ESPAÑA EN JUEGO: DISGREGACIÓN, CONFEDERACIÓN, UNIÓN FEDERAL O UNIÓN JACOBINA

Para Las Navas,

Item plus, con respecto a lo anterior.

1) Hay un bando abdicacionista en el mundo político, mediático y dinerario que quiere un "cambio tranquilo" y algunas reformas del Régimen del 78, un poco de refuerzo en la cohesión del Estado y embridar el cachondeo autonómico. Gente de centro-derecha.

Yo diría que el modelo número uno está predestinado al fracaso. Una vez que se quiera tocar y reformar la cosa, los "reformantes" se verán desbordados, según el modelo de "too little, too late", y la reivindicación de modelos más audazmente reformistas se podría ampliar y cobrar más entidad y protagonismo.

2) Hay otro bando abdicacionista en el mundo político, mediático y dinerario que quiere el modelo "austracista", o sea, liquidar el Estado-nación e ir a una monarquía "confederal, plurinacional" y blablabla. Gente de izquierdas y nacionalistas de provincias de derechas y de izquierda. También hay algún sector pepero dispuesto a esto con tal de seguir en el machito.

Esa se la he oído hace tres o cuatro días a Felipe González (entre otros), y si los que proponen y apoyan el modelo son identificados con los partidos mayoritarios, supongo que los mandarán a tomar por retambufa, entendiendo por ello que tampoco habría sensación de "I got satisfaction" con ese cambio. Pienso que cualquier modelo que conserve la monarquía, y en visto del enorme desprestigio de ésta, no resolverá.

Con un par de torpedos más a la línea de flotación de culogordo y la mutante-del-bombo, se empezará a percibir que ese no es el camino y se animarán las otras opciones... y a partir de ahí veríamos :):):)

Suena mucho a wishful thinking? a deformación por los ejemplos en el morerío? Es que habiendo visto de cerca las primaveras árabes, tengo tan reciente la evidencia de que llega un momento en que la gente dice lo de "too little, too late", que se pasa a pedir más, y al final lo consigue, que espero y no me parece imposible que se diera aquí también.
 
Otra cosa, entre los defensores del heredero que piden la abdicación del rey hay personas que se tirarían de los pelos si el principito cede a las demandas del grupo 2ª.
 
Y cuando esté ya para caer gracias a esos, monto un bonito movimiento cívico, o una Primavera Ibérica, presuntamente "espontáneos", y pongo en el debate público la opción de la república unitaria, jacobina (no caerá esa breva...)

Y yo me dejaré manipular tan a gusto siempre que ello propicie la caída da nuestra querida breva :)

Hay tanta convulsión precisamente porque estamos en plena pelea entre los tres bandos. Todos contra todos. El momento clave será tras las próximas elecciones generales.

Me parece demasiado tiempo, de verdad. En tres años esto puede saltar por los aires, no precisamente por razones sólo españolas, per creo que ´habría que actuar antes.

Probablemente lo que salga de ahí sea una España ingobernable y será el momento de dar el golpe de mano.

Yo creo que se puede volver ingobernable antes.

En cuanto al Borbón hijo, mi convicción es que sí. Que ése se sumaría a eso. De hecho el entorno que vela por sus intereses ya lleva tiempo coqueteando con ese espantajo, al que denominan con sonoros nombres: "pacto bajo la Corona", "modelo austracista", etc. Su propia madre, la Reina Sofía, cometió la indiscrección de decir una vez que si eso era "una solución", pues ellos lo aceptarían...

Se sumarían a cualquier cosa con tal no dejar el trono. Debieron jurar a la salida de Estoril, como Scarlett O'Hara, que "nunca más volverían a..."

No, si yo predicarla la predico también, y en territorio comanche, además.

En algún momento se oirá, aunque sólo sea porque es intrínsecamente mejor, más democrática, más civilizada, más justa.

Pero de momento somos como "la voz que clama en el desierto: Allanad los caminos del Señor".

Uy cuantos ánimos me da tu frase!!! :):):) Mira que lejísimos se llegó después del clamor en el desierto :):):)
 

Suena mucho a wishful thinking?...

No, no. Yo estaría bastante de acuerdo, con matices.

Yo también creo que el bando 1 está muerto y aún no se ha enterado. Es el bando zombi de esta fiesta.

