El mayor ROBO de parte del poder corporativo "ever" - TTIP y CETA

He venido hace un momento y estoy leyendo esto y me quedo bastante asombrada.Lola Sánchez está un poco enfadadilla,por que no quiere que Podemos entre a formar gobierno con el PSOE,o que pretenda hacerlo pero el plan B precisamente lo ha organizado Podemos y Varoufakis es muy amigo de un eurodiputado de Podemos que es el que ha movido todo para que se puedan hacer estas jornadas.Precisamente están luchando tanto en España como en Europa.Había yo creo, más periodistas extranjeros que españoles.Les dejaron antes de empezar el acto ir adelante para hacer fotos,pero no podían permanecer ahí durante el acto para no estorbar la visibilidad de la gente,por que era un acto de la gente,para la gente .Al final del debate de esta mañana no había tiempo para muchas preguntas de voz y dieron una hojas para que las escribieran y poder estudiarlas en otro momento.Había gente de todas paRtes de Europa,alemanes,franceses ingleses y finlandeses,uno de ellos les dijo que era muy importante que se pudiera organizar en todos los países de Europa.El ambiente era muy solidario,muy festivo y de una enorme fuerza que se respiraba en el aire.Los curritos de aquí han trabajado muy bien y ha salido todo genial.
Pues mira, me consta que IU y podemos son los únicos a los que he oído manifestarse contra el TTIP, ahora bien, si una línea roja del PSOE es precisamente no oponerse a la firma del tratado, por qué no se cuenta, entiendo por qué no lo cuentan los socialistos porque si la gente se llega a enterar de que va esto la gente no traga, pero no se enteran porque los grandes medios callan, mira como si hacen gala de su línea roja con el referéndum, porque ese tema si lo pueden vender, el otro no. Lo que no entiendo es que podemos no les deje con el culo al aire porque ellos altavoz tienen en los mass mierda, claramente, señores hay línea roja con el referéndum y nos han puesto otra con el tratado de libre comercio, no lo oigo.....
 
Pues mira, me consta que IU y podemos son los únicos a los que he oído manifestarse contra el TTIP, ahora bien, si una línea roja del PSOE es precisamente no oponerse a la firma del tratado, por qué no se cuenta, entiendo por qué no lo cuentan los socialistos porque si la gente se llega a enterar de que va esto la gente no traga, pero no se enteran porque los grandes medios callan, mira como si hacen gala de su línea roja con el referéndum, porque ese tema si lo pueden vender, el otro no. Lo que no entiendo es que podemos no les deje con el culo al aire porque ellos altavoz tienen en los mass mierda, claramente, señores hay línea roja con el referéndum y nos han puesto otra con el tratado de libre comercio, no lo oigo.....
Ahí no puedo opinar,por que no tengo ni pajolera idea de lo que están negociando, o si todo es un paripé,para ir a nas nuevas elecciones y no quedar como el malo que no quiso hablar ni llegar a acuerdos.Pero el TTIP es innegociable para Iglesias.Si está ahí es para impulsar el cambio,no para quedarse como ha hecho IU durante años,un buen pesebre y decir cuatro palabras muy del gusto de su gente y así se han pasado la vida.Tenemos que ser observadores y ver como se desarrolla este "conflicto"y que no nos la vuelvan a jugar.Más PP con C/s no gracias jejejejeje.Son peligrosos por que están desesperados.PSOE hace tiempo que dejó de ser socialista.Debe ser muy difícil abrir una simple grieta, por donde empezar a meter mano-
 



La onda gravitacional del TTIP


José Antonio Nieto Solís

Profesor de Economía Aplicada, miembro de econoNuestra y escritor. Autor de la novela “Los crímenes de la secta. Una investigación sobre la casta”

Hace 75 años Roosevelt y Churchill firmaron Carta del Atlántico. Fue una declaración conjunta por la que Estados Unidos y el Reino Unido asumían ciertos principios comunes, con el objetivo de “establecer una paz que permita a todas las naciones vivir con seguridad en el interior de sus propias fronteras y que garantice a todos los hombres de todos los países una existencia libre sin miedo ni pobreza”. Y fue también el origen de los nuevos mecanismos de cooperación internacional que condujeron a la creación de las Naciones Unidas, el FMI y el Banco Mundial, y la OTAN. Además, en Europa se abrió el camino al Plan Marshall, la actual OCDE y las primeras Comunidades Europeas, antecedentes de la UE.

Simbólicamente, la Carta de Atlántico fue un monolito de proporciones atómicas cuya onda expansiva se extendió a ambas orillas del Océano. Primero, afianzando explícitamente el modelo económico, político y militar occidental frente a las amenazas nazi y soviética. Segundo, abriendo el camino implícitamente a un modelo social y cultural edificado a partir del encumbramiento de la sociedad de consumo, como complemento necesario de la defensa fundamental de las libertades individuales. En realidad, aquel documento fue un paso necesario para el inicio del vigente orden mundial.

