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Vengo a este hilo a desahogarme, porque sin ser fan de Encarna Sánchez, me revuelve las tripas el nivel de mezquindad y demagogia que se utiliza para criticarla, cobardemente, aprovechando que no tiene defensa posible.
Voy a mencionar algunas de las críticas más frecuentes y comentarios más típicos que se hacen contra ella, y aporto mi punto de vista al respecto. Insisto, no soy una fan. De Encarna, amiga de mafiosos, prepotente y chulesca, tengo el recuerdo de cuando era pequeña y mi madre ponía la radio y ahí estaba ella, y me atraía su fuerza y la pasión con la que hablaba, aunque no entendía mucho de lo que decía.
A pesar de todo, me parece lamentable que todos los perfiles que leo sobre ella siempre obvian el bien que hizo, y se entretienen en sus momentos más bestias. No sería una santa, está claro que no, pero Jiménez Losantos vierte más veneno en diez segundos de cualquiera de sus mañanas radiofónicas que lo que puedo soltar Encarna en cuarenta años de profesión.
- Era una lesbiana reprimida e infeliz, que odiaba su sexualidad, y engañó a todo el mundo escondiéndola, ella que iba de transparente y de contar la verdad siempre.
En los setenta y ochenta en España no había absolutamente nadie fuera del armario. Lo diré otra vez: nadie. Los únicos mariquitas declarados eran artistas masculinos que trabajaban en el cabaret, tipo Moncho Borrajo y similares, y los transformistas que imitaban a Lola Flores. De aquella época no hay ninguna mujer lesbiana que lo fuera declaradamente. Ninguna he dicho.
Encarna además trabajaba para una radio ultraconservadora, pero es que aunque no fuera así, si hubiese salido del armario su carrera se hubiese ido al carajo porque el público jamás se lo hubiese dado por bueno. España es gayfriendly desde hace aprox. diez minutos, y a pesar de ello sigue habiendo en la actualidad una infinidad de artistas (y futbolistas) y de famosas lesbianas que no han salido del armario todavía. Las que se acostaban con Encarna, sin ir más lejos, y la señora de la patadita en la playa, seguimos a la espera. Sin embargo, nos asombra que hace cuarenta años Encarna no saliera del armario. Venga ya.
De su misma época, igual de metidos en el armario que Encarna, estaba también Jesús Vázquez, ídolo de quinceañeras que presumía de machote y de ligar con todas en su programa de la tele. Hay una entrevista suya con Raffaella Carrà en la que sudaba a mares y explicaba que estar junto a una tía buena lo ponía malísimo. En realidad no salió del armario hasta que no se vio metido en un caso de corrupción de menores, del que luego salió absuelto, pero el caso es que ya se vio descubierto. Lo mismo que Jorge Cadaval. Seguimos a la espera de que llamen cobarde y reprimido a Jesús Vazquez, igual que a Ricky Martin, que fue otro de la época que también vendió su extrema heterosexualidad para forjarse una carrera de éxito.
En ese tiempo se hacía así, y en realidad se sigue haciendo porque realmente del armario han salido el dos por ciento de los que son, estoy segura.
Por otra parte, de reprimida e infeliz nada de nada. Se lo comió todo, se llevó a la cama pibones increíbles, mujeres diez y hacía de su capa un sayo. Conoció el amor y por lo visto en la cama era una fiera. Si hubiese sido un hombre, le daríamos perfil de triunfador y de vividor. Como es una mujer y encima lesbiana, a machacarla.
- Su publicidad era falsa y hacía como que usaba los productos que publicitaba pero era todo mentira.
Este argumento me pone especialmente de mal humor. ¿En serio me estáis diciendo que ningún famoso del universo ha publicitado cosas que en realidad no usa? ¿Eso lo inventó Encarna Sánchez? ¿Este es el nivel? ¿En el resto de cadenas de radio y de televisión, todo el mundo usaba meticulosamente aquellos productos que anunciaban, plenos de honradez e intachable sentido del honor? ¡Anda a la mierda!
Esto se le echaba en cara a Encarna porque era la puñetera reina de las publicidades. Los mejores contratos publicitarios se los llevaba ella, y el resto de las cadenas estaban que trinaban. Pura envidia, ni más ni menos.
