ESPAÑA EN JUEGO: DISGREGACIÓN, CONFEDERACIÓN, UNIÓN FEDERAL O UNIÓN JACOBINA

Pues eso, tiene que ser algo pactado, tu lo has dicho. La involución no es posible. La propuesta de Rivera es "café federal para todos". Gran equivocación, en mi opinión, como lo fue el "café autonómico para todos" en el 78. Pero como en España hasta los gatos quieren zapatos pues ala, lo mismo para todos, para que nadie se sienta agraviado comparativamente. Ahora tendremos 17 CCAA con hacienda propia, con tal de no reconocer a Cataluña su "singularidad" política. Pos vale.
No corras a ver si no van a ser 17...el PSOE propone un poco lo mismo...
 
Reformes en la linea Estado federal, hasta que no sepamos las de Rivera no podremos saber que las diferencia, lo que está claro que el PP se queda solo, se unirá y tendremos España Federal consensuada.
 
Reformes en la linea Estado federal, hasta que no sepamos las de Rivera no podremos saber que las diferencia, lo que está claro que el PP se queda solo, se unirá y tendremos España Federal consensuada.

Rivera es, como todos ellos, muy ambiguo con el tema. Pero, con la boca pequenya, estàn tambièn por el tema. En cuanto al PP, yo creo que no "se queda solo", què va. El PP tambièn està por ello. Con los polìticos, hay que ver lo que hacen, no lo que dicen. Y lo que hacen va todo encaminado en esa direcciòn. El PP no ha hecho nada, absolutamente nada, por plantear el debate en otros tèrminos.
 
No hay motivos para que cunda la alarma en Madrid, los que van a poner el grito en el cielo son los catalanes. PSOE no ha hecho más que dar marcha atrás hacia las posiciones de Ciudadanos y ahora Rivera va a sacar una propuesta con la que podría estar de acuerdo incluso el PP. En fin, las propuestas son puntos de partida para una negociación, luego cada una de las partes tendrá sus líneas rojas. La madre del codero va a estar en las líneas rojas de los nacionalistas. No tiene sentido embarcarse en una reforma constitucional para acomodar a Cataluña si luego no se le acomoda.
 
Última edición por un moderador:
Rivera es, como todos ellos, muy ambiguo con el tema. Pero, con la boca pequenya, estàn tambièn por el tema. En cuanto al PP, yo creo que no "se queda solo", què va. El PP tambièn està por ello. Con los polìticos, hay que ver lo que hacen, no lo que dicen. Y lo que hacen va todo encaminado en esa direcciòn. El PP no ha hecho nada, absolutamente nada, por plantear el debate en otros tèrminos.
En Cataluña Rivera ha vendido postura pepera, España unitaria, despuñes sacará de la manga su reforma constitucional que nada tendrá que ver con eso, el PP dirá amen, aunque dijera otra cosa están en franca minoría, pero como tu dices tampoco ha movido ficha en la dirección inversa...Los Catalanes sino quieren verse fuera de unión Europea y la OTAN no tendrán mas remedio que aceptar, pero no va a ser gratis, claro que no, ya puede decir Ciudadanos lo que quiera al respecto para satisfacer a su electorado.
 
Un poco de humor.

"Brave Mas: Un héroe con las ideas claras. Al menos el 3% de ellas".

Los humoristas de Vaya Semanita en la TV vasca.

 
2015-10-04
Por qué no hay que ceder con los separatistas
José García Domínguez
http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-garcia-dominguez/