Pero el mundo ha dado muchas vueltas, la globalización ha empezado a inundar todo el aire respirable, y los organismos internacionales se muestran cada vez más incapaces de regular las relaciones económicas mundiales. Un ejemplo de ello es la OMC (Organización Mundial del Comercio), abocada a morir de éxito tras consolidar durante décadas un modelo de reducciones arancelarias multilaterales que en el siglo XXI resulta insuficiente para satisfacer las necesidades de expansión de las empresas transnacionales. Por ello, el gobierno de EEUU, impulsor y garante de los intereses de sus empresas en el mundo, ha lanzado en las últimas décadas diversas iniciativas trasatlánticas que parecen estar cobrando forma con el TTIP (Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversiones).

Una de las dudas que plantea el TTIP es si será beneficioso para los europeos o si, ante todo, es una herramienta estratégica de EEUU para afianzar su posición en la nueva economía global, fomentando acuerdos similares en Asia-Pacífico y las Américas. Pero la pregunta, así formulada, es ciertamente tramposa, porque ni los europeos, ni los norteamericanos, ni ningún otro pueblo somos sociedades homogéneas para las que pueda hablarse de efectos similares sobre los agentes económicos, la concentración de la riqueza o el bienestar de las personas. Los acuerdos internacionales de nueva generación, como el TTIP, parecen más bien la respuesta lógica del modelo de acumulación vigente, que a su vez es prisionero de la tendencia a la concentración y centralización del capital y el poder, pero ha de enfrentarse también a una globalización cuya base material no deja de expandirse, a pesar de que las condiciones para la reproducción de ese modelo hegemónico distan de ser ideales.


Pese a que el nivel de información y debate deja mucho que desear, cada vez se habla más en Europa del TTIP y sus consecuencias. Entre otros aspectos, se alude a la opacidad de las negociaciones y a las servidumbres frente a los intereses empresariales, se insiste en que la idea central es homogeneizar normas, probablemente adoptando los criterios menos exigentes, y se subraya la anomalía que supone la creación de un Tribunal Internacional de carácter privado, formado por tres jueces que estarán fuera de los ámbitos jurisdiccionales nacionales y, por lo tanto, quedarán sometidos a la presión de los lobbies, en lugar de preservar los intereses de los Estados y los ciudadanos. Se dice incluso que los acuerdos como el TTIP exacerbarán las tensiones entre países y entre áreas vinculadas por distintos acuerdos bilateralmente plurilaterales, sin que los organismos mundiales puedan poner orden en las previsibles disputas, si es que realmente están capacitados para hacerlo.

Por ello, el TTIP puede considerarse un nuevo sujeto emergente en el panorama internacional, cuyos efectos se asemejarán a los de un segundo monolito de gran dimensión lanzado por Occidente sobre las aguas del Atlántico, siempre con fines pacíficos. Pero en esta ocasión el impacto podría ser incluso más extenso y profundo que en 1941. Podría dar origen a una secuencia de ondas gravitacionales al estilo de las que predijo Einstein hace un siglo. Porque no habrá barreras que frenen sus efectos, ni accidentes geográficos ni gobiernos que las contengan, ni circunstancias espacio-temporales capaces de limitar su expansión, siempre que sigan vigentes las condiciones vitales que impulsan al capitalismo a ocuparlo todo, a su manera, mientras no haya fuerzas que lo contrarresten. Lo cual tampoco implica confiar necesariamente en esas fuerzas, ni en las instituciones nacionales o internacionales que las sustentan.

Quizá el TTIP se convierta en uno de los hechos de mayor relevancia en las relaciones económicas internacionales desde la II Guerra Mundial. ¿Exagero?, quizá no, si consideramos que su influencia va mucho más allá del Atlántico y supera ampliamente el ámbito de los acuerdos económicos convencionales, para adentrarse en la esfera política (mediante nuevas formas paralegítimas de cesión de soberanía), en la esfera social (profundizando el dogmatismo fiscal que asfixia a los Estados de bienestar tal y como se conocen en algunos países europeos), y en las esferas cultural y medio ambiental (propagando un estilo de vida consumista, individualista y depredador del medio ambiente, como corresponde a la actual fase de internacionalización del capital).

Así concebido, el TTIP está blindado de manera intangible para atravesar los espacios nacionales y empresariales clásicos, y para superponerse jerárquicamente a todos ellos, siguiendo la estela de lo que ya hacen las empresas transnacionales, aunque con la legitimidad institucionalizada que le otorguen a partir de ahora quienes lo suscriban y sustenten. En consecuencia, el TTIP transformará gran parte de las relaciones públicas internacionales en relaciones privadas, y contribuirá a sacralizar un modelo ideológico, el neoliberalismo, que se ha mostrado ineficiente para predecir y combatir las crisis, insolidario e injusto con la mayoría de las personas, e incapacitado para contrarrestar los efectos más perniciosos de la financiarización (progresivo poder de las finanzas sobre todos los ámbitos de nuestras vidas y nuestras actividades).

