Capítulo 5 del Diario por @Angostura
Capítulo 5
1ª Parte
Mirentxu
Los dos últimos meses de embarazo fueron puro sufrimiento para la pobre Cebolluca. Nadie lo entendía, Cebolluca tenía buen aspecto, comía bien y mucho, no padecía dolores de ningún tipo. Pero la Cebolluca y Pío guardaban un secreto, se oía una voz que procedía de la enorme barriga de Cebolluca, una voz de mujer adulta, esa voz no calló durante los dos últimos meses de embarazo de la Cebolluca. La primera vez que escucharon esa misteriosa voz se asustaron mucho mis bisabuelos. Fue tal el terror que mi bisabuela acudió a una famosa Meiga de Pontevedra, la sabia mujer no daba crédito a lo que escuchaba, hasta que se acercó a la barriga de Cebolluca y pudo oír una voz profunda y cristalina que decía:
_Don Pedrito, el brandy que tiene don.
La meiga saltó hacia atrás, e hizo el signo de la cruz con los dedos y echó a Cebolluca.
Pío estaba muy atemorizado, y propuso acudir a un sacerdote:
_Mi morena, deberíamos pedir consejo a algún sacerdote.
_¡No!
_Recapacita, no podemos dormir con esa voz, de noche es insoportable
La respuesta de Cebolluca fue lanzarle un bote de leche condensada. El Prepa se marchó a dar un paseo con Blas, el majestuoso y noble mastín que adoraba al Prepa, estuvieron paseando por las afueras de la aldea. El Prepa lloraba por su estupidez, y debilidad. ¿Cómo podía haberse casado con la Cebolluca por algo tan simple como su habilidad para charlar? Las charlas duraban muy poco, el resto del día tenía que soportar su tempestuoso carácter. Su único consuelo era pasear al anochecer con Blas. Muchas noches el Prepa tenía que dormir en la caseta de las herramientas, en la parte trasera del jardín. Ni siquiera estaba seguro de ser padre de sus hijas, Cebolluca charlaba con muchos hombres.
Aquella noche Cebolluca durmió sola y de su barriga se podía escuchar:
_Usted debe cerrar la entrada al catarro crónico que es su enemigo. El insustituible Fimol Busto es el anticatarral por excelencia.
Boratalco Ausonia, polvos de talco boratado para la higiene de los niños y el aseo de los mayores.
Para adelgazar: Sabelin. El tratamiento eficaz e inofensivo para combatir la obesidad.
Y en unos minutos comenzaremos con nuestra radionovela: “El Rey de la Lágrima”
Y la voz comenzaba a radiar la novela, e incluso esa misma voz se hacía cargo de los efectos sonoros de la radionovela, imitaba el cabalgar de los caballos, sus relinchos, el sonido del viento, las olas, etc. Esto fue el colmo, la Cebolluca se levantó de un brinco, estaba gordita, pero era muy ágil:
_¡Ya no puedo más, no puedo más!. El prepa, por vez primera, tiene razón.
Le recomendaron un sacerdote especialista en exorcismos.
Don Crispín Laredo vivía como un eremita en una playa de Santander. Poseía una intuición especial, y no le falló cuando de lejos observó como la oronda figura de la Cebolluca se acercaba hacía él. Sabía que portaba el mal en su interior. El venerable sacerdote le dijo a Cebolluca que en cuanto diese a luz le entregase la criatura, él se haría cargo. La Cebolluca no opuso resistencia, en esa misma playa nació Mirentxu, La Voz, era un 16 de enero de 1928,
Cebolluca regresó a Saint Honoré aliviada.
Don Crispín intentó silenciar a la Voz, pero no pudo, en el curso de exorcismos no le habían enseñado este tipo de casos. Depositó a Mirentxu en un canasto y la dejó en la playa. La marea se hizo cargo del canasto de madera.
Doña Izascun y Don Antxón se encontraban reparando redes de pesca en Zarautz, con cerca de 60 años sus esperanzas de tener hijos se habían esfumado. Era un día sin bruma, y Antxón pudo ver a lo lejos el canasto de Mirentxu, raudo se subió a su bote de pesca y remó hasta alcanzar el canasto.
Una dulce carita, con ojos cansados y tristes, como de alguien que hubiese vivido muchas vidas, los observaba sonriente. Izascún y Antxón dirigieron sus miradas en dirección al monte Anboto, y rezaron una oración de agradecimiento a Mari, La Diosa. A Ella le habían suplicado tener hijos, y Ella respondió a sus suplicas con Mirentxu.
Cuando escucharon a Mirentxu recitar anuncios y radionovelas su alegría se duplicó. El bebé era mágico. La llevaron a casa y la alimentaron con marmitako hecho puré.
Fueron días felices para Izascún y Antxón. Mientras pescaba, Antxón se llevaba a Mirentxu, y cuando reparaban las redes la ponían cerquita. Les encantaba escuchar las radionovelas y los slogans, disfrutaban escuchando a la Voz.
Acudieron a una sorginak, sacerdotisa de Mari, para bendecirla. Antxón, fantástico buceador, consiguió dos enormes perlas para Mirentxu, (esas perlas las ha visto toda España), se procedió a la ceremonia o akelarre y de este modo bendijeron a mi abuela.
La niña creció sana y fuerte.
Continuará...
Mirentxu, la del vestidito blanco, en Zarautz.
En una casita así creció Mirentxu.
Don Antxon, el padre adoptivo de mi abuela Mirentxu.
las sacerdotisas que se encargaron del bautizo de mi abuela.
La Diosa Mari en la que creían Don Antxón y Doña Izascun.
Mirentxu jugando con un boquerón. Más tarde lo haría con boquerones humanos.
