Pues el cine es más fácil aún piensa que una vez que se apaga la luz estás a ver una historia, da igual con quien hayas ido no estás para charlar.
Estaba yo una vez en una matinal y no había nadie en el cine, nadie, aparte de una servidora y dos señoras mayores de estas de permanente azulada. Cuando terminaba la media hora de publicidad, ya oscuro, entra un tío y se sienta al lado de mí. No habría sitio y se tenía que sentar ahí... No dio la lata, no hizo ni dijo nada, pero yo me pasé toda la película irracionalmente enfadada con él. Se acabó la película, se encendieron las luces y era Rupert Everett. Guapísimo. Luego me enteré, vía una entrevista, que era costumbre suya ir al cine a matinales porque no hay casi nadie y no al centro porque es más barato en los barrios (esto fue en el Odeon de Swiss Cottage, más barato que los del centro, y la película creo recordar que fue ‘Atonement’ (‘Expiación’ en España?). Lástima que dadas sus inclinaciones no atacase.