- Era malvada y atacaba y hundía a quien le daba la gana aprovechando el poder que tenía, cuando se ponía delante del micro era terrible.
Sin duda tenía unas formas nada diplomáticas. Pero me fastidia que pongan hasta la saciedad los audios soltando burradas de Encarna, pero nunca pongan el ataque inicial. Porque Encarna no se fundía a nadie porque sí, normalmente sus ataques eran en realidad defensas. Por ejemplo se han hartado de ponernos el audio de Encarna llamando imbécil a Concha García Campoy, pero no ha habido ovarios a poner el audio de Concha García Campoy llamando a Encarna "esa señora detestable".
La mayoría de los ataques que recibía eran por envidias o rivalidades profesionales, y les paraba los pies a todos, uno por uno. Fue líder de audiencia en todos los formatos que tocó, lo mismo en la madrugada que en las tardes, y forjó un modelo radiofónico que no existía y que después le han copiado todos, sobre todo los que tanto la atacaban.
- Cuando intentó parar a cualquier precio el programa de fin de año de Martes y Trece para evitar que se viera su sketch con I. Pantoja, dejó clara su prepotencia y lo mafiosa que era.
Yo tengo mi propia teoría sobre lo que pasó ahí. Encarna Sánchez era un grano en el culo del gobierno socialista. Algún ministro la tenía demandada, como Rafael Vera, pero ella no se callaba, estaba hablando sin freno de los casos de corrupción de los socialistas y tocando las narices de muchos peces gordos, y a Encarna la escuchaba España entera. Hacía además sus propias investigaciones con su propio equipo, y sacó a la luz varios escándalos que los otros medios silenciaban y que debieron ponerla en la diana de enemigos muy serios.
La forma de desactivarla presuntamente según mis propias locas ideas fue atacarla en su punto débil, donde más le podía doler, que era exponerla como lesbiana, abrir ese melón para ver si la audiencia le daba de lado o perdía el micrófono. Martes y Trece tenía un contrato de put* madre con RTVE y hacían lo que se les mandaba, ni más ni menos. Presuntamente según mis locas ideas se les pudo encargar un sketch que no fuera denunciable, que no fuera obvio, pero que a la vez la ridiculizara y la expusiera con claridad. Y eso hicieron. ¿Dónde está la mafia aquí? Encarna por supuesto tenía sus métodos, pero no nadaba en un mar lleno de truchas, sino de tiburones.
- Encarna fue mala con los pobres periodistas y fotógrafos que no hacían más que ganarse la vida y sufrir sus iras.
A Encarna la tenían frita a chantajes todas las revistas del corazón de este país. Los paparazzi la perseguían para hacerle fotos comprometedoras con alguna mujer, incluso cuando se estaba muriendo de cáncer la acosaban para conseguir alguna foto suya calva o en mal estado. Luego las revistas le ofrecían pagar sumas millonarias para evitar que esas fotos llegaran a las portadas.
Además, algunos periodistas del corazón pasaban todos los meses por la Cope a recoger su sobre, 150.000 pesetas a cada uno a cambio de no hablar de su relación con I. Pantoja. Eso también se llama chantaje, y no es propio de buenas personas, me parece.
Al final, lo que se repite una y otra vez es el audio de Encarna llamando hijos de mala madre y deseándoles la muerte a esta banda de miserables que la acosaban. Pero nunca se habla de lo que tuvo que soportar por su parte, ni he oído a ninguno hacer un mínimo de autocrítica ni pedir disculpas.
- Encarna derrochaba su dinero de cualquier manera y además manejaba dinero negro que tenía escondido en casa, y sus cuentas eran de todo menos claras.
Se gastaba el dinero como le salía de las narices, y si le daba la gana alquilar un teatro entero para complacer a una amante, lo hacía, y era su dinero y podía hacer lo que le diera la gana. Anda que no son famosas las mariscadas multitudinarias de Julio Iglesias en su avión privado, y a nadie se le ocurriría ir a decirle "cómo se atreve este señor".
El dinero negro era moneda corriente en ese momento (¿ah, y ahora no?) y era normal que los toreros tuvieran dos contabilidades, la de España y la de América, y que por lo de América no cotizasen un céntimo, y era corriente que a los cantantes les pagaran un porcentaje en A y otro en B, y eran corrientes muchas cosas, hasta que un día cogieron a Lola Flores y se cebaron con ella para que el famoseo empezara a tomarse un poco en serio el asunto de la pasta, porque aquello era un sin dios. Y actualmente, a ver cuántos famosos no tienen un problema con Hacienda, qué lista tan pequeña es la de los que están limpios.