A los separatistas catalanes les ocurre como al Cid: también ganan las batallas después de muertos. Apenas cinco minutos más tarde de haber salido escaldados de su famoso plebiscito, han vuelto a triunfar en lo que mejor han sabido hacer siempre: la venta de humo al por mayor. Cautivos de la alegre muchachada perroflauta y con el culo soberanista al aire tras haberse constatado minoritaria la querencia por la secesión entre el censo local, han logrado, no obstante, imponer de nuevo su marco mental a las élites madrileñas. He ahí, desde Pedro Sánchez y el incontinente Margallo hasta la última plañidera de la progresía biempensante mesetaria, ese coro de grillos liquidacionistas presto a ceder cuanto sea necesario al fracasado de Barcelona.
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Aunque en España nunca haya habido una tradición de grandes matemáticos, no debería costar tanto que se entendiese la distancia cósmica que separa a los 62 diputados que poseía CiU antes de ponerse en marcha el proceso de esos miserables 29 escaños con que cuenta el partido de Artur Mas a estas horas. Parece sencillo. Pues nada, no hay manera de que lo comprendan. Una triste incompetencia aritmética, la suya, que encuentra expresión doctrinal en la célebre Tercera Vía, el ni con España ni contra España tan caro siempre a cierto Madrid cursi, flácido y bobaliconamente transversal. Porque solo desde la interiorización del relato nacionalista se puede mercadear con esa mercancía tarada, la que pasaría por el llamado pacto fiscal y un blindaje del monolingüismo vernáculo en todos los ámbitos.
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Dos obsesiones, monopolio exclusivo de la germanía local en la vida pública y privilegios tributarios parejos a los vasco-navarros, mucho más relacionados entre sí de lo que se tiende a pensar. Al punto de que la materialización del uno sin el otro haría inviable en la práctica la consumación del proyecto del catalanismo contemporáneo. Y es que nadie ignora en sus salas de máquinas que la extensión del concierto vasco acarrearía, y a muy corto plazo, la vuelta de los flujos migratorios procedentes de Andalucía. Lo saben inevitable y la mera idea les aterra. La fijación de la población al territorio en el mediodía español ha sido la contrapartida invisible de las transferencias fiscales del Norte hacia el Sur a partir de la década de los ochenta. Si eso se acabara, o se limitase de modo significativo, el trasiego humano en sentido inverso tornaría a reactivarse igual que a mediados del siglo XX.
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Pero con una notable diferencia: hace seis décadas arribó a Cataluña mano de obra con destino a las viejas cadenas de montaje de la vieja era industrial. Ahora, en cambio, arribarían legiones de universitarios sobrecualificados a pugnar por un empleo con el preciado autóctono. Nada nuevo, por lo demás. Al cabo, no otra es la clave oculta sin la cual resulta imposible comprender una de las fijaciones más profundas del catalanismo político desde su mismo origen. Me refiero esa obsesión recurrente de los nacionalistas con el asunto del idioma. Sucede que el catalán no alcanzó el que habría sido su sino histórico, o sea la extinción y el olvido, precisamente por su inopinada utilidad como arma económica cuando, de pronto, sirvió para distinguir entre los nativos y los forasteros.
http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-garcia-dominguez/
Cataluña, conviene no olvidarlo, constituye uno de los mayores melting pot de Occidente. Aquí, todos somos charnegos si se rasca un poco hasta la tercera generación. Como suele repetir Jesús Royo Arpón, "Cataluña quizá sea milenaria, pero los catalanes somos unos recién llegados desde otra parte". De ahí que la lengua, más allá de romanticismos letraheridos, cumpla siempre, ahora igual que antes, la muy precisa función de un arancel invisible frente a la competencia procedente del exterior. La complicidad de las clases medias autóctonas con un programa político tan abiertamente egoísta y sutilmente xenófobo como el que encarna Junts pel Sí tiene mucho que ver con esa funcionalidad inconfesable. Por eso la insistencia permanente con la cantinela del blindaje cultural: quieren otro arancel Cambó. Y lo volvería a pagar Andalucía.
http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-garcia-dominguez/
http://www.libertaddigital.com/opinion/jose-garcia-dominguez/cataluna-por-que-no-hay-que-ceder-con-los-separatistas-76858/
 
Lo he puesto en otro hilo, pero merece la pena conservar estos tuits también en este.

Luis del Pino en Twitter hablando de las maniobras de los servicios secretos en España para controlar los procesos políticos.

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Del federalismo y otras cataplasmas
20/10/2015 por Joaquín Leguina Herrán

Nada más escuchar el desafío de Artur Mas a la Constitución se empezaron a oír las consabidas voces de los biempensantes reclamando diálogo. “Estas cosas se arreglan dialogando”, dijeron.

¿Quién puede oponerse a tales intenciones pacificadoras? ¿Quién será tan desalmado como para negarle la palabra a un adversario político? Está bien, dialoguemos. ¿Sólo sobre la escasa parte del salchichón competencial que le queda al Estado en Cataluña? ¿No sería mejor dialogar sobre la parte del salchichón que ya se han merendado los nacionalistas y también sobre su inveterada costumbre de saltarse las leyes y las sentencias judiciales? El día en que el Estado toleró que la Generalidad se saltara una ley o una sentencia se le abrió la puerta a la peste separatista que hoy padecemos.

Pues si no se puede hablar de todo y sólo se pretende dialogar sobre las nuevas reivindicaciones nacionalistas para buscar –siempre en torno a esas demandas- un nuevo “encaje” de Cataluña en España no se trataría de un diálogo abierto, sino de la redacción de un acta de rendición a firmar por el Estado.

Al fin y al cabo, dirán los dialogófilos, es preciso “conllevarse”, como ya anunció Ortega en 1932. Dialoguemos, pues, y busquemos un “encaje” que posibilite la “conllevanza”. Y qué mejor receta para el “encaje” y la “conllevanza” que proponer urbi et orbe un “nuevo federalismo”. Por supuesto, asimétrico, que en roman paladino quiere decir: “lo mío, mío y lo tuyo a pachas”. Al fin y al cabo –como dirían los partidarios del diálogo- un buen acuerdo es aquel en el cual ninguna de las partes queda satisfecha. Pero este axioma es más que discutible, pues hasta ahora cualquier insatisfacción real o inventada de los nacionalistas ha conducido, de inmediato, a elevar las demandas separatistas unos escalones más arriba.

Un obstáculo para resolver el problema es el empeño en seguir pensándolo con categorías caducas, ambiguas y a la postre inútiles. Esas categorías son “conllevanza”, “encaje” y “catalanismo”. Por el bien de catalanes y españoles espero que el diálogo entre el Gobierno y los separatistas no se produzca.

El mayor error, moral y estratégico, que el Estado ha cometido en su política catalana ha sido confundir siempre a Cataluña con sus élites nacionalistas, otorgándoles el monopolio de la representación de toda la sociedad catalana, al punto de permitir que sus ideas se instalaran cómodamente en Cataluña como corrección política.


http://www.joaquinleguina.es/del-federalismo-y-otras-cataplasmas
 
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