Mirentxu en un concurso de pesca.
Capítulo 5
1ª Parte
Mirentxu
Los dos últimos meses de embarazo fueron puro sufrimiento para la pobre Cebolluca. Nadie lo entendía, Cebolluca tenía buen aspecto, comía bien y mucho, no padecía dolores de ningún tipo. Pero la Cebolluca y Pío guardaban un secreto, se oía una voz que procedía de la enorme barriga de Cebolluca, una voz de mujer adulta, esa voz no calló durante los dos últimos meses de embarazo de la Cebolluca. La primera vez que escucharon esa misteriosa voz se asustaron mucho mis bisabuelos. Fue tal el terror que mi bisabuela acudió a una famosa Meiga de Pontevedra, la sabia mujer no daba crédito a lo que escuchaba, hasta que se acercó a la barriga de Cebolluca y pudo oír una voz profunda y cristalina que decía:
_Don Pedrito, el brandy que tiene don.
La meiga saltó hacia atrás, e hizo el signo de la cruz con los dedos y echó a Cebolluca.
Pío estaba muy atemorizado, y propuso acudir a un sacerdote:
_Mi morena, deberíamos pedir consejo a algún sacerdote.
_¡No!
_Recapacita, no podemos dormir con esa voz, de noche es insoportable
La respuesta de Cebolluca fue lanzarle un bote de leche condensada. El Prepa se marchó a dar un paseo con Blas, el majestuoso y noble mastín que adoraba al Prepa, estuvieron paseando por las afueras de la aldea. El Prepa lloraba por su estupidez, y debilidad. ¿Cómo podía haberse casado con la Cebolluca por algo tan simple como su habilidad para charlar? Las charlas duraban muy poco, el resto del día tenía que soportar su tempestuoso carácter. Su único consuelo era pasear al anochecer con Blas. Muchas noches el Prepa tenía que dormir en la caseta de las herramientas, en la parte trasera del jardín. Ni siquiera estaba seguro de ser padre de sus hijas, Cebolluca charlaba con muchos hombres.
Aquella noche Cebolluca durmió sola y de su barriga se podía escuchar:
_Usted debe cerrar la entrada al catarro crónico que es su enemigo. El insustituible Fimol Busto es el anticatarral por excelencia.
Boratalco Ausonia, polvos de talco boratado para la higiene de los niños y el aseo de los mayores.
Para adelgazar: Sabelin. El tratamiento eficaz e inofensivo para combatir la obesidad.
Y en unos minutos comenzaremos con nuestra radionovela: “El Rey de la Lágrima”
Y la voz comenzaba a radiar la novela, e incluso esa misma voz se hacía cargo de los efectos sonoros de la radionovela, imitaba el cabalgar de los caballos, sus relinchos, el sonido del viento, las olas, etc. Esto fue el colmo, la Cebolluca se levantó de un brinco, estaba gordita, pero era muy ágil:
_¡Ya no puedo más, no puedo más!. El prepa, por vez primera, tiene razón.
Le recomendaron un sacerdote especialista en exorcismos.
Don Crispín Laredo vivía como un eremita en una playa de Santander. Poseía una intuición especial, y no le falló cuando de lejos observó como la oronda figura de la Cebolluca se acercaba hacía él. Sabía que portaba el mal en su interior. El venerable sacerdote le dijo a Cebolluca que en cuanto diese a luz le entregase la criatura, él se haría cargo. La Cebolluca no opuso resistencia, en esa misma playa nació Mirentxu, La Voz, era un 16 de enero de 1928,
Cebolluca regresó a Saint Honoré aliviada.
Don Crispín intentó silenciar a la Voz, pero no pudo, en el curso de exorcismos no le habían enseñado este tipo de casos. Depositó a Mirentxu en un canasto y la dejó en la playa. La marea se hizo cargo del canasto de madera.
Doña Izascun y Don Antxón se encontraban reparando redes de pesca en Zarautz, con cerca de 60 años sus esperanzas de tener hijos se habían esfumado. Era un día sin bruma, y Antxón pudo ver a lo lejos el canasto de Mirentxu, raudo se subió a su bote de pesca y remó hasta alcanzar el canasto.
Una dulce carita, con ojos cansados y tristes, como de alguien que hubiese vivido muchas vidas, los observaba sonriente. Izascún y Antxón dirigieron sus miradas en dirección al monte Anboto, y rezaron una oración de agradecimiento a Mari, La Diosa. A Ella le habían suplicado tener hijos, y Ella respondió a sus suplicas con Mirentxu.
Cuando escucharon a Mirentxu recitar anuncios y radionovelas su alegría se duplicó. El bebé era mágico. La llevaron a casa y la alimentaron con marmitako hecho puré.
Fueron días felices para Izascún y Antxón. Mientras pescaba, Antxón se llevaba a Mirentxu, y cuando reparaban las redes la ponían cerquita. Les encantaba escuchar las radionovelas y los slogans, disfrutaban escuchando a la Voz.
Acudieron a una sorginak, sacerdotisa de Mari, para bendecirla. Antxón, fantástico buceador, consiguió dos enormes perlas para Mirentxu, (esas perlas las ha visto toda España), se procedió a la ceremonia o akelarre y de este modo bendijeron a mi abuela.
La niña creció sana y fuerte.
Continuará...
Mirentxu, la del vestidito blanco, en Zarautz.
En una casita así creció Mirentxu.
Don Antxon, el padre adoptivo de mi abuela Mirentxu.
las sacerdotisas que se encargaron del bautizo de mi abuela.
La Diosa Mari en la que creían Don Antxón y Doña Izascun.
Mirentxu jugando con un boquerón. Más tarde lo haría con boquerones humanos.
Mirentxu en un concurso de pesca.