La guinda la pondrá la propaganda. ¿Volverán a recordarnos, como en 1941, que lo importante para las naciones es “vivir con seguridad en el interior de sus propias fronteras” y garantizar para todos “una existencia libre sin miedo ni pobreza”? Desde esa perspectiva místico-diplomática, el TTIP es el corolario ideal para nuestro porvenir. Su onda gravitacional será plena y lo abarcará todo. Si alguien propone lo contrario, será fulminado o ignorado por el pensamiento único. La UE, EEUU y las grandes empresas nos convencerán de que la plenitud individual y colectiva exige fomentar el consumo, pero también combatir a los enemigos del sistema. A los de dentro, y a los de fuera. A los enemigos poco dóciles y a los nuevos bárbaros, con su intolerancia teológica y sus abominables actos terroristas. Los enemigos son tan necesarios que si no están, se los busca donde haga falta. Por desgracia, ya hay demasiados enemigos y los más canallas no siempre son los que reciben oficialmente ese calificativo.
 
Al menos hoy Iglesias le ha dado voz en en la sesión de investidura del congreso, ha pronunciado el palabro maldito TTIP y obligado a Sánchez a enseñar su posición. Una olaaa


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Melinda St. Louis: “El TTIP impediría revertir las privatizaciones”
  • La directora de campañas internacionales de Public Citizen afirma que la negociación del tratado se encuentra encallada en algunos de sus puntos más polémicos
  • "Normalmente es casi imposible salir o cambiar las reglas de un tratado de libre comercio una vez esté firmado", alerta St. Louis
Daniel Ríos

Actualizada 01/03/2016 a las 23:59



La activista Melinda St. Louis se manifiesta contra un tratado de libre comercio.PUBLIC CITIZEN

"En las controversias más grandes no se ha avanzado". Para Melinda St. Louis, directora de campañas internacionales de Public Citizen –una organización estadounidense de defensa de los consumidores contraria a la aprobación del Tratado Transatántico de Comercio e Inversión (TTIP, en sus siglas en inglés)–, ese es el diagnóstico del estado actual de las negociaciones que mantienen desde 2013 EEUU y la UE. St. Louis estuvo este martes en Madrid ofreciendo una conferencia sobre las consecuencias de la eventual aprobación del tratado, e infoLibre tuvo la oportunidad de charlar con ella antes de su charla.

Los puntos más polémicos del tratado, por el momento, se han centrado en temas como el mecanismo de resolución de conflictos entre inversores y empresas, inicialmente conocido como ISDS, que se ha renombrado como ICS después de que la Comisión Europea se viese obligada a introducir cambios por el rechazo que generó la propuesta inicial entre la ciudadanía. Asimismo, otros órganos contemplados en las negociaciones del TTIP también han provocado enorme controversia: es el caso del Consejo de Cooperación Regulatoria, un comité cuyas funciones no están claras pero que tendría la capcidad de revisar las propuestas legislativas para, cuando considere que van contra las directrices desreguladoras del TTIP, proponer modificaciones.

PREGUNTA:
¿En qué punto se encuentra la negociación del TTIP?





RESPUESTA: No se ha avanzado mucho en los últimos meses. En esta última ronda de negociación que se celebró en Bruselas [entre el 22 y el 26 de febrero] se presentaron nuevos textos, por ejemplo la nueva propuesta de la Comisión Europea sobre el nuevo mecanismo de protección de las inversiones, el ICS. Es la primera vez, supuestamente, que discutían la propuesta, y al final la única conclusión de los negociadores es que hay dos propuestas, pero no alcanzaron un acuerdo al respecto. Sobre la cooperación regulatoria, también la Comisión Europea ha hecho una propuesta y ha cambiado un poco sus postulados, aunque no sabemos hasta qué punto. Han aparcado la parte relativa al Consejo de Cooperación Regulatoria, aunque se dice que se va a decidir cuál va a ser la estructura institucional de este mecanismo más adelante.

Pero no creo que realmente se haya avanzado tanto, y aunque hay mucha presión para que el TTIP se cierre este año, para mí es imposible imaginar cómo podrían combinar las propuestas. Lo que hemos visto y escuchado en el lado estadounidense es que ni siquiera se ha comenzado a preguntar a los estados [federales] si quieren comprometer la capacidad de otorgar contratos públicos en el tratado, algo que es necesario según la Constitución estadounidense. En algunas cosas sí hay avances, pero en las controversias más grandes no se ha avanzado.

P: ¿Cuál es el problema fundamental para que no avancen las negociaciones?

R: Yo creo que la UE ha sentido que EEUU no ha hecho propuestas suficientemente ambiciosas sobre asuntos como la contratación pública. Por otro lado, EEUU dice que la UE no ha sido suficientemente ambiciosa en otros aspectos como la cooperación regulatoria, un asunto en el que existen visiones muy diferentes. Lo que quiere EEUU, básicamente, es exportar el sistema norteamericano, que da más oportunidadades a las empresas para que influyan a la hora de promover las regulaciones, y en ese sentido, pienso que la UE está cediendo en algunas cosas.