- Encarna era franquista pero bien que se hacía la demócrata durante la transición, y durante el golpe de estado nadó entre dos aguas para no pillarse los dedos.
Durante el franquismo aquí era franquista hasta el tato. Porque era eso, o estar en la cárcel, o en el exilio. No tengo duda que los que hoy van de sobrados y de luchadores por las libertades y se atreven a señalar con el dedo a Encarna, hubiesen sido más papistas que ella durante el franquismo si les hubiese tocado vivirlo.
Nadie muerde la mano que le da de comer, no conozco ningún locutor de radio que vaya contra las ideas del lobby que le alimenta. Ni en los tiempos de Encarna, ni en los actuales. Me parece muy miserable juzgar ventajosamente a la gente por sus ideas políticas, y por otra parte, hasta donde yo sé, Encarna no es la única derechona del reino, hay unos poquillos más.
Su mérito fue ser escuchada por gente de todas las ideologías, y sobrevivir a todos los vaivenes, gobiernos de derechas y de izquierdas, sin despeinarse.
Ya volveré por aquí si se me ocurre algún otro argumento fariseo que derrocar. De momento lo dejo. Me enfada el maltrato que se le da a una mujer que fue un genio en lo suyo, la verdad, de una lucidez y una fuerza inquebrantable, comunicadora de primera categoría, excelente trabajadora. Y me molesta muchísimo que se obvie todo el bien que hizo, todos los alquileres que pagó de su bolsillo, todo el dinero que prestó o regaló a desconocidos que se acercaban a contarle sus penas, todas las minutas de abogado que pagó a gente pobre cuando la justicia no era gratuita. Lo generosísima que era con sus amigos, con la gente de su equipo. ¿Esto no interesa contarlo? ¿No vale nada?
Estoy harta de que se utilicen siempre los mismos argumentos para ensuciar su imagen. No era una santa, pero hizo mucho bien a mucha gente. Si queremos ser justos, hay que contarlo todo, no solo la sombra, que también tenía mucha luz, maldita sea.
Voy a mencionar algunas de las críticas más frecuentes y comentarios más típicos que se hacen contra ella, y aporto mi punto de vista al respecto. Insisto, no soy una fan. De Encarna, amiga de mafiosos, prepotente y chulesca, tengo el recuerdo de cuando era pequeña y mi madre ponía la radio y ahí estaba ella, y me atraía su fuerza y la pasión con la que hablaba, aunque no entendía mucho de lo que decía.
A pesar de todo, me parece lamentable que todos los perfiles que leo sobre ella siempre obvian el bien que hizo, y se entretienen en sus momentos más bestias. No sería una santa, está claro que no, pero Jiménez Losantos vierte más veneno en diez segundos de cualquiera de sus mañanas radiofónicas que lo que puedo soltar Encarna en cuarenta años de profesión.
- Era una lesbiana reprimida e infeliz, que odiaba su sexualidad, y engañó a todo el mundo escondiéndola, ella que iba de transparente y de contar la verdad siempre.
En los setenta y ochenta en España no había absolutamente nadie fuera del armario. Lo diré otra vez: nadie. Los únicos mariquitas declarados eran artistas masculinos que trabajaban en el cabaret, tipo Moncho Borrajo y similares, y los transformistas que imitaban a Lola Flores. De aquella época no hay ninguna mujer lesbiana que lo fuera declaradamente. Ninguna he dicho.
Encarna además trabajaba para una radio ultraconservadora, pero es que aunque no fuera así, si hubiese salido del armario su carrera se hubiese ido al carajo porque el público jamás se lo hubiese dado por bueno. España es gayfriendly desde hace aprox. diez minutos, y a pesar de ello sigue habiendo en la actualidad una infinidad de artistas (y futbolistas) y de famosas lesbianas que no han salido del armario todavía. Las que se acostaban con Encarna, sin ir más lejos, y la señora de la patadita en la playa, seguimos a la espera. Sin embargo, nos asombra que hace cuarenta años Encarna no saliera del armario. Venga ya.