En cuanto a la continuidad de la monarquía o no, yo la apuesto a lo que decidan los servicios secretos españoles. Hasta ahora la han apuntalado sin fisuras y han sido a menudo su guardia pretoriana en la sombra. El Rey ha cultivado mucho su relación con el "criptopoder", como llamaba Norberto Bobbio al poder de las agencias de información e inteligencia.

Pero... el hijo ha estado demasiado ocupado con su círculo de pijos ociosos y de putas de book como para ocuparse de frecuentar al poder que controla las cañerías del Estado. Y tengo el pálpito de que la influencia de EEUU sobre los servicios españoles vuelve a ser otra vez fuerte, como lo fue en el tardofranquismo. Y en EEUU están preocupados por el hundimiento del Régimen del 78 y últimamente desde allí no paran de pegarles tortas mediáticas a la Casa Real....
http://www.libertaddigital.com/espa...orreos-entre-urdangarin-y-corinna-1276483000/

En resumen, que como desde allí y desde el criptopoder de aquí den por amortizada a la monarquía, ya pueden ir preparando el exilio.

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Otra cosa, entre los defensores del heredero que piden la abdicación del rey hay personas que se tirarían de los pelos si el principito cede a las demandas del grupo 2ª.

Si pero esos son el bando Walking Dead, los que están muertos y todavía no se han dado cuenta....

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Me parece demasiado tiempo, de verdad. En tres años esto puede saltar por los aires, no precisamente por razones sólo españolas, per creo que ´habría que actuar antes.
Yo creo que se puede volver ingobernable antes.

Todos juegan con el escenario de las elecciones a la vista y con eso andan trazando sus estrategias. Los catalanistas posiblemente empiecen a liarla parda a partir del año próximo, por aquello de animar el cotarro hasta la traca electoral.

Pero, por supuesto, siempre pueden ocurrir cosas que te desbaraten el escenario y aceleren, o ralenticen, la partida.
 
Y tengo el pálpito de que la influencia de EEUU sobre los servicios españoles vuelve a ser otra vez fuerte, como lo fue en el tardofranquismo. Y en EEUU están preocupados por el hundimiento del Régimen del 78 y últimamente desde allí no paran de pegarles tortas mediáticas a la Casa Real....
Yo creo que si Juan Carlos se ha mantenido intocable 40 años es porque supo ganarse la confianza de Washington como su hombre para mantener los intereses norteamericanos en este área: control del Estrecho, país escala para sus operaciones de control energético en Oriente Medio etc.

España es un país no soberano y periférico, no está en posición de elegir su destino unilateralmente: los intereses de las potencias serán lo primero que habrá que tener en cuenta a la hora de saber qué va a pasar en este área.
 
Yo creo que si Juan Carlos se ha mantenido intocable 40 años es porque supo ganarse la confianza de Washington como su hombre para mantener los intereses norteamericanos en este área: control del Estrecho, país escala para sus operaciones de control energético en Oriente Medio etc.

España es un país no soberano y periférico, no está en posición de elegir su destino unilateralmente: los intereses de las potencias serán lo primero que habrá que tener en cuenta a la hora de saber qué va a pasar en este área.

Este es el punto. Y por eso el hijo lo tiene chungo: ha sido un ocioso que no se ha trabajado ninguno de los apoyos que han hecho a Juan Carlos intocable: ni el Imperio yankee ni las cañerías del Estado en casa. Titanic siempre dice -medio en broma, medio en serio- que cómo es posible que mamá Sofía no se lo haya llevado nunca con ella a las reuniones del Club Bilderberg, a ver si se hacía un hombrecito... Y concluye que muy modorro tiene que ser el niño para que su madre no se haya atrevido a presentarlo a sus contactos.

Y sí, aquí para hacer un cambio de régimen tenemos que pedir permiso a alguna potencia. O mejor, tenemos que hacerlo monitorizados por alguna de ellas.

Eso es lo que hay.
 
A nivel interno, estatal...la sensación que da es que a la muerte del juancarlismo aquí va a existir un vacío de poder. Por lo que estamos viendo da la sensación de que nadie percibe que el hijo tenga entidad para llenarlo y se están tomando posiciones para trinkar ventajas o posiciones cara al nuevo sistema o situación. Las élites regionales, la izquierda, los de más allá...están a ver que pueden trinkar aprovechando que el perro está débil y flaco. Ese es el mar de fondo y el río revuelto que baja.
 