P: Precisamente con respecto a este tema, la Comisión Europea planteaba establecer un Consejo de Cooperación Regulatoria encargado de elaborar opiniones sobre las leyes que aprueben los Estados para evitar que interfieran con el TTIP. ¿Existen novedades al respecto?
R: En la propuesta de la UE, que se ha reformulado en las últimas negociaciones, se indica que se decidirá sobre este consejo más adelante. EEUU, básicamente, pretende establecer comités temáticos que aborden cada uno de los asuntos y áreas –uno sobre servicios, otro sobre sanidad y estándares fitosanitarios...– y decidan sobre la cooperación regulatoria. Pero nosotros nos tememos que esa podría ser aún peor que la europea, porque serían los funcionarios de las agencias de comercio estadounidense y europea [sendos departamentos del Gobierno norteamericano y la Comisión Europea] los que manejarían los comités, y esas agencias no piensan en cómo proteger a los consumidores, sino en cómo mejorar el comercio.

P:La comisaria de Comercio de la UE, Cecilia Mälmstrom, vendió como un gran cambio la incorporación a las negociaciones del mecanismo ICS, que sustituye al polémico tribunal de arbitraje ISDS. ¿Qué diferencias hay entre ambos?

R: Los cambios que han propuesto son fundamentalmente de procedimiento, pero los problemas principales del ISDS no se tocan en el ICS, y quienes éramos críticos con el mecanismo ISDS lo somos también con el ICS. Bajo este nuevo sistema, existe una corte de 12 árbitros, que van a ser seleccionados al azar en cada proceso, en lugar de como se planteaba en el sistema anterior, en el Estado denunciado escogía a uno de los árbitros y la empresa denunciante a otro. Pero el conflicto de interés que hay dentro del sistema es mucho más profundo, porque los árbitros siguen sin ser jueces y siguen sin tener un salario fijo, sino que cobran por horas por trabajar en cada uno de estos casos, que pueden prolongarse mucho en el tiempo. Como sólo son las empresas las que pueden acudir a este sistema y no los Estados, hay muchos incentivos para fallar a favor de ellas, porque si quieres tener más casos en el futuro y ganar más dinero, dar la razón a los Estados desincentiva a las empresas a la hora de recurrir a este tribunal.

Otra diferencia es que se incluye un proceso de apelación, que era una de las principales críticas del ISDS. Pero el problema sigue siendo que no es un sistema jurídico, porque aunque las autoridades vendan que estará compuesto por jueces, en realidad no es así, y tampoco han cambiado en absoluto los derechos de los inversores, que son muy amplios e incluyen lo que ellos llaman "expropiación indirecta", que permite a las empresas atacar las leyes que se aprueben para proteger los servicios públicos o el medio ambiente si afectan a sus beneficios. Esas leyes no tienen por qué implicar que el Estado se haya quedado con una inversión, simplemente basta con que sea una regulación que haya afectado a las ganancias de las empresas. Pero es que en la propuesta de ICS también se establece que las "expectativas legítimas" pueden ser la base de un caso: una empresa podría denunciar a un Estado si espera ganar un dinero y luego no lo gana.

P: ¿El TTIP puede poner en peligro los servicios públicos?

R: Los partidarios del acuerdo dicen siempre que en el preámbulo de la propuesta negociadora de la Comisión Europea se dice expresamente que se protegerán los servicios públicos. Y, en realidad, no es que se obligue a los Estados a privatizarlos, pero los únicos servicios públicos que se garantiza que no podrán ser privatizados son los monopolios estatales y no colaboran con ninguna empresa privada. De esos hay muy pocos, porque lo más normal es que un servicio, aunque sea público, cuente con contratistas privados: por ejemplo, la sanidad es pública, pero hay algunos hospitales privados que prestan servicios bajo el régimen de contratación pública. En este caso, [el TTIP establecería que el mercado de ese sector] estaría abierto a toda la competencia procedente de EEUU. Pero no es el único peligro, ya que si un servicio se privatizó y después las autoridades deciden que ha sido un error, el TTIP prohíbe volver para atrás y revertir la privatización.

P: ¿Esas son las famosas cláusulas de trinquete y standstill?

R: Sí, y seguro que van a tratar de incluirlas en el tratado.

P:Se lo pregunto porque estos son algunos de los puntos más controvertidos del TISA, el acuerdo sobre servicios públicos que negocian varias decenas de países, que es incluso menos conocido en España que el TTIP. ¿En qué se resume este tratado?

R: Es una negociación entre 50 países, que básicamente busca la liberalización de los servicios. Y cuando te hablan de los servicios se incluye todo: desde energía, telecomunicaciones o sector financiero hasta salud o educación. Cuando se habla de bajar las barreras al comercio en servicios, realmente se pretende desrregular los servicios para que haya más apertura a la competencia, y lo que pretenden tanto el TISA como el capítulo de servicios del TTIP es ir mucho más allá de lo que las grandes empresas europeas y estadounidenses han conseguido a través de la Organización Mundial del Comercio.

P: Por otra parte el CETA, el acuerdo de libre comercio entre la UE y Canadá, se encuentra en la fase final de su aprobación. Los sectores más críticos lo consideran la antesala del TTIP ¿Hasta qué punto esta afirmación es cierta?