De su misma época, igual de metidos en el armario que Encarna, estaba también Jesús Vázquez, ídolo de quinceañeras que presumía de machote y de ligar con todas en su programa de la tele. Hay una entrevista suya con Raffaella Carrà en la que sudaba a mares y explicaba que estar junto a una tía buena lo ponía malísimo. En realidad no salió del armario hasta que no se vio metido en un caso de corrupción de menores, del que luego salió absuelto, pero el caso es que ya se vio descubierto. Lo mismo que Jorge Cadaval. Seguimos a la espera de que llamen cobarde y reprimido a Jesús Vazquez, igual que a Ricky Martin, que fue otro de la época que también vendió su extrema heterosexualidad para forjarse una carrera de éxito.
En ese tiempo se hacía así, y en realidad se sigue haciendo porque realmente del armario han salido el dos por ciento de los que son, estoy segura.
Por otra parte, de reprimida e infeliz nada de nada. Se lo comió todo, se llevó a la cama pibones increíbles, mujeres diez y hacía de su capa un sayo. Conoció el amor y por lo visto en la cama era una fiera. Si hubiese sido un hombre, le daríamos perfil de triunfador y de vividor. Como es una mujer y encima lesbiana, a machacarla.
- Su publicidad era falsa y hacía como que usaba los productos que publicitaba pero era todo mentira.
Este argumento me pone especialmente de mal humor. ¿En serio me estáis diciendo que ningún famoso del universo ha publicitado cosas que en realidad no usa? ¿Eso lo inventó Encarna Sánchez? ¿Este es el nivel? ¿En el resto de cadenas de radio y de televisión, todo el mundo usaba meticulosamente aquellos productos que anunciaban, plenos de honradez e intachable sentido del honor? ¡Anda a la mierda!
Esto se le echaba en cara a Encarna porque era la puñetera reina de las publicidades. Los mejores contratos publicitarios se los llevaba ella, y el resto de las cadenas estaban que trinaban. Pura envidia, ni más ni menos.
- Era malvada y atacaba y hundía a quien le daba la gana aprovechando el poder que tenía, cuando se ponía delante del micro era terrible.
Sin duda tenía unas formas nada diplomáticas. Pero me fastidia que pongan hasta la saciedad los audios soltando burradas de Encarna, pero nunca pongan el ataque inicial. Porque Encarna no se fundía a nadie porque sí, normalmente sus ataques eran en realidad defensas. Por ejemplo se han hartado de ponernos el audio de Encarna llamando imbécil a Concha García Campoy, pero no ha habido ovarios a poner el audio de Concha García Campoy llamando a Encarna "esa señora detestable".
La mayoría de los ataques que recibía eran por envidias o rivalidades profesionales, y les paraba los pies a todos, uno por uno. Fue líder de audiencia en todos los formatos que tocó, lo mismo en la madrugada que en las tardes, y forjó un modelo radiofónico que no existía y que después le han copiado todos, sobre todo los que tanto la atacaban.
- Cuando intentó parar a cualquier precio el programa de fin de año de Martes y Trece para evitar que se viera su sketch con I. Pantoja, dejó clara su prepotencia y lo mafiosa que era.
Yo tengo mi propia teoría sobre lo que pasó ahí. Encarna Sánchez era un grano en el culo del gobierno socialista. Algún ministro la tenía demandada, como Rafael Vera, pero ella no se callaba, estaba hablando sin freno de los casos de corrupción de los socialistas y tocando las narices de muchos peces gordos, y a Encarna la escuchaba España entera. Hacía además sus propias investigaciones con su propio equipo, y sacó a la luz varios escándalos que los otros medios silenciaban y que debieron ponerla en la diana de enemigos muy serios.
La forma de desactivarla presuntamente según mis propias locas ideas fue atacarla en su punto débil, donde más le podía doler, que era exponerla como lesbiana, abrir ese melón para ver si la audiencia le daba de lado o perdía el micrófono. Martes y Trece tenía un contrato de put* madre con RTVE y hacían lo que se les mandaba, ni más ni menos. Presuntamente según mis locas ideas se les pudo encargar un sketch que no fuera denunciable, que no fuera obvio, pero que a la vez la ridiculizara y la expusiera con claridad. Y eso hicieron. ¿Dónde está la mafia aquí? Encarna por supuesto tenía sus métodos, pero no nadaba en un mar lleno de truchas, sino de tiburones.