Supongo que debe haber un quinto modelo, porque es el que me mola y debe molar a bastantes más:

5) Los habemos que queremos ir a modelo republicano unitario presidencialista, es decir, república con ciudadanos iguales sin privilegios de ningún tipo (a abolir el concierto vasco y el amejoramiento navarro), y donde el jefe del Estado sea la misma persona que el presidente del gobierno.

Hombre, el modelo de la Tercera España.

Pero la Tercera España ha sido la puñetera perdedora del último siglo y medio. Y sigue siéndolo. No tiene ningúna visibilidad en el presente. En otros tiempos las Dos Españas la hostigaron, hoy la ningunean. Como si no existiera.

En el foro de la Monarquía Española el personal anda dedicando loas a este artículo. Segundo-republicanismo puro, neo-frentepopulismo: comecuras, comederechistas, apelación al choque entre las dos Españas... Sí, le toca las pelotas al Borbón joven, a Don Letizio, pero hoy tampoco hace falta ser muy gallo para eso. La veda se ha abierto y es fácil disparar bravuconadas en un artículo.
http://www.publico.es/453652/no-seras-rey-felipe

A mí estos sedicentes republicanos me deprimen más que los monárquicos a machamartillo. Porque ellos son los peores enemigos para la causa republicana integradora y democrática. Gente que en vez de beber de los teóricos del Neorepublicanismo actual, en vez de mirar al modelo estadounidense, al francés, bebe de los mitos más negros del frentismo entre las dos Españas y miran al modelo que la II República, que acabó con una Guerra Civil y una nación al borde de la desintegración.

En fin, de vez en cuando alguna voz de la Tercera España. Y hasta con un toque de esperanza (¿demasiado optimista?) al final...


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Nosotros los republicanos

Javier Castro-Villacañas


Ser republicano en la España del siglo XXI no es nada sencillo
. Es fácil ser partidario de la Segunda Republica, los llamados 'segundorepublicanos', nostálgicos del ayer atrincherados en una batalla perdida, levantando banderas de un pasado que, salvo a los historiadores, ya no interesa a casi nadie.

También es cómodo ser republicano independentista catalán, vasco o gallego. Estas personas se caracterizan porque no tienen el más mínimo interés por conseguir una república para España y sí su desaparición. Además, forman parte del 'establishment' nacionalista y, por tanto, son piezas integrantes de nuestro actual régimen político.

Luego están los 'antijuancarlistas' a secas. Estos, en realidad, son monárquicos tradicionales que desprecian todo lo republicano y con ello, los logros innovadores que ha traído consigo la monarquía de Juan Carlos I. Y, por último, nos encontramos con ese extraño espécimen hispano (único en la fauna política mundial) que se autodefine como 'mitad monárquico y mitad jacobino', confesando estar poseído por una contradicción existencial al compaginar un alma republicana dentro de un cuerpo 'juancarlista'.

Todas las anteriores son actitudes políticas que, en la actualidad, están bien vistas y hasta se consideran políticamente correctas. Sin embargo, unir el pensamiento republicano a la elección directa por el pueblo del jefe del Estado, un riguroso respeto por la división de poderes, el mantenimiento de la unidad nacional y entender la democracia como un sistema representativo de libertad política se hace mucho más complicado. Y todavía más cuando mediáticamente se confunde la defensa de la república con alguno de los posicionamientos políticos descritos al principio. Y es que lo difícil hoy es ser y propugnar un republicanismo auténticamente democrático y español.

Por eso, no es extraño que en la opinión pública española exista un importante sector que manifieste recelo hacia todo lo republicano. No tanto por los errores históricos de nuestras dos experiencias anteriores -bastaría recordar que tanto la I como la II República fueran consecuencia de sendas catástrofes anteriores de regímenes monárquicos-, sino sobre todo porque los únicos que hasta ahora han monopolizado las propuestas para la construcción de un sistema no monárquico son en su mayoría fantasmas de un ayer imposible.

Levantar las banderas del 14 de abril para la república del siglo XXI es más que una anécdota, es un error político. Nos volveríamos a enredar en un bucle de pesadilla, una tela de araña que terminaría por autodestruirnos. Los pueblos nunca quieren volver hacia el pasado y sí construir un mañana en libertad. Unir el concepto de república a un programa político partidista e ideologizado es el mayor beneficio que se puede hacer a favor de la monarquía.