R: Sería muy preocupante que se diese luz verde al CETA, porque incluiría un mecanismo de resolución de conflictos entre inversores y Estados como el ISDS o el ICS. E incluso si se consiguiese que el ICS o el ISDS no estuvieran incluidos dentro del TTIP, el 80% de las empresas estadounidenses [con capacidad para denunciar a los Estados según el TTIP] podrían utilizar sus filiales en Canadá para iniciar este tipo de denuncias. Ese es sólo un ejemplo, pero además sería más difícil convencer a los parlamentarios de que respetasen las líneas rojas en la negociación sobre el TTIP si estas líneas están aprobadas dentro del CETA.

P:¿Sería irreversible firmar el TTIP?

R: Al firmar un tratado de libre comercio se fija la regulación más laxa posible. Y a partir de ahí es muy difícil cambiar: tendrías que negociar con la otra contraparte cualquier cosa que quisieras cambiar, y además tendrías que ofrecer algo a cambio. Normalmente es casi imposible salir o cambiar las reglas de un tratado de libre comercio una vez esté firmado: soberanamente, un Estado sí podría hacerlo, pero no ocurre.

P:¿Queda tiempo para parar el TTIP?

R: Yo creo que sí, porque hay muchas controversias y diferencias en la negociación. Lo que hemos visto en el TPP [el Tratado Transpacífico, en sus siglas en inglés, firmado por EEUU con países como Japón, Malasia, Singapur o Brunéi] es que, aunque concluyeron las negociaciones, las grandes empresas no recibieron el 100% de lo que querían y al final no están apoyando el acuerdo. Eso significa que, si la UE mantiene sus líneas rojas en asuntos como la protección de los servicios públicos o la negativa a bajar sus estándares en cuanto a los transgénicos, no creo que haya acuerdo. Además, veo un movimiento muy fuerte en Europa: ahora vengo de Alemania, donde ha habido un cuarto de millón de personas en la calle marchando contra el TTIP, en Austria también hay mucha oposición, y ahora que estoy en España veo que ha crecido mucho la movilización con respecto a hace dos años, cuando no existía casi nada.

 
Esos tratados hay pararlos.Un País como el nuestro donde no se respetan ni los derecho básicos de un Estado de Derecho,sería nuestra defunción como pueblo medianamente libre,por que en vista de lo visto,cuesta sudor y lágrimas conseguir una pequeña dosis de libertad.Somos los habitantes los que a veces parecemos los cómplices necesarios para que nos pongan el yugo y las flechas que algunos se sienten aliviados de llevarlos encima.Hay que ir avanzando,sin oír los insultos y gritos que puedan dar para impedirlo.No hay marcha atrás,ya estamos organizándonos con otros países, contra esos terribles tratados que acechan nuestra soberanía.Pasos adelante y a seguir, cueste lo que cueste.
 
Bruselas ignora las críticas y calca
los tribunales privados del TTIP
para su acuerdo con Canadá

La Comisión presentó este lunes el nuevo mecanismo de resolución de disputas entre inversores y estados en el CETA, una suerte de blindaje para las multinacionales que les permite demandar a los países en los que inviertan si consideran truncadas sus "expectativas de ganancias" por cambios normativos o legales efectuados por los estados.


Cecilia Malmström, en una imagen de archivo. EFE


MÁS INFORMACIÓN

ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

@Alopezdemiguel

MADRID.- El tratado comercial con Canadá incluirá un mecanismo de blindaje de las corporaciones idéntico al del TTIP, y la propia comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, reconoce abiertamente su entusiasmo al respecto: “Estoy encantada”, afirmaba este lunes. Bruselas anunció entonces el fin del proceso de revisión y actualización legal del acuerdo comercial con Ottawa, sellado en 2014 y pendiente de ratificación en el Europarlamento.

En este proceso, la Comisión Europea ha sustituido los paneles arbitrales del denostado Investor State Dispute Settlement (ISDS), que dieron pie a la que posiblemente haya sido la mayor polémica en torno al TTIP, el acuerdo comercial UE-EEUU, para sustituirlos por su versión maquillada, el ICS (Investor Court System). Esto sigue traduciéndose sin embargo en que las corporaciones podrán demandar a los estados ante árbitros privados de considerar truncadas sus "expectativas legítimas" de beneficio futuro debido a los cambios normativos y legales que ejecuten o planeen ejecutar estos países de forma legítima.

Urtasun: "En esencia es lo mismo. Permite el recurso a una jurisdicción paralela, con árbitros y no jueces"

"En esencia es lo mismo: permite el recurso a una jurisdicción paralela, con árbitros que pueden tener la formación de jueces, pero no ejercen como tales", asegura a Público Ernest Urtasun, diputado de ICV, formación integrada en el grupo de Los Verdes en el Europarlamento.

Urtasun recuerda que este mecanismo está completamente vetado para las empresas nacionales, con la consiguiente desigualdad que esto genera; que los laudos de estos árbitros no pueden ser revocados por los sistemas judiciales de los estados, aunque reconoce que este mecanismo sí ofrece una sucedáneo de tribunal de apelación, como no hacía el tradicional ISDS. "El problema está en que quien juzga y quien dictamina la apelación no es un juez imparcial", razona Urtasun.

