sevilla cuanto antes o, en el caso de que Francisco hubiera tenido que permanecer ingresado durante más días, organizar todo para dar a luz allí mismo.

Tras consensuarlo con los médicos y con Fran, el viernes por la mañana me trasladé a Sevilla sabiendo que Fran llegaría al día siguiente. Una vez en casa parece que me relajé y el parto se ralentizó por completo.

El sábado, ya con Francisco en Sevilla, aunque aún no en casa sino en la Clínica Sagrado Corazón, empecé a olvidarme de la cogida y a pensar en el nacimiento de Carmen.

Nos quedaba una semana más de hospital pero, con las visitas de amigos y familia, se hizo más llevadero y por fin el miércoles a las 8.30 bajé de mi habitación 160 a la zona de paritorios (lo de estar viviendo en la misma clínica donde vas a dar a luz es muy cómodo desde luego). Fran estaba esperando la visita de su médico y después, con su sillita de ruedas y enchufado a varios tubos, se colocó a mi lado y me acompañó durante todo el proceso. La verdad es que era gracioso vernos a los dos enchufados a una vía. Nunca me imaginé que daría a luz con mi marido en esas condiciones, pero se portó como un campeón y, gracias a su apoyo, aguanté mucho mejor los momentos más duros.

A las 19:40, después de un parto bastante largo, nacía Carmen: un bebé gordito (3,340g) y fuerte.

No sé describiros muy bien las sensaciones que tuve cuando me la dieron porque estaba tan cansada que al principio sólo me alegré de que por fin hubiera terminado todo pero, al minuto, empiezas a darte cuenta de que esa cosita tan pequeña es tuya y de otra persona a la que quieres muchísimo y lo único que quieres es protegerla, cuidarla y saber que está sana.

Sobre el parto, ¿qué contaros? Duele, la verdad, y es cansado, pero tuve la suerte de tener al lado a una ginecóloga increíble y aún mejor persona. No sabéis lo importante que es contar con alguien así durante todo el embarazo y más aun en el momento del parto.

Al subir a la habitación estaban mis hermanos, mis cuñados, algunos tíos, todos esperando para conocer a Carmen, fue muy emocionante.

Por fin, el viernes día 21 salíamos los tres juntos de la clínica y nos íbamos a casa.

Los primeros días han sido maravillosos pero un poco duros. Adaptarse a un bebé tan pequeño no es fácil al principio, pero en poco tiempo le coges el truquillo a todo, aprendes a no agobiarte cuando llora, a adaptarte a sus horarios, a controlar las subidas de la leche, a bañarla… Y lo más importante, cada minuto la quieres más y más. Yo me puedo pasar horas mirando cómo duerme, no me pesan las noches sin dormir y lo único que me apetece ahora mismo es estar con mi niña, no hay ningún otro plan mejor en el mundo.

Ahora llevamos una semana en Ronda, ya sabéis cómo nos gusta esta casa, y para la recuperación de Fran no existe un lugar mejor.

Yo creo que ya he soltado toda la tensión que tenía acumulada y los nervios, y empiezo a disfrutar de verdad de esta nueva etapa sin pensar en lo que pudo ocurrir y viviendo sólo el presente.

Os mando algunas fotos para que veáis lo recuperados que estamos ya los tres.





Mucho ánimo con “la vuelta al cole”, ¡sé que esta semana es dura para los que volvéis de vacaciones!

ella en ningún momento hace referencia al momento en que tana vio a carmen o al menos decir que su hermana mayor se acercó a conocerla, pero eso sí, luego delante de la prensa bien que nombra que se lleva bien con tana (hombre pq palur es clasista y tana "es" duquesa) y le gusta que cuando va por la calle la fotografíen con tana, todo por lo clasistas que son.
 
supongo que el sábado estarán todos en la goyesca de Ronda, y encima torea el viernes en Ronda el primo de Palur, el niño de la tita blanca
 
no me refiero a nada de eso, me refiero a que es muy raro que una madre no vaya a la primera revisión del médico de su hija y al registro civil.
A la revisión, sí que puede serlo, si la madre está "bien". Conozco madres así. Delegan en la abuela, que son como la segunda madre de la criatura.

No lo es, en lo del registro civil, como he explicado antes. Los papeles se rellenan en la clínica u hospital, seas Francisco Rivera o Juan López. Saludos.
 
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