España siempre ha sido un país de aguas subterráneas. Debajo de la actual crisis política y económica que estamos padeciendo se percibe el latir de un movimiento regenerador y democrático. Es el corazón de nuestra nación que quiere seguir existiendo. Sus índices de intensidad son aún leves y casi imperceptibles. Pero está ahí. Y quiere salir a la superficie.


http://www.elmundo.es/elmundo/2013/04/13/opinion/1365884867.html



 
Hombre, el modelo de la Tercera España.

[...]

En fin, de vez en cuando alguna voz de la Tercera España. Y hasta con un toque de esperanza (¿demasiado optimista?) al final...

Acompaño al autor en su optimismo :) Yo sí creo que la tercera voz se hará oir, aunque sólo sea porque las dos otras voces huelen a añejo, a años 30 del siglo XX. Tampoco necesita la gente un doctorado para entender que las circunstancias de aquella etapa histórica y la presente son tan diferentes como para obligar a que el resultado sea muy diferente también, si nueva república hubiera. Se necesita pasar mucha información, para que la idea de una república moderna se abra camino y la ciudadanía pueda por lo menos leer e informarse sobre esa opción. Si no es así se deja el campo libre a los comecuras, frentepopulistas y extremas derechas descerebradas.

Como le comenté a Tercera en el foro de la monarquía, estuve un rato en la manifestación del 14 de abril convocada por las JJCC. Se me ocurrió, demasiado tarde para poderle poner remedio, que a esas manifestaciones, cuando existan, habría que asistir con banderas constitucionales, pasando el mensaje de que los símbolos de la 2ª Repúbica, por no unificadores, se podrían dejar de lado, y que bajo los símbolos constitucionales se puede unir más gente, por esa república para ahora, dentro de la UE, que no se parecería en nada a la 2ª de tristes destinos.

Ojalá haya tiempo para que el concepto de la 3ª República, apoyada por la 3ª España, se abra paso, sin que otros acontecimientos atropellen la realidad y nos encontremos con culogordo entronizado.

:):):)
 
La Tercera España

Lydia Morales

Fue el intelectual portugués Fidelino de Figueiredo quien acuñó el término de as duas Espanhas para referirse a la confrontación que envenenó nuestra historia en los siglos XIX y XX y que estuvo a punto de causar la destrucción de este viejo ente histórico y político cuyas raíces se hunden en Roma y que fue nominado por ella como Hispania. La primera España es la que identifica las esencias patrias con el catolicismo, la monarquía, las posiciones tradicionalistas, una interpretación parcial e idealizada de la historia de España y una acción política tendente a mantener esas supuestas esencias y evitar el cuestionamiento de las mismas. La segunda España es el reactivo virulento de la primera: anticatólica y a menudo antirreligiosa, republicana, pretendidamente abanderada del ‘progreso’, con una interpretación negativa e igualmente parcial de la historia de España y una acción política tendente a dinamitar las esencias de su rival tradicionalista aun al precio de la traición y de la alianza con los enemigos de España. Las tensiones entre estas dos visiones enfrentadas han colocado al más antiguo estado-nación de Europa al borde del abismo histórico en diversos momentos.Ahora se intenta hacerlas renacer en medio de un contexto político y cultural lleno de señales inquietantes.

El enfrentamiento de las dos Españas como característica de nuestra historia enlos dos últimos siglos, siendo real, no deja de ser también una simplificación.Y lo es porque ante el dualismo cainita siempre ha habido quienes han postulado una Tercera España superadora de esa dialéctica suicida. Una España, por ejemplo, que frente al nacionalismo tradicionalista y al internacionalismo -hoy ‘multiculturalismo’- apátrida opte por un patriotismoimpregnado de cosmopolitismo occidentalista. Que frente a la pugna entre el catolicismo y el ateísmo nihilista prefiera un aprecio no dogmático por las herencias clásica y judeocristiana de nuestra civilización. Una España que contemple la historia patria ecuánimemente, sin contaminar sus grandezas y sus miserias de filias ni de fobias. Una España, en fin, que frente a la monarquíaincivil y la república cantonalista o sectaria, defienda las libertades políticas e individuales, la unidad y el bien común ya sea bajo la forma de una monarquía o de una república.