Recuerda que mientras los árbitros estén ejerciendo como tales no podrán actuar paralelamente como abogados de las empresas -paradójicamente, hoy hay ejemplos de este tipo de situaciones-, pero nada impide que hayan pasado años en nómina de estas multinacionales, o que puedan volver a esta ocupación tras pasar por el ICS, con el potencial conflicto de intereses que esto genera.

Para el europarlamentario de ICV, esta sutil renovación no es más que "una puesta al día" que intenta "evitar que dijéramos 'no' al CETA por el ISDS ". "Esto es más de lo mismo. Si el CETA incorpora esto, votaremos en contra", apostilla.




El 97% de europeos rechazan los tribunales arbitrales
No hay una fecha cerrada, pero previsiblemente aún deberán pasar muchos meses hasta la votación final del Comprehensive Economic and Trade Agreement (CETA), que previsiblemente llegará al Consejo Europeo en verano, y no volverá al Europarlamento hasta el arranque del próximo año. Para partidos políticos y organizaciones civiles de toda Europa, el CETA es algo parecido a un caballo de Troya dispuesto para allanar el camino al Transatlantic Trade and Investment Partnership (TTIP), que Washington y Bruselas siguen negociando con sigilo.

Malmström, lejos de la autocrítica, afirma que el CETA es "un buen acuerdo"


La nueva propuesta, que incluye la nominación de 15 árbitros pactados entre Canadá y la UE también ha cosechado las críticas del grupo de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL). En una nota de prensa difundida este lunes, el coordinador de política comercial del grupo, el alemán Helmut Scholz, asegura que los principios básicos del ISDS prevalecen en este mecanismo, y recuerda que este supuesto tribunal "no está vinculado por ninguno de los sistemas legales y constitucionales de los 29 estados que participan en el CETA".

"La Comisión Europea ningunea una vez más la voz de la ciudadanía al incluir en los acuerdos con Canadá mecanismos antidemocráticos como los tribunales de arbitraje privados para resolver disputas con los inversores extranjeros", afirmaba también el portavoz de Equo en la Eurocámara, Florent Marcellesi, en otro comunicado difundido este martes.

Y, mientras organizaciones civiles y partidos políticos critican la ausencia de transparencia de la Comisión o las múltiples ventajas que brindan estos tratados a las empresas, Malmström ni siquiera se aproxima a la autocrítica, e insiste en que el CETA es "un buen acuerdo".

También presume de haber tenido en cuenta las consideraciones de los europeos, a pesar de que un 97% de los 150.000 ciudadanos de todos los rincones del Viejo Continente que participaron en una consulta de la Comisión en 2014 dijeron 'no' al ISDS sin ninguna reserva, y hoy presencian la puesta de largo de una nueva versión de este mecanismo. "Malström sabe que esto no genera consenso, que gran parte del Europarlamento no lo ve", zanja Urtasun.
 
Una eurodiputada de Podemos, tras leer textos sobre agricultura en el TTIP: “Es lo que esperaba o peor”
"Si se aprueba este tratado se estará vendiendo nuestro campo y nuestra riqueza al mejor postor", asegura la europarlamentaria Estefanía Torres, que este martes ha accedido por primera vez a la 'cámara secreta' en la que los diputados pueden leer algunos documentos del tratado. Siempre, tras firmar el compromiso de no divulgar detalles sobre los textos.

Estefanía Torres, eurodiputada de Podemos, frente a la 'cámara secreta' que alberga los documentos sobre el TTIP en el Parlamento Europeo, en Bruselas, este martes 15 de marzo. PODEMOS


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ALEJANDRO LÓPEZ DE MIGUEL

@Alopezdemiguel

MADRID.- La eurodiputada de Podemos Estefanía Torres ha visto confirmados sus temores en relación al polémico TTIP, el tratado comercial que la UE y EEUU negocian con sigilo desde 2013: "Confirma lo que esperaba y puede que sea peor incluso", asegura a Público tras haber accedido este mismo martes a la reading room del Parlamento Europeo en Bruselas, una suerte de cámara secreta en la que los europarlamentarios pueden leer parte de los documentos de la negociación.

"Lo que he visto al entrar es un exceso de seguridad que revela todo lo que quieren ocultar", sostiene Torres

Sin embargo, tal y como adelantó este diario, los diputados deben pedir cita, firmar un documento de confidencialidad en el que se comprometen a no difundir un solo detalle y dejar todos los dispositivos electrónicos fuera de la sala, entre otros requerimientos de seguridad. Todo, para consultar textos escritos en inglés, con un vocabulario muy técnico que no pueden fotocopiar, durante un periodo máximo de dos horas. "Lo que he visto al entrar es un exceso de seguridad que revela todo lo que quieren ocultar. Que nos pongan más trabas a los representantes públicos que a las multinacionales ya pone de manifiesto lo que puede haber detrás de este tratado", denuncia Torres, que en su primera visita ha pasado cerca de una hora en la cámara secreta del parlamento en Bruselas, una de las dos estancias de este tipo que existen en la capital belga.

"Si se aprueba este tratado se estará vendiendo nuestro campo y nuestra riqueza al mejor postor. Es una alfombra roja para multinacionales como Monsanto, y permitirá que se termine de asfixiar a los agricultores", sostiene la eurodiputada de Podemos, midiendo sus palabras para no revelar detalles concretos sobre el texto que ha podido leer, uno de los más actualizados, y que refleja posiciones estadounidenses y europeas en esta materia.

"Ya no solamente es que nos pongan tantas trabas para entrar; es que además dicen que hay transparencia cuando no la hay, porque no puedes contar lo que has leído. La ciudadanía tiene derecho a conocer el contenido de este tratado, si hay algo que va a tener consecuencias drásticas todos deberíamos tener acceso a los contenidos", asevera.






La europarlamentaria, miembro de la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural (AGRI), explica que considera fundamental esta materia por el impacto que el tratado podría tener sobre España, teniendo en cuenta la importancia de las denominaciones de origen o el peso de este sector para la economía española. "Más allá de lo que yo haya visto hoy, un informe de EEUU en 2015 ya reflejaba el impacto en la agricultura allí y en Europa, dibujando tres escenarios distintos, a cuál peor", apostilla. "Queda claro que la situación de la agricultura ya es lo bastante alarmante, pero el TTIP va a terminar de dar el poder total a las multinacionales, y eso va a acabar de destrozar el tejido agrícola", advierte.

"La situación de la agricultura ya es lo bastante alarmante, pero el TTIP va a terminar de dar el poder total a las multinacionales", afirma la eurodiputada

En esta línea, Torres no puede precisar cuándo, pero anticipa que "próximamente" volverá a consultar algunos de estos textos, como acostumbra a hacer su compañera de partido Lola Sánchez, miembro de la Comisión de Comercio Internacional (INTA). El europarlamentario de Podemos Xabier Benito, que tomó el testigo de Pablo Iglesias en el Europarlamento, también hizo su debut en la cámara secreta de Bruselas hace algunas semanas, y las conclusiones a las que llegó son similares a las que ha alcanzado Torres este martes. "Todas las sospechas sobre el TTIP son ciertas",afirmó Benito entonces.

Los argumentos de la Comisión Europea
Este martes, el representante de la Comisión Europea en las negociaciones sobre el Trade and Investment Partnership (TTIP) Ignacio García Bercero, participará en una reunión con varios eurodiputados para conversar sobre la influencia de este tratado en materia de agricultura. El evento tendrá lugar a puerta cerrada, sin cámaras ni micrófonos de la prensa.

La eurodiputada de Podemos será una de las participantes en el encuentro, en el que previsiblemente Bercero echará mano del argumentario y la retórica de la Comisión para defender el TTIP. Acostumbra a sacar pecho por la "transparencia" de las negociaciones, a pesar de han logrado cosechar una cifra récord de críticas al respecto, y suele recurrir a un estudio elaborado y financiado por el think tank de la patronal española para vender las supuestas bondades del acuerdo, obviando los documentos que alertan sobre los posibles efectos perniciosos del tratado transatlántico.
 
Artículo:
http://blogs.elconfidencial.com/esp...ccion-absoluta-del-secreto-comercial_1152866/

Video (dibujo animo), 2.40 min.
http://widget.smartycenter.com/vide...comerciales---stoptradesecrets/1651293/9221/1

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Una nueva doctrina jurídica al acecho: la protección absoluta del Secreto Comercial
Activistas de toda Europa exponen las amenazas de la nueva doctrina legal sobre Secretos Comerciales sobre los alertadores/whistleblowers, la libertad de prensa e información.

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¿En que consiste esta doctrina jurídica?
Las corporaciones están aprovechar el contexto actual de "crisis económica" como pretexto para justificar la anteposición de sus intereses comerciales al interés general y el bien común. La crisis como excusa perfecta para asegurarse privilegios e impunidad de otra manera inaceptables dentro de estados democráticos y de derecho. Una nueva doctrina que proporciona superpoderes a las corporaciones como herramientas y garantías legales para proteger sus inversiones más allá de lo razonable y que las corporaciones pueden también esgrimir para esconder sus abusos y malas prácticas, repitiendo como mantra la necesidad de proteger los secretos comerciales. Recordemos que las corporaciones cuentan ya con la protección, de hecho muchas veces excesiva, que les ofrecen las patentes, las leyes de propiedad intelectual, leyes contra la competencia desleal... Esta misma manera de pensar en la que todo lo que es "comercio" está por encima de cualquier otro criterio, es la misma que desde hace muchos años intentan poner de moda con los tratados de libre comercio (TTIP, CETA, TiSA...) que, con la excusa del "comercio" se intentan aprobar a puerta cerrada y fuera de los parlamentos democráticamente elegidos. No debemos dejar espacio a que esta idea se convierta en la lógica preponderante más de lo que ya es dentro de un mundo en el que el poder corporativo-financiero es el poder dominante. Es muy importante estar vigilante y impedir que se desarrollen legislaciones en este mismo sentido.

La Directiva de Secretos comerciales

Por eso cuando el 28 de noviembre de 2013 se publicó la propuesta de la Comisión Europea para la llamada directiva "Trade Secrets" (Secretos Comerciales) saltaron todas las alarmas. Las directiva contiene una protección desproporcionada de los “secretos comerciales” que otorga un blindaje absoluto a toda información, comunicaciones i datos en posesión de una empresa, llegando a absurdos como el aprendizaje y habilidades de sus trabajadores o cosas por el estilo. Este nuevo uso ofensivo de los secretos comerciales permitiría a las multinacionales entorpecer enormemente el acceso legal a datos relativos a sus abusos o delitos, incluso ante los tribunales. Un claro ejemplo que muestra lo peligroso de esta protección desproporcionada de los secretos comerciales se puede encontrar en Francia, donde un hombre murió recientemente durante unos ensayos clínicos. Los científicos están pidiendo transparencia y acceso a todos los datos de los ensayos clínicos para averiguar que sucedió. Sin embargo, la empresa se opone a entregarlos alegando la protección del secreto comercial.
Tras más de dos años de presión de organizaciones ciudadanas y en defensa del periodismo y libertad de expresión (con una muy importante intervención de asociaciones de periodistas en Francia y en Suecia), se ha conseguido reducir en el texto actual algunas de las afirmaciones más agresivas para la libertad de prensa que contenía la propuesta inicial de la Comisión Europea. Sin embargo, los alertadores/whistleblowers siguen estando muy desprotegidos en la versión actual de la directiva. Los ciudadanos que denuncien públicamente los abusos empresariales serían legalmente perseguidos y acosados incluso cumpliéndose las salvaguardas y excepciones previstas en la Directiva. Por esa razón lanzamos esta campaña, para desenmascarar los peligros e intereses corporativos detrás del discurso del "comercio ante todo y como solución a todo". Es esencial evitar que el argumento del secreto comercial se convierta en un superpoder utilizado por las empresas para aplastar interés público, la transparencia y la divulgación de información pertinente. Ayúdanos a difundirla para que llegue a la mayor cantidad de gente posible.

Más protección para los whistleblowers es necesario

El problema de la gran desprotección que sufren los alertadores/whistleblowers se debe a que no existe una legislación específica en la Unión Europea destinada a protegerlos. Debemos presionar por el desarrollo de legislaciones que protejan la labor de los ciudadanos, muchas veces anónimos, que frente a casos de abusos o corrupción, deciden actuar revelando información a la opinión pública para denunciarlo. En este sentido Xnet, junto al Grupo Anticorrupción en el Estado español, ha desarrollado un Decálogo para la Protección de los alertadores/whistleblowers.

TTIP - Inclusión de los Secretos Comerciales en Tratados Comerciales Internacionales

El nuevo régimen jurídico de la directiva de Secretos Comerciales se acerca musho al enfoque de EE.UU., donde recientemente se aprobó una nueva legislación federal. Las prisas para la aprobación de estas nuevas legislaciones en ambos lados del Atlántico se deben, sin duda, a sus intenciones de incluir los Secretos Comerciales en el TTIP donde, si se aprueba el tratado, no sólo se convertirían en irrevocables sino que su combinación con el mecanismo de ISDS sería devastador.
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No deberíamos apartar los ojos de estos tratados.Menos mal que los otros ciudadanos europeos están muy pendientes,por que si de los españoles dependiera...,nos distraen y nos llevan donde quieren,hasta el vuelo de una mosca, nos distancia de lo que de verdad importa.Me inquieta esta especie de indiferencia que muestra mucha gente,sobre un tema tan importante que puede cambiar el rumbo de las sociedades del mundo.Me preocupa lo que se le va a dejar a las generaciones futuras,por que en vez de avanzar hacia un mundo mejor,parece que vamos hacia un mundo mucho más desigual y las próximas generaciones lo van a sufrir en sus carnes.Que hermoso sería unirnos todos contra el TTIP,TISA,CETA y todos los demás que vengan.
 
No conocemos casi nada de ese tratado,pero lo poco que conocemos es para echarse a temblar.Que será lo que están tratando que lo tienen que hacer de espaldas a la opinión pública??? Se supone que Europa es una democracia madura.Por que entonces no nos dejan acceder lo que están tratando para nuestro futuro???Se debería dar mayor difusión a esto,como lo están haciendo los demás países europeos,por que aquí parece que somos bobos y nos cuelan todo lo que les da la gana.Hay que hablar de este tema con la gente,comprometer a los partidos a que se pronuncien y se comprometan y debemos hacerlo si hay nuevas elecciones.No podemos estar ciegos,ni sordos.El que apoye ese tratado, esta contra la gente.
 
...dicho en los años '60...

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"Los poderes del capitalismo financiero tienen otro objetivo a largo plazo, nada menos que crear un sistema de control financiero global en manos privadas capaz de dominar el sistema político de cada país y la economía mundial en su totalidad.
Este sistema ha de ser controlado a la imagen y semejanza del sistema feudal, por parte de los bancos centrales que actúen de forma coordinada, a través de acuerdos secretos a los que se llega en frecuentes encuentros privados y conferencias a puertas cerradas"

Más info sobre el autor de dicho diagnóstico/prognóstico:
http://mailstar.net/quigley.html
https://en.wikipedia.org/wiki/Carroll_Quigley
 
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