- Encarna fue mala con los pobres periodistas y fotógrafos que no hacían más que ganarse la vida y sufrir sus iras.
A Encarna la tenían frita a chantajes todas las revistas del corazón de este país. Los paparazzi la perseguían para hacerle fotos comprometedoras con alguna mujer, incluso cuando se estaba muriendo de cáncer la acosaban para conseguir alguna foto suya calva o en mal estado. Luego las revistas le ofrecían pagar sumas millonarias para evitar que esas fotos llegaran a las portadas.
Además, algunos periodistas del corazón pasaban todos los meses por la Cope a recoger su sobre, 150.000 pesetas a cada uno a cambio de no hablar de su relación con I. Pantoja. Eso también se llama chantaje, y no es propio de buenas personas, me parece.
Al final, lo que se repite una y otra vez es el audio de Encarna llamando hijos de mala madre y deseándoles la muerte a esta banda de miserables que la acosaban. Pero nunca se habla de lo que tuvo que soportar por su parte, ni he oído a ninguno hacer un mínimo de autocrítica ni pedir disculpas.
- Encarna derrochaba su dinero de cualquier manera y además manejaba dinero negro que tenía escondido en casa, y sus cuentas eran de todo menos claras.
Se gastaba el dinero como le salía de las narices, y si le daba la gana alquilar un teatro entero para complacer a una amante, lo hacía, y era su dinero y podía hacer lo que le diera la gana. Anda que no son famosas las mariscadas multitudinarias de Julio Iglesias en su avión privado, y a nadie se le ocurriría ir a decirle "cómo se atreve este señor".
El dinero negro era moneda corriente en ese momento (¿ah, y ahora no?) y era normal que los toreros tuvieran dos contabilidades, la de España y la de América, y que por lo de América no cotizasen un céntimo, y era corriente que a los cantantes les pagaran un porcentaje en A y otro en B, y eran corrientes muchas cosas, hasta que un día cogieron a Lola Flores y se cebaron con ella para que el famoseo empezara a tomarse un poco en serio el asunto de la pasta, porque aquello era un sin dios. Y actualmente, a ver cuántos famosos no tienen un problema con Hacienda, qué lista tan pequeña es la de los que están limpios.
- Encarna era franquista pero bien que se hacía la demócrata durante la transición, y durante el golpe de estado nadó entre dos aguas para no pillarse los dedos.
Durante el franquismo aquí era franquista hasta el tato. Porque era eso, o estar en la cárcel, o en el exilio. No tengo duda que los que hoy van de sobrados y de luchadores por las libertades y se atreven a señalar con el dedo a Encarna, hubiesen sido más papistas que ella durante el franquismo si les hubiese tocado vivirlo.
Nadie muerde la mano que le da de comer, no conozco ningún locutor de radio que vaya contra las ideas del lobby que le alimenta. Ni en los tiempos de Encarna, ni en los actuales. Me parece muy miserable juzgar ventajosamente a la gente por sus ideas políticas, y por otra parte, hasta donde yo sé, Encarna no es la única derechona del reino, hay unos poquillos más.
Su mérito fue ser escuchada por gente de todas las ideologías, y sobrevivir a todos los vaivenes, gobiernos de derechas y de izquierdas, sin despeinarse.
Ya volveré por aquí si se me ocurre algún otro argumento fariseo que derrocar. De momento lo dejo. Me enfada el maltrato que se le da a una mujer que fue un genio en lo suyo, la verdad, de una lucidez y una fuerza inquebrantable, comunicadora de primera categoría, excelente trabajadora. Y me molesta muchísimo que se obvie todo el bien que hizo, todos los alquileres que pagó de su bolsillo, todo el dinero que prestó o regaló a desconocidos que se acercaban a contarle sus penas, todas las minutas de abogado que pagó a gente pobre cuando la justicia no era gratuita. Lo generosísima que era con sus amigos, con la gente de su equipo. ¿Esto no interesa contarlo? ¿No vale nada?
Estoy harta de que se utilicen siempre los mismos argumentos para ensuciar su imagen. No era una santa, pero hizo mucho bien a mucha gente. Si queremos ser justos, hay que contarlo todo, no solo la sombra, que también tenía mucha luz, maldita sea.