La vida civil de los españoles incardinados en la Tercera España ha sido siempre precaria. Han sufrido la animadversión unánime de los dos bandos cainitas y sus ideales han resultado derrotados una y otra vez, arrollados por el sectarismo y por los enconos fratricidas. Hoy las metas e ideales de esa TerceraEspaña siguen pareciendo irrealizables. Existe una minoría social que buscarepetir la vieja confrontación de las dos Españas a pesar de que lascircunstancias son muy distintas a las del pasado. La Iglesia católica tiene unpeso político pequeño en la España de hoy. Menos influencia tiene todavía lautopía marxista: la famélica legión se ha tornado consumista. El ‘progresista’de hoy es nihilista, pero persigue el buen vivir burgués y adora al dinero.Rebajada la influencia de los dos grandes dogmatismos de nuestra historia reciente, parecería que la Tercera España tiene mejores condiciones para consolidarse y ofrecer un nuevo ideal político a una sociedad invertebrada. Pero para que eso no ocurra se ha azuzado oportunamente la dialécticairracional del encono entre ‘la izquierda’ y ‘la derecha’, entre los ‘progres’y los ‘fachas’. En esas etiquetas superficiales y caricaturescas cabe, encontradictorio apelotonamiento, cualquier banalidad. Con todo, ‘la izquierda’ y‘la derecha’ españolas coinciden en algo fundamental a pesar de la inquina excluyente que mutuamente parecen profesarse. Ambas creen por igual en la primacía de loeconómico sobre lo político (aunque sus ideas sobre lo económico seandiferentes). Y ambas comparten el desinterés por la forja de una res publica sólida y eficaz que garantice las libertades políticas y personales frente aquienes las atacan, ya sean despotismos partitocráticos, caudillos tribales,plutócratas al margen de la ley, medios de masas manipuladores, jueces queprevarican o aparatos de inteligencia sin control.

Decía Ortega y Gasset, con duras palabras, que “ser de la izquierda es, como ser de la derecha, una de las infinitas maneras que el Hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas son formas de la hemiplejía moral”. En la España de hoy, en mayor grado incluso que en la de ayer, “la persistencia de estos calificativos contribuye no poco a falsificar más aún la ‘realidad’ del presente, ya falsa de por sí…” (1). ‘Izquierda’ y ‘derecha’ son lasmáscaras y las etiquetas con que se pretende mantener viva entre nosotros lafractura dualista que impide la amistad cívica y la cohesión del cuerpo social. Al contrario que en otros países, en España esas etiquetas son un ‘último término’ más allá del cual no hay ningún espacio para unos valores políticos,sociales y éticos compartidos. Las consecuencias desastrosas que tiene este hecho sobre nuestra vida colectiva están a la vista de todos.

Aunque el mismo Ortega señaló que “a veces son las cosas de tal condición que juzgarlas con sesgo optimista equivale a no haberse enterado de ellas” (2),todavía algunos mantienen la esperanza de que la Tercera España pueda abrirse camino algún día entre las confrontaciones cainitas. Ella proporcionaría una visión nacional “integradora y tolerante, receptiva a lo extranjero pero amante de su pasado, abierta al futuro pero consciente de sus raíces históricas” y una concepción de lo político más allá del sectarismo,el pragmatismo mal entendido y la primacía de lo crematístico. Esa visión nacional y esa concepción de lo político, lejos de ser cuestiones superadas, constituyen un desafío para el futuro. Ellas son “una tarea pendiente, dotada de la suficiente relevancia como para inflamar a una nación profundamente necesitada del calor que sólo proporciona la llama del ideal”. Hasta hoy la Tercera España “se ha visto derrotada en sus metas más grandiosas e imprescindibles. Pero el mañana, como dijo el poeta, no está escrito” (3).

(1) JoséOrtega y Gasset: La rebelión de las masas, prólogo de 1937,Alianza, Madrid, 1980. (2) JoséOrtega y Gasset: España invertebrada, prólogo de 1922, Alianza,Madrid, 1981.(3) CésarVidal Manzanares: La Tercera España, Espasa-Calpe, Madrid, 1998.

http://www.aragonliberal.es/noticias/noticia.asp?notid=